Capítulo II. Cafetería Clauh

Al día siguiente Eva se levanta temprano, ya que no tomó tanto alcohol como para tener una resaca, por lo que baja hasta la cocina donde prepara el desayuno.

Unos panqueques, café, huevos revueltos, jugo de naranja y unos tocinos que encontró en la nevera, pasos bajando las escaleras se escuchan sacando por lo que la mirada de Eva va hasta la entrada de la cocina por la que pasa Anderson, con su cuerpo cubierto por una toalla blanca sin duda la morena entiende el apego de su mejor amiga por el bad boy.

—Mierda Eva, el olor de esos huevos revuelto son los que me han despertado, —murmura dejando salir un bostezo y tomando asiento en uno de los bancos del desayunador, por lo que la morena le sirve y también le entrega una pastilla para la resaca. —Gracias, —expresa.

En silencio desayunan y luego Anderson abandona la habitación mientras que Eva sube a la suya para tomar una ducha y vestirse cómoda, Trinity le dijo que en esos de las dos de la tarde la llamaría para que fuera a la cafetería de la señora Clauh.

Decide salir a correr unas cuadras por lo que se vistió con un pantalón deportivo corto, su tenis y una blusa que deja a la vista su ombligo en el cual lleva un arete. Toma sus audífonos y Mp3 para salir de la casa con una mueca en sus labios al escuchar los horrorosos gemidos provenientes del pasillo.

Estando fuera de la casa se coloca los audífonos y coloca su canción favorita de Adele para comenzar a trotar por la acera, no piensa ir muy lejos porque no quiere perderse.

(…)

—Bien Eva, ella es la señora Clauh, —la morena la saluda con una sonrisa.

—Lo que harás no es mucho, niña, —le comenta. —Solo debes atender algunas mesas y listo, no solemos ser muy frecuentados por lo que la paga no es mucho…

—No se preocupe por el pago, realmente, solo ando buscando en que entretenerme durante mi estadía en el pueblo, —la señora Clauh asiente con una sonrisa.

—Entonces el puesto es tuyo.

—¿Cuándo comienzo? —cuestiona emocionada.

—Mañana a primera hora, —Eva asiente feliz, se despide de Trinity para hacer una parada en un pequeño parque donde compra un algodón de azúcar y se sienta en uno de los bancos disfrutando de la fresca brisa que recorrer los alrededores.

—Eva, —la voz de Jarel la saca de sus pensamientos. —Oye perdona la manera en la que me comporte contigo, nunca fue mi intención causarte incomodidad, —frota su nuca mientras que sus rulos hoy lo lleva peinado en una cola que se ondula al final.

—Solo que no se repita, por favor, —asiente y la acompaña en el parque.

—Me contó Trinity que estarás trabajando en la cafetería, —murmura.

—Que rápido vuelan las noticias aquí, —ambos ríen porque es cierto, el pueblo es pequeño por lo que todos se conocen.

—Más cuando se trata de alguien como tú, —Eva frunce el ceño, confundida por lo que dice.

— ¿Cómo yo?

—Olvídalo, me tengo que ir, —se levanta del banco. —Fue un gusto verte de nuevo, Eva, —se va trotando hasta un grupo de chicos.

—Extraño chico, —susurra para seguir comiendo su algodón de azúcar.

(…)

Los días transcurren con normalidad para Eva que ya tiene una semana trabajando en la cafetería de Clauh que es una muy buena jefa.

—A la mesa dos, Eva, —le entrega dos cafés y ella asiente para llevarlo.

—Aquí tienen chicos, —ellos sonríen.

—Gracias Eva.

— ¿Algo más? —Niegan y ella se va a limpiar otras mesas.

Después de unos minutos como es de costumbre Jarel llega con dos chicos, Eva lo atiende y conversa con él por varios minutos.

—Oye Eva, me gustaría invitarte a salir este fin de semana, —frota su nuca demostrando que está nervioso, lo que le parece tierno a la diva.

—Claro, puedes pasar por mí cuando termine mi día en la cafetería, —él asiente con una pequeña sonrisa que Eva le devuelve.

Después de todo, Eva se dio cuenta de que Jarel no están mal chico, por lo que le dio una oportunidad para ser su amigo. Su día transcurre con normalidad y cuando está en la casa se coloca una ropa deportiva para salir a correr por el bosque como de costumbre.

—Julie, saldré a correr un rato, —anuncia la chica de piel morena y espectacular cabello rizo, Eva es una mujer que sobresale donde sea que este, por su color y sus peculiares ojos azueles.

Muchas personas piensan que son lentes de contacto, pero la mayoría son gentes racistas que la han discriminado por ser de color.

         Las personas no están acostumbradas a ver a alguien de color con ojos azules. Siempre creen que estos deben tenerlos café, verde u otro color, pero menos ese, el cual es característico del hombre blanco.

—Ve con cuidado, —asiente para salir de la casa colocándose sus audífonos.

Eva ama correr por el bosque, ya que a veces tiene que brincar troncos secos, subir algunos caminos empinados y también quiere ir al río del que escucho hablar cuando llevaba unos cafés a una de las mesas de la cafetería donde trabaja.

Su recorrido la lleva a lo más profundo del bosque, siguiendo las indicaciones que le dieron, es un camino de varios kilómetros dentro del enorme sendero que la obliga a subir algunas colinas como le gusta, no tarda mucho para que el sudor se acumule en su frente y ve la gloria cuando llega al pequeño riachuelo, sonríe para acercarse y meter sus manos.

El agua se encuentra fría y eso sin duda a Eva le encanta, mira los alrededores dándose cuenta de que está completamente sola por lo que se desnuda y entra al riachuelo, pero lo que no sabe es que dos enormes lobos la observan a la distancia sin que se dé cuenta.

Es mía,gruñen al mismo tiempo los chicos, sorprendidos a los pocos segundos porque Eva es el alma gemela de ambos.

Vamos por ella, ambos lobos bajan de donde están y antes de llegar al riachuelo vuelven a su forma humana quedándose desnudos.

—¡Hey, señorita!exclama Hamit y Eva automáticamente cubre sus pechos, lo primero que pasa por su cabeza es que será violada al ver a los hombres desnudos en la orilla, no entiende nada de lo que sucede.

—Pero, ¡¿Qué carajo?! —Suelta alterada cuando los chicos desnudos entran al riachuelo hasta estar muy cerca de ella.

—¿Qué hace un bombo como tú, tan lejos de la civilización? —Halil mira a la hermosa morena y se pierde en sus ojos azules, no puede creer que esa mujer tan bella sea para él.

—Será mejor que se alejen, —pide sin expresión alguna porque sabe que esos hombres pueden aprovecharse de ella, sin embargo no demostrara miedo o debilidad ante ellos.

—Nena, pero si estamos siendo amables contigo ¿Por qué tan agresiva? —el mayor de los iguales se acerca a la chica provocando que se asuste.

Creo que tiene miedo. Dejemos que se marche, —pide el menor por su conexión, Hamit no le agrada la idea, sin embargo sabe que su igual tiene razón.

Bien, —gruñe. —Pero que se lleve un recuerdito, —Halil frunce el ceño confundido por lo que dice su igual, Hamit se pega más a Eva provocando que esta sienta más el calor de su cuerpo y otras cosas.

—Señorita los gemelos Bogart, para servirle cuando guste, —murmura en su oreja con ronquera.

—Asco, pervertidos, —suelta alejándose de los gemelos para acercarse a la orilla y salir del agua. Los rubios le silban y halagan el trasero que se carga, enojando a Eva con su comportamiento tan inmaduro. — ¡Maduren! —exclama terminando de colocarse su ropa.

—¡Ya viste que estamos bien maduros! —Grita Halif provocando la risa de su igual, Eva solo se adentra al bosque. —Sigámosla, no es bueno que ande sola, —ambos salen del lago y vuelven a su forma lobuna siguiendo a la morena en silencio hasta el final del bosque donde se conecta con el pueblo. —Ya no la podemos seguir, —gruñe, no les conviene atravesar el escudo anti sobrenatural que cubre a Taton para alertar a los ciudadanos de nuevos visitantes.

Tranquilo, —murmura Hamit. —En este pueblo todos se conocen y dudo que esa morena de ojos azules sea un rostro fácil de olvidar, —sus aullidos se escuchan por todo el bosque para luego correr a sus cabañas en lo más profundo este, no viven con los del pueblo y todo por no aceptar una simple propuesta que podría cambiar sus vidas o tal vez empeorarlas, Eva llega enojada a la casa por el descaro de los rubios.

—Eva ¿Qué pasa? —cuestiona Julieth al verla roja y agitada.

—Unos estúpidos gemelos, rubios, alto… —murmura y Julieth frunce el ceño.

—Los Bogart…

—¿Los conoces? —Una mueca se forma en los labios de Julieth.

—Se mudaron aquí hace un mes, no son de venir al pueblo, —comenta. —Son raros, —añade sin darle mucha importancia.

—Me estaba bañando en el riachuelo detrás de la colina y esos pervertidos se metieron desnudos al agua y lo peor del caso, es que se me han acercado estando en pelota, —su alteración le provoca risa a Julieth.

— ¿Tan mal fue verlos en pelota? —Eva la mira como si tuviera tres cabezas por su descarada pregunta.

—Mujer, te estás escuchando, —Julieth alza sus manos en son de paz.

—Solo quiero saber, —expresa con calma. —Los he observado dos veces en el pueblo y son bastante grandes y musculosos, aparte de que son muy guapos y quién en su sano juicio no querría saber cómo se ven desnudos, —murmura como si fuera lo más común del mundo.

—Pues obvio que yo, no me interesa saber cómo se ven desnudos…

—Pero ya los contemplaste, así que ahora cuéntame todo, —Eva frunce sus labios.

—No los contemplé desnudos, estaba de espalda cuando se metieron en el agua, pero logré sentir algo de uno de ellos.

—Picarona, —Eva se sonroja para irse a su habitación y evitar recordar el bochornoso momento que paso con esos rubios que sin duda le parecieron muy calientes, tal y como esos hombres de sus libros eróticos.

Por otro lado los rubios llegan a su cabaña y se envuelven una toalla alrededor de sus caderas para cubrir su desnudez, Hamit saca dos cervezas y le entrega una a Halif mientras toman asiento en los bancos del desayunador.

—En este preciso momento tenía que aparecer, —gruñe Hamit enojado porque no quiere más personas metidas en su vida.

—Si el destino lo quiso de esta manera, —hace una pausa para beber. —Debemos aceptarlo, —Halif toma de su cerveza mientras mira por la venta de la cocina.

—El destino es un asco y solo sabe jodernos la vida.

—Eres bastante negativo, —expresa con disgusto. —Concentrémonos por primera vez en las necesidades de nuestros lobos que están listos para tener a su pareja eterna, —anuncia.

Hamit solo deja salir un bajo gruñido para irse a su habitación dejando a Halif solo en la cocina con la idea de que es lo mejor que ha pasado en su vida.

Después de todo lo que han pasado y más su compañero Hamit que es el que más desgracia lleva arrastrando de su pasado, espera que decida darse la oportunidad de ser feliz por un breve momento.

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