Una terrible idea

Rebecca 


—De veras era tan guapo —. Le pregunté a Popys mientras tomaba mi asiento frente a ella en la mesa de la cocina. 

Popis y Oliv eran las personas más preciadas que tenía y para mi mala suerte era su última semana en la ciudad. Ambas eran de Inglaterra, pero se habían mudado para estudiar y en busca de un poco de independencia ya que sus padres eran muy conservadores. Cerca de la graduación de Oliv ambas viajaron a pasar las fiestas con sus padres, fue entonces cuando Olivia conoció al amor de su vida, Harvey. Habían vivido un apasionado romance y aunque ambos estaban de acuerdo con que tenían que separarse eso se convirtió en una tortura para ellos. Hasta que un día Harvey apareció en su puerta dispuesto a no dejarla ir. Un año después se casaron en el Center For the Art porque ese era el sueño de Olivia desde que lo había descubierto por casualidad en caminata que realizaba tratando de no pensar en él. Así fue que luego de la boda de sus sueños regresaron a Inglaterra a comenzar su nueva vida de casados. Lamentaba haberme perdido su boda por ir a obtener los permisos de construcción para un nuevo centro comercial que iba a seguir enriqueciendo a alguien más que probablemente era tan ambicioso como mi ex. Sin embargo a pesar de haberme comportado como una idiota, Popys me había dado asilo para que pudiese pensar que haría a partir de allí. 

—¿Guapo? —Enmarcó una ceja  —. Era guapísimo, tan guapo que te provocaba ganas de que te devorará viva, tan atractivo que te quitaba el aliento. Lastima que no era demasiado sociable y desde luego no era para nada agradable. Ni siquiera entiendo como Harvey puede considerarlo su mejor amigo. Él es tan encantador y agradable. 

Deje escapar una risa profunda y me tapé la boca para no escupir el café que estaba bebiendo. Popys tenía toda la razón, Harvey no solo era arrebatadoramente atractivo, ni no que era agradable y divertido. Además de ese seductor asentó que te hacía imaginar que estabas a punto de tomar el té con la reina. 

Desde hacía mucho tiempo me moría por visitar Inglaterra, para comprobar si Harvey era simplemente una excepción o si acaso Londres era una gran fábrica de británicos guapos y cachondos que aparecían por doquier. 

—Suena muy follable —asentí con la cabeza y Popys se rio. 

—No lo sé —sus ojos verdes destellaron —. Supongo que podría resultar como un buen polvo para una noche salvaje con Mr. Oscuro; guapo y jodidamente sexy británico, pero créeme que no podría soportar a alguien tan estirado ni por una semana. Voy a extrañar a los Neoyorquinos neuróticos, fóbicos al compromiso, pero divertidos a rabiar. 

—Infieles —dije suspirando pesadamente. 

Habían pasado un par de semanas desde mi ruptura con mi ex novio y aún dolía demasiado recordar que me estaba engañando con mi propia hermana. A pesar de que los tenía bloqueados cada vez encontraban la forma de agobiarme con emails o cuentas falsas con las que lograban enviarme mensajes directos. 

Alessia no estaba arrepentida en lo absoluto, me lo había dejado más que claro en su último correo electrónico donde afirmaba que pronto tendría noticias de su compromiso con mi ex novio. Era como si le provocase cierto  placer infringir dolor a su hermana mayor. Sabía que no le agradaba aunque nunca creí que me odiara de esa forma tan espantosa.

—Oh lo siento, cariño —me tomó de la mano —. Soy una tonta que no puede mantener cerrada su gran bocota. 

—No te preocupes. En algún momento debo superarlo. Si solo mi madre y él me dejaran en paz, quizás podría intentarlo —reí ante la ironía de que me dejaran en paz era un deseo absurdo . Eso nunca ocurría y no tenía el suficiente dinero para escapar lo más lejos posible —. Desearía dormirme y despertar a miles de kilómetros. 

—Aggg… En ocasiones siento deseos de asesinarlo —Puso los ojos en blanco—. Bueno, ya sabes que no puedo ser imparcial en este asunto porque siempre lo he odiado, pero si decides regresar con él, sigo dispuesta para ser tu paño de lágrimas siempre que lo necesites. Aunque, no tendría ninguna duda de que te has vuelto completamente loca. No sólo se atrevió a engañarte, si no que además lo hizo con tu media hermana. Es un hombre sin límites y tu hermana una cualquiera. Siento decirlo, pero eso no se le hace a alguien de tu familia. 

