Ben no tenía la seguridad, pero si el presentimiento de que Alan le ocultaba la verdad. Una vez su madre le entrego la sangre que él le había encargado fue en busca de Alan.

Ni bien llego entro rápido por la puerta y le mostro una de las bolsas a Alan.

 —¿Tenias alguna duda sobre si la conseguiría? — Le pregunto Ben con una sonrisa un poco malvada.

—Sinceramente, si lo dudaba bastante. — sosteniéndose de las paredes Alan se acercó a la sangre que sostenía Ben, pero al estirar la mano para agarrarla Ben la aparto de su alcance. — ¿Qué haces? ¿no me la darás?

—Sucede que no confió en ti y realmente lamento no hacerlo tomando en cuenta mi relación con Anís.

—¿Por qué desconfías ahora? Si quisiera hacerte daño a ti o a alguien lo pude haber hecho, pero no es mi intención, puedo matarte en cualquier momento así que…

—¿Que sucedió con el licántropo del consejo?

— ¿Qué licántropo? ¿Qué consejo? —Pregunto Alan haciéndose el tonto.

—Un miembro del consejo de lobos vendría al pueblo, resulta que lo encontraron casi sin vida en el bosque, casualmente tu llegas con heridas que corresponde a las hechas por un hombre lobo, creo que la pelea que me dijiste que tuviste fue con este miembro del consejo y no en la ciudad como dijiste.

Alan se sentó en una silla, su aspecto era deplorable estaba bañado en transpiración más pálido de lo normal y ya no le quedaban fuerzas para estar de pie. Miro al suelo y dijo en vos baja.

—Debí suponer que no tardarían en darse cuenta, te aseguro que si mi estado físico después de la pelea hubiera sido mejor lo habría enterrado o quemado, pero no pude hacerlo, llegue a la puerta de esta casa con mis últimas energías y luego me desmaye.

—¿Por qué lo hiciste?

—El me ataco, solo me defendí.

—¿Por qué te atacaría? Venia en paz y no debía atacar a vampiros, el consejo savia que en mi manada hay dos híbridos vampiros y un vampiro que es tu hermana.

—Entonces tienes un gran problema y yo solo tuve la mala suerte de estar en el lugar y momento equivocado, según parece yo no era su objetivo, sino ustedes.

—¿De que estas hablando?

—En la habitación donde duermo hay una mochila que llevaba conmigo cuando me ataco, adentro de ella encontraras una estaca, que este lobo traía consigo.

—Después de ti. — Dijo Ben esperando a que Alan se ponga de pie y avance.

—No voy a moverme de esta silla, no sin mi sangre primero.

—Confié en ti, pero ahora perdiste esa confianza no te dejare acá y tampoco te daré la espalda, puedes llevarme con esa estaca y terminar de contarme lo que me decías o te puedo llevar a una celda y esperar a ver qué pasa.

Alan se puso de pie y lentamente subió las escaleras hasta la habitación con Ben caminando detrás de él, cuando llegaron a la habitación Alan agarro su mochila y se la tiro a Ben.

—Ábrela, adentro la encontraras. — Ben miro la mochila con desconfianza y luego se la regreso a Alan diciendo.

—Ábrela tú. — Alan simplemente se la devolvió sin hacerle caso y respondiendo.

—Yo no puedo tocar esa estaca, me costó mucho trabajo guardarla sin tocarla.

Ben abrió la mochila lentamente y luego saco la estaca de la mochila y la miro detenidamente para luego decir.

—Esto no dice nada, es una estaca de madera común y corriente, no prueba nada de lo que dices.

—No es cualquier estaca, esta echa con madera de Nemeton, es una de las pocas cosas que puede matar a un vampiro como yo o como mi hermana, tú eres en parte como nosotros, tal vez también te pueda matar a ti, pero lo dudo porque si puedes tocarla no creo que tenga efecto en ti, al menos no como en nosotros.

—Tal vez la traía por protección, sé que hay mucha enemistad entre hombres lobos y vampiros.

—Piénsalo si quieres, yo estoy seguro que era para matarlos a todos, no dudo en intentar matarme.

— ¿Anís lo sabe?

—No, no le mencione la estaca.

—Me tendrás que acompañar, conozco un vampiro, se llama Isaac el me dirá si dices la verdad o mientes.

—Vayamos entonces, no tengo nada más que ocultar, pero antes quiero beber un poco, al menos que quieras arrastrarme hasta donde está tu amigo.