Capítulo 4

Solo tenía 7 años cuando fui al parque con mis padres y perdí mi muñeca favorita, Dante llego y me ayudo a buscarla, nunca la conseguimos y sin embargo él hizo que me olvidara de eso. Era algo material y no importaba o eso creía, hubiera elegido mil veces llorar por mi muñeca que estar ahora llorando por ese tarado.

Cada domingo que íbamos al parque me encontraba a mi mejor amigo Dante, siempre jugábamos y a la hora de despedirnos siempre nos íbamos triste, pero sabíamos que pronto llegaría nuestro día de parque y nos veríamos nuevamente. Pasaron tres años y nuestras madres se hicieron buenas amigas en todo ese tiempo, no fue hasta que teníamos diez años que los padres de Dante se tuvieron que ir del pueblo por cuestiones de trabajo y volvieron seis años después.

Cuando Dante volvió al pueblo fue inscrito en el mismo instituto que yo, supe que era él en cuanto lo vi ese primer día de clases. Sus ojos café y lindo cabello castaño lo delataban, corrí hacia él y lo abracé con una sonrisa en mi rostro que nadie podía borrar. Y fue allí, había algo extraño, sus brazos no estaban a mi alrededor y al mirarlo a los ojos, no eran los ojos que a pesar de su color oscuro irradiaban dulzura y luz.

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¿Me puedes soltar por favor? –quizás no es Dante y me confundí.

Oh, disculpa me confundí, pensé que eras... –me interrumpe.

¿Dante? Sí, claro, soy yo Allison –un momento, ¿Me reconoció?

Ufff, por poco abría un hueco en el piso y me metía por la pena, ¿Cómo estás? –digo mientras coloco un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

Deberías abrirlo... – ¿Qué? ¿Qué significa eso? –Vamos Allie han pasado seis, años no creerás que tú y yo, bueno, sigamos siendo amigos –tenía razón él no es Dante.

¿Disculpa?

Solo éramos unos niños tontos con promesas absurdas, finjamos que no nos conocemos, tu y yo no tenemos motivo alguno para recomenzar nuestra amistad –dice mientras su sonrisa es de una persona totalmente fría.

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Tengo mis audífonos puestos con todo el volumen, escucho Lost Boy de Ruth B, recuerdos vienen, recuerdos van, estos recuerdos deberían borrarse y nunca salir a la luz. Cuando Dante me dijo todas esas cosas el pasado año que volvió al pueblo, algo en mí se marchito, quizás mi alma brillante era a causa de sus recuerdos y promesas, pero cuando volvió, todo se desvaneció y me volví una chica totalmente diferente, a veces un corazón roto o una desilusión te cambia.

Selena nunca supo de esta historia y no hay necesidad de que lo sepa, no le doy importancia, yo me quede en una burbuja de tristeza y no hay espacio para nadie más.

Odio llorar, odio sentir mis mejillas húmedas, odio la respiración baja cuando lloras, pero que Dante dijera esas palabras logro accionar mi botón para llorar como estúpida. Detesto quererlo, detesto tener recuerdos con él, detesto pensar en sus falsas promesas, lo quiero tanto, que duele. 

Escucho voces, quizás son mis padres que han llegado, pero si mamá me ve con este rostro deprimido e hinchado de tanto llorar se preocupara. Quito mis audífonos y me acomodo para dormirme, mañana veo a mis padres, además es tarde y ellos no intentaran despertarme.

No tengo ánimos de ir a clases, y no planeo hacerlo, llame a Selena para decirle que faltare el día de hoy, ella no está muy feliz que digamos y nota que nada anda bien por mi voz. Sé que después de clases vendrá a casa para ver qué sucede conmigo, creo que debería contarle toda la historia de Dante y así no preocuparla, sé que se sorprenderá, pero debo ser sincera y contarle todo, aunque no quiera.

Salgo de mi habitación y puedo oler el rico desayuno y sé que es hecho por mamá. Conozco el olor de su comida y muero por verla y abrazarla, un mes sin verla es una eternidad y la extrañaba como a nadie en el mundo, llego a la cocina y allí esta ella sirviendo el desayuno, al verme, me abraza y me llena de besos.

–Hola mi Allie, ¿Cómo estás? Dios como te extrañaba princesa... –creo que no se da cuenta de que me puedo morir asfixiada por su abrazo.

– ¡Mamá el abrazo es muy fuerte, no puedo respirar!me suelta y sonríe, señala mi plato de comida y me siento para comer.

–Tu padre debe estar por bajar, pero comienza a comer, ¿No iras a clases? –dice mientras continúa haciendo tocino.

–No, no iré, apenas es la primera semana y tenía un mes sin verlos, prefiero pasar el día en casa con ustedes –mamá asiente y se sienta a mi lado.

–Hola, hola, hola, ¿Se encuentra la hermosa de Allie, Allison?

Se escucha una voz de caricatura, sin duda es papá con un enorme oso de peluche color blanco y lila.

Me levanto de la silla y me tiro en sus brazos, él sabe mi obsesión por los osos y en cada viaje que hacen me trae uno más grande. Nos sentamos entre risas, y me cuentan de su viaje y del éxito que tuvieron en su negocio, les conté sobre mis dos primeros días de clases y les dije sobre la fiesta del sábado, el cual me dieron permiso, pero que debo estar pendiente de lo que les colocan a las bebidas, aunque saben que yo no tomo.

–Allie mi amor, debemos hablar algo contigo –dice papá un poco serio, espero que no sea otro viaje.

– ¿Que sucede, papá? –él mira a mamá y mis ojos bailan viéndolos esperando la respuesta.

–Tu mamá, ella, bueno... –ambos se observan –Está embarazada, tu tendrás un hermanito o hermanita... –dice papá un poco nervioso, pero con una enorme sonrisa.

–De... ¿De verdad?

Digo un poco sorprendida, han pasado dieciséis años y ahora seré hermana mayor.

–Sí, ¿No te alegra la noticia? –dice mamá mientras toca su vientre.

–Claro mamá, siempre me enojaba con ustedes porque no querían obsequiarme un hermano, y ahora por fin se decidieron, gracias, serán unos largos nueve meses de espera, ¿No creen? –digo mientras sonrió feliz por la noticia.

–Así es, pero lo disfrutaremos mucho, comenzando otra vez, pero me emociona.

Ellos ríen, terminamos de comer y ayudo a mamá con las cosas de la cocina. Ahora debo ayudarla más, espera un bebé y no puede hacer todo sola, aunque tenemos a mi nana, igual debo estar para ella. Lo acordado esta, en que cada viaje de trabajo ira solo papá, mamá por su salud se quedara en casa.

Escuchamos el timbre y nos miramos un poco extrañadas, es temprano y no creo que sea Selena. En segundos aparece Sofía, mi nana, le miramos.

–Allie, te busca un chico... –dice confundida, asiento, paso a su lado.

Quizás sea Nick, pero aparto esa idea porque mi nana lo conoce y ya hubiera pasado a la cocina. Limpio mis manos mientras me dirijo a la sala, ya que le dieron el permiso que entrara y me esperara. Al llegar a la sala me sorprendo al ver a Dante de espalda, ¿Cómo sabe que vivo aquí? Nos mudamos dos años después de él haberse ido, quizás su mamá le dijo, ya que ella quedo en contacto con mi mamá, aun no salgo de mi asombro.

–Da... Dante, ¿Qué haces aquí? –digo mientras me acerco y quedo frente a él.

–Allison, hola, aquí está mi horario de entrenamiento, me dijiste que te lo hiciera llegar –dice mientras me entrega la hoja.

–Ok, le daré un vistazo más tarde y mañana te llevare el horario para la tutoría –digo mientras veo la hoja y no verle, a los ojos.

–Está bien, creo que debo irme, aun debo ir a clases –dice mientras se dirige a la salida.

–Vale, nos vemos mañana... –digo mientras voy detrás de él y sin darme cuenta, me está mirando.

– ¿Te encuentras bien? –su voz es de preocupación y me siento extraña escuchándolo.

–Sí, ¿Porque lo preguntas?

–Por lo de ayer, Allison discúlpame ¿Si? No quise hacerte sentir mal, soy un idiota.

–Está bien... –es lo único que alcanzo a decir. –Todo bien, de verdad, algo tonto lo de ayer, está todo bien –nos vemos fijo, carraspeo y corto toda conexión de mirada.

–Vale, nos vemos mañana… –asiento, pero luego él se acerca tanto a mí que queda por encima de mi frente, trago grueso. –Prometo poner todo de mí en literatura, yo... solo lo siento.

Dante se marcha con prisa, dejándome a mi confundida con su manera tranquila de hablarme y no ser un idiota. Ni siquiera logré ver sus ojos, salió tan rápido que sentí mi cabello moverse por la diminuta brisa que ocasiono. Y aquí quedo yo, viendo el suelo y con una tonta sonrisa en mis labios, espabilo y niego repetidas veces, no es momento de bajar la guardia, claro que no.

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