Capítulo 7 •Viaje•

— ¿Que sucede Laura, porqué te fuiste así de la casa? —pregunta exaltada Tania vía telefónica

—Tardaste mucho jugueteando con tu amiguito — responde un poco seca

—Lo siento, solo sucedió…

—No importa, me tenía que ir, era muy tarde —añade la joven

—Lo supuse, gracias por empacar mi maleta tú sola

—No fuí yo sola, Charlie me ayudó — dice un poco más animada

—Enserio — se asombra y mete leña al fuego con voz pícara —Entonces tú y Charlie lo hicier… —Laura la interrumpe inmediatamente negando la afinación

—Pasaron cosas pero nada más — le explica con voz baja —Igual mañana te cuento, tengo que empacar mi maleta

—Esta bien amiga, descansa —accede Tania despidiéndose

—Descansa igual Tania — se despide y cuelga el teléfono.

No sé qué está sucediendo conmigo y Charlie, el me gusta muchísimo pero algo me dice que me aleje de él, por otra parte no tuve éxito encontrando al autor de aquella nota, debe saber esconder bien sus pasos. Hace mucho que no se de mi madre, tanto tiempo como he dejado de escribir en ti querido diario, solo espero que todo mejore. Cambiando de tema hoy tengo un viaje de vacaciones obligada, no me quejo, pero hay algo extraño, sin embargo desearme suerte diario 14-09-18

—Papá me llevaras a la escuela — dice la joven a eso de las 6:00 am con una maleta y su morral de clases

—Si cariño, pero se me hace extraño — accede con ciertas dudas sobre el viaje

—La maleta es para el viaje de vacaciones papá — responde después de observar que su padre miró de forma extraña su equipaje

—Lo se cariño, lo que me intriga es porque tienes que ir tan temprano si el viaje es por la tarde

—Tenemos clases hoy papá, los profesores no quieren que nos atrasarnos mucho — toma el tenedor y lo inserta en la arepa que le trajo su madrastra para el desayuno

—Bueno, termina de comer y nos vamos — al igual que su hija pero con su mano sujeta la arepa de Aruba amarillo y la lleva a su boca.

El instituto estaba como de costumbre, solo que los estudiantes tenían maletas y equipaje de más, alguno de los chicos llevaron sus autos pues no querían ir en el bus con los profesores, decían que así se divertirán mucho más. Christopher era uno de ellos el cual llevó la camioneta color negra blindada de su padre, vio que Tania estaba al lado de él y como él la presumía en todo el colegio, al parecer ahora son más que amigos y ella no lo sabía.

Los estudiantes se veían muy animados de pasar dos semanas lejos de sus padres en un campamento que se respiraban aires de libertad

—¿Es extraño ver a todos felices verdad? — le susurra Charlie que se le acercó sin que ella se diera cuenta

—No los veía así desde el concurso de belleza — responde Laura luego de sorprenderse por el encuentro

—Si quieres…

—No te vas a desnudar Charlie, ni lo pienses — anticipa Laura quitándole la mirada

—¿Cómo sabías que diría eso?

—Las mujeres tenemos un sexto sentido — lo mira coqueta y le pica el ojo

—Yo lo sabía… pero no lo había comprobado — sonriendo mientras da dos pasos atrás

—Si mejor vete antes que descifre tus pensamientos — le grita Laura mientras el chico se aleja caminando para atrás

—Oye, nos vamos con Christopher en su auto, no te pierdas — responde al grito advirtiéndole de la situación

Laura piensa en sus palabras hasta perder al joven de vista y voltea la mirada a Tania que aún seguía con su amiguito, le hace señales hasta que ella logra verlas y llega hasta donde Laura.

—¿Qué sucede? — pregunta la chica un poco agitada y mirando a cada rato para atrás mirando a Christopher

—Vamos, tenemos que entrar a clases — la regaña tomándola de la mano

—Tenemos que entrar… no quiero ver al aburrido profesor Alberto dar su aburrida clase del movimiento rectilíneo uniforme

—Hay que hacerlo, no quieres que te cancelen las vacaciones y seas la única en no ir — la amenaza tomándola más fuerte de la mano y arrastrarla a clases

—ESTÁ BIEN… — gritó la chica dejando ser llevada por su amiga.

Las clases no fueron tan estrictas como de costumbre, el profesor del aula 11-2 donde estaba Laura con Tania estaba cansado, fatigado y sudoroso, cada dos por tres se sentaba y pedía a los estudiantes copiar del libro. En el intercambio de clases los estudiantes con salones cercanos intercambiaron palabras y en cierto punto de la charla sale el tema del profesor del salón 11-4 (donde estaba Christopher) que tuvo que salir de urgencia a la enfermería por un fuerte dolor en el estómago, en el salón 11-3 Charlie menciona a las chicas (Tania, Laura y Natali)  que la docente en su clase estaba como mareada y al final de la clase tropezó cayendo bruscamente al suelo, por suerte no le pasó nada, comentaba el joven.