—No pienso volver con él, y no voy a llorar más por ese cretino—. Dije convencida—Tampoco quiero volver a verla a ella. Ambos murieron para mi y quiero comenzar una nueva vida —Popys alzó las cejas con incredulidad —. Esta noche pienso ir a tomar un par de tragos, donde intentaré conocer a alguien nuevo. Un hombre elegante, ingenioso y divertido. Alguien…

—… con el que no piensas tener una relación seria y vas a disfrutar de un buen polvo sin compromisos —me interrumpió, cruzando los brazos—. ¿Es que no ves el problema? ¿No ves el patrón que vas a seguir? Es de manual. Intentas encontrar a alguien para demostrar que el problema en tu relación anterior no fuiste tú y vas a terminar enganchada en una nueva relación que no te hace feliz en menos de una semana. Lamento ser yo quien te lo diga, pero estas buscando alguien con quien reemplazar a Gregor. 

—¿Mi patrón es querer encontrar un buen chico? Que en lo posible no me engañe con nadie de mi familia. 

—Sí. Estas buscando alguien como tu ex que encaje en la misma rutina aburrida. Formales, amantes de arte, adictos al trabajo, chicos de Wall Street o abogados exitosos. El típico chico bueno, hombres que no se atreverían a insinuar que se mueren por follar hasta la décima cita. —Sacó una caja de galletas y se metió a la boca un puñado—. Tienes que cambiar el chip, e intentar, quizá, mantenerte lejos de los compromisos un tiempo. Obtener algunas insignias ardientes con hombres que no vas a recordar en una semana. Luego podrás empezar a buscar de nuevo el amor y quizás en el proceso hasta descubras quien eres y lo que en realidad deseas. 

—Si recuerdas de quien soy hija, ¿verdad? —Le quite la caja de galletas de la mano —No podría hacer eso aquí ni aunque me sometiera a cirugía reconstructiva completa, incluso temo que ahora mismo me esté vigilando —. Un escalofrío me recorrió el cuerpo. 

—Créeme que lo sé, tuvimos que mudarnos a otro país con la excusa de ampliar nuestras fronteras profesionales para poder salir del radar de nuestra madre —. Se mordió el labio pensativa —. ¡Eso es! —Gritó de pronto y salté de mi silla —. Se me acaba de ocurrir la más maravillosa idea—. Sonrió de oreja a oreja—. Múdate conmigo a Inglaterra. Con la excusa de ampliar tus fronteras profesionales, claro. 

—Estas absolutamente loca, no podría. 

—Sí que podrías, desde que nos conocimos deseamos vivir juntas y esta es nuestra gran oportunidad —agitó las manos eufórica —. Vamos a alquilar un minúsculo apartamento en la ciudad, podremos salir todas las noches, tener aventuras con británicos calientes y ser todo lo desordenadas que deseamos, ¿qué te parece? 

—¿Qué no? —Me lanzó una mirada de decepción —.¿Qué haría allá? Debería conseguir un trabajo y no se si mis ahorros soporten una mudanza, una renta y quizás algunos meses de paro. 

—Podrías ser abogada como aquí. 

—Mmm… En realidad no estoy segura. Para poder ejercer debería ir contratada por un bufete durante dos años para poder realizar el curso de seis meses patrocinado por mi empleador y convertirme en solicitor. De otra forma no podría costearlo con mis propios fondos. Al menos eso creo. 

Hizo un mohín extraño y apoyó su rostro en la mesa. Odiaba ser yo quien la bajará siempre de un plumazo a la realidad, pero era muy soñadora por lo general y amaba armar locos planes que no iban a funcionar. 

—Es tan injusto, ¿por qué debes ser tan cerebrito siempre? —Sé quejo —De verdad deseaba que fuéramos compañeras de piso. Si solo conociéramos a un bufete dispuesto a contratarte —. Lo pensó durante unos minutos sin decir una palabra. 

Pero de pronto nuevamente salto de la silla como si hubiese recordado algo verdaderamente importante. Se levantó de golpe y corrió a la habitación para volver con su teléfono en la mano sin decir una palabra. 

La miré como si estuviese loca y un poco lo estaba. 

—Casi olvido que Harvey trabaja en el bufete más importante de Londres y adivina ¿qué? —Negué con la cabeza confundida —. Su mejor amigo es hijo del dueño. Además es un socio mayoritario y todos los socios necesitan un asociado ¿No es genial? Voy a llamarlo ahora mismo para pedirle que te consiga un puesto en su bufete. Quizás hasta podrías trabajar con Harvey. 

—¿Vas a pedir que me contraten en donde trabaja Mr. oscuro? 

—Sí. ¿No te parece espléndido? Probablemente te pongan a editar documentos sin descanso y ni siquiera deberás verle la cara, ya que aunque es absolutamente hermoso es aterradoramente ceñudo. Le diré a Olivia que insista para que su esposo te elija como su asociada. 

Sonreí pensando que quizás si podía funcionar. No tenía nada que perder y me alejaría por un tiempo de ese lugar lleno de recuerdos y de mi agotadora madre. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo