Capítulo cuatro: El encuentro

Rosse Smith.

En estos dos días que han pasado, he tenido sueños y he estado recuperando la mayor parte de mi memoria, ya sé quien es mi mejor amiga y creo que los antiinflamatorios están haciendo un gran trabajo, aún me duele la cabeza cuando recuerdo algunas cosas.

Hoy saldrá el vuelo a la Isla, y es la primera vez que viajo sola, o bueno... Sin mi madre. Mis padres han sido muy protectores conmigo, pero mi padre aún más, desde que él se fue mi madre lo ha sido mucho más, y casi no hablamos, él y yo nunca hemos tenido una buena relación, quizás puede que sea por que tenemos el mismo caracter y por eso chocamos, siempre queremos tener la razón.

El auto de mi madre estaba a la espera de que Milly y yo bajáramos con nuestro equipaje, ella ha sido tan buena amiga que se ha quedado todos estos días conmigo y me acompañará en este viaje, estoy algo nerviosa, y no entiendo porqué, lo bueno es que estaré con mis amigos, Emily me ha enseñado fotos de su teléfono de todos los que conocemos y he estado hablando con Justin desde el teléfono de mi mamá, he estado recordando cosas de él.

Mamá suena el claxon—¡Apresurence, van a perder el vuelo!—gritó desde el auto.

Me despido de mi abuela dándole un gran abrazo—Te voy a extrañar, Abu.

Ella me da un beso en la mejilla—Yo igual, cariño. Te portas bien y no vayas a quitarte las gafas.

Síp, ahora tengo que usar gafas como antes, tenía tiempo sin usarlas y eso trajo consecuencias.

Emily abre la cajuela del auto y guardamos nuestras cosas para ir al aeropuerto, Emily iba en el asiento trasero y yo en delantero, había un silencio en el auto, no me había acostumbrado al hecho de que no tengo teléfono, y solo han pasado dos largos días. Él aeropuerto estaba a dos horas de la ciudad así que me pasé al asiento trasero para estar con Emily y escuchar algo de música.

Nos habíamos quedado dormida todo el camino, no habíamos dormido bien porque Emily me estuvo enseñando vídeos de nuestras aventuras y hablándome de muchas cosas, al llegar al aeropuerto bajamos nuestro equipaje.

Mamá baja del auto para ayudarnos y luego mira la puerta del aeropuerto -Te cuidas mucho, mi niña. No quiero que vuelvas a tomar. Te amo-ella besa mi frente.

Volteo los ojos—Lo haré, te amo.

—No se preocupe, Señora Smith. Ella estará en buenas manos—dijo Emily posando su brazo en mi hombro.

Mamá la mira mal y luego la cambia al ver que lo noté—Más te vale.

Emily le da una sonrisa falsa y sigue su camino para entrar al aeropuerto, termino de despedirme dándole un abrazo a mi madre y seguir a Emily, pasamos por todo el proceso de revisión y llegamos justo a tiempo para subir al avión, mis nervios se hacían presentes, nunca había subido a un avión y lo peor, lo peor del caso era que le tenía miedo a las alturas, y creo que no pensé esto antes.

Estando en el avión, Emily comienza a notar que estoy nervios y se ríe— Calmate, no pasará nada, solo que el piloto y el copiloto se duerman de lo ancianos que son y nos estrellemos... pero más nada.

—¡¿Ah?!—dije nerviosa.

Ella suelta un risa—Tranquila, es broma.

La miro mal, y me aferro a mi asiento cuando el avión comienza a despegar, siento unas cosquillas en mi estómago y mi corazón casi salirse de mi pecho.

—¡Haaa! ¡Me quiero bajar!—dije gritando con la voz llorosa.

Emily solo se reía al verme llorar como nenita—Ya es tarde, y cada vez vamos más arriba

—¡Haaa! ¡No quiero morir virgen!—dije Aferrándome cada vez más a mi asiento cerrando los ojos

Emily se reía mas fuerte y las personas nos miraban raro, pero yo no hacía caso a sus miradas.

—Rosse, ya no eres virgen—susurró Emily.

—Ah, sí, pero igual... ¡Haaa, se me tapó el oído!

Emily me dá una goma de mascar para que no me afecte tanto la altura. Él avión en su mayor altitud y yo con mi drama de nenita, Emily me hace ver la vista por la ventana, era hermosa, de repente quedé hipnotizada por la vista, el drama y los nervios se fueron, habían diferente tonos de verde, las cosas se veían tan pequeñas, era muy impresionante. Emily me entrega un audífono y escuchamos música de Ed Sheeran hasta dormirnos.

Una hora más tarde la azafata comienza hablar, dándonos la bienvenida a la famosa Isla Joya del Caribe, me asomo por la ventanilla del avión y el mar se veía precioso con ese azúl impresionante, la musica de Happier de Ed Sheeran sonaba y no sé porqué, pero a mi parecer combinaba perfectamente con la vista, ya estábamos por aterrizar y nos abrochamos el cinturón. Al aterrizar y bajar del avión comienzo a sentir mariposas, y comienzo a sonrojarme.

¡¿Que m****a?!

¿Por qué me siento así?

Emily se da cuenta y sonríe—¿Estás lista?

Suspiro profundo—Sí.

Ella entrelaza su brazo con el mío y caminamos para esperar por nuestro equipaje. Después de unos momentos esperando nuestro equipaje, vamos hacia la salida y vemos a Justin, tenía unas rosas con girasoles en las manos, Emily de repente se tensa al verlo.

—¿Estás bien?—pregunté

—Sí, solo que...

—Tu corazón se quiere salir—canturreo al decirle eso.

—¿Quee?—Bufa y voltea los ojos—Claro que no.

—Ajá.

Justin se ve nervioso, la isla como que le cayó bien al condenado y Emily notó eso, al acercanos aún más el corre hacia mí abrazandome fuerte.

—¡Rosse, me alegra tanto que estés bien! Me moriría si le pasara algo a mi hermanita menor.

—Sí, pero... Ya... Sueltame que me dejas sin aire.

Él deja de abrazarme y luego posa su mirada en Emily sonrojándose un poco, Él le entrega el ramo de flores dándole un beso en la mejilla, mi amiga se sonroja tanto que yo me río.

—Gracias, Jus—dijo Emily pasando un mechón de su cabello detrás de su oreja.

—¿Y para mí no hay nada?

Él se ríe—No, cuatro ojos.

Le hago mofa—No me digas así, tengo que usarlos porque no quiero quedarme más ciega.

Al salir del aeropuerto Justin guarda el equipaje en la cajuela del auto, nosotras subimos al auto y de una vez me siento atrás para que Emily quede adelante, Justin enciende el auto, conectamos el teléfono de Emily para escuchar un poco de Avicii.

—Wake me Up. Sí, esa—dije con entuciasmo.

Justin como siempre pisa el acelerador para irnos, íbamos con la musica a todo volumen cantando por todo el camino, al llegar a la zona céntrica de la isla las personas nos miraban extraño por la música a todo volumen y nosotros cantando como si estuvieran matando a un gallo, pasamos por un gran edificio y observaba lo grande que era, Justin me mira con el ceño fruncido por el retrovisor del auto, lo miré un poco confundida y el sonrió para seguir el camino.

Llegamos al conjunto residencial en el que Justin vivía y habian enormes casas con grandes entradas, la casa de Justin quedaba en la cima de una colina, y sí que era una gran casa, era de dos pisos y era... ¿Color negro?

—Jus ¿Te puedo preguntar algo?

—Ya me estás preguntando algo—dijo en tono obvio.

Pongo los ojos en blanco—Ja já, que chistosito, es enserio.

Justin presiona el botón para abrir el gran portón que tenía para entrar a su casa.

—¿Por qué tu casa es color negro?

Él se escoge de hombros—¿Será porque me gusta el negro?

Comparto una mirada de confundida con Emily.

—Pero...¿Esta casa no es la de tus padres?—preguntó Emily.

—Es mi casa ahora, voy a estudiar en la Universidad de aquí.

Okay, eso nos cayó como un balde de agua fria.

—¡¿Qué?!—dijimos en un unísono.

Me acerco a su asiento—Pero... Jus, ¿Que hay de la universidad de nuestra ciudad? Se suponía que los tres estudiaríamos allí

—Mis padres se irán a Italia, y me dejarán a cargo de los bienes raíces de aquí, tengo algo de preparación en esa área por lo que me han instruido mis padres, así que me quedaré aquí.

Me sentía un poco triste, significaba que ya no lo vería más, ni siquiera se cumplirán todos los planes que teníamos de estar en la misma universidad, él se quedaría aquí.

—¿Se acuerdan de la prueba que iba presentar?

Emily me mira y luego lo miramos a él—Sí, ¿Que pasó con eso?

Justin suspira progundo y se pasa la mano por el cabello—Estuve estudiando por mucho tiempo para esa prueba, y... Bueno...

Ya me estaba estresado con tanto misterio que tenía—¡Joder, habla ya!

—La prueba era para pasar lo que quedaba de este año y del otro que faltaba, lo que quiere decir es que me gradúe de preparatoria.

¡Beeaam! Otro balde de agua fría.

—¿Por qué no nos dijiste nada?— pregunté molesta—Nos contamos todo, ¿No?

De repente la mirada de ellos dos cambiaron, era como si ocultaran algo.

¿Me estarán ocultando algo?

—Sí, pero ya hablaremos eso.

Al llegar Justin guarda el auto en el garaje, él baja nuestro equipaje y nos guía por una puerta donde había una escalera para subir a la casa, el garaje era como subterráneo, subimos unas escaleras para encontrarnos un gran salón con paredes negras unos muebles de cuero con una mesita en el medio y encima tenía unos libros, había una chimenea a gas, y un gran televisor pantalla plana con unos videojuegos y una gran puerta corrediza, Salgo para ver que hay detrás de esa puerta, y hay una vista hermosa, había una gran piscina, sillas reclinables, camino un poco mas adelante para ver la hermosa vista del mar. La colina en donde estaba ubicada la casa de Justin, sí la bajaba podía llegar fácilmente a la playa, sigo contemplando la vista y había algo así como un local, lo que me imagino que pueda hacer un club.

Justin se me acerca y mira la playa—Hermosa vista ¿No?

—Sí, que sí—Mi mirada sigue puesta en aquel local y lo señalo—¿Qué crees que será aquello?

—Un club, pero no sé quien pueda ser el dueño, y está pronto por abrir.

—¿De que hablan?—dijo Emily uniéndose a la conversación.

—Hablamos de que Justin, nos va a llevará al nuevo club que abrirán.

—¿Qué? Yo no dije eso.

Emily comparte una mirada complice conmigo y ambas sonreímos. Ella se le acerca sensualmente a Justin haciendo que el comience a ponerse nervioso, me da mucha risa porque se está sonrojando, él ve que ella se acerca cada vez más y comienza a caminar de retroceso hasta caer en la piscina, Emily se ríe al igual que yo, Justin sale a la superficie y nos hace mofa.

—Justin, no te enojes—dije siguiéndolo hacia el interior de la casa.

—No, estoy enojado—dijo en un tono frío.

—¿Ah, no?-dijo Emily entre risas—Sino es así, entonces ¿por qué arrugas la nariz?

Bufa—Me voy a cambiar, tenemos que ir almorzar.

—¿Y por qué no comemos aquí?—dijo Emily mientras yo usaba su teléfono. Ella me mira y luego lo mira a él—Necesito mi teléfono, se un buen amigo y compra un teléfono para tu amiga, no quiero que lea las conversaciones con Jack.

Cosa que ya lo había hecho, ella tenía algo raro, cuando vimos a Justin en el aeropuerto, ella estaba sonrojada, eso me hacia ver que ella aún seguía enamorada de él.

Justin suspira cansado—Está bien, ¿Se van a cambiar o seguirán jugando a que son gemelas?

Emily y yo estabamos con unos vaqueros rasgados, unas sudaderas de Escandalosos, ella tenía la de pardo y yo la de panda, mi cabello estaba recogido en una cebolla con algunos mechones rebeldes saliendo de ella y mis gafas, Emily tenia una cola alta y unos lentes de sol puestos en su cabeza.

—Nop, nos quedaremos así—dije mientras salía de nuevo hacia la piscina, quería volver a mirar el local ese que estaba a la orilla de la playa, tenía curiosidad.

Al cabo de unos minutos Justin había bajado, se veía tan guapo, tenia su cabello algo desordenado, tenía puestos unos vaqueros negros al igual que su camisa, el toma las llaves de la casa y de su auto, Emily y yo subimos y esta vez yo iba adelante.

—Vamos a pasar por un amigo—dijo Justin encendiendo el auto.

—¿Por quien? ¿Es lindo?—dije levantando las cejas de forma juguetona.

Emily me da un leve golpe en la cabeza—¡Hey! Ya tú estás ocupada.

Me volteo para mirarla—Pues... Novio no tengo, ¿Por qué dices que estoy ocupada?

—En esta Isla lo vas a descubrir.

—Espero que no—dijo Justin fríamente.

Lo miro confundida y le doy un golpe en la capeza—¿Y a ti qué te pasa? Hoy estás muy extraño, tu humor cambió muy rápido ¿Estás en tus días?

Él se ríe—No, amix... Hoy no lo estoy.

Justin y emprendió el camino hacia la casa de su amigo, pasamos muchas casas y hubo una que me llamó la atención, fijé mi mirada en una de las ventanas, Justin iba muy despacio porque hablaba por teléfono. En esa ventana había un chico sentado en el borde de la ventana fumando, algo raro que noté; fue que Justin miró al chico y aceleró.

—¡Hey! ¡¿Estás demente, idiota?!—dijo Emily molesta-¿No viste que no teníamos el cinturón?

Emily me mira y luego yo miro a Justin- Jus,¿Pasó algo? Tú no eres así.

—Sí, sí pasó algo.

Levanto una ceja- Y bien... ¿Nos dirás?

Suspira—Sí—Él presiona el volante hasta que sus nudillos se tornan blancos—Es Andrew.

Ese nombre...

Ese nombre hizo que mis mariposas revolotearan en mi estomago, se me hacia tan familiar ese nombre.

¿Que me pasa?

Siento un pinchazo en mi cabeza, causando un leve dolor.

Puse un mano en mí cabeza—¡Agh!

—¿Estás bien?—preguntaron Justin y Emily.

—Sí.

Me enderezo en mi asiento y Justin continúa—Él y yo peleamos, besó a la chica con la que yo salía.

Miro con el rabillo del ojo como Emily se tensa.

Ella está Celosa—canturreo en mi mente.

—Él me vio la cara de estupido con la chica que yo salía, y su mejor amiga—Justin le da un golpe al volante—Lo que me duele... Me duele que sé que esto pasó por mi culpa.

—¿Qué culpa tienes de que ese idiota hiciera eso?—dije con molestia.

—Es que... De niños éramos muy buenos amigos, y nos enamoramos de una misma chica, pero descubrí que ella no era quien yo creía que era. Ella era muy manipuladora, ella quería estar conmigo y con él, un día nos citó a un parque, ella estaba recostada en un árbol, hablamos y yo le dije que no quería nada con ella, que sabía que era lo que quería, pero ella de repente puso una mirada rara, me jaló y me besó, trataba de soltarme pero no pude, ella aún me gustaba, pero tuve la fuerza para quitarme, aunque no lo crean ella tenía una mirada malvada, creo ella tenía un problema psicológico, y cuando me di cuenta Andrew ya había visto todo, quise buscarlo y explicarle lo que pasó pero el nunca me dejó, cuando volvimos hablar y recuperar la amistad después de mucho tiempo... pasó esto-Los ojos de Justin se llenan de lagrimas-Perdí a mi mejor amigo.

Emily le da un beso en la mejilla—Deben arreglar todo, si tan buenos amigos son, entonces tienes que explicarle todo.

—¿Después de lo que me hizo?

Lo miro—No van a perder la amistad por dos perras como esas ¿O sí?

Justin sonríe—No.

Sonreí—Bien, así me gusta.

Justin reduce la velocidad y llegamos a una casa muy hermosa, de dos pisos con un grandes ventanas y tenía piedras decorativas en las paredes, era realmente hermosa.

Justin hace una llamada y yo sigo mirando por la ventana del auto cada detalle de es casa moderna, pero de repente sale un chico alto. Él vestía unos shorts con una camiseta blanca y una camisa de cuadros encima, tenia unas converses y su cabello era rubio, él se pasa su mano por el cabello para desorfernarlo un poco.

—¿Quien es él?—pregunté observando detalladamente al chico por el vidrio oscuro de la ventana.

Justin se echa a reir—Él, es Zack.

—¿Me veo bien?

—No—dijo Justin cortante.

Él guapo chico rubio que se parecía al hermano de Ken se acerca a mi puerta, creo que él creía que no había nadie, ya que el auto tenía vidrios oscuros. Zack abre la puerta y yo saludo tímidamente.

