Capítulo 2

Cerebrito, cerebrito y más de la palabra, cerebrito. En eso se pasó toda la clase el idiota de Dante, para dirigirse a mí, porque para mí otra mala suerte, nos emparejaron en una actividad súper rápida y que yo hice en minutos. ¿En qué cabeza puede caber que yo soy un cerebrito? Ah sí, en la cabeza de Dante, solo porque llevo lentes, leo infinidades de libros y me aplicó en mis estudios. Por eso y más, no tienen por qué llamarme cerebrito.

Osea me visto bien, estoy siempre a la moda, –pero a mi modo claro–, no pretendo ser una chica sexy como las de ahora, sé que no asisto a fiestas, porque prefiero estar en mi habitación viendo películas, escuchando música o como siempre leyendo.

Prefiero ignorarlo, si, debo ignorarlo, aunque él sin dudas ríe por lo bajo, solo finjo que no lo escuche. No quiero ser esa persona que tomara para burlarse cada vez que lo desee, aunque cualquier chica del instituto quisiera estar en mi lugar, así sea ser el hazme reír de Dante en estos momentos, negar que él es un chico guapo, sería como mentirme a mí misma

Dante tiene el cabello castaño, ojos cafés oscuros, es alto, –mucho, a decir verdad–, quizás un metro setenta y cinco, su piel algo morena o bronceada y sin dudas, un chico arrogante, tosco, burlón, algo mimado y con el corazón más podrido que una manzana pasada de semanas, si, ese es Dante.

Ya nos han enviado actividades, primer día de clases y ya debo aplicarme. Bueno es literatura no me quejo, salgo con mucha prisa del aula en busca de Selena, necesito estar a millones de kilómetros del idiota de Dante, no quiero sentir su presencia ni escuchar su voz.

–Cerebrito... –adiós poca tranquilidad.

Finjo no escucharlo y apresuro el paso, aunque es imposible, en un abrir y cerrar de ojos lo tengo a mi lado, ¿Ahora que quiere?

–Oye cerebrito, te estoy hablando, ¿Me estas ignorando?

–Vaya al menos no eres están idiota que digamos –comento, continúo caminando. – ¿No es tan obvio? ¿Eh? –digo mientras mi vista busca a Selena.

–No es de buena educación ignorarme, Allison y mucho menos a mí... –le enfrento en su totalidad, me cruzo de brazos.

–No menciones mi nombre como si fuera tu amiga ¿ok? –apunto y lo miro fijamente –Porque no lo soy y no pretendo querer serlo, Dante.

–Vaya, tienes carácter... –me guiña –Te gusto ¿Verdad? –ruedo los ojos al cielo y bufo.

– ¡Ay por Dios! ¿A ti que te pasa hoy en el primer día de clases? Tus ínfulas están... –alzo los brazos, exasperada, retomo el paso. –Déjame tranquila.

–Admítelo, jeje –me detengo en seco, le miro fijo.

–A ver Dante ¿Que rayos quieres de mí? Solo te haré un recordatorio enumerado para que no lo olvides ¿sí? –se cruza de brazos, sonríe, asiente. –Uno, eres un idiota, dos, odio y detesto a los idiotas, tres deberías sacar de tu mente que me gustas, cuatro y el más importante –hago una pausa, bufo. –Continúa fingiendo que no me conoces, ¿bien? –chasquea y niega.

–A ver Allison también te haré un recordatorio enumerado para que nunca lo olvides –suspiro, asiento. –Uno, eres un cerebrito, dos, los cerebritos no son de mi agrado, tres, es tan claro que te gusto, cuatro y el más importante –trago grueso, niego. –Intentare remediar todo... –se da media vuelta y se marcha.

– ¿Qué? –y le veo marcharse entre los demás alumnos.

Un momento, ¿Que acaba de decir? ¿Remediar todo? ¿Ahora? ¿Cómo diablos pretende volver hacer en mi vida lo de años atrás? Mi amigo...

Necesito aire, necesito contarle a Selena y necesito irme a casa, oh desgraciado primer día de instituto, cuanto te anhelo graduación, te deseo como deseo en este momento un rico desayuno, ¡Dios! ¿Dónde se ha metido Selena? Acaso no recuerda que me da malhumor cuando estoy hambrienta.

–Nena donde rayos te habías metido... –su voz se escucha detrás de mí, ya era hora que apareciera.

–Llevo como siete minutos buscándote, necesito contarte algo, ¿Dónde está Nick? Pensé que estaría contigo, para ir los tres a desayunar... –digo mientras tomamos el camino a la cafetería.

–Nick se nos adelantó, le dije que te buscaría y me dijo que él se iría adelante para buscar una mesa.

–Ok, ah, por cierto, Dante, me hablo... –digo mientras se puede notar a kilómetros mi cara de estrés al recordar todo lo que me dijo. –Me hablo...

– ¿Qué? ¿Dante? –Selena me mira asombrada.

–Sí, ese mismo, ¿Te cuento en casa?, ¿Te quedaras hoy también? Recuerda que mis padres aun no llegaran de su viaje de negocios y no quiero estar sola... –digo mientras entramos a la cafetería y ubicamos a Nick.

–Sí, lo mejor es que hablemos en casa, Nick odia escuchar el nombre de Dante, y no me agrada hablar de él en la cafetería, las mesas y sillas también tienen oídos.

