Capitulo 5

Las gotas de lluvia eran suaves, el aroma a tierra mojada refrescaba los sentidos. Esa tarde, estaba decidida a cerrar temprano, pero la campañilla de la puerta de entrada sonó, para dar aviso de la llegada de un cliente.

-Buenas tardes-dijo un joven de ojos verdes y cabello castaño.

-Pase señor por favor, déjeme ofrecerle algo para secarse- dije mientras me giraba.

- ¿Clara? – El tono de asombro fue muy obvio.

Me giré a verlo un poco sorprendida- ¿Lo conozco? -

-No puedo creer que seas tú- una bella sonrisa se dibujó en sus labios-Es triste que no m recuerdes-

Recorrí su rostro con cuidado, mientras exploraba por mis recuerdos. Sus rasgos eran finos, pero varoniles, ojos verdes como la pradera y cabello marrón, no muy alto ni muy bajo, tenia un pequeño lunar, en la mejilla, que jugaba con la mueca de sus labios. Un joven atractivo.

-Disculpe, pero no logro recordarlo, dije apenada- Las gotas de agua de su pelo mojado, comenzaron a caer por su rostro-Déjeme traerle una toalla-

Cuando volví, pude sentir como me recorría con sus ojos.

-Clara, es normal que no me recuerdes-Se sonrojo- Fuimos a la secundaria juntos, en ese momento mi peso era mayor que el de ahora- Se veía avergonzado-Soy Maxi-Su cálida sonrisa iluminó mis recuerdos.

Maxi, un muchacho maltratado, por su peso y su responsabilidad en los estudios. Recuerdo que lo encerraban en los baños y arrojaban agua, tuvo varios problemas, jamás fui partidaria de estos tratos.

Una tarde, luego de gimnasia, escuché un grito de auxilio por la zona de las duchas, al caminar hacia el lugar, la puerta estaba cerrada por fuera, mientras los golpes comenzaban a hacerse presentes en ésta, suplicando libertad y ayuda. Quité lo que trababa la entrada y abrí lentamente, al hacerlo, encontré a un muy golpeado maxi, arrodillado en el suelo, con su cabeza gacha, su llanto era tan fuerte y desgarrador que mi corazón se llenó de angustia.

- ¿Qué les he hecho yo, para que me hagan esto? -miles de lágrimas bañaban su rostro, mientras se cubría con las manos.

Su voz comenzó a temblar, mientras elevaba el tono de sus palabras- ¿No pueden simplemente fingir que no estoy aquí, ignorarme como si no existiera, hacer de cuenta que ya estoy muerto? –

El eco de sus gritos resonaba en el lugar. comenzó a gemir y a dejarse caer hacia delante, sus manos comenzaron a abrazar su cuerpo, como si buscara refugio.

Tapé mi boca por la impresión de la escena y me agaché para abrazarlo, en un reflejo sin maldad. Su cuerpo temblaba, mientras con duda comenzaba a apoyar su frente en mi hombro.

-No es justo- mi blusa comenzaba a mojarse y mis propias lagrimas comenzaban a caer- Preferiría, en verdad estar muerto-

Estas últimas palabras, me provocaron un vuelco en el corazón- Maxi, no digas eso- Comencé a aprisionarlo con más fuerza contra mí-No puedes decir eso- Me costaba decir algo, un nudo se apoderaba de mi garganta- Eres mas valioso de lo que crees, buscaremos ayuda y no dejaremos que nadie vuelva a hacerte daño-

Estuvimos en esa posición un largo tiempo, hasta que unos profesores nos encontraron. Al contar lo sucedido, las autoridades escolares, tomaron cartas en el asunto, expulsando a quienes habían provocado tal incidente. Al llegar los padres de Maxi, ellos también lloraron desgarrados, pidiendo perdón a su tan mal tratado hijo, y en el momento en que se estaban retirando, Aquel tan destrozado joven se giró, para dedicarme una cálida sonrisa.

-Gracias. Clara- Fue lo último que me dijo para luego irse. No volví a verlo y jamás supe más nada de él.

Jamás imaginé que aquella persona hoy, seria la misma que tengo frente a mí, tan llena de vida, con tanta calidez en su rostro. No pude evitar, el dejar salir unas lágrimas.

-Clara-Dijo asustado-Lo siento, no era mi intención hacerte pasar un mal rato-

Sonreí-No, no es un mal rato- Sequé mi llanto con mi muñeca-Es solo que estoy muy feliz por ti-

No supe cuando, pero al reaccionar, estaba entre los brazos de Maxi, con mi rostro hundido en su cálido pecho y, aunque su ropa estaba mojada, no me molesto, me sentía tan feliz, que correspondí al abrazo.

Las horas pasaron, hablamos de tantas cosas, hacia años no compartía tan alegremente, con otra persona que no fuera Laura.

-Clara, creo que, si no voy a casa a cambiarme, voy a enfermar- dijo con una sonrisa.

-Si, creo que eso es verdad-sonreí.

-Me gustaría-Sus ojos miraron el suelo-me gustaría invitarte a cenar, si es que no tienes ningún compromiso y si quieres-

Estaba nervioso-Claro Maxi, no hay problema. ¿Mañana por la noche? -

-SI. Dijo alegre, deja que te pase a buscar por aquí, hoy estuve a pie, ya que pinche un neumático-sonrió-Pero mañana pasare por ti. -

-Bien. Pero será mejor que vallas, antes que comience a llover nuevamente-

-jaja, si tienes razón. Bien entonces, nos veremos mañana por la noche, adiós-

-Adiós maxi-

Volví al mostrador, para buscar las llaves del local, pero, cuando estaba por cerrar la puerta, ésta se abrió bruscamente.

-Veo que estuviste ocupada-

-Adrián-Me sorprendió.

Cerró la puerta, tomo la llave de mis manos y la trabo. Me sujetó por los hombros y me llevo hacia el mostrador, dejándome arrinconada con su cuerpo pegado al mío.

-Dime ¿Quién era ese hombre? –

Sus ojos se veían diferente de lo normal, estaba enojado, celoso diría yo. Intente zafarme, pero fue en vano, sentía miedo.

Creo que el dejarme llevar tanto por mis deseos, está provocando sus reacciones, permití que mi cuerpo se dejara llevar por su calor y su juego constante, haciéndome débil a sus labios y adicta a sus manos, pero a su vez, presentía que no fuera alguien de quien pudiera alejarme tan fácilmente. Le permití esto, ahora debo atenerme a las consecuencias

-Adrián- Sentí que me presionaba aún más fuerte-Espera- estaba completamente atrapada.

Llevó su nariz a mi cuello-Hueles diferente ¿Acaso estuviste con ese hombre? -

Esto me sorprendió- ¿Qué estás diciendo? ¿Qué derecho tienes de mencionar algo así, cuando no se nada de ti? Siento que solo estas jugando conmigo-

-Clara-Susurro a mi oído, para luego mirarme directo a los ojos-Tú sabes todo de mí. Siempre he estado ahí, se de tus padres, de tus jaquecas, de tu amiga, de tu pasado completo. - Suspiro- Es solo que quizás no puedes recordarlo. –

¿Recordarlo, por qué no lo recordaría, que estaba pasando? Me sentí ansiosa.

-Clara, cariño, soy dueño de tu vida, de la misma manera en que tú, te adueñaste de la mía, es solo que no quieres abrir los ojos y despertar a la realidad-comenzó a reír de una forma extraña.

Comencé a temblar, estaba comenzando a entrar en pánico.

-No, cariño, mi dulce Clara, no temas, no te lastimaré, no soy esa clase de persona, jamás haría algo que te hiciera daño-

Su nariz se pego a la mía, a igual que nuestras frentes.

-Eres la única que me lleva lejos, para luego devolverme nuevamente a la realidad. Y tú- Sus labios comenzaron a rozar los míos-Eres completamente mía-

Me besó, pude sentirlo adentrarse en mi boca con su lengua, mientras la movía de un lado a otro, robándome todo el aire.

-Pídelo-Dijo para luego profundizar el beso- Pídeme que te haga completamente mía-

Una de sus manos se metió bajo mi blusa, jugando con mi pecho, haciéndome estremecer, provocando jadeos silenciados por su boca.

-Adían- Suspiré. Traté de salir del trance y lo empuje-Adrián, por favor- Mi corazón se me salía del pecho- Necesito pensar bien esto. -

Se alejó con una sonrisa, para luego lamer sus labios-Claro cariño. Te esperaré el tiempo que sea necesario, como siempre lo he hecho. -Se volteo y sin más, simplemente se fue.

La situación estaba comenzando a ponerse un poco perturbadora, me arrepentí de no haberle hecho caso a Laura, cuando me decía que tuviera cuidado con él, me deje llevar por mi cuerpo y no escuche a mi cabeza. A pesar de que me gustaba demasiado, desde el primer momento sentía que algo no estaba bien, pero ahora que ya estaba metida en sus redes, no creo que se me haga tan fácil alejarme de su lado.

Siento como si una cadena rodeara mi cuello, mientras Adran está del otro lado, sujetándola el extremo, solo para permitirme moverle lo suficiente y a su antojo. Me convertí en su marioneta, en su juguete y todo es mi culpa, por que fui yo quien se lo permitió.

Luego de varios minutos divagando, mi mente comenzó a llenarse de preguntas, referidas a aquellas tan extrañas palabras que él me dijo.

Recordar. ¿Qué debo recordar?

¿Qué más sabe de mí?

¿De dónde es que me conoce?

Dice que es mío y yo suya

No podía pensar claramente.

Adrián ¿Quién diablos eres?

Decidí calmarme y llamé a Laura.

-Amiga necesito un consejo-

- ¿Clara que sucede? Tu voz suena extraña-

-Yo, creo que tenías razón sobre Adrián, de pronto siento que se comporta muy posesivo y dice que siempre me ha estado esperando, verdaderamente estoy empezando a preocuparme-

-Clara escucha con atención, él no es bueno para ti, debes alejarte lo más rápido posible-

-Lo sé, pero no creo que pueda-

- ¿Qué es lo que dices Clara? Claro que puedes, tienes que-

-Es difícil de explicar, siento que, si me alejo, algo muy malo va a suceder, pero a su vez cuando estoy con él, es como si lo conociera de hace mucho tiempo, pero también tengo miedo y pierdo el completo control, dejo de ser dueña de mis acciones y me lleva a su antojo. No se que es lo que me esta pasando y estos dolores de cabeza, comenzaron también a invadirme durante el día-

 -Clara tu fuerza de voluntad es mayor que eso. No dejes que las mentiras de ese bastardo sigan controlando tu mente, se que puedes deshacerte de él-

-Sigo muy confundida. ¿Qué tal si me conoce de antes y yo no puedo recordar? Sabes perfectamente que, después del accidente hay partes de mi memoria que simplemente se van. Espero no haber estado con el en algunos de esos momentos perdidos de mi cabeza. Si ese fuera el caso, entonces entendería al menos un poco sus acciones. Debe ser frustrante estar con alguien y luego que no re recuerde-

-Clara, no trates de justificarlo. Simplemente aléjate de él-

Nos quedamos en silencio por unos minutos, pero luego de soltar un profundo suspiro, Laura habló.

-Esa será la única manera de volver a la realidad-

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