—No me dijiste que teniamos compañía-dijo Zack sonriéndo.

—Lo olvide—dijo Justin. Él me mira lo haciéndome entender que me pase hacia el asiento trasero.

—Bueno... Yo me voy hacia atrás.

—No, no te preocupes, quedate allí—Él cierra puerta y se sube en el asiento trasero.

Justin arranca y había un silencio algo incomodo, no se porqué, miro a Justin y el sonríe.

—Zack... ¿Por qué tan callado? ¿Te dio mariquitis?

—No, solo que no las conozco—dijo Zack pasándose la mano otra vez por el cabello.

—Ay vale, Zack—canturreó Justin.

Emily se ríe al igual que yo—Soy Emily, y ella es Rosse.

Él le da la mano a Emily y luego me la estrecha a mi, pero hace un gesto que me pareció tan lindo... "Besó mi mano". Él tenía unos ojos que te hacían estar a sus pies, nunca había visto unos ojos tan azules como los de él.

Emily aclara su garganta—Ocupada—canturreó

Suelto su mano y fijo mi mirada de nuevo en las casas pero esta vez se veía el mar, tenía tanto tiempo queriendo venir aquí, y lo estoy, pero lo mejor de todo es que estoy sola, sin nadie que me diga que hacer, sin discusiones, sin nada.

Sin embargo había algo que yo tenía que descubrir, y Justin me está ocultando algo, o todos me están ocultando algo.

Llegamos al centro comercial, habian personas en traje de baños, y otras vestidas normal, Justin estaciona el auto y todos bajamos, entramos al centro comercial y Emily entrelaza su brazo con el mio para caminar mas rápido y ver los exhibidores de las tiendas, había una tienda de vestidos de novia y a la loca de mi mejor amiga se le ocurrió la loca idea de probarnos algunos vestidos.

—¿Te gusta este?—dijo Emily mirándose al espejo con el tercer vestido que se probaba

—Sí...—dije aburrida. Estaba sentada con las manos metidas en el bolsillo de mi sudadera—¿Ya nos podemos ir?

Emily pone los ojos en blanco—Ahg, está bien.

Pasamos casi todo el medio dia en el centro comercial, comimos, me compraron un nuevo teléfono, cosa que tuve que ganarmelo en un reto, y el reto era... Darle un beso a Zack, y bueno... Quería un nuevo teléfono y me iba a negar besar a un chico como él.

Así que, no juzguen.

Y no fue la gran cosa, apenas lo conozco y sólo fue un beso de niños, lo que significa; que no hubo mucho roce de labios, ni nada de lengua.

Al llegar a la casa de Justin acomodamos nuestras cosas en la habitación que Justin nos dio, Emily se había quedado dormida escuchando musica y yo decidí tomar un baño para refrescarme un poco. Después de mi baño busco algo que ponerme, como unos vaqueros rasgados hasta las cintura, una blusa olgada, unos tenis y por supuesto... Mis gafas.

Esto me pasa por no habérmelas puesto hace tiempo, y ahora tengo que pagar el precio.

Suelto mi cabellos y lo cepillo con mis manos un poco, creo que era hora de cortarmelo, ya mi cabello estaba casi llegando a mi cintura y me cansa el hecho de tener que cepillar mi cabello todo el tiempo.

No me gusta cepillar mi cabello.

Tomo mi nuevo teléfono y salgo de la habitación con cuidado para que Emily no se despertara, bajo las escaleras para ir a la piscina y explorar todo el lugar, camino hacia donde se podia ver la orilla de la playa y aquel lugar que quería explorar, miro a todos lados para ver si venía alguien, pero no, la zona estaba despejada, bajo con cuidado la colina, la superficie estaba rocosa y algo resbaladiza así que pisaba con cuidado para no tener otro accidente, me costó un poco bajar ya que la colina era algo alta, pero luego de unos pocos minutos ya había bajado.

La brisa del mar se sentía tan deliciosa al tocar mi piel, siempre me ha gustado el sonido del mar, tenia tanto tiempo por querer sentir esta sensación de tranquilidad que sentía.

El local tenía un gran entrada que daba vista a la orilla de la playa, y un estacionamiento donde se podia ver la carretera, cuando llegamos no pasamos por enfrente de este lugar porque veniamos en dirección contraria, crucé el estacionamiento pero siempre mirando de que alguien no me viera.

