Tarde juntos

Me encontraba ocupada viendo memes en mi celular cuando recibí un mensaje del castaño, a veces resultaba muy comunicativo y otras una piedra.

"Brooks mándame tu dirección". Era todo lo que había escrito. No Caitlin ¿puedo ir a tu casa?. No Caitlin ¿estás en tu casa?. "Brooks mándame tu dirección".

Y sin embargo se la mandé, realmente no tenía nada más que hacer, «y quién mejor que Seth, el chico más simpático del mundo para alegrarme» pensé haciendo que riera, a veces mi mente era tan genial contando chistes que me sentía inteligente.

A los pocos minutos tocaron mi puerta y pude notar como detrás de él estaba una moto negra lo que me hizo sonreír con triunfo.

—Una moto, eso es muy chico malo literario de tu parte —dije mirándolo mientras el daba un suspiro cansado y rodaba los ojos, al mismo tiempo que me empujaba con su brazo para entrar.

—Sabes Brooks, no estoy de humor para tus malos chistes —dijo una vez adentro.

—Pues eso no parece, si te lo recuerdo, viniste a mi casa —señalé con obviedad, a lo que él me respondió con su silencio, y es que había algo diferente en él, lo notaba por su actitud algo desesperada e inquieta.

—Oye chico rudo, ¿estas bien? —pregunté. Ahora yo era la preocupada y es que él tenía la gran facilidad de cambiar mi estado de ánimo a la velocidad del sonido.

—No te contaré mis problemas si me hablas como una psicóloga de primaria —contestó a la defensiva, ocultando su mirada de la mía.

—¿Cuál es tu problema? Sabes, he tratado de ser buena, pero tu actitud egoísta y fastidiosa no me lo hace fácil —exclamé molesta.

—Eso no te importa, no te importaría, porque las personas tienen muchos problemas como para que alguien venga a molestarlos con los suyos propios. Además, ¿qué tanto le puede importar a alguien lo que te pasa? Al final todos contestan con un inútil «Todo estará mejor» —vociferó suspirando de forma molesta.

Y es que era verdad como alguien que había pasado por el abandono de su madre e ido a psicología, detestaba esas palabras, no eran más que una salida cuando las personas no sabían que más decir, y era horrible saber que él se sentía así.

—Sabes qué, no todo estará bien, no sé que te pasa, pero habrán cosas peores, así que te tienes que levantar aunque solo sea para que más problemas te lastimen —dije algo molesta y con la voz quebrada, recordando todo lo que alguna vez viví, y lo que había pasado con Marcus.

Él parecía sorprendido ante mi respuesta, y al parecer ahora habíamos invertido posiciones, pues ahora él me abrazaba, y claro que era extraño pero quería que durará para siempre el sentir sus cálidos brazos rodeándome.

—Traje libros —dijo en un tono bajo y casi inaudible, su voz resultaba tan reconfortante y suave que quería escucharla como despertador, o mejor aún, en una canción de cuna.

Y así ambos nos sentamos mientras leíamos, colocando nuestros pies frente a la ventana y contando que casos lográbamos resolver antes de llegar al final.

Él sin duda no era el típico chico malo, Seth era mucho más que lo que las personas creían.

De hecho podía ser divertido e incluso alguien comprensivo, y aunque fue por qué tenía problemas, se encargó de que yo me sintiera mejor, algo que se podía esperar de pocas personas.

—Brooks prométeme algo —dijo apartando la vista de su libro para mirarme.

—¿Qué? —pregunté curiosa mirando el tono azul fuerte que sus ojos poseían.

—Que no te alejarás sin importar lo que pase —dijo con una pequeña sonrisa.

—Lo prometo, chico malo —y por primera vez, él soltó una pequeña risa en vez de fulminarme con la mirada al llamarlo así, y en ese momento me di cuenta de que empezaba a querer como un amigo a Seth, ya no era solo un molesto conocido.

Y seguimos leyendo como si el tiempo no existiera, y tal vez no lo hacía, porque con la persona correcta, toda la vida parecía un segundo.

Éramos tan iguales y diferentes al mismo tiempo, ni uno era lo que todos creían, yo no era la nerd o la niña lista con la vida perfecta, y él no era el color gris en persona, ninguno tenía un lugar o amigos, cosa que hacía de nuestra compañía más especial.

—Caitlin, enserio tengo muchos problemas —dijo con la sinceridad irradiando en sus ojos, haciéndolo ver como un niño asustado.

—Prometo estar ahí cuando crezcan, no te desharás de mi tan fácil —dije esperando que se sintiera mejor.

—No, tú no estarás ahí, y solo, solo seré tu sombra viéndote a lo lejos —dijo mientras parecía que una lágrimas brotarían de sus iris azules, por lo que yo solo lo abracé con fuerza sintiendo como su corazón latía, no era un simple abrazo, era un vistazo hacia nuestro interior y un escape de nuestros problemas que parecían muy pequeños en esos momentos, estando tan cerca.

—Seth —lo llame captando su atención —. ¿Cuál es tu mayor sueño? —pregunté con curiosidad.

—No lo sé, no le veo el sentido a darle falsas esperanzas a mi patética vida —dijo en absoluta seriedad.

—¿Te sentirías mejor si te dijera cuál es el mío? —pregunté mirándolo.

—Me da igual —contestó con una sonrisa algo arrogante.

—Me gustaría ver las estrellas —revelé sonriendo.

—Brooks, eso es imposible en Nueva York —dijo mirándome con confusión.

—Por eso es solo un sueño, que le da esperanzas a mi patética vida —respondí copiando sus palabras.

No sabía que vendría después o que pasaba en la vida de Seth, pero estaba segura de que quería estar ella, y que quedaban muchos momentos aguardándonos, esperando a que estuviéramos mejor para vivirlos.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo