Capítulo dos. El accidente

Rosse Smith.

No puedo creer lo que hice, ahi estaba él, es tan… tan… tan él.

No…

Control…

Tenía la puerta de mi habitacion abierta y mamá entre por ella, se me viene a la mente todo lo que Carter me dijo como pudo planear esto, y estoy segura de que ella había leído el mensaje de Andrew.

—Cariño, llegaste temprano. Creí que te diviertas con Car...—Se calla al querer decir el nombre de Carter.

—Con…¿Carter?—me río sarcásticamente— Ya lo sé todo.

—¿Todo? ¿Todo de qué o qué?—dijo moviendo sus ojos a los lados.

—Ay, por favor… ¿Crees que yo no sé lo que estaban haciendo tú y mi abuela con la familia de Carter? ¿Crees que no sé que revisaste mi teléfono?

—¿De qué estás hablando?

Rodeo los ojos— Ya deja de hacerte la ingenua. Tú me querías como novia de Cárter por solo interés.

—Eso no es así, Rosse.

Comienzo alterarme un poco—¡¿No?! ¡¿No es así!?—respiro profundo para tratar de calmarme—A ver… Entonces…¿Como es?

—Carter, es el chico perfecto para ti, él te 1puede dar una buena estabilidad económica.

—¿Y el amor, qué? 

—Rosse, no puedes estar con alguien que no pueda ofrecerte lo mejor, tu padre y yo hemos luchado para darte lo mejor, y queremos que él te haga feliz dándote lo mejor.

Me levanto de mi cama al escuchar "Queremos"—¡¿Queremos?! A ver, mamá. ¿Como qué queremos? ¿Papá ya sabía de esto?

—Sí, y estaba de acuerdo.

—¡¿Qué?! ¡¿Están locos?! 

—Cariño, no hagas drama—Dijo mamá sentándose en mi cama— Solo queremos asegurar tu futuro.

Me río sarcásticamente—¡¿Piensas que estamos en el siglo pasado?! Donde me puedes arreglar una boda, Eso no es así. Es mi vida!

Mi madre se ríe—¿Y tu piensas que puedes estar con alguien con quien ni siquieras conoces en persona?

¿Por qué dijo eso?... 

Esperen… Sí fue ella que leyó todos mis mensajes.

¡Claro!

El día del cumpleaños de mi abuela dejé mi teléfono botado y casi no estuve pendiente de él, tuvo que ser ella.

—¡Es mi vida, y yo hago con mi vida lo que yo quiera!

Mi madre se levanta de mi cama y me toma del brazo con fuerza—¡No me levantes la voz!. Escúchame bien… quieras o no, vas a salir con Carter.

La miro furiosa y me suelto de su agarre, aún tambaleante por el alcohol en mi sistema salgo de mi habitación, necesitaba irme, quería despejarme un poco, no puede ser que mi mamá haya dicho eso, y que mi padre estuviera de acuerdo con arreglarme compromiso con alguien.

Me sentía tan furiosa, y la única forma que yo descargaba mi rabia era llorando. Con mis ojos llenos de lágrimas bajo las escaleras, las lágrimas nublaban mi vista y de lo rápido que estaba bajando pisé mal unos de los escalones haciendo que me resbale, lo sentí todo en cámara lenta, estaba rodando por las escaleras golpe tras golpe, pero hubo uno que hizo que un grito desgarrador de dolor saliera de mí, todo comienza a tornarse negro, escucho sollozos de mi mamá, mis ojos quieren cerrarse, sentía que el momento era eterno, escuchaba a lo lejos unas sirenas.

—Te pondrás bien, mi amor— decía mamá entre sollozos.

Lo ultimo que pude ver fueron unas puertas cerrarse y tres personas a mi alrededor. Mis ojos se cerraron y los sonidos cesaron.

Ojos color café intenso…

Una sonrisa…

Gritos...

—Quieras o no, vas a salir con Carter.

¿Carter? ¿Quien es Carter?

Mi cabeza, me duele… Dan unas punzadas en la cabeza, trato de abrir los ojos pero hay una luz blanca.

Esperen… ¿Luz blanca? ¿Me morí?

Abro los ojos y estoy conecta a una maquinas, siento algo en mi nariz, trato de tocarlo pero alguien toma mi mano.

—Rosse, despertaste—dijo una chica con ojos color avellana que mostraban preocupación.

—Que… ¿Qué me pasó?— dije con un tono de voz quebrada.

—Shhh— dijo poniendo su dedo indice en sus labios—Debes descansar, tu abuela está comprando algo de café y tu madre vendrá pronto con el doctor a revisarte.

Quieras o no, vas a salir con Carter.

Vuelven a repetirse esas mismas palabras haciendo que mi cabeza duela un poco más, trato de levantarme pero la chica pone su mano en mi pecho para detenerme.

—¿Quien eres?

Ella me mira fijamente y una lágrima corre por su mejilla—Yo soy…

Mamá entra interrumpiendo a la chica y me da un beso en la frente—Rosse, despertaste. Estaba tan preocupada por tí mi amor, perdoname hija por favor—dijo llorando.

La miro confundida para luego mirar al hombre que está mirando los monitores a los que estoy conectada, junto a él estaba una enfermera, él le daba unas indicaciones y luego ella se va, mi mamá y la chica se apartan y se sientan en un mueble de la habitación.

—¿Qué fue lo que me pasó? ¿Por qué estoy aquí?

Él se me acerca y puedo detallarlo bien, es un hombre muy guapo de treinta y tantos, sus ojos tienen un color azúl con destellos de verde, su piel blanca como la nieve y su cabello castaño claro.

La chica que estaba conmigo lo miraba muy embobada, que casi su saliva se salía, me río un poco al mirarla así pero el doctor comienza hablar.

—Rosse, así te llamas ¿No?—preguntó el doctor.

—Sí.

Con un pequeño foco el revisa mis pupilas y luego lo apaga para anotar en una libreta—Bien, ¿Sabes como se llama tu mamá?

Lo miro algo confundida por su pregunta—Sí, ella se llama Hillary Smith.

Él vuelve a tomar nota—¿Y su apellido de soltera?

—Oiga Doctor...—miro su membrete y su apellido es Meledez— Meledez ¿No me iba a decir lo que me pasó?

El doctor se ríe—Rosse…

Volteo los ojos—Anderson.

Él anota— Rosse, estás aquí porque tuviste un accidente, te caíste de las escaleras y te diste un golpe en la cabeza provocando una amnesia, como verás esas lagunas mentales hacen que pierdas la memoria.

Mis ojos se llenan de lagrimas y miro a mi mamá y la chica junto a ella.

—Por fortuna no te fracturaste ningún hueso, y se podría decir que es un milagro.

—¿Podré recuperar mi memoria?

—Por supuesto, te hemos recetado unos antiinflamatorios para que la inflamación bajé, poco a poco la irás recuperando y mientras te tendremos por unos días en observación, le pedido a la enfermera que te trasladen a la habitación de observaciones y allí podrás estar mas tranquila.

Mi madre se levanta y acerca para tomar mi mano—¿Cuantos días estará aqui mi hija Doctor?.

—Dos días, los antiinflamatorios son fuertes y veremos como avanza—Él me mira y me dedica una sonrisa—Como te dije fue un milagro de que no te haya pasado nada y bueno me tengo que ir, la enfermera y mi medico asistente te vendrá a ver por la noche, es hora de soltar mi guardia.

—Gracias, Doctor Meléndez.

El sonríe y se retira.

—Señora Smith, limpie la baba que se le corrió en presencia del doctor Meléndez— dijo la chica entre risas.

Mi mamá le hace mofa y todas nos reímos. 

Una enfermera llega para desconectarme, ella me ayuda a levantarme para poder sentarme en una silla de ruedas y llevarme a la sala de observacion, me llevaron por un largo pasillo con paredes y luces blancas, entramos a Pequeña habitación con una cama y unas lámparas a los costados, la enfermera me ayuda a levantarme pero me siento debil y caigo de golpe en la silla.

—¿Estás bien?—dijo la enfermera con preocupación.

—Sí, solo me siento un poco débil.

—Eso es porque no has comido, estuviste un dia inconsciente.

Me quedo sin palabras, tuve que darme un buen golpe para quedar inconsciente incluso para tener lagunas mentales.

Mi madre, mi abuela y la chica entran en la habitación luego de que la enfermera me acomodara en la cama, mi abuela se acerca y sus ojos de mi abuela estaban rojos y mostraban mucha preocupación.

—Oh, cariño. Me alegra que ya estás mejor, yo...—mira a mi mamá y ella mueve la cabeza en negación.

—¿Pasa algo?

Mi madre se acerca y me da un beso en la frente—No pasa nada. 

Una enfermera llega y trae algo de comida, puré de papas y un poco de gelatina—Que tengas buen provecho—La enfermera sonríe y se retira.

Mamá me da la comida como si yo fuera una bebé. Después de comer, la enfermera que me trajo a la habitación y me puso una inyección, creo que era unos de los antiinflamatorios, comencé a sentir un poco de sueño y a los pocos minutos ya estaba dormida.

***

Abro los ojos poco a poco y allí estaba el doctor esperando a que despertara, siento como si hubiera dormido mucho tiempo.

—Despertaste, dormilona—Dijo la chica de ojos color avellana—Ya es domingo.

Dios mio… He dormido muchísimo.

Sonrío— Sí, y ya me quiero ir, yo me siento bien.

—Pues… Te tengo buenas noticas, Rosse. Te haremos una tomografía, y depende de como esté tu cerebro, te daremos el alta.

—¿En serio?—pregunté emocionada.

—Sí, ya hice la orden e iré a preparar todo. Bien, me tengo que ir—Él nos dedica una sonrisa y se retira.

La chica que está conmigo, me parece tan familiar, ella me está hablando sobre algo, pero su voz se escucha a lo lejos mientras trato de recordar de donde la conozco, sigo pensando más y algunas imagenes llegan a mi mente

***

Estaba llorando en el piso con mis gafas rotas, unos niños me estaban molestando, jalaban mi cabello, y me cantaban una canción muy estupida, ellos me gritaban y uno de ellos levantó su mano para golpearme, pero una niña lo detuvo lanzándose encima de él, ambos calleron en el piso y ella lo estaba golpeando, él niño sale corriendo al igual que los otros 

Ella se acerca sacudiendo su uniforme—¿Estás bien?

Yo asiento con la cabeza, ella extiende su mano para levantarme y llega la maestra.

—Tú. ¡Estás castigada!—dijo la maestra mirando a la niña.

La maestra se voltea y la niña le hace mofas, nos reímos a carcajadas, la maestra se dio cuenta de nuestras risas y a ambas nos castigaron.

—Siempre te voy a defender.

***

Ese recuerdo, esa niña se me hace tan conocida, pero su risa es igual a la de la chica de ojos color avellana, necesito recordar mas, necesito recordar que fue lo que pasó.

Ahg— me quejo un poco del dolor de cabeza.

La chica me mira con preocupación— ¿Estás bien?

La miro fijamente— Sí, pero me siento mal por no recordar quien eres.

—Ya lo harás— sonrió.

Mamá entre a la habitación junto con mi abuela, no sé pero las veía muy rara a las dos, era como si me ocultaran algo y yo tenía que averiguarlo.

—Hola, Cariño—Saludo mi abuela dándome un beso en la mejilla.

—Hola, Abu. ¿Y mamá? 