¿Por qué tengo que ser tan averiguadora?

La puerta trasera estaba abierta, así que entré con el más mínimo cuidado, pero hubo un viento que hizo que la puerta se cerrara y emitiera un fuerte sonido.

—¿Qué fue eso?—dijeron dos voces masculinas.

No creía que pudiera haber alguien aquí, quise debolverme pero llegaron más y más personas, algunos eran contructores por su vestimenta, pero otros me imagino que serían empresarios, como el arquitecto y el maestro de obra, comenzaron hablar sobre muchas cosas y luego la conversación se centra en cual pared derribarían.

Pasaron varios minutos y me puse a buscar una salida sin que nadie me viera mientras los trabajadores estaban ocupados derribando la pared, pero cuando iba a salir me detuve en seco al ver una chica morena con piernas largas, y un traje elegante entrar al lugar, me devuelvo otra vez a mi escondite entre unas cosas tapadas con una manta. La conversación de la pared pasa a ser una discusión, porque derribaron la pared equivocada según por lo que dijo la chica con piernas de flamenco, luego otros se unen a la discucion comienzan alzar la voz cada vez.

—Ahora como salgo de aquí—Susurré

Vuelvo a ver lo que sucedía, pero la chica hace una llamada y habla con los dos señores de traje, casi no los escuchaba porque... Uno había ruido por lo demás que construían, y dos... No me interesaba. Lo que me interesaba en ese momento era salir de ese lugar.

—Me va a tocar esperar—me dije a mi misma—Genial... Ahora hablo sola.

Saco no teléfono del bolsillo de mi vaquero y comienzo a configurarlo a la espera de que todos se fueran y así poder irme, pero vuelven las discusiones, la chica de piernas de flamenco mira su teléfono pero una voz más fuerte se escucha y hacen que todos se callen.

—¡¿Qué demonios pasa aquí?!

Quería ver de donde provenía esa voz pero algo bloqueaba mi vista, su voz era ronca, sonaba atractiva como también muy molesta.

—¿Ninguno me va a responder?—preguntó

La chica con piernas de flamenco habla y explica todo lo sucedido, ya estos me tenían aburrida discutiendo por una estúpida pared, solo construyan otra y ya.

Él de la voz atractiva pide explicaciones y uno de los señores de traje habla, guardo mi teléfono escabullirme mientras de nuevo estábamos entretenidos, me asomo para tener el lugar despejado y uno de los trabajadores de traje sale.

Espero un rato calculando como voy a salir para que no vean. La puerta trasera por la que entré y salió aquel trabajador estaba abierta, lo que me da la señal para irme lo mas rápido que pueda, me voy escabullendo entre las cosas tapadas con mantas, salgo de todos esos escondites, voy cruzando el lugar a todo lo que dan mis piernas cuando choco con una persona.

Ya valí.

Fue un gran choque que ambos caímos al suelo, pero aquella persona resbaló en medio del choque y se dio un golpe en la cabeza, mi cabello se vino todo hacía mi rostro bloqueando mi vista, la persona se levanta.

—¡Agh! Mi cabeza—dije en forma de queja—¡¿Que te pasa, estupido?! Fijate bien por donde caminas, ¿Tenias tambien que caminar rápido?—Me levanto—Eres un tarado- dije acomodando mi cabello.

—Rosse...—susurró

Sacudo mis vaqueros pero al escuchar mi nombre lo miro. Era un chico, tenia un casco y era alto, su piel era blanca, con unos hermosos ojos achinados color café intenso que se conectaron con los mios al instante que nuestras mieradas se cruzaron, sus ojos destilaron un brillo unico, era hermoso, me embobé en su mirada pero luego detallé su rostro y sus cejas eran gruesas que me guiaban a su nariz perfilada y a sus labios color rosa.

Y allí sentí esa sensación de familiaridad otra vez...

Mi corazón se aceleró y mis mariposas revoloteaban en mi estómago al escucharlo susurrar mi nombre.

¿De donde me conoce?

Imágenes vienen a mi mente... Él venía a mi mente...

En él grupo...

La sensación de familiar es más grande, un recuerdo de él viene a mi mente asociado con un grupo.

El grupo que creó Justin...

Ahg...

¿Quien es él? ¿Por qué siento esta sensación con el?

Un fuerte pinchazo se hace presente en mi cabeza, hago una mueca de dolor, y había gente a nuestro alrededor preguntando sí el estaba bien, no hago caso a nada más que a su mirada, y él estaba igual que yo.

Salgo de mi transe al escuchar una voz femenina hablarme.

—¡Te estoy hablando, niña! ¡¿Que haces aquí?! Es propiedad privada, además hiciste que se callera el dueño de lugar ¿No te da pena?—dijo la chica de piernas de flamenco.

Las palabras no me salían, sentia vergüenza por entrar aquí y me descubrieran, esta mujer me regaña como si fuera mi madre, pero lo que hago es quedarme en blanco sin nada que decir, todos me miraban mal y el chico frente a mi lo hacia pero como si quisiera indagar algo.

—¡Miranda, déjala! Ya deja de regañarla, él unico que le puede decir o regañarla soy yo, y no lo hago ¿O sí?—dijo él chico alzando un poco la voz, lo que hace que la piernas de flamenco se calle

Estúpida, apenas te acabo de conocer y ya te odio.

—Pero... Señor, se pudo golpear fuerte su cabeza, podría haber tenido una lesión grave, deberíamos demandarla para que no se meta en lugares donde no debe.

Todos estaban asintiendo con lo que la chica decía, pero yo solo estaba paralizada, primer día en esta Isla y ya me había metido en problemas, había algo en mí que no me dejaba hablar, me sentía muy vulnerable y no sabía porqué.

¿Por qué me siento así?

Mis ojos se llenan de lagrimas y trato de contener que no salga ni una, tenía vergüenza, sentía humillada por todo lo que la idiota esa decía, pero más idiota me sentía porque ni una palabra salía de mí.

Él chico sacude sus vaqueros y sus manos—No seas dramática, solo fue un pequeño golpe y ya no me duele. Deberíamos ver sí ella está bien por la caída—le dijo a la chica de piernas de flamenco para después posar su mirada en mí.

Bajo la mirada y luego la levanto para mirarlo—Estoy bien. Ya me voy, perdonenme—dije tímidamente.

Paso a un lado de él, pero me toma del brazo, su agarre no era fuerte, era suave—Espera... ¿Ya te vas?

Me suelto de su agarre—Sí, y no me toques, ni siquiera sé quien eres.

Me dirijo hacia la salida para irme a la casa de Justin y pensar en todo esto, estaba confundida, ya iba a mitad del lugar ya que era un poco grande, cuando escucho corriendo a alguien y decir algo.

—¡Niña oreo!—dijo el chico detrás de mí.

Escuchar eso me hace detener en seco y voltear—Disculpa, ¿Como me dijiste?

Él sonríe—Niña oreo.

Lo miro extrañada—¿Y como sabes que a mí...

Sigo caminado para ignorarlo pero más recuerdos vienen.

Mi niña oreo...

Buenas noches, mi niña oreo...

Se me viene una foto de él, y su sonrisa, ladina en una videollamada.

Otro pinchazo más fuerte viene a mi cabeza, provocando que duela. Pongo la mano en mi cabeza y me mantengo quieta para no caer, él corrió hacia mí, y me mira con preocupación.

—¿Estás bien?—preguntó. Su preocupación se notaba en su voz.

Yo asiento, pero de la nada sale Emily y hace que me apoye en ella, me sentia debil, ese último pinchazo hizo que me diera un fuerte dolor de cabeza.

—Rosse, ¿Por qué entraste? ¿Estás bien? ¿Podrias dejar de ser tan curiosa en tu vida por una buena vez?—preguntó Emily.

Yo asiento, pero miro al chico que me mira a mí y a Emily.

—Justin, nos espera afuera.

Vi como la mirada del chico cambio y apretó sus manos en un puño.

Emily me lleva hasta el auto de Justin y luego se regresa para decirle algo, mi mejor amigo enciende el auto y conduce luego que Emily sube. No duramos nada en llegar a la casa de Justin ya que estaba a dos minutos exactos por la calle y en abrir el gran portón de la casa de Justin.

Entramos en la casa y me siento en el mueble de brazos cruzados—¿Que le dijiste?—pregunté molesta.

Ninguno me quiso responder, así que subí a la habitación porque mi cabeza estaba que estallaba, pero esto no se queda así.

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