Capitulo 1

                                                  "La llegada al internado"

Iris

Desde que sonó la alarma, me he quedado despierta mirando el techo como por 15 minutos.

No puedo creer que haya llegado el gran día de ir a ese estúpido instituto, dónde van solo niños pijos y malcriados. A veces me pregunto si podré hacer alguna amiga o amigo en ese lugar.

Un amigo follable, de seguro hay muchos chicos guapos y sabrosos.

Mi estúpida conciencia....nunca se calla.Me levanto rápidamente para arreglar mi equipaje, luego cuando terminó me doy una ducha y me arregló para el gran día.

Me visto con jeans negros, una camiseta blanca ajustada y una camisa verde cuadrille. Mi cabello lo dejo suelto y me maquillo lo más natural posible.

- ¡Iris, baja ahora! - grita mi madre 

- ¡ya voy! - gritó

Cojo mi mochila y bajo rápidamente las escaleras, camino hacia el comedor y veo a mi madre junto a mi padre tomando desayunó. Tomo asiento frente a mi madre, la mucama se acerca a servirme, le sonrió como agradecimiento.

- ¿Estás emocionada por ir a una nueva escuela, Iris? - pregunta mi padre sonriendo

- la verdad, es que no, prefiero las cosas qué no llaman tanto la atención y me gusta convivir con personas normales. - comparten miradas - además extrañaré mi antigua escuela.

Tomo mi cuchara comiendo mi cereal con leche. Mis padres comparten miradas, observo que mi padre por un lado al escuchar mi respuesta suelta una risa, mientras que mi madre me mira sería.

- Iris esas personas "anormales" como tú les dices, son muy importantes en la sociedad, al igual que tú. Y te recuerdo que te cambiamos a esta escuela por tu educación, y te guste o no te tendrás que acostumbrar.

- si, como sea - mi padre permanece en silencio, mientras me observa a mi y a mi madre.

- por cierto, te irás a cambiar ese atuendo, no puedes asistir así. - dice mi madre detallando mi vestimenta.

- a mí me gusta como voy vestida, y no pienso cambiarme. Mucho menos para ponerme un puto vestido con tacones. - digo sería

- ¡no me faltes el respeto jovencita! - me regaña

- tranquila, que no te estoy faltando el respeto, solo te estoy contestando. - me encojo de hombros con una sonrisa torcida.

Mi padre se aclara la garganta, centro mis ojos en el.

- bueno Iris, como ya sabes a la escuela a la que irás, es un internado, uno de los mejores. Lo cuál significa que podrás salir de la escuela solo los fines de semana, para venir a casa. - explica

- está bien, ¿Algo más que deba saber?

- por el momento no, ahora sí me permites llamaré a Ronald, para que te lleve a la escuela, el es nuestro nuevo chófer. - asiento.

Luego de desayunar me dirigí al carro donde se supone que esta el chófer que me llevará a la escuela. Al acercarme se baja un señor muy serio y formal, abrirme la puerta del carro. Luego se subirme, enciende el motor conduciendo a la carretera. 

- señorita Grey, póngase el cinturón de seguridad. - me ordena 

- tú eres Ronald, ¿Verdad?

- si señorita, soy yo - sus ojos están fijos En el camino.

- un gusto, dígame Iris. - me mira por el espejo retrovisor, le sonrió.

- está bien, Iris. - vuelve a centrar la mirada en el camino.

Por lo que me comentó mi padre, en esta escuela te preparan para las profesiones más importantes, se supone qué aquí estudian y se preparan los mejor médicos, abogados, empresarios, ingenieros, etc.

Al llegar a la escuela lo primero que hago es dirigirme a la dirección para saber dónde está mi habitación y cuáles son mis clases.

La escuela es enorme, se nota que hay personas mucho más pijas que otras.

Una señora de edad me sonríe, recorro mis ojos por su vestido muy elegante de color crema, me hace una seña para que la siga invitándome a entrar a su oficina.

- señorita Grey, pasé. - la sigo a su oficina, tomando asiento en una silla al frente de ella.

Observó su oficina, tiene una ventana muy grande que da vista al patio, hay muchos libros, diplomas colgados en las paredes, y tiene una repisa con muchos trofeos y medallas.

- soy la directora de esta escuela, y estamos muy emocionados de poder recibirla aquí. - atrae mi atención - esperamos que se sienta cómoda. - asiento

- bueno, aquí están los horarios de tus clases, y esta es tu habitación, aquí están las llaves. - me pasa unos papeles junto a un llave marcada con un número. - cualquier pregunta que tengas, puedes venir. - asiento

- otra cosa, como ya sabes la escuela está dividida en diferentes aéreas. Verás aquí preparamos desde los 15 hasta los 18 años de edad, para que los alumnos estén calificados para las mejores universidades y ya estén un poco preparados para lo que quieran estudiar. - la escucho con atención. - las aéreas están divididas en ciencias, filosofía, literatura, leyes, negocios, ejército, entre otros. - me explica.

¿Acaso dijo ejército?

- disculpe, ¿dijo ejército?

- si, verás aquí preparamos a las mejores profesiones que sirven al gobierno y Élite. Obviamente los que se preparan para ser soldados asisten a otras clases, pero hay algunas asignaturas que son obligatorias, sin importar lo que desees estudiar. - explica

Creo que no estará tan mal la escuela después de todo.

- gracias, señora directora. - me sonríe

Salgo de la oficina dirigiéndome a mi habitación, veo en el pasillo por donde camino muchas personas reunidas murmullando. Me acerco para ver lo que ocurre, y veo una chica muy elegante y guapa, la observo detalladamente, sus ojos son azules, cabello rubio, viste con una falda negra, con una blusa blanca.

Dirijo mi ojos a la otra chica que está en el suelo llorando, es linda, tiene pecas, sus ojos son marrones, su cabello castaño, viste con jeans y una camiseta.

Me acerco más y me doy cuenta de lo que sucede, la chica rubia está humillando a la chica que está en el suelo, mientras todos se ríen.

Me acerco a la chica que está en el suelo, me arrodilló junto a ella, mientras le ayudo a recoger sus libros.

Una de las cosas que más odio, son las injusticias.

- ¿estás bien? - la chica asiente, sin decir una sola palabra.

- ¡al parecer tenemos otra rara aquí! - la rubia se dirige a mi.

¡Rara tu madre, rubia teñida!

Todos se ríen, suspiro y me levanto quedando al frente de ella.

- te aconsejó no meterme conmigo, no querrás tener consecuencias. - digo sería

- no me das miedo. - recorre sus ojos de arriba hacia abajo, sus ojos tiene un destello de diversión.

- no pretendo asustarte, solo te lo estoy advirtiendo. - mis ojos se mantienen fijos en los de ella.

- escucha rara, ten mucho cuidado conmigo, mi familia es muy importante al igual que yo. - me cruzo de brazos. - si te has dado cuenta todos me respetan.

Ya me saco de mis casillas, ¡genial! Primer día de clases y ya estoy en una discusión con alguien que ni siquiera se su nombre.

- mira linda, no me importa tu familia de m****a o si eres importante, yo no seré una cobarde. Si todos te tienen respeto es porque te temen, pero yo no te tengo miedo. - abre los ojos sorprendida. - así que métete tus respetos y tú importancia familiar o lo que sea, por donde te quepa. - me acerco a ella intimidando la

Todos guardan silencio, mirándome de pies a cabeza.

- ¡Mis padres se enterarán de esto! - grita furiosa.

- anda y ve a contarle a tu papi. - aprieta la mandíbula. - sabes, que pena que no sepas defenderte sola, y andes humillando a las personas para tener atención, que seguramente en tu casa no te la dan. - todos quedan sorprendidos.

WOW eso sí que fue duró....me gusta cuando te pones modo cabrona.

La chica rubia teñida, que no sé ni cómo se llama, sale corriendo rompiendo en lágrimas.

Todos me quedan mirando por unos segundos, hasta que se van por donde vinieron.

- gracias por defenderme. - me volteo para mirar a la chica de pecas.

- no hay de que - le sonrió

- ¿sabes?, eres la primera en enfrentar a Rachel. 

- solo la puse en su lugar, además que odio las injusticias. - suelta una risa.

- nunca te eh visto por aquí, ¿Eres Nueva?

- si, llegue hoy - me sonríe

- bienvenida! Por cierto, ¿Cual es tu nombre?

- Iris, ¿Y el tuyo? - se sonroja.

- ay qué tonta al no presentarme, me llamo jade. - le sonrió

- un gusto jade, ¿oye am sabes dónde queda está habitación?

señaló los papeles del número de la habitación que me dio la directora.

- queda cerca de mi habitación, ven yo te llevo.

La sigo por lo pasillos.

- oye, ¿que clases te tocan mañana? - pregunta

- estás. - señaló mi horario de clases

- perfecto, mañana también me toca literatura, podemos ir juntas si quieres.

- si, claro - me sonríe

Nos detenemos frente a una puerta con el número 97, según el número de la llave está es mi habitación.

- bueno, entonces te veo mañana. - comienza a caminar por el pasillo

Abro la puerta con la llave, cerrando detrás de mí.

WOW la habitación es muy grande, las paredes son de color crema, tengo mi propio baño, la cama es de dos plazas, hay un escritorio, una gran ventana, también hay una repisa con mucho libros.

Reviso mi clóset y tiene toda mi ropa, los libros que tiene la repisa son mis favoritos.

Al parecer mis padres arreglaron mi habitación para que me sintiera como en casa.

Me acerco a mi cama, y veo una caja de regalo.

¿Será de mis padres?

Claro, ¿De quien más seria?

La tomo con cuidado abriéndola, saco un libro que parece ser una novela, y observo que en el interior hay un collar muy sencillo con un diamante negro, también hay una carta.

Lo primero que decido tomar es la carta.

Querida Iris: sabemos que eres una chica sencilla, pero solo quisimos este instituto para tu educación, además sabemos que destacaras mucho, porque eres aplicada y estudiosa.

Solo queremos lo mejor para ti, y de verdad esperamos que te haya gustado tú nueva escuela.

Y recuerda que eres una Grey, y los Grey podemos con todo.

Te apoyamos en todo, esperamos que te hayan gustado los regalos.

Con amor tus padres.

Por un momento me sentí mal por ser muy dura está mañana con mi madre, se que quieren lo mejor para mí, y haré lo posible para hacerlos feliz, solo que me costará un poco encajar en este lugar.

No tengo hambre, así que no bajó al comedor, tomo un libro y leo toda la tarde, miro la hora en mi celular y ya son las 2:00 am.

M****a, pero si ya es de noche. Dejo mi libro encima del escritorio, me coloco mis pantuflas y salgo de la habitación silenciosamente caminando hacia el comedor para buscar algo de comer. Tengo mucha hambre y no pienso dormir así.

Por suerte encontré un pedazo de tarta de fresa, le doy un mordisco saboreandolo, cierro los ojos al sentir el rico sabor de la tarta.

Esta riquísimo.

Me dirijo en puntitas a la habitación caminando por el pasillo oscuro iluminado con pequeñas lámparas, sigo caminando hasta que choco con alguien mucho más grande que yo.

Caigo al piso de culo, mi cabeza da vueltas, a penas logro ver, las lámparas no alumbran casi nada.

Dirijo mis ojos al chico que me observa por unos segundos pero sigue su camino.

Es un chico alto, sus ojos azulados de pestañas largas, su cabello negro lo trae revuelto, y viste solo con un buzo deportivo, su torso está descubierto.

Es un sexy Tinieblo, muy sabroso....en conclusión es follable.

Los abdominales se le marcan a la perfección, es muy guapo, debo admitirlo.

Imagínate pasarle la lengua por ese abdomen.

Siempre tan perra ¿No?

- fíjate por donde caminas, idiota.

¿Este que se cree?

- fíjate por donde caminas tu, imbécil.

Me levanto del suelo sacudiendo mis manos, el chico  voltea dirigiéndose hacia mi con pasos firmes.

- ¿sabes con quién estás hablando?

Con un sexy Tinieblo

- no, y me importa una m****a quien seas tú. - no dejaría que me tratasen así.

El chico me empuja hacia la pared acorralándome, me toma con su mano derecha por el cuello.

Nos quedamos mirando fijamente por unos segundos.

La tensión que hay en este momento, ni se las explico.

- escucha mocosa, no te metas conmigo, no sabes quién soy yo.

Genial otro imbécil arrogante.

- tú no sabes con quién hablas, y si no me equivoco ya te dije que me importa una m****a quien seas. ¡Ahora suéltame! - sus ojos azulados me observan por unos segundos.

Me suelta y se va,  perdiéndose en el oscuro pasillo.

¿Pero ese quién era ?

Dios aquí se creen dioses por lo que me estoy dando cuenta.

Me dirijo rápidamente a mi habitación, me pongo una camiseta grande como pijama, y me duermo.

Jueves 6:30 am

Al despertar apague mi despertador, me di una ducha y me vestí con unos shorts, camiseta blanca y botines negros.

Cojo mi mochila y libros, salgo de mi habitación caminando hacia el comedor para tomar desayuno.

Apenas entre todos dirigieron su mirada hacia mi, murmullando entre ellos. Era obvio que hablaban de mi, pero me importa una m****a.

Me siento en una mesa y comienzo a comer mi cereal con leche, de repente siento que alguien me asusta por atrás, ¡dios era jade!.

- ¡buenos días! - Me sonríe

- ¡buenos días! - le devuelvo la sonrisa

- ¿como has dormido?

- bien, ¿Y tú?

- bien, oye tengo que ir a buscar algo a mi habitación pero te veo en clase de literatura.

- ok, te veo ahí. - Se levanta saliendo del comedor.

Cuando termino de comer, camino por los pasillos dirigiéndome a mi clase de literatura.

Choco con alguien, cayendo al suelo junto a mis libros.

Creo que el suelo tiene tu nombre marcado.

Alzó la mirada y es un chico de cabello castaño claro y ojos verdes, me sonríe y se arrodilla para ayudarme a recojer mis libros.

Aquí todos son sexys.... Me está gustando mucho esta escuela.

Me levanto, el hace lo mismo.

- perdona - se disculpa

- tranquilo ha sido culpa mía, estaba distraída.

- eres la nueva ¿Verdad?

- si, soy Iris ¿y tú eres ? - alzó una ceja

- perdón por no presentarme, soy Leonardo, pero dime leo.

- un gusto Leo - le sonrió

- el gusto es mío, oye por cierto te invito a una fiesta mañana, será en una casa de por aquí cerca con piscina, irá casi toda la escuela, puedes invitar a quien quieras. 

Vaya que sociable, apenas me conoce y ya me invita a una fiesta.

- claro, me encantaría. - me guiña un ojo.

- bueno Iris, te veo mañana en la fiesta.

Se va caminando por el pasillo.

Entró a la clase de literatura sentándome en el segundo banco junto a jade.

- llegas tarde, pero tuviste suerte, nuestro profesor se atrasó.

Entonces qué bueno que se haya atrasado.

- perdón, es que, me encontré con un chico, se llama Leo. - abre los ojos sorprendida.

- es uno de los populares.

- eso da igual para mí todos son iguales, por cierto mañana iremos a una fiesta.

- nunca eh ido a una fiesta, porque nunca me invitan. - baja su mirada al suelo. Vuele alzar su mirada con un destello de emoción.

- ¡será mi primera fiesta! - soltamos risas.

Llega el profesor, es un hombre adulto, su cabello rubio y ojos oscuros.

Tratamos un novela clásica " orgullo y prejuicio" todos comienzan a quejarse pero yo estaba feliz, es una novela muy bonita  y una de mis favoritas.

De repente entra un chico atrayendo la atención de todos, viste con jeans y una camiseta blanca, su cabello negro revuelto, cruzamos miradas pero la aparta.

Genial era el idiota que me crucé la primera noche que pase aquí.

- señor Brown, llega tarde. - el profesor se dirige a el.

El chico lo ignora, y se sienta en el penúltimo asiento.

- ya que llega tarde, le importaría darnos su opinión sobre la novela orgullo y prejuicio.

El chico rueda los ojos, pero asiente.

- en primer lugar para mí el amor es una estupidez, es solo una simple ilusión, y mi opinión sobre los personajes, es que, Elizabeth opino que era una fácil, solo se hacía la difícil para llamar la atención del señor Darcy, además lo único que quería era su fortuna, algo que muchas buscan en un hombre.

La opinión del chico hace que apriete los puños.

¡¿Pero que m****a?!

Es un imbécil, que al parecer no tiene cerebro.

Al escuchar su opinión debo admitir que me moleste, y obviamente no me quedaría callada, justo en profesor me mira haciéndome una seña para que de mi opinión.

- en mi opinión, considero que es uno de los mejores clásicos que puede existir. Y con respecto a los personajes, Elizabeth era una mujer de carácter, empoderada y segura de si misma, no necesitaba un hombre para sobrevivir y eso es muy admirable, sobre todo para aquella época, y si no me equivoco el que la perseguía era el señor Darcy. - siento unos ojos clavados en mi nuca.

- déjame adivinar eres feminista y crees en los cuentos de hadas.

Me volteo y clavo los ojos en el chico que me observa divertido.

- para tu información no creo en los cuentos de hadas, pero si en el amor. Quizás tú no creas en eso porque tu corazón es de acero y no te permites sentirlo. - sus ojos se oscurecen. - igual ese no es mi problema.

- cállate, no sabes nada sobre mi. - alza la voz.

- creo que tenemos algo en común. - sonrió, con una sonrisa torcida.

- basta, los 2 fuera del salón, ¡Ahora! - grita el profesor señalando la puerta.

Se levanta y sale, lo sigo por atrás de mala gana.

Genial Iris, primera clase y ya te echan del salón.

Afuera en el pasillo....

- por tu culpa nos han sacado de la clase. - le digo molesta.

- ¿así que es mi culpa? - asiento- tú fuiste la que empezó a discutir. - Arrugo las cejas.

- ¡¿que yo empecé?! Eres un imbécil, tú empezaste con tus comentarios machistas, y estúpidos. - me apoyo en la pared.

- ahora soy machista, ¡genial!

- si, y también eres un ¡imbécil!

Dirige sus ojos azulados hacia mi, se acerca acorralándome, queda muy cerca puedo sentir su respiración en mi rostro.

Ay madre santísima

- si me vas a decir algo, dímelo pero mirándome a los ojos.

Me cuesta mantener contacto visual por tanto tiempo, tiene una mirada muy intensa, que aveces obliga apartar la mirada, pero eso conmigo no funciona.

- eres un chico malcriado, hijo de papi, pijo que siempre obtiene todo lo que quiere, arrogante, mujeriego y un puto imbécil. - sus ojos siguen sobre los míos.

- ¿quieres saber lo que pienso sobre ti? Pienso que eres una niña malcriada, que a todo le dicen que si, una puta nerd virgen que seguramente nunca tuvo novio por ser rara, eres arrogante y orgullosa. Nadie podría fijarse en ti.

Mis manos me pican por tener ganas de pegarle un puñetazo.

- yo de verdad no entiendo como todas caen rendidas a tus pies, si eres un puto imbécil que sólo piensa en sí mismo. Pero ¿sabes qué? aunque todas caigan por tus encantos, yo no lo haré nunca, aunque fueras el último hombre del mundo, nunca estaría contigo preferiría mil veces quedarme sola. - suelta una risa.

- estoy seguro de que caerás igual, todas lo hacen. - sonríe mostrando su perfecta dentadura.

Vaya ego que se carga este imbécil.

-yo no pienso caer, y nunca lo haré. - baja sus ojos a mis labios, pero vuelve a centrar su mirada en mi ojos.

- eso ya lo veremos, guapa. - me guiña un ojo. Se aparta y comienza alejarse por los pasillos.

Me dirijo mi habitación, tira mi mochila a la cama y me largo a llorar. Me limpio las lágrimas y pienso, ¿porque lloró? es un imbécil.

No me dejaré derrotar fácilmente, si quiere guerra, guerra tendrá. 

<< Asi es como comenzo nuestro juego...>>

Viernes 22:00 PM

Al terminar con las clases, fui a prepararme para la fiesta de esta noche.

Al principio no sabía qué ponerme,

Pero me decido por algo de mi estilo, me vestí con unos jeans ajustados, un top ajustado corto de color rojo, con una chaqueta de mezclilla y unos botines negros.

Mi cabello lo dejó suelto, y mi maquillaje fue lo más natural posible.

Cojo mi mochila salgo de mi habitación cerrando la puerta y me dirijo a la habitación de Jade.

Jade vestía con jeans, una camiseta corta de color amarillo, una chaqueta de cuero negra, y su hermoso cabello castaño suelto.

- jade estás hermosa, los dejarás a todos boquiabiertos. - se sonroja

- mírate tú, estoy segura que todos querrán contigo. - le sonrió

- bueno, será mejor que vayamos para la fiesta, antes de que me arrepienta.

Ladeó la cabeza tirándola por los pasillos, para salir del instituto.

Por lo que tengo entendido, la fiesta será en una casa de por aquí cerca, solo debo seguir a los demás estudiantes que caminan en grupo  hacia la misma dirección.

- nada de arrepentirse, la pasaremos bien, ya verás. - la ánimo

Al llegar a la fiesta, me sentí rara, entre emocionada e incómoda, ya que, apenas llegamos todos nos miraban sin parar de murmurar.

A lo lejos veo a Leo y otros chicos y chicas que lo acompañaban, logró ver bien y reconozco algunos rostros de las personas de quién se trataban. Está la chica rubia teñida junto a otras chicas que de seguro son sus amigas, también esta el puto imbécil de ojos azulados.

De seguro era los populares, ya que, todos los miraban como si fueran dioses.

Leo se da cuenta de que estoy ahí y se diríge hacia donde nos encontrábamos con jade.

- Ey, Iris qué bueno que has venido, veo que has invitado a alguien. - Jade se sonroja mientras leo sonríe observando con curiosidad a jade.

- si, ella es mi amiga jade. - le sonríe

- un gusto, soy Leo. - jade baja la mirada sonrojada.

- El gusto es mío - sus mejillas siguen encendidas

- vengan con nosotros. - vuelvo a observar el grupo de leo.

- si no te importa, iré por un trago.

- te espero allá entonces.- Se da la vuelta volviendo con su grupo.

Si quiero sobrevivir aquí, necesitaré un trago.

- oye Iris, ¿no te importa que te deje sola? es que él me invitó a bailar y hablar. - jade señala al chico a su lado.

El chico es alto con lentes,  cabello café y ojos marrones, es el chico de literatura y se ve buena persona, así que supongo que estará en buenas manos.

- está bien, pero con cuidado. - asiente, mientras se aleja con una gran sonrisa junto al chico.

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