Capítulo 3

Ya no puedo más con el dolor en mis piernas, no sé cuántas veces me he flexionado para agarrar la ropa desordenada en el suelo de mi habitación. Después de ese encuentro un tanto extraño con don señorito no me gusta las calorías, pero estoy rico qué más da, me vine de inmediato a mi acogedora morada.

Por un lado, no quería, debido a que realmente no quería ponerme a ordenar y todo eso. Pero es de esos días en que no se me sale de la mente el hecho de que debo hacerlo y bueno acá estoy, recogiendo la última prenda, de las once que he recogido. Debo dejar de tirar las cosas cada que llego del trabajo, pero me es imposible no hacerlo, llego tan exhausta que de inmediato quiero lanzarme sobre mi cama.

No sé qué demonios pinta el cesto de la ropa sucia en una esquina de mi habitación, lo único que tenía era un par de medias y ninguna coincidía. Vivir sola es un relajo, puedes hacer a tu antojo, incluso estar en ropa interior todo el día si te da la perra gana, pero en ocasiones la soledad me pega, a veces solo quiero meterme de cabeza en la casa de mi tía Catia y pasar todo el día de relajo de la compañía de Mark.

Llevo todo lo sucio al cuarto de limpieza y la lavadora y secadora harán todo lo suyo. Paso por la cocina, me freno, tengo hambre nuevamente, pero no, espanto eso de mi cabeza, solo tomare un vaso de jugo y nada más, me debo controlar, por mi salud me debo controlar. Sé que me importa un carajo todas las calorías que puedo ingerir, pero tampoco puedo abusar de mi metabolismo, no puedo forzarme a comer y comer y no darle descanso a mi estómago.

– ¡Ábreme la puerta perra! –revoloteo los ojos al escuchar la voz de Mark, se había tardado en llegar, es jueves de películas y ya está por anochecer. – ¡Se me entumece los dedos por la carga!

Me dirijo a la puerta la abro y lo veo con un par de bolsas en sus manos, este entra con prisa y deja todo sobre la mesita de noche. Yo voy por un tazón para las botanas y al regresar Mark ya está recostado en el sofá cama y buscando la película en mi portátil para la noche de hoy.

Este voltea a verme, esos ojitos verdosos me miran fijamente, una sonrisa se forma en mis labios y paso a colocarme junto a él. Apoyo mi cabeza en su hombro y este elige como siempre una película romanticona para así comenzar hablar pestes de que el amor no sirve y termina suspirando porque la película tuvo un final feliz.

–Hoy, me encontré al señor Hunther –este abre una lata de soda y me la entrega. –Quiere hablar conmigo y además entregarme mi paga.

– ¿Por qué no te la envió conmigo? –me alejo para verlo.

– ¡Lo mismo me pregunto yo!

–Te elogio –dice y eso me toma por sorpresa. –Está muy satisfecho con tu trabajo, la chica voluptuosa gana una vez más –agito mi cabello, este sonríe. –Pero aun no entiendo por qué quiere hablar contigo y más aún darte personalmente el dinero, un momento, ¿Dónde se encontraron?

–Estaba comiendo mi súper hamburguesa cubierta de queso cheddar y mi ración de patatas fritas, de pronto comenzaron los murmullos, me percate que venía ese hombre sexy en mi dirección, al parecer pasaba por esa zona –me doy un sorbo de mi soda. –En algún momento me pasare por el House Hunther.

–Tendrá un viaje mañana, fue algo imprevisto, regresara el domingo, ve a verlo el lunes.

–De acuerdo.

Vierto la bolsa de doritos en el tazón y comenzamos nuestra hora y cuarenta y cinco minutos de película romanticona, nos cubrimos con la cobija y me acurruco a mi adorado primo.

Observo a detalle como Mark mueve sus caderas de un lado a otro, tiene una jodida debilidad por la voz de Iggy Azalea y en este momento prepara huevos fritos, mientras que por otro lado no deja de bailar con sensualidad. Mi relación con Mark es una de las mejores de toda mi vida, es dos años mayor que yo y nuestra hermandad creció aún más cuando mamá murió y yo pase hacer la nueva integrante de su familia.

