Capítulo 8 •Caras Conocidas•

Los vehículos paran en lo que parece un estacionamiento improvisado, era una amplia cancha de tierra, los estudiantes bajan de los buses siendo recibidos por líderes que con un listado juntan 9 grupos con sus respectivos compañeros de clase y los guiaron hasta distintos puntos del campamento.

Por el camino cada quien observaba algo diferente, el sendero estaba pavimentado a la antigua con muchas rocas acopladas y unidas con cemento, las casas eran de material pintadas para ocultar lo poco maltratadas que estaban, unos obreros demolieron casas de madera mientras construían unas nuevas con bloques, el lugar parecía una antigua civilización perdida en el bosque rodeada de miles y miles de árboles.

Laura, Tania, Christopher y Charlie bajaron de la camioneta y se dirigieron al lugar donde iban sus compay dividiendo, pero antes de eso un guardia de seguridad los intersecta

—Quisiera saber por qué están alejados del grupo — los mira intimidando los

Christopher no se inmuta antes la mirada penetrante del hombre y le responde que solo estaba mirando el lugar, pero ya volverían con sus grupos. El hombre asiente y miró detrás de ellos percatandose de algo más

—Saben… también me gustaría saber cómo llegó esa camioneta a este lugar, si todos nosotros llegamos en el bus y el parqueadero estaba vacío — da un paso adelante y saca su celular para llamar al supervisor

—Saimon, detente, no va a hacer falta — lo detiene un joven de cabello largo con una gorra y uniforme de guardia al igual que el hombre —Ese auto es de uno de los trabajadores el cual llegó poco después de nosotros, los estudiantes me avisaron que solo verían el lugar sin alejarse por poco tiempo

—Sabes muy bien que eso no puede pasar — replica con voz amenazante

—Tranquilo, me supieron convences y te daré la mitad de las razones que ellos me dieron — responde el joven calmando a su compañero

—Ahora si nos estamos entendiendo — expresa el hombre contento al recibir cierta cantidad de efectivo de su compañero — terminen lo que hacían y vuelvan a su grupo

—Tranquilo, ya íbamos a volver — advierte Charlie dándole una señal a Christopher de irse

Christopher mira al joven levantándose la cabeza dándole una señal secreta, las chicas se mantenían calladas y que los hombres resolvieran, pero había algo extraño en ese joven, algo que solo Laura logro percatar y el mirar su rostro repetidamente le traía un recuerdo de alguien cercano, uno que no podía ver con claridad.

No pasó mucho tiempo para que cada quien llegará a su grupo, por suerte Tania quedó en la misma casa que Laura, cada casa podía albergar a cinco estudiantes, los cuartos habían sido modificados para ser habitaciones para dormir y una pequeña cocina con dos baños, uno dentro y otro fuera de la casa.

Habían 3 cuartos y la pequeña cocina la cual permanecía inactiva debido a que todos se alimentaban en el comedor el cual se ubicaba en el centro del campamento, Laura y Tania tomaron un cuarto para las dos mientras otras dos chicas uno para ellos y el más pequeño lo tomó la chica que dormía sola.

Sacaron la ropa y guardaron en un pequeño armario que estaba en la recámara, la maleta la metieron bajo la cama, se cambiaron de ropa a una más cómoda y llevaron los móviles con ellas para grabar cualquier estupidez que hicieran sus compañeros de instituto. Las bocinas regadas por todo el campamento se activaron dejando escuchar la voz de un hombre que les pide dirigirse a la plaza principal del antiguo pueblo.

Las chicas ya preparadas salen al encuentro dejando a sus compañeros de cabaña en la casa alistando se, caminar por las empedradas calles era una experiencia un tanto grata, las hizo pensar que estaban en la antigua Europa en un país como Francia o Inglaterra que mantenían estos caminos, las vistas verdes les provocaba paz y el cielo azul aunque mezclado con nubes de tormenta les parecía fabuloso.

—Es mas lindo de lo que parecía a primera vista — comenta Tania un poco alegre

—Si, me alegra este lugar, tomaré fotos — se antoja luego de ver un pájaro color rojizo con una cresta y pico amarillo

Saca su celular y apunta el lente al pequeño animal sin hacer movimientos bruscos, ajusta y enfoca hasta tomar la foto disparando el Flash del móvil alertando al animal el cual se escapa por los aires

—Que extraño — susurro la joven mirando la pantalla de celular

—Qué sucede — de acerca a su amiga buscando el problema

Laura señala con el pulgar al icono de la señal telefónica —No hay servicio

—¿Y no es normal? Digo, porque estamos lejos de la ciudad — analiza la joven satisfaciendo momentáneamente a su amiga

—Esta bien, apuremos, no vayan a decir algo importante.

Los jóvenes llegaban ubicándose en cualquier lugar sin ningún orden, unos se sentaban bajo los árboles en bancas de troncos tallados esperando cualquier cosa. Los guardias siempre alrededor pendientes que nadie caminara fuera de la zona de seguridad.

Por un micrófono viejo y maltratado anunciaba un hombre con canas afrodisíaco de procedencia Caribe —Bienvenidos a Juana Grande — dice con entusiasmo dando por entendido su amabilidad —Espero que la pasen bien estas dos semanas y disfruten de nuestras actividades — los jóvenes permanecen escépticos —De la comida se encargará Doña Martha —Señala a la mujer a su izquierda —Y de las actividades el señor José, de la seguridad ya se encargaran los maestros —los estudiantes se extrañan y murmuran entre ellos

El señor José se le acercó y le corrige —lo siento, parece que hubo inconvenientes con sus maestros, en lugar de ellos están el equipo de seguridad contratado por el instituto, cabe de más decir que la montaña está prohibida por ser sumamente peligrosa, sin embargo pueden disfrutar del pozo a unos cuantos kilómetros o del arroyo que rodea el campamento — las voces cambian al motivarse a usar vestido de baño para sus chicos —Sin más que decir les deseo unas lindas y seguras vacaciones — baja de la roca gigante de donde comunicaba dejando que el señor José informe sobre las actividades.

