Capitulo 2

Intentaba correr, pero mi cuerpo no respondía, mis pies eran pesados, sentía como fuera estando siendo comprimida, soltando espasmos musculares involuntarios, me sentía aprisionada por algo, mi respiración se aceleraba, y a lo lejos, podía distinguir una voz.

-Cla-

No podía escuchar muy bien ¿Quién era?

-Clar-

¿Acaso alguien me estaba llamando?

-Clara. Despierta-

Abrí mis ojos y allí estaba, recostada en mi cama, mientras Laura sacudía mi cuerpo -Amiga, pensé que no iba a poder despertarte, estabas gritando y no sabía que hacer-

Me incorporé en la cama -no es nada, tuve una pesadilla muy extraña-me puse de pie- pero ¿qué haces aquí Laura? -dije mientras me dirigía al baño para asearme.

Ella me miro confundida- ¿Qué acaso no sabes qué hora es? - se cruzó de brazos-es casi medio día, pasé por la florería, pero vi que estaba cerrada. -Suspiro- Intenté llamarte, pero nunca atendiste, estaba muy preocupada así que vine a verte-

Miré mi celular- no puedo creer que sea tan tarde- comencé a cambiarme, lo más rápido que pude-Últimamente, me está costando el doble de trabajo dormir-

-Amiga ¿estas tomando tu medicación? –

-Si, cada noche, pero…simplemente, no sé qué pasa-

-Clara, creo que deberías abrir los ojos de una vez-

Esas palabras me dejaron en shock ¿a qué se refería Laura?  La mire con intriga.

-Clara eres una mujer adulta, vamos abre los ojos, despierta-Sus palabras se volvían eco en mis oídos, trate de reaccionar.

- Ya sal a trabajar, que esa florería no se abrirá sola-Dijo en un tono de burla.

-Bien, bien, ya estoy yendo. Ven conmigo y tomemos un café juntas, tengo algo que contarte-

- ¿Acaso el joven Adrián apareció nuevamente? – una tonada picara se hizo presente en sus palabras.

-Vamos, te contare todo en la florería- mi corazón se sentía algo inquieto.

Caminamos unas cuadras a mi lugar de trabajo. Laura hablo todo el camino, pero yo, estaba tan sumergida en mis pensamientos, que apenas pude prestar atención.

-Clara. Reacciona-nuevamente el eco de su voz.

-Ya llegamos. Estas más distraída de lo normal el día de hoy-Dijo mientras me miraba con preocupación.

-Lo siento Laura, creo que el amor me tiene mal, jaja. Ven entremos-

Luego de entrar y acomodarnos en la cocina, nos sentamos a hablar.

-Bien. Ayer compartí un café con Adrián-

Mi mente viajó a ese momento y mi rostro se iluminó- Me contó que tiene 27 años, trabaja en una muy importante inmobiliaria del centro, por el momento tiene pensado quedarse aquí ya que, su madre está internada en el hospital local-

- ¿Su madre está enferma? –

-Si. Pero no quiere ir a otro hospital, ya que ella fue criada aquí y dice que aquí quiere morir-

-Amiga, que pensamiento tan triste-

-Lose, pude ver como la tristeza invadían los ojos de Adrián-me sonroje- lo único que pude hacer, fue tomar su mano y decirle que no se preocupara. ¿Puedes creerlo? Su madre esta muriendo y lo único que puedo decir es eso-llevé mi mano a mi cien, apoyando mi cabeza en ella- pero que estúpida-

Laura me miro enojada-Amiga, no es tu culpa que no seas buena con las palabras. No creo que se haya sentido ofendido-

Sonreí nerviosa-eso espero-

-Bueno será mejor que me valla, yo también debo trabajar- Se puso de pie.

Laura, mi dulce y bella amiga, tan hermosa, la envidia de cualquiera, llena de vida. Usaba lentes finos que la hacían lucir radiante, ojos verdes, un negro y largo pelo por debajo de las caderas, que dejaba mecer a cada paso de sus pequeños pies con tacones, tan elegante, tan formal al vestir. Siempre estaba rodeada de pretendientes, pero ella decía que su trabajo era mas importante por el momento, que no tenia tiempo para gastar en el amor, aunque tuvo sus historias, pero jamás ha logrado concretar nada serio. No es una persona que se ate a nadie, es muy independiente y la idea de tener a alguien “merodeando”, a su alrededor, como dice ella, era algo que le molestaba.

La tarde no se hizo esperar y con ella, mi cliente más anhelado.

-Señorita Clara. Buenas tardes, esta igual de radiante que ayer- dijo con una sonrisa. Como explicarle que era su dulce sonrisa, lo que llenaba de luz mis días.

Me sonroje-Adrián, gracias por el cumplido-

Comenzó a acercarse, con sus ojos azules clavados en los míos, podía sentir que me perdía en la profundidad de su abismo, con cada paso que daba hacia mí. Levantó una de sus manos y tomó algo de mi mejilla. Podía sentir su respiración mientras, los latidos de mi corazón hacían eco en mi cabeza.

-Señorita, tenía un pétalo-

Mi rostro se giró por la vergüenza-Muchas gracias, Adrián- Dije tartamudeando.

Sentí como levantaba mi mentón con suavidad, usando solo unos dedos- Clara por favor, no voltees tu rostro de esa manera, no voy a comerte- dijo en un tono suave y seductor.

Santo dios ¿Acaso este hombre era consiente, de lo que provocaba en mí? - señor- dije con la voz temblorosa.

-Clara, ya deja eso de señor- acercó sus labios a mi oído y susurro- o de verdad tendré que comerte-

Había escuchado esas palabras antes, su actitud había cambiado completamente, me asustaba, me gustaba. Me sentía completamente familiarizada con este juego absurdo.

De un segundo a otro volví a la situación.

¿Quién diablos eres y que hiciste con Adrián? ¿En verdad, era el mismo hombre que ayer sonreía tan gentilmente? Hoy podía ver en él, un lado que sentía conocer, uno del cual debía tener cuidado.

En un acto reflejo me alejé bruscamente de él, no sabía que más hacer, sentí que, si no me alejaba de él, verdaderamente iba a morir de un paro cardiaco.

-Adrián, el encargue que me pido ayer, ya esta listo- tomé un ramo, que ya tenia preparado de violetas, y se lo entregué, pero no tenía el valor de mirarlo a la cara.

No sabía cómo reaccionar, ayer parecía una persona y hoy, es como un lobo al acecho.

El tomó el ramo, junto con mis manos, sujetándome con fuerza, para luego agachar su rostro a mi altura-Clara ¿acaso me temes? –comenzó a soltarme, hasta quedarse solo con aquellas hermosas violetas- Se que la señorita no me conoce mucho, pero descuide, si hay algo que puedo asegurar de mi persona, es que jamás le haría daño a tan bella joven-

Su sonrisa volvió a la del día anterior, volvía a disfrazarse de oveja, reflejando nuevamente, algo que yo sentía, como una falsa amabilidad.

-Si- dije entre cortado, no pude articular ni una sola palabra más.

-Como ya le dije ayer, solo espero que la señorita se sienta mas cómoda en mi presencia, quisiera que lleguemos a ser más íntimos-

Nuevamente ese tono de voz, veo que en verdad tenia otras intenciones, pero no pude responder, solo lo observé irse, mientras mis manos temblaban, ante tan extraño encuentro, me sentía cautivada e intrigada, como si me hubiera rendido ante él, desde el primer segundo.

…..

- ¿En verdad no dijiste nada más?,¿no te tiraste encima de él, para morderlo besarlo y demás cosas? No puedo creerlo- Gritaba Laura, completamente indignada.

Tenía mi rostro escondido en la almohada de mi cama, aún estaba muy avergonzada- ¿Qué querías que hiciera? Estaba nerviosa, asustada, casi muero-

-No seas tonta-Dijo mi amiga al quitarme la almohada-El dijo que no iba a comerte, que quería llegar a ser más íntimo contigo ¿Qué estas esperando? Diablos, pareces una adolescente-

- Oye, no es justo- en verdad me enfade con ese comentario-Lo siento, no sé cómo actuar o manejar estas situaciones, jamás me sentí así y a la vez es muy extraño-

Laura rasco su cabeza- lo siento por mí, que tengo que tratar con una virgen de veinte años-

Mis mejillas explotaron de calor-Amiga, no seas tan cruel. Sabes que no ha sido fácil para mí-

Suspiro-Bien. Lo siento-volvió a suspirar-Creo que está más que claro que tiene un interés por ti, trata de ser menos inocente y simplemente deja que suceda lo que deba suceder-

La mire-Siento como si me estuvieras regalando-

Estaba nerviosa, ¿Cómo debía actuar, que debía hacer? Jamás he tenido si quiera una declaración, por parte de algún muchacho, ¿Cómo se suponía que de un día para el otro debía ser experta en el tema?

Laura se puso seria- ¿Regalando? Amiga, soy la persona que más quiere que despiertes al mundo real-un silencio incomodo reino por varios minutos- ¿Y ya le devolviste su pañuelo? –

-Aún no. Creo que está en mi cartera, en el living, espera aquí-

Bajé las escaleras y nuevamente se apodero de mí, la misma sensación de la noche anterior. Alguien me observaba.

Encendí la luz y caminé hacia la misma ventana, la que daba en diagonal a aquella esquina donde vi ese auto, pero esta vez, solo había una persona de pie, en aquella penumbra. El miedo se apodero de mí, no podía distinguir su rostro, pero esos ojos azules, me miraban fijamente, como apoderándose de cada rincón de mí alma. Un escalofrío recorrió mi espalda y mis manos comenzaron a temblar, me ahogaba. Intente gritar, pero esos ojos me tenían tan aterrada que, apenas salía un fino hilo de mi voz. Gotas de sudor frio comenzaron a bajar por mi frente, mientras él me observaba, me estudiaba, me devoraba el alma. Mis piernas empezaron a aflojarse, hasta que caí de rodillas al suelo. Lagrimas brotaban de mis ojos, como si hubiera recibido una herida de muerte y mi cabeza comenzó a latir, la vista se me nublaba lentamente por tanto llanto, no podía controlarme, estaba fuera de sí.

¿Qué era esta horrible sensación en el pecho, este intenso dolor? ¿Por qué sentía tanto miedo?

Sentí unos pasos detrás de mí, al girarme, pude distinguir el rostro lleno de miedo de Laura, al encontrarme en aquella situación. La vi observarme con desesperación, corrió hacia la ventana y cerró las cortinas, para luego tomarme por los hombros, trataba de hacerme volver en sí, pero no podía moverme, no podía hablar y no dejaba de llorar. La migraña apareció y un susurro resoplo a mi oído, pero no podía entender lo que me decía

¿Quién demonios era?  ¿Qué me estaba pasando?

Esto era diferente a los sueños, era tan real, como si un viejo tormento volviera a mí, para acabar con la felicidad que estaba teniendo.

Mi amiga comenzó a moverme de un lado a otro, pero, aunque era consciente de mi entorno, no tenia control de mi cuerpo. Sentí como trató de levantarme con todas sus fuerzas, para recostarme en el sillón, tomó su celular y llamó a emergencias. No era como si estuviera perdida del todo, más bien, me sentía como fuera de mi cuerpo, siendo una simple espectadora, de tan desagradable situación.  

Mis parpados empezaron a pesarme, de un segundo a otro, todo se volvió oscuro.

Imágenes vagas aparecían frente a mí, varios hombres de batas blancas, tratando de sostener mis brazos.

De fondo, la voz de Laura hacía eco-Clara abre los ojos, reacciona, vuelve de una vez, debes luchar-

¿Luchar? Contra ¿Qué? Un cuarto en blanco y un fuerte dolor de cabeza, una camilla y luces cegadoras. Sentía una corriente en mis brazos, como si estuviera siendo pinchada por miles de agujas, un fuerte ardor recorrió mi cuerpo hasta que, poco a poco todo comenzó a calmarse. Las imágenes empezaron a borrarse lentamente, como si solo se hubiera tratado de otro mal sueño, donde solo había un lugar en blanco, que solo era corrompido por una oscura y opaca sombra, en un rincón, en la cual se reflejaba un rostro que sabía a la perfección de quien era, como si se estuviera ocultando, en mi lugar mas secreto, esperando el momento indicado para salir. Luego de unos minutos, todo se apagó.

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