CAPÍTULO 8 + 9

CAPÍTULO 8 – EL DESPERTAR.

Me pasé el resto de la mañana en aquella sala de espera, intentando no mirar hacia Jaume, que ahora descansaba sobre una silla con la cabeza apoyada en la pared, mientras la joven que le acompañaba le agarraba de la mano, para darle fuerzas.

Sobre las cuatro y media de la tarde, el doctor aparecía por la puerta, para indicarnos, bastante aliviado, que Carly había despertado, y que estaba preguntando por su esposo.

Casi me pongo a saltar de alegría cuando me dieron aquella noticia, pero tan pronto como vi a Jaume, abrazando a su chica, se me pasó.

Cuando entré a ver a mi amiga, por segunda vez, ya eran casi las 6. Estaba recostada en la cama, con miles de aparatos conectados a ella.

  • No te asustes, ya estoy bien – aclaraba, al ver mi rostro, haciendo que le dedicase una tímida sonrisa – siento haberos preocupado a todos. – mis lágrimas salieron en ese justo instante, haciendo que mi amiga me mirase preocupada.
  • Soy una tonta – dije, mientras me limpiaba las lágrimas y me acercaba a ella un poco más – no te preocupes, estoy bien. Tienes que ponerte buena pronto y…
  • Laia me ha dicho que Jaume había venido.
  • No quiero hablar de él.
  • ¿a qué hora tienes que volver al trabajo?
  • No te preocupes por eso, creo que voy a dejarlo.
  • ¿A dejarlo? Pero si decías que…
  • No te hagas la preocupada, sé que estabas deseando que lo dejase.
  • Sí, pero aun así… se cuánto te gustaba…
  • Ya hacía tiempo que lo estaba pensando, ya nada puede llenarme, no como antes.
  • ¿Aún piensas en él?
  • No quiero hablar de ello.
  • Lo sé. Siempre ocultas esa parte de ti.
  • Pensar en las partes dolorosas de mí sólo me traen más dolor.
  • ¿y cómo pasaron esas partes a ser dolorosas? Pensé que él era el único por el que…
  • Fue por eso mismo, Carly, porque duele demasiado saber que nunca volveré a tener aquello. No quiero hablar de ello, por favor.
  • Duele porque fue de verdad.
  • Lo sé. Pero ya no queda nada de eso.
  • Pero él está aquí, quizás si…
  • Él ya me olvidó, ya pasó página.
  • ¿por qué dices eso?
  • Incluso trajo a su novia aquí – espeté, dolida, dándome cuenta recién en ese momento, lo mucho que me molestaba.

Carly me miró asombrada por mis palabras, mientras llamaban a la puerta, haciendo que ambas mirásemos hacia ella, y observásemos como Jaume la habría despacio.

  • Siento molestar, pensé que ya te habías ido – dijo hacia mí, mientras yo bajaba la cabeza, molesta.
  • Ya me voy – anuncié a los presentes, mientras mi amiga me miraba preocupada – te llamaré más tarde, para ver como sigues. Te quiero. – dije, antes de marcharme por la puerta, sin volver a mirarle si quiera.

CAPÍTULO 9 – EL SALTO.

Acababa de hacerlo, acababa de dejar mi trabajo en el club. Llevaba bastantes semanas pensando en hacerlo y al fin lo había hecho.

Las cartas estaban sobre la mesa, y sabía que la única manera de tener una oportunidad era volviendo al principio, volviendo a casa.

Y aunque me sentía como una cobarde volviendo a casa, debía hacerlo, lo sabía. Debía arreglar las cosas con mi padre, debía quedarme junto a él y trabajar en aquello que ambos amábamos, aquello que me conectaba de una manera que adoraba con él.

Esa tarde, al llegar al hospital, no pude evitar presenciar algo, en los pasillos, junto a las habitaciones: Jaume parecía estar discutiendo con su novia, y no entendía por qué.

  • Es complicado, Shana – le explicaba, mientras ella le cacheteaba la cara, haciendo que él le agarrase el brazo, molesto – te lo dije hace mucho, te dije que no te enamoraras de mí.

Pasé de largo, sin tan siquiera detenerme y me dirigí hacia la sala de espera, donde todos parecían mucho más calmados. Me senté junto a Laia y observé como esta me miraba con cara de pocos amigos.

  • Al fin llegas – comenzó, bastante molesta de verme aparecer a aquellas horas – Carly estuvo preguntando por ti toda la mañana.

Me levanté y seguí a mi amiga hasta la habitación de Carly, mientras, por el camino, esta me lanzaba miradas de odio.

  • ¿Se puede saber qué te pasa conmigo? – pregunté, cuando estaba harta de aquella situación, haciendo que se parase en el pasillo y mirase hacia mí molesta.
  • No te hagas la tonta, lo sabes perfectamente. – me espetaba, mientras yo la miraba exasperada, porque no tenía ni idea de que iba todo aquello.
  • No, no tengo ni idea, y si no me lo explicas…- respondía, intentando que mi amiga entendiese la situación, pero antes de haber terminado de hablar me interrumpió.
  • Sigues siendo igual de egoísta, Isabel – me espetó, haciendo que la mirase con ojos como platos. No entendía por qué me insultaba de aquella manera – Solo te importas tu misma, y te da igual si te cargas a la gente por el camino…
  • Vete a la m****a, Laila – le dije, mientras me daba la vuelta, dispuesta a continuar la marcha, pero antes de que lo hubiese hecho me agarró del brazo, impidiéndome que pudiese marcharme, y me abofeteó en la cara, dejándome totalmente desconcertada con aquello.
  • No voy a dejar que lo hagas otra vez – comenzó, mientras yo seguía sin entender nada de lo que pretendía decirme – no voy a dejar que vuelvas a acercarte a mi hermano – proseguía, mientras algo dentro de mi mente se aclaraba y no paraba de preguntarme, a mí misma, en qué momento ella se había enterado de que hubo algo entre él y yo – tu tan sólo quieres un amigo, y él necesita mucho más que eso. – concluyó, haciendo que comprendiese que no sabía nada, ella tan sólo pensaba que éramos amigos, y sabía que él quería o más bien quiso, algo mucho más que amistad.
  • No tengo intención de volver a acercarme a él – reconocí, tajante, haciendo que ella me mirase sin comprender, pues por la sinceridad de mis palabras parecía que era cierto.
  • Si ese es el caso, no volveremos a hablar sobre este tema – decía, haciendo que me sintiese un poco más tranquila – pero te pido por favor, Isabel, que no juegues con él.
  • Se ha echado novia ¿no? – Pregunté, con curiosidad, aunque más bien lo hacía para quitarle un poco de hierro al asunto – incluso la ha traído aquí, eso es buena señal ¿no?
  • Es complicado, Isabel…- comenzó, mientras yo bajaba la cabeza, pensando en que quizás preguntar aquello no había sido una buena idea - … sabes que él es muy reservado para sus cosas. Ni siquiera sé lo que es para él, pero te aseguro que él no la presenta como su novia. Una amiga me dijo cuándo la conocí el otro día, de casualidad.
  • Él siempre ha sido una persona muy…- comencé, mientras ambas proseguíamos nuestro camino hacia la habitación de Carly - … reservada.

Empujé la muerta, entre abierta y entré en la habitación de mi amiga, mientras Laia se quedaba esperándome fuera, ya que no quería importunarnos, decía.

El aspecto de Carly era mucho mejor que el del día anterior, tenía mejor color, y menos aparatos conectados a ella. Dejó de mirar a la ventana y sonrió hacia mí nada más verme.

  • ¿por qué has tardado tanto? – me regañó, mientras yo sonreía, intentando calmarla un poco, haciendo que ella sonriese también – mañana por la mañana me dan el alta, y Josh insiste en que deberíamos pasar una larga temporada en casa, para mi recuperación…- proseguía, intentando explicarme su situación - … y sé que suena egoísta por mi parte, pedirte esto, pero… quizás, podrías tomarte unas vacaciones y acompañarnos – rogó, haciendo que yo la mirase con la cara desencajada, intentando asimilar lo que me estaba diciendo – podrías quedarte en casa con nosotros, sólo sería unas semanas, hasta que esté mejor y….
  • ¿por qué necesitas que vaya? – Pregunté, sin comprender que era lo que quería de mí. – Tienes a Josh, a tus padres, a Charlotte, incluso a Carly. ¿por qué necesitas que…?
  • Soy una egoísta, ¿cierto? – Preguntó, algo decaída, mientras bajaba la cabeza avergonzada – no debería ni siquiera sugerirte algo como eso, después de todo volver a la urbanización es lo que menos necesitas ahora mismo. – hizo una pausa antes de continuar - ¿quieres la verdad? – Preguntó, mientras yo asentía – Charlotte está con un nuevo proyecto, abrirá el nuevo club a finales de mes. Carly es demasiado… bueno ya sabes cómo es, no creo que lleve en la sangre eso de cuidar de alguien, creo que por eso no se plantea tener hijos, porque es demasiado egocéntrica para eso. Mis padres se van de crucero en dos semanas, y no quiero que arruinen sus planes por mí. Y Josh, ya tiene más que suficiente con el trabajo, además tiene que ir a Oxford para un cursillo y estará fuera un par de semanas, no quiero que la gente pare su vida por mí. Pero tú, tan sólo estas aquí trabajando, buscándote a ti misma… podrías tomarte unos días de vacaciones y venirte allí conmigo, así al menos podría pasar tiempo contigo.
  • Está bien, me quedaré contigo un par de semanas, mientras que Josh está fuera – reconocí, mientras ella sonreía de felicidad, dichosa de haber conseguido lo que se había propuesto - pero luego me marcharé – le advertí, pero ella parecía no estar escuchándome – y nada de lo que digas podrá retenerme a tu lado.
  • Oye – comenzó, tras largo rato calladas, mientras yo dejaba de mirar por la ventana y miraba hacia ella - ¿y ha pasado algo con Carly? – preguntó, mientras yo la miraba sin comprender, no entendía cómo podía saberlo – me dijo que te traería y estás aquí sola.
  • Ah, ella está esperando fuera.
  • ¿por qué? – preguntó, mientras yo negaba con la cabeza, en señal de que no lo sabía - ¿te ha dicho algo sobre Jaume?
  • No – mentí, ya que no me apetecía hablar sobre él en aquel momento.

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