Pt. 4

Warrick no era alguien con paciencia, mucho menos alguien que repitiese las mismas palabras dos veces. Él solía enojarse demasiado y por ende, terminaba mandando al infierno a la persona idiota. Y aquello no había cambiado en ninguna ocasión, hasta ahora.

Mandato N°6XIV: Toda alma pura, bondadosa y fuera de todo tipo de pecados, estaba absuelta de ser mandada al infierno por el resto de la eternidad, ya sea por el mismo soberano del averno o por un lacayo suyo. Se le será imposible m****r esta gentil alma al infierno, y no hay otro mandato que contradiga esta.

Y a esto se refería Warrick con no poder m****r esta alma al infierno, era por una estúpida ley que no poder matar a este chico petrificado frente suyo, el cual aun no respondía su m*****a pregunta. Y no le dejó opción, ya que al parecer el chico idiota no tenía ganas de hablar, entonces le haría hablar por medio del miedo.

—Tu lo pediste—. Kaden sonrió mientras sus ojos cambian de color, el rojo intenso y brillante se apoderó de sus pupilas, pero después todo en el ojo fue de color negro. Y eso no era todo, solo era el comienzo, su piel fue cambiando...

—¡Ah, me llamó Azriel Cassian!— El chico no quiso ver más, ya era bastante terrorífico los ojos rojos y oscuros. Dejó de estar sobre la cama, él prefería estar debajo de esta. Uh... si, en un rápido movimiento se metió debajo de la cama. Algo que cualquier niño pequeño haría, y claro, un adulto aterrado hasta las patas también.

Otra vez... ¡Jodidos infiernos! ¿A qué estaba jugando este pequeño idiota?

—Sal ahora mismo de ahí— Gruñó entre dientes Kaden, caminando hacia uno de los lados de su cama. —Se bueno y no te matare— Una amenaza que no podía cumplir era lo mejor ahora.

Azriel tembló, tembló como nunca en su vida, y se tomó un rápido momento para analizar su situación actual y lo que había visto. Bien... ¿¡Qué estaba ocurriendo!? Cerró sus párpados con fuerza, y golpeó levemente su mejilla, —Vamos, despierta— Porque sí, esto debía ser un sueño, una pesadilla mejor dicho. Primero lo despidierón del mejor trabajo del mundo... luego al parecer se encontró con el mismísimo señor del infierno. ¿No esas dos cosas eran una locura? Mucho más lo segundo, claramente. 

¿Tal vez él murió?... O bueno, pude que este a punto de morir, —¿Estoy en coma?— Se preguntó a sí mismo, encontrándole mucha lógica a eso. Lo más seguro era que algo le hubiera pasado en medio del camino a su trabajo, tal vez un accidente de trafico o le cayó un florero en la cabeza. Pero... ¿por qué estaba soñando con estas cosas? ¿O de esto se trataba estar en ese estado?... Estaba soñando con lo que más miedo le daba, aunque lo de conocer al diablo era nuevo. Uhm...

—Hey— Kaden miró debajo de su cama, —No estas en un maldito coma, chico idiota, ahora sal de ahí ahora mismo—

¿No estaba en un coma? Entonces... Azriel volvió a gritar y se exaltó, tonto, su cabeza golpeó con la parte superior de la cama, y no fue el único golpe que se causo.

Warrick respiró profundo, esta bien, tenía que ser más rudo. Se puso de pie y dijo:—Vamos, solo sal de ahí, no te hare nada, solo quiero hablar contigo— Ya estaba cruzado de brazos, esperando, y agregó:—Además, ¿no crees que es muy descortés de tu parte huir o temerle al hombre que te recogió de la calle? Cualquier otro pudo haberse aprovechado de ti, tienes una  cara bonita—

Azriel se tranquilizó, ¿una cara bonita?... No, espera, eso no. Ahora se sintió un poco apenado, este hombre le había ayudado, pero de nuevo —¡Eres el diablo!— Dejó ver su cabeza, sin embargo aun estaba en alerta. —Y-y ¡Y mataste a un hombre!— Recordó, —¡A dos!— Si, esto era lo importante. 

Y Kaden simplemente respondió:—Es mi trabajo, esos dos no eran buenas personas, alguien debe castigarlos y ese alguien soy yo. Y si, soy el diablo, ¿algún problema con eso?—

Azriel asintió, bien, podría entender un poco lo primero, pero... ¿Algún problema con eso? Si, Azriel tenía un gran problema con eso, —¡Eres el diablo!— Aun claramente seguía alterado, muy, muy alterado. —¡No se supone que el diablo exista!— Retrocedió, temeroso y en alerta ante cualquier movimiento contrario. Fue tan mala idea no ir directamente hacia su departamento. ¿Por qué tuvo que quedarse bajando por las calles?

—Si, bueno, déjame decirte que eso no es cierto. Existen muchas cosas en este mundo— Kaden no se vería alterado, no ayudaría en anda estándolo, luego castigaría a este chico. Volvió a hablar, —También encontré tu mochila, el tipo que me disparó lo tenía— Eso, por poco se olvidaba de ello.

Oh, Azriel se quedó callado por pocos segundos, luego abrió su boca y se vio muy pensativo, —Uh, gracias...— No estaba seguro si debía agradecer o no, —Pero estuvo mal, el que m-mataras a esos hombres...—

Si, ahora Kaden sabía perfectamente porque este chico no podía ni podría ser mandado al infierno, y bien, no seguiría siendo insistente con eso. Suspirando, Kaden caminó nuevamente hacia su cama, y estiró su brazo hacia abajo. —Déjame ayudarte, me llamó Kaden Warrick y soy el soberano del averno, pero en la tierra soy un simple empresario más— 

¡Ja! ¿Un simple empresario más? Kaden quiso reír por sus propias palabras. Se aguantó las ganas, era lo mejor, por ahora.

Azriel dudo, dudo mucho, pero ya estaba tomando la mano de Kaden, uh, del diablo. Y el tacto fue caliente, o bueno, una mescla extraña de calor y frío, pero el calor resaltaba mucho más. Fue ayudado a salir de debajo de la cama, —Gracias...— Y vio al diablo ir por algo sobre la mesa, oh, su mochila. Al menos algo bueno había sucedido. —Grac-

La mochila fue lanzada lejos, y Azriel trató de salir corriendo pero lastima, fue atrapado y entonces su muñecas estaban siendo atadas y él luego fue alzado, lanzado sobre la cama. Por último, sus brazos fueron alzados y quedo así. Había sido atado a la cabecera de la cama. ¡No debió confiar en este hombre! Azriel ya estaba sintiéndose tonto, otra vez, pues había confiado en el diablo... ¡Tonto!

—Ahora hablaremos con más calma— Dijo Kaden al tomar asiento al pie de la cama. Ignorando a Azriel y sus lloriqueos, —Las cosas son así, tú sabes algo que no deberias saber y bien, no puedo dejarte ir, ¿entiendes?—

Azriel negó, —Y-yo no le diré nada a nadie— Él no era un bocazas, sabía mantener secretos.

Kaden sabía que por más bueno que este chico fuera él podría comentar esto a alguien, ya sea estando borracho o por alguna otra circunstancia. La mejor opción ahora era ser precavido, porque de nuevo, él no quería volver al infierno, al menos no por ahora.

—Tal vez no, pero no puedes estar enteramente seguro— Kaden sonrió, le estaba gustando mucho lo que estaba mirando. Se relamió los labios, recordando el sabor de la boca del chico, había sido dulce, la más dulce que nunca antes hubiera probado. Y Kaden había probado muchas bocas hasta ahora. 

Poniéndose de pie, Kaden rodeó la cama y tomó asiento al lado del chico atado. —Seré directo— Su mano izquierda agarró la mandíbula contraria, sus dedos sintieron otra vez la suavidad de la piel. Ridículamente no pudo contenerse, estaba siendo tentado. Volvió a poseer la boca del muchacho, succionando su lengua y mordiendo sus labios. Esta vez estaba siendo un poco más lento. Se tomó su tiempo. Cuando dejó la boca libre, él dio con los ojos vidriosos de Azriel, —¿Te gustó tanto que estas a punto de llorar?—

Azriel dejó ir una lágrima, su voz fue un susurró... —No es así— "Mi primer y segundo beso fue con el diablo..." 

Kaden rió en alto al saber los pensamientos contrarios, este chico obviamente aun era virgen. Y se lo hizo saber, bueno, se lo recodó de una no muy caballerosa manera. —Podría ser yo también el primero y el segundo en follarte—

Azriel enrojeció, no supo que decir, claro que quiso negarse pero no podía decir palabra.

Un susurro, —No te preocupes no te estaré follando hoy, tal vez mañana— Lamió la oreja, aquello solo causo más verguenza en el muchacho, y claro, se vio como un tomate. —Hacia tiempo que no he tenido tanta diversión, y mucho menos en la cama, un chico inocente e ingenuo como tu no es fácil de encontrar—

Azriel quería quedarse sordo, aquellas palabras solo le hacían avergonzarse cada vez más. Y se sentía extraño, muy, muy extraño. Por suerte el diablo se alejó, pero no dejó de hablar, aunque ahora el tono de su voz había vuelto a cambiar. 

—Trabajaras para mi— Dijó Kaden mientras se arreglaba el traje, —Mañana te acompañare a buscar tus cosas, vivirás conmigo a partir de hoy—

¿Uh?... Azriel estuvo a nada de protestar, él no iba hacer nada de eso.

—Si lo harás, o tendré que matarte, y sabes que puedo hacer que tu muerte sea muy dolorosa. Y tu alma tendrá el peor de los destinos— Claro Kaden estaba mintiendo, ya saben, no podía matar al ingenuo, además.. —¿Entendido?—

Azriel tragó saliva, terminó asintiendo mientras temblaba.

Y bien, así es como Azriel Cassian comenzó a trabajar junto al diablo. Divertido...

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