Cuánta razón tiene Sel, hablar de un popular es crear un chisme y no quiero estar involucrada en un chisme y mucho menos con Dante.

–Chicas hasta que por fin llegan, me tomé la molestia de traerles el desayuno, Sel, para ti traje, yogur con granola y trocitos de manzana, ah y tu jugo de fresa que nunca falta y para ti Allie un emparedado de jamón, queso mozzarella y germinado, ah y tu jugo de naranja que nunca falta.

–Dios, ¿Nick, que sería de nuestra vida sin ti? Eres el mejor ¿Lo sabias? –dice Selena mientras prueba su yogur.

–Si Nick, eres el mejor, te adoro, el emparedado es el mejor del mundo... –digo mientras disfruto de mi delicioso desayuno.

Sel y yo conocemos a Nick desde el primer año de instituto, él recién estaba nuevo en el pueblo y al conocerlo sentimos esa conexión de amistad duradera. Él vive con su abuela materna, su madre murió cuando él solo tenía doce años y su padre decidió traerlo a vivir aquí para que se alejara un poco de los recuerdos de su mamá. Su padre lo visita a final de mes y tienen buena relación a pesar de estar lejos el uno del otro, tiene un hermano menor, el cual se quedó con su padre.

Nick tuvo problemas con Dante, el pasado año, cuando el castaño regreso al pueblo, a Nick le gustaba una chica, un año menor que nosotros y Dante fue el culpable de que la chica fuera transferida a otro instituto. Nick desde esa vez le tiene tanto odio y rencor que ni siquiera puede escuchar su nombre.

Nuestro adorado amigo es muy guapo, tiene los ojos color verde pasto, cabello castaño claro y piel morena. Tiene un cuerpo atlético, pero no tanto como los del grupo de futbol. Nick nunca nos deja a mí y a Selena, aunque en ocasiones ellos discutan por tonterías, siempre se defienden el uno al otro, al menos no estoy tan sola, tengo a mis mejores amigos, los cuales no los dejaría de querer nunca.

–Chicas ¿Escucharon sobre la fiesta que harán este sábado? Sera en la casa de Brad, deberíamos ir, dijimos que disfrutaríamos este último año de clases... –puedo sentir la furia de Selena, al escuchar lo que dijo Nick, prepárense para la explosión.

–A veces siento, que tú y Allie son gemelos, acaso se pusieron de acuerdo para arruinarme el día mencionando a ese idiota.

Brad y Selena fueron novios el pasado año escolar, él es uno de los jugadores del equipo de fútbol mejor amigo de Dante.

Sabía que a Selena no le agradaría escuchar que la fiesta será en la casa de él, pero sé también que ira solo para darle a entender a Brad lo que él se perdió. Él la engaño con una de las populares, él le pidió perdón, pero Selena no lo acepto, ella dice que el que engaña una vez lo hace siempre, pero también sé que ya en su mente debe estar organizando el vestuario que utilizara.

En segundos se desato otra guerra entre Nick y Sel, luego quedamos en que si iremos a la fiesta. Sabía que no podía decir que no, fue una promesa grupal y estaremos juntos en todo lo que se de este último año escolar.

..

Las clases del primer día terminaron, llevamos a Nick a su casa y nosotras nos dirigimos a la mía, en el proceso íbamos escuchando algo de música y pensando en que mi nana nos tuviera una rica comida al llegar.

Llegamos y allí estaba ese rico olor a comida recién hecha, nos dirigimos al comedor y comenzamos a comer sin perder tiempo. Le conté a Selena todo lo que ocurrió con Dante, puedo sentir un grano de arroz en mi mejilla, porque Sel escupió al escuchar lo que el arrogante me dijo. Que según él me gusta, no para de reír al limpiar la comida que escupió en mi cara, a mí no me parece gracioso.

Nos fuimos a mi habitación, nos cambiamos de ropa y decidimos ver un poco de tv. Selena está en su móvil revisando sus redes sociales, mientras yo veo El Diario de Noah, Dios cuanto deseo tener un amor así, un tanto complicado, pero que al final del túnel oscuro encuentre la luz, que es la felicidad.

– Oye Allie, ¿Te puedo preguntar algo? –comenta Sel, aparto mi vista del televisor.

–Sí, dime.

–A ti... ¿Te gusta o agrada Dante? –sabía que lo preguntaría, había tardado aproximadamente cuarenta y cinco minutos.

–No y no, no me gusta y no me agrada... –mentira, puras mentiras.

– ¿Y no has pensado que estará planeando Dante? Porque decir así con simpleza que él te gusta es como afirmar algo que ni siquiera tú has dejado a la vista de todos, se siente tan seguro de ello –suspiro y trago grueso, Selena se las sabe todas. –Digo, no lo sé.

–No lo había pensado y trato de no pensar en eso, no quiero darles mucha importancia a sus palabras... –aunque si quiero saber que planea.

–Allison –le miro fijo. – ¿Y si de verdad te llega a gustar a medida que el tiempo pase?

Sel aparta su vista del móvil y me mira preocupada, mientras que yo solo quiero ahorcarla por su comentario.

– ¿Qué? Selena, ¿Sentir gusto o atracción por Dante? Nunca, obvio no, eso nunca…

Dante es un arrogante e idiota, y está claro que ya no es el chico que me gustaba... O eso me hago creer.

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