Mi Primer Amor
Mi Primer Amor
Por: SrOrtega
Capitulo 1 •Querido Diario•

No sé cuántas veces he mirado al cielo deseando que estés a mi lado, los días después de tu partida han sido los más duros de mi vida, he pasado observando a través de mi ventana con el deseo de que vuelva a mi esa ilusión de vida. Pero… la verdad solo quiero reunirme contigo de una vez por todas. 24-08-18

—Laura llego tu padre, baja rápido – grito su madre que preparaba el desayuno.

—Maldición, otra vez no…

Estaba la chica luchando con su pantalón ajustado, su cabello era un desastre. Estaba atrasada para ir a la secundaria como de costumbre, con todas sus fuerzas y un poquito más subió y abrocho su pantalón para luego domar su melena y doblegarla con sus manos atándola con un gancho para cabello, tomo sus zapatos deportivos los cuales son muy fácil de poner.

—Ya voy, ya voy – gritaba mientras bajaba las escaleras a toda prisa tomando una manzana verde del comedor y le da una gran mordida

—Con calma Laura

—Te quiero madre, hasta luego – replico la chica con un trozo de manzana en la boca saliendo de la casa mucho antes de que su madre pudiera responder.

—También te quiero hija – balbució su madre haciendo una mueca con su boca.

Minutos después en el auto de su padre observo el árbol que está en la esquina de la calle donde jugaba de pequeña con Nicolás su amigo de la infancia, baja la cabeza poniendo su mano en su rostro

— ¿Estás bien Lau?

Su reacción es tardía, alza su cabeza y mira a su padre. Piensa mucho en su respuesta –Si padre ¿me compraste lo que te pedí?

— ¡Sí! Está en el asiento de atrás

Ella asienta con la cabeza y se desplaza a la parte trasera del auto tomando una bolsa de papel abriéndola para ver su interior y verificar su contenido

—Muchas gracias, sabía que podía contar contigo papá

—Tu sabes que si cariño – se rio su padre.

Al poco tiempo estaban en la entrada del colegio, Laura bajo del auto — ¿Me puedes abrir la cajuela? — Se dirigió a la parte trasera del auto y saco una guitarra eléctrica de color morado que había dejado en la casa de su padre la semana anterior. Mira la puerta del instituto y camina hacia él atravesando un bello jardín que tenía un sendero color rojo opaco.

—Adiós cariño, nos vemos el sábado

Ella se da la vuelta y sobe un poco su mano moviéndola en señal de saludo – adiós papá – exclamo mientras retomaba el camino.

Las clases se le hacían demasiado aburridas, la misma monotonía todos los días viéndole la cara a los mismos imbéciles desde la primaria. Su alma pedía un cambio, una explosