4 – Recuperar a una buena amiga.

Cuando desperté aquella mañana, tenía las pilas cargadas, así que empecé a hacer la maleta con una enorme sonrisa en mi rostro, pues mi mejor amiga estaba allí haciéndome bromas, al ponerme el sombrero con el que empecé el viaje. No dejamos de reírnos durante un buen rato, hasta que los recuerdos de la noche anterior hicieron mella en mí, logrando que perdiese la sonrisa y mirase hacia ella, comprendiendo la situación.

  • No quiero volver – me quejé horrorizada, al recordar su voz, a través de aquella llamada telefónica.

  • ¿Sabes qué haremos antes de irnos? – preguntó, divertida, cogiéndome de la mano para atraerme hacia ella – Iremos a hacernos fotos, tú y yo, para tener recuerdos sobre nuestra estancia aquí.

  • ¿Sesión de risas? – Curioseé, haciendo que ella asintiese. Reí al darme cuenta de que había recuperado a mi amiga, y luego la besé sobre la mejilla, agradecida.

  • Voy a cambiarme a mi habitación y a hablarlo con Fonsi – declaró, para luego dejarme sola.

Recogí la habitación, metiendo todo en mi maleta, y luego miré hacia mi teléfono el cual hacía horas que había muerto. Me encogí de hombros y lo coloqué en el cargador, para luego meterme en la ducha, necesitaba asearme antes de nuestra sesión de risas.

Debía dejar de esperarle, me rogué a mí misma, mientras salía de la ducha y peinaba mi cabello frente al espejo. Debía dejarle atrás y seguir con mi vida, justo como había hecho él.

Sacudí la cabeza tan pronto como me percaté de que mis lágrimas estaban próximas al borde, impidiéndolas salir.

Me senté sobre la cama, agarrando las bragas que previamente había puesto sobre ella, y las coloqué en su lugar, para luego echar una ojeada al teléfono, aún apagado. Lo cogí entre mis manos y lo encendí, esperando a que arrancase, para luego colocar el pin y dejarlo sobre la cama, con el sonido puesto.

Un sinfín de mensajes llegaron en ese momento, obligándome a mirar hacia él. Tenía varios mensajes de Salva, diez más de Pablo y otros cuantos de Borja, además de unas veinte llamadas perdidas de él, todas de después de que le colgase.

Decidí empezar leyendo sus mensajes.

Borja:

“Tenía mi cabeza en otra parte, junto a otra persona, que desgraciadamente ya no está en mi vida, alguien que añoro cada día”

Espera… ¿qué?

Volví a leer los mensajes anteriores y entonces lo comprendí, él... él estaba hablando de mí ¿verdad?

¡Por supuesto que no! – dijo la guerrera, abriéndose paso por mi mente, levantando los puños en señal de que si alguien se acercaba arremetería con todos, y entonces me miró – él tiene novia, ¿recuerdas? Puede que se hayan peleado y sólo esté hablando de ella.

Borja:

“¿Estás ahí?”

Borja:

“Espero que no te moleste”

Borja:

“¿Te ha sentado mal mi llamada? Siento si me he excedido”

“Espero que no dejes de hablarme sólo por eso”

“Si te ha molestado, lo siento”

Yo:

“Acabo de leerlo, justo ahora”

Borja:

“¿No te molestó mi llamada?”

Yo:

“Un poco, no me gusta hablar por teléfono con la gente”

Mentí.

Me ha gustado escuchar tu voz – es eso lo que en realidad quería decirle, pero no podía, no quería que él descubriese jamás que era yo.

Borja:

“No volveré a hacerlo, lo siento.”

“Espero que podamos seguir hablando, como hasta ahora, espero no haberlo estropeado”

Yo:

“No has estropeado nada.”

“¿Cómo va tu día?”

Borja:

“¿De verdad quieres saberlo? *carita de la lengua fuera*”

Yo:

“Sí *carita del guiño*”

Borja:

“Acaba de llamarme una vieja amiga”

¿Una vieja amiga? No era yo, así que… ¿quién podría ser? ¿Marta?

Borja:

“Me ha dado malas noticias. Así que ahora mismo estoy un poco deprimido”

Yo:

“¿Tan malo es?”

Borja:

“Mucho, pero tengo que poner mi mejor sonrisa, porque tengo que ir a trabajar”

Yo:

“Conozco esa sensación, me he vuelto toda una experta en la materia”

Borja:

“Yo también”

“¿El tipo con el que querías contactar era un cabrón?”

Yo:

“Lo era”

Borja:

“Entonces olvídale, esa clase de tipos no merecen que apuestes por ellos”

Yo:

“Debería hacerlo, ¿verdad?”

Borja:

“Hay muchos tipos que merecen la pena ahí fuera”

Yo:

“¿Cómo tú, por ejemplo? *icono de la lengua fuera*”

Borja:

“Me sobrestimas, yo no soy tan buen tío como piensas”

Yo:

“Lo sé”

Respondí, sin tan siquiera pensar en ello.

Borja:

“¿Lo sabes? Te aseguro que no, Lara”

Dejé que las lágrimas que se morían por salir por mis ojos lo hicieran, y me permití a mí misma llorar por él por última vez, pues estaba realmente decidida a aceptar su consejo.

Yo:

“Gracias por el consejo, lo seguiré y te sacaré de mi corazón, aunque duela.”

Envié, sin tan siquiera percatarme de que estaba conjugando mal, dejé el móvil sobre la cama y seguí arreglándome con aquel bonito vestido rojo, para luego irme al parque que había frente al hostal, a echarme fotos y hacer el ganso con Marta, sin dejar de reír, encerrando a esa parte frágil dentro de mí, pues la decisión ya estaba tomada, le dejaría atrás después de haberle devuelto su anillo.

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