—No se tú, pero el hecho de que esa montaña sea prohibida me dan ganas de conocerla — confiesa Tania un poco excitada

—Así que te gusta lo prohibido, por eso es que te acuestas con Christopher — molesta le tuerce la mirada

—No te enojes y lo siento por no decir, solo sucedió — se excusa la joven

—Tu sabrás lo que haces — dice Laura dejando la conversación para ver fijamente al joven que les ayudó en el parqueadero

—Es malo andar con dos chicos a la vez — la interrumpe Tania sin mucho éxito —Oye, lo digo por experiencia

Laura no le presta mucha atención y le pregunta — ¿Conoces a ese chico Tania?

—La verdad no y no tengo porque, es solo a quien le pagó Christopher para poder venir libres

—No lo sé — charla con su amiga sin dejar de mirarlo —Hay algo en el que me resulta familiar

—Otra vez estás con tus delirios Tania, será mejor que vayamos al arroyo y alentamos un poco a los chico — la abraza contándole sus deseos muy cerca del oído

—Esta bien, solo quiero ir por un folleto, espérame en la cabaña —Sugiere la chica alejándose de su amiga rumbo al comité de información.

Con dificultad atraviesa el bulto de gente que invadía la plaza, muchos solo hablaban entre sí mientras muchos otros tuvieron la misma idea y salieron al centro por más información. Una larga cola separaba a Laura de los folletos pero por suerte el flujo era rápido y en menos de diez minutos ya tenía el mapa del pequeño pueblo en sus manos.

Lo observa por pocos segundos y se dirige a su cabaña guardando el papel en su bolsillo, estaba cansada del auto y le dolía un poco la espalda, esperaba que recostarse un poco en el agua, así sea sucia, la aliviaría un poco. En su afán tropieza con un chico, es costumbre de ella caminar con la cabeza abajo, alza la mirada y se percata que el el joven guardia que le ayudó.

—Oye, oye. Tranquila o lastimarse a alguien — advierte el chico parandola al agarrarla con sus brazos

La chica se sonroja al sentirse apenada —Lo siento, es que me están esperando — Trata de esquivarlo pero él la detiene

— ¿Afán? Cálmate, el lugar no es grande, de seguro llegarás a tiempo

Trata de responder pero no encuentra respuesta a su lógica — ¿Acaso te conozco de algún lado? — pregunta la joven muy confundida al detallar el rostro del chico

—Puede que sí — confiesa dando media vuelta y alejarse lentamente

Laura no presta mucha atención y a paso ligero llega en poco tiempo a la cabaña. Su amiga ya estaba en ropa interior y buscaba un suéter de hombre que le robó a su hermano para no mostrar de más antes de llegar al arroyo

—Creo que lo deje por aquí — dice la joven buscándolo en su maleta

—Yo no te empaque ese tipo de ropa Tania — entra a la habitación cerrando la puerta y quitándose la ropa

—Lo se, pero poco después que me dejaras en casa y Christopher se fuera pensé que sería útil, y ves que sí lo es — saca toda la ropa con velocidad —Ves, aquí está, sabía que lo había guardado — mete la ropa de vuelta y se pone el suéter

—Si, te ves mejor así, no muestras de más — se pone un mocho de tela fresca y una blusa delgada.

Tania se veía sexy y elegante con el suéter largo mostrando sus suaves y finas piernas muestras Tania trataba de guardar apariencias luciendo lo más sencilla posible.

Caminar por el campamento y no ser el centro de atención era completamente imposible para Tania, los chicos no paraban de tirarle piropos y silbarle, pero ella hacía caso omiso y como toda una diva caminaba al lado de su amiga hasta llegar a tan hablado arroyo.

En el lugar ya estaba la mayoría y las aguas repletas de adolescentes desesperados y entusiasmados de pasar las mejores dos semanas libres de padres, estudios y responsabilidad. Todo un bucle para dejarse seducir por el deseo, placer y libertad.

Charlie de sorpresa abraza por la espalda a Laura tapándose los ojos mientras Christopher toma de la mano a Tania y la lleva al lugar más profundo del arroyo cargada en sus hombros evitando le a la chica la fatiga.

— ¿Quien soy? — pregunta el chico con voz graciosa

—No lo sé, ni reconozco tu voz, tal vez tus labios si…

El chico destapa su vista y le da media vuelta a la joven poniéndola frente a él —Averigualo cariño — chica sus carnosos y suaves labios con los de ella en un envidiado el beso de verano que perduró por varios minutos captando la atención de muchos

—Nada mejor que estar contigo — expresa Charlie mientras sujeta su cintura

Laura trata de responder pero la presencia del joven guardia aparece tras la espalda de su novio a varios metros de distancia

—Sabes… me gustaría saber quién es el chico que nos ayudó en el parqueadero — pregunta mirándolo sin que el guardia se diese cuenta

Charlie voltea la mirada observando para luego responder —No lo conozco bien, sé que lo contrató Christopher y que su nombre es Nicolás

La joven queda muda al escuchar el nombre, disimula muy bien pero la incertidumbre de que se llame así la devora — ¿Nicolás dices? — réplica tratando de escuchar una respuesta diferente

—Si ¿acaso lo conoces? — pregunta el chico mirándola fijamente

—Espero que no, es algo que se me hace muy familiar.

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