Fui la primera en saber que él tenia gustos muy diferentes a todos los hombres, su inclinación va más hacia un pene que una vagina, era realmente deprimente y un tanto gracioso ver como algunas chicas se le lanzaban y simplemente al momento de decir que era gay todas corrían despavoridas debido a su confesión. Mi tía Catia lo ama tal cual es, incluso yo lo amo aún más por ser lo que es, un ser humano con el corazón más grande del mundo.

Su padre es inútil, los abandono cuando él tenía cinco años y supongo que de algún modo u otro, ambos compartimos algo que nos identifica del todo, unos jodidos y grandiosos huérfanos de padre. Mark es totalmente intocable para mí, quien se osa a insultar su buen espíritu se la vera muy fea conmigo, al igual que él conmigo, nos defendemos a capa y espada y por lo menos puedo decir que tengo a un compañero que siempre estará a mi costado en cada paso que doy.

– ¡Huevos fritos hechos por mí, listos! –deja el planto delante de mí, tiene a un lado salsa tártara y trozos de salchichas. – ¿Pan tostado hermosa?

–Por favor cariño –este coloca el plato con pan tostado y luego su plato de comida, me sirve un poco de café y un vaso de jugo de naranja. – ¿Qué harás el día de hoy? –digo al momento que me llego un trozo de huevo frito a mi boca. –Creo que hoy estaré libre, Alaska no me ha llamado.

–Yo igual, como te comenté, el señor Hunther ira a un viaje y no hay sesiones fotográficas pendientes así que, hoy no iré al House.

– ¿Te parece si salimos hoy? Quiero bailar un largo rato y tomar un par de copas de vino, pliiiisss –le hago ojitos, este sonríe y asiente.

–Está bien, saldremos hoy, pero nos vemos en el club, debo ayudar a mamá con algunas cosas en casa y organizar mi agenda para esta próxima semana, tengo un desastre y créeme, Vahiola detesta el desastre.

– ¿Quién es Vahiola? –me pongo pensativa luego le señalo con el cubierto. –La mano derecha de tu jefe ¿no?

Seeee, y es como Fiona, una ogra, aunque Fiona es una princesa muy buena, Vahiola se inclina más a lo de la palabra ogra –sonrió ante las comparaciones de Mark y asiento. –Así que nos vemos a eso de las nueve en el club, ¿Ok?

–Perfecto, me parece genial, yo continuare organizando el apartamento, así que, volveré a mi hora de limpieza.

Este sonríe y continuamos el desayuno que preparo. Hablamos de cualquier cosa y luego yo me encargo de limpiar todo lo que él ensucio. Con un beso en la mejilla y un abrazo dulce se marcha y yo quedo nuevamente sola, y de pronto recuerdo.

– ¡Fifi! –busco un envase pequeño de comida en la alacena y corro hasta mi pequeña sala, observo a mi pez bailarina de color naranja y blanco ir y venir en su pecera. –Oh Dios bebita, lamento no alimentarte en cuanto desperté. –vierto su ración de comida y esta comienza a comer. –Prometo que muy pronto tendrás un compañero y así no te sientas solita, ¿Vale?

Silencio, cruel y estúpido. Vuelvo a lo mío y comienzo a ordenar la sala, recojo las latas de soda y bolsas de botana que Mark trajo ayer por la noche. La película que vimos no fue tan agradable con el final que tuvo, Mark estaba que destrozaba la pantalla de mi portátil y yo no hacía más que reír por haber tenido la peor selección de películas después de haber sido el mejor en todas las que hemos visto.

Para no sentirme tan floja mientas ordeno voy hasta mi habitación y conecto mi móvil al estéreo, le doy suficiente volumen para que abarque el apartamento y así volver a lo mío. La voz de Selena Gómez es lo primero que enciende mis ganas de ordenar, Back to you se adueña de mis sentidos y mientras comienzo a ordenar bailo por otro lado.

Limpio mi estantería, remodelo algunas cosas y sonrió al ver la fotografía donde salgo con mamá, tomo la cadena que esta junto al retrato y quito todo rastro de polvo en ella, la llevo a su lugar y una corta sonrisa se forma en mis labios. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo