Guitarra

Estaba en la casa de Seth, después un siglo me había invitado a conocerla, aunque en realidad ya sabía cómo y dónde era, pues Marcus me había invitado algunas veces.

Al llegar vi a la señora rubia que era su madre, a la que él saludo con un beso en la mejilla, algo que me pareció muy tierno.

Me jaló del brazo como tenía por costumbre, para subir las escaleras y llegar a su habitación, lo bueno es que Marcus no se encontraba allí, al parecer iba a salir con sus amigos.

—¿Qué hacemos aquí chico malo? —pregunté mirándolo confundida, y el apodo ya se había quedado, al igual que el que él me llamara Brooks.

—Bueno quería enseñarte algo —contestó con obviedad, esta era una de las veces recordaba lo molesto que podía llegar a ser con sus comentarios, él saco una guitarra de su estuche, y la conecto a un tipo de amplificador o como se llamara esa cosa.

—Una guitarra eléctrica es muy Rockstar, y pensar que negaste tener una banda —dije molestándolo.

—Shut up, quieres —dijo con una mirada sería, para después cambiarla a una pequeña sonrisa.

—¿Alguna petición? —cuestionó alzando las cejas.

—Me pregunto cómo sonaría Rewrite the stars en guitarra eléctrica, ¿la conoces? —pregunté con entusiasmo, él no contestó, solo empezó a tocar el principio, a lo que empecé a cantar con una gran sonrisa tallada en mi rostro.

Todos sabían que era una de mis canciones favoritas, Marcus lo sabía, pero no dejé que eso me pusiera mal, canté como si nadie pudiera escucharme mientras disfrutaba de los lindos sonidos que producía Seth con la guitarra.

—What if we rewrite the stars —cantó, dejándome sorprendida, su voz era linda y suave, no pude evitar seguir con la letra. 

Estuvimos tocando un montón de canciones y platicando hasta que decidí preguntarle algo que quería saber desde poco después que llegue a su habitación.

—¿Podrías enseñarme? —solté de repente.

—No veo porque no —dijo sin importar que había dejado atrás el tema del que estábamos hablando cuando terminó la canción, y que parecía una loca al preguntar de forma tan directa.

Él acercó un banco a su lado, y me pidió que observará sus manos para después imitar las notas, empezando con do.

Realmente no era buena escuchando, a lo que toqué todas las notas menos la que me había mostrado.

Él decidió poner sus manos sobre las mías para así poder llegar al acordé y por fin lo hice, al levantar mi cara para observarlo, me di cuenta de que estaba muy cerca de su cara, nuestras respiraciones se mezclaban como el día de la biblioteca y cada vez nos acercábamos más. «Reacciona tonta» dijo mi subconsciente, a lo que bajé la mirada un poco apenada, perdiendo así el contacto visual.

—¿Brooks confías en mí? —preguntó haciendo que alzará la mirada de nuevo.

—Sí, y eso es aterrador, porque te estoy dando el poder —dije sintiendo mis ojos arder.

—¿De qué? —preguntó con curiosidad.

—De destruirme y que eso duela —confesé cabizbaja.

—¿Por qué lo haría? —cuestionó inclinando su mirada.

—¿Por qué no? —pregunté mirándolo, y es que tantas personas ya habían entrado a mi vida y casi todas se terminaban yendo, por lo que me aterraba saber que él podía ser la próxima, porque se había vuelto especial, a pesar de que muchas veces me fastidiara, no lo quería lejos.

—Prometo no alejarme —dijo tocando mi hombro, y es que le creía, confiaba en él, y quería saber que lo haría. Eso asustaba.

—Gracias —dije en un tono bajito.

—¿Por qué? —preguntó de nuevo, y es que ahora era él quien preguntaba demasiado.

—Por entrar a mi vida —contesté sonriendo.

—Brooks, no me hagas ser tierno o te lanzaré por la ventana —dijo causándome una gran carcajada.

—Lo lamento mucho, chico malo —dije mirándolo con diversión.

Y así, estuvimos cantando o simplemente conversando tonterías sin sentido, sin duda cada día descubría más de él, y eso me gustaba. 

—Creo que debo irme —expresé al ver la hora, eran las 8:30 y no podía llegar tarde a mi casa.

—Es tarde, puedo llevarte —ofreció serio.

—Ammm es que —balbuceé tratando de encontrar una excusa.

—¿Confías en mi? —preguntó enarcando una ceja.

—Bien, pero eres un gran tonto —chillé frunciendo el ceño.

Él solo reía ignorándome. —No me hago responsable si te caes —dijo al darse cuenta de que no me sostenía a nada, hasta que llegamos a un tope en el que casi salgo volando, por lo que me abracé a su torso como si mi vida dependiera de ello, y él, al sentir la presión de mis brazos comenzó a reír.

—¿Tú confías en mí? —pregunté dudosa.

—Puedes destruirme, Brooks —dijo en tono seguro mientras aún manejaba, y lentamente apoye mi mejilla contra su espalda.

Después de un rato llegamos a mi casa, me quité el casco, y al hacerlo mi cabello parecía el de una cavernícola, a lo que el comenzó a reír revolviéndolo más, parecía increíble, pero él siempre lo tenía despeinado, y se veía absolutamente bien.

—¿Cómo lo haces? —pregunté con asombro, él sabía a lo que me refería, a lo que me guiño el ojo.

—No revelo mis secretos —dijo con una sonrisa burlona.

Se subió a su moto, y yo me dirigí a mi casa, no era tan tarde, pero no quería encontrarme con Marcus, a lo que después de darme una ducha, cené y me acosté en mi cama a ver qué cosas pasaban en la tele. Mientras estaba viendo un programa malo en la tele, recordé que había tomado algunas fotos de Seth y mías cantando y decidí subirlas a I*******m.

Al parecer tenía un montón de seguidoras, nunca me detuve a leer los comentarios, pero todos eran de chicas que morían por él, alagando su peinado y su chaqueta de cuero, al parecer a todas les atraía su estilo de chico malo.

Y me llovieron un montón de críticas cuestionando que era el castaño para mí. No me iba a pelear con un montón de inmaduras, a lo que solo borré los comentarios.

Y rato después, sonreí al ver que él le había dado me gusta a las fotos, e incluso había subido fotos mías que me tomó sin que me diera cuenta. 

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