Ellos mantenían conversación en el segundo piso del bloque-D frente de ellos había una amplia plaza y al otro extremo las oficinas de la dirección, secretaría y otras ocupaciones. A un costado yacía la construcción del auditorio construido sobre una colina la cual conectaba con la plaza con una escaleras que decoraban todo el lugar como una gran cancha de fútbol pavimentada. Los caminos conducían a otros bloques, cafetería, canchas y parques. El instituto era uno de los más valorados de la ciudad el cual competía en infraestructura con escuelas privadas.

Por el medio de la plaza caminaba un grupo de estudiantes de noveno, se ubican en las gradas muy cerca de una esquina riendo como si se hubieran enterado del chisme mas grande. Una profesora de once paso por el lado de ellos meandose como ebria, los jóvenes solo la miraron y rieron aún más.

Luego de cinco minutos el director lanza un comunicado diciendo que el viaje fue cancelado para todos los estudiantes que no estén en décimo u once, los chicos abuchearon la noticia, pero sin el ánimo con que te quedarías de semejante noticia, el director les pide a los estudiantes esperar en el salón de clases a que su director de grupo llegará debido al cambio de planes.

Cierto tiempo después maestros entran a los salones dejando asombrados a los alumnos pues no eran sus directores de grupo, el docente captura la atención del grupo y les explicó los nuevos términos del viaje

—A consecuencia del una bruma de Los estudiantes de noveno los cuales con intenciones de arruinar el viaje de los demás grupos vengándose de que ellos no van envenenaron a los docentes con laxante — todos quedaron atónitos ante la noticia, no sabían qué hacer o decir y aunque algunos se reían la incertidumbre de saber que sucederá era mayor.

—Tranquilos, el viaje sigue en pie, solo que sus maestros no los acompañarán — escuchar las palabras del maestro suplente los emocionó tanto que gritaron de alegría siendo escuchados en todo el bloque

—Pero… — los calla el docente —La institución no los puede dejar dos semanas sin supervisión — mantienen silencio esperando lo peor —La dirección contrató una entidad de seguridad para mantenerlos a salvo, sin embargo los guardias no se interpondrán en sus vacaciones, sin más que decir ¡Feliz viaje!

Una alegría se apoderó de cada uno ¿Que podía ser mejor que vacaciones de colegio sin maestros? ¡Nada!

En sus rostros permanecía una sonrisa imborrable que los mantuvo contentos por toda la mañana, unos minutos después llega a cada salón (nueve aulas de clase) un hombre con traje negro y un auricular en una oreja, les pide que en orden salgan y vayan al parqueadero a subirse en los buses, les resultó extraño pues habían acordado que sería en la tarde, sin embargo uno que otro más atento les informó a sus compañeros que como los maestros están indispuestos no podrían realizar la jornada de estudio y es muy repentino y costoso para la institución contratar a 9 maestros para que les de clases a los estudiantes de 10 y 11 grado por lo que obraron en adelantar todo.

Los estudiantes aceptaron y salieron, por el pasillo se encontró con Charlie el cual la tomó de la mano llevándose la muy rápido

— ¿Qué pasa, dónde vamos? — grito muy confundida

Charlie sin dejar de caminar la mira — Nos vamos con Christopher y Tania en su auto

—Si es así por qué solo me dices a mí y dejamos a Tania en el camino — para de caminar tras el chico y le suelta la mano

— ¿Tania no está con Christofer? — confundido la mira, unos cuantos metros atrás venía Tania corriendo tras ellos enojada

—¿QUE PASA CONTIGO LAURA? — los alcanza y les reprocha — como puedes dejar a tu amiga atrás — se cruza de brazos y deja de mirarla

Charlie se interpone entre las chicas y tratando de no captar la atención de todos los estudiantes que pasaban por su lado y los miraban extraño confiesa —No es culpa de Laura, yo pensé que estabas con Christopher

—Ya ves que no — le tuerce la mirada tomando a su amiga de la mano para salir del lugar dejando al chico atrás

Charlie las mira alejarse — ¡Mujeres! — camina a paso lento tras ellas hasta alcanzarlas

Al llegar al parqueadero Christopher los intersecta llevándose los lejos de los demás estudiantes que subían a los buses, les informa que tiene un amigo el cual es uno de los guardias que los cuidarán y le hizo el favor de ocultarlo hasta que todos suban para que ellos puedan irse por aparte en el carro.

Pasan por el lobby del instituto y doblan a la derecha cerca del bloque-C donde se ocultan sin ser vistos por los estudiantes de octavo y noveno aunque sería muy difícil debido a las maletas que al arrastrarlas provocan mucho ruido. Llegan a la cafetería donde se mezclan con otros jóvenes y logran evadir a los guardias que hacían la última ronda para verificar que estén todos.

—¿Cómo nos está ayudando tú amigo? — pregunta Tania un tanto escéptica

—El tacho nuestros nombres en la lista asumiendo que estamos dentro de autobús, me permitió salir del parqueadero para encontrarlos y llevarlos lejos, además cuando arranque el bus por la radio se tiene que verificar que estén todos

Tania queda callada al entender claramente la explicación, disimula en la cafetería comprando unos mecatos al igual que todos, Laura pide un jugo de mango acompañado de una galleta de quedó la cual es harinosa y se deshace en la boca, a Charlie se le ocurre comprar de más para el camino guardando en su morral el cual con mucha dificultad logra cerrar de tantas cosas que lleva.

—Si no se van ya perderán el bus — advierte un trabajador de la cafetería con voz pícara

Laura quedó helada mientras Christopher responde —Solo venimos por un poco de comida, ya nos vamos — comprar una gaseosa para culminar su coartada e incentiva a sus compañeros a que salgan con el.

—¿Por qué nos vamos? Aún no salen los buses — dice la confundida Tania

—Solo escucha — la aconseja Charlie señalando al aire para luego escuchar el claxon de los tres buses al partir

—Supongo que al fin nos vamos — afirma Laura.

Más aliviados caminan nuevamente al parqueadero donde Christopher enciende su auto y abre las ventanas para sentir el viento, no pueden alejarse mucho de los buses pues no saben el camino sin embargo mantienen una distancia prudente por toda la ciudad hasta llegar a la troncal.

Según rumores en los estudiantes el campamento queda muy cerca del municipio de ovejas, el campamento está situado donde estaba un antiguo pueblo llamado pijiguay, los habitantes tuvieron que huir de ese lugar por culpa de la videncia entre los grupos armados y la guerra en Colombia, un par de años después un multimillonario lo compro queriendo cumplir los deseos de sus hijos de tener su propio campamento el cual funciona normalmente en las vacaciones de mitad de año, fue muy fácil para la institución alquilar el lugar por dos semanas al no ser solicitado por nadie.

—Es hermoso verdad — inicia conversación el joven mientras Christopher conducía

Laura estaba atontada mirando las colinas, lomas y montes del camino, todo era tan verde y lleno de vida, el aire era fresco y en los pastos se veían las vacas alimentarse y jinetes galopando. Los pozos o charcos de agua creados para almacenar agua para el ganado o los naturales que llevan allí desde hace décadas reflejaban el brillo del sol y las nubes en el cielo azul. Árboles por doquier y fincas en la cima de muchas lomas decoraban el paisaje, habían muchos motivos para creer que Sucre es lo más lindo de Colombia.

—Si, es hermoso — contesta sin dejar de observar, Charlie se acerca a ella observando por su ventana

—Muchas veces quise tener mi casa en una loma sin ningún señal de vida en la tierra

—Ese si es un suelo extraño — dice Laura echándose a reír

—Tal vez lo sea, solo quiero ser libre — dice el joven recordando la cabeza en el hombro de Laura

—Eso que las mujeres somos las delicadas — dice tan fuerte que todos en el auto escuchan riendo del joven

—No me hagas demostrar quién es el débil — amenazada el joven a Laura

—Y cómo lo harás — reta la chica a joven

Mirándolo fijamente mientras él acerca sus labios a los de ella besándola prolongadamente

Tania estaba recostada a Christopher el cual alza un vidrio totalmente negro dividiendo el auto siendo ellos incapaces de escuchar del otro lado sin que Laura o Charlie se diesen cuenta.

Tania besa a Christopher en la mejilla y cuello mientras él conducía, con su mano se paseaba por todo el pecho del chico sintiendo sus pectorales y cuadros de su abdomen, Christopher descuida el camino por un minuto dándole un pico a Tania y decirle — ¿Que esperas? — Tania entiende lo que quiere decir y laja su mano muy lento por su abdomen hasta llegar a su cremallera, desabrochó el botón y con un poco de dificultad baja el pantalón hasta los cuádriceps de joven, se mete entre sus brazos que sujetan el volante muy cerca de la entrepierna de Christopher. Puede ver como el miembro de chico se mueve frente de ella y procede a darle besos de campana mientras él controla el placer.

Laura besaba a Charlie apasionadamente dejándose caer en las asientos del auto, Laura se mantenía encima del Charlie mientras el posaba las manos en su trasero apretando delicada y consecutivamente, Laura mantenía las manos en el abdomen del chico para evitar moverse o caerse por la inercia del vehículo, sin volver a darse cuenta el vidrio se baja y Tania le dice a Christopher en voz baja —Luego te toca a ti — advierte a los enamorados que estaban a pocos minutos de llegar, los buses y el auto entraron a una calle destapada provocando que el carro se agite de un lado a otro por los dañada de la vía, subieron y bajaron por lomas y una empinada montaña la cual si estaba pavimentada, todo estaba rodeado por plantas de monte, árboles y a lo lejos muchas lomas que daban una maravillosa vista.

Luego de unos largos 18 minutos por la infernal vía llegaron al campeonato llamado "Juliá Grande"

—Supongo que aquí pasaremos dos semanas de nuestras vidas — dice Tania un poco desanimada

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