—Está con el doctor hablando algunas cosas.

—¿Alguien ha visto mi teléfono?

—Tu teléfono se partió por completo, lo llevamos a un técnico, pero no tiene reparo.

Miro a la chica que se ha mantenido a mi lado por dos noches, tenia bolsas bajos sus ojos, y su mirada se veia cansada, y he dado gracias de que ella se ha mantenido a mi lado, lo mas triste de todo es que quiero recordar pero cada vez que lo hago un dolor de cabeza se hace presente.

—Oye, te vez muy cansada, tienes que ir a descansar.

—Ni loca, no voy a dejarte sola aquí—ella miró mal a mi abuela y mi abuela a ella.

Definitivamente algo está pasando.

El doctor entra a la habitación junto con la enfermera y mi mamá—¿Estás lista, Rosse?

—Sí.

Estaba nerviosa, se que es solo una radiografía, pero... ¿Y si salía algo más?. 

Al llegar a la habitación donde me harían la tomografía el doctor junto a un par de otros doctores más, mi mamá se sienta en la sala de espera mientras la maquina de radiografías me escanea.

Después de todo el proceso de la radiografía, los resultados salieron y el doctor nos llevó a su consultorio.

—Muy bien, ya los resultados de la tomografía y los examenes de las muestras que te tomamos, ya salieron— Él se toma un tiempo y sigue revisando los resultados —Te preguntaré algo ó mejor, a usted Señora. ¿Rosse, ha pasado por mucho estrés?

Mi mamá y yo compartimos una mirada— Últimamente, sí. Ella y yo tuvimos una discusión, y su padre… Bueno, su padre solo me apoyó en la decisión de arreglarle un compromiso.

—¡¿Qué?! Mamá ¡¿Como pudiste hacer eso?!

—Hija, no… 

El doctor interrumpe achalarado su garganta—Mire, sé que no es mi problema, pero  ella es mayor de edad, ella puede decidir por si misma con quien se casará, y aún le falta por vivir, así que no apresure las cosas.

Mi madre suspira—Tiene razón.

El doctor Meléndez, aparte de que tiene un don para que mi madre le diera razón sin titubear, es guapo, mi mamá y la chica que siempre está a mi lado, están que botan la baba por él y eso me causa mucha risa.

—Bien, ahora le aconsejo que mientras los medicamentos estén haciendo efecto, lo mejor es no causar ningún tipo de estrés y que ella esté tranquila—Él saca la radiografía y la examina— Rosse, de acuerdo a esta radiografía comparada con la primera que te hicimos cuando llegaste, todo está bien, la inflamación está bajando y pronto se irá la amnesia.

Mi madre y yo sonreímos, me siento mas aliviada de que no saliera nada, y de que pronto la amnesia se vaya.

Él doctor saca un pequeño papel y escribe algo en el—Daré la orden para dar el alta. Sr Smith, lo mas recomendable para estimular su memoria es que los amigos y familiares ayuden.

Mi madre sonríe— Sí, doctor. Tengo a dos personas perfectas para ese trabajo, pero quien más que ellos.

La miro un poco extrañada— ¿Quienes?

Ella sonríe con complicidad—Te cumpliré lo que siempre quisiste.

Me acomodo en mi asiento—¿Estás hablando de darme el viaje a…?

—Sí

Doy un grito de alegría—Pero… Pero… Yo no tengo nadie con quien quedarme, y los hoteles son carísimos.

—Claro que sí, te irás dentro de dos días. Ese será tu regalo de cumpleaños, ya estamos a muy pocos días así que Emily y Justin se harán cargo, confio en ellos.

—Con permiso, iré a llevar la orden—dijo el doctor levantándose de su asiento al igual que nosotras para ir alistar todo.

Justin Rogers

Han pasado varios días desde la última vez que hablé con Rosse, necesito decirle que se aleje lo más que pueda de Andrew, ella no puede estar con un hijo de perra como el, no voy a permitir que le hagan daño, ella es la hermana que nunca tuve, no voy a permitir que Andrew la traicione así como lo hizo conmigo.

Ese hijo de perra me las va a pagar una por una.

Desde ayer tengo un pequeño susto, es como un presentimiento, es como si algo hubiera pasado, le he escrito y llamado varias veces al teléfono de Rosse, pero nada… Algo pasó, le quiero escribirle a Emily, pero no… No lo haré, y menos después de lo que ha pasado entre los dos, por eso me alejé de ella. 

¿A quien más le escribo?

Que más da, le escribiré al m****a de Andrew.

Yo: Necesito saber si Rosse te ha escrito.

Andrew: No es tu problema si ella lo ha hecho.

Yo: Sí, sí es mi problema.

Andrew: Ella está bien grandecita como para que la protejas.

Yo: Siempre lo haré, maldito. Así que no te atrevas hacerle daño.

Andrew: ¿Qué pasó mariquita? ¿Te enojaste?

Yo: No me provoques hijo de perra.

Andrew: Uy que miedo.

Yo: Me las vas a pagar una por una.

Andrew:¿Cheque o efectivo?

Yo:¿Te ha escrito sí o no?

Andrew: Ya te dije que no es tu problema.

Yo: Siento que a Rosse le pasó, a ella le pasó algo, No responde los mensajes, ni las llamadas.

Andrew: Bienvenido al club.

Yo: A ella le pasó algo.

Andrew me deja en visto, y aún me duele que nuestra amistad se haya roto, siempre supe que él era un perro, pero no creía que nuestra amistad se iba a romper por el besarse con mi novia, pero mis ganas de romperle la cara siguen presente y cada vez son más, no le he escrito a Sharon, pero me he dado cuanta que ella y su amiga son solo unas caza fortuna y espero que Andrew descubra eso pronto.

Suspiro—Tengo que hacerlo.

Busco el número de Emily y le marco, la espera para que ella conteste hace que mis manos Suden, mi corazón se acelere y allí se detiene…

¿Hola?—habló con duda.

—¿Emily?

Aclaro mi garganta—Emily, yo…

Tengo ganas de decirle que lo siento, de gritarle que la amo, que deje a ese idiota y que esté conmigo, pero no puedo, eso sería muy egoísta de mi parte.

No digas nada, no ahora.

Supiro—Rosse ¿Ella está bien?

Ella…

Mi corazón se comenzó acelerar, me moriría si a mi pequeña hermana le llegara a pasar algo.

—Dilo, ¿Le pasó algo? ¿Murío? 

¡¿Qué!? ¡No, Justin! 

Suspiro aliviado— Menos mal, pero…¿Le pasó algo?

Sí, ella tuvo un accidente, habia bebido cosa que nunca habia hecho y lo hizo.

—¿Qué? ¿Acaso estaba loca? 

No lo sé, ella se cayó de las escaleras, rodó por ellas y se dio un golpe en la cabeza y le dio una amnesia temporal, el doctor recomienda que ella esté en un lugar tranquilo y que nosotros la ayudemos.

—Por supuesto, ¿Que ha dicho su madre de eso?

Pues… Nos vas a tener allá, tu mamá y la de Rosse hablaron, y piensan que lo mejor es que ella esté allá contigo.

—¿Vendrás?

Ella suspira—Creo que sí, ella nos necesita y es hora de estar con ella.

—Bien… ¿Cuando sale el vuelo?

Dentro de dos días.

—Te esperaré con ansias… perdón, las esperaré.

Hablamos luego, ya le darán el alta. Adios

Llamada finalizada.

Estoy tan feliz de Rosse, sobretodo que Emily venga y esta vez todo sera diferente, pero tengo que alejar a Rosse de Andrew, la isla es pequeña y él vive cerca de donde yo vivo, así que tengo que hacer lo posible para que ellos no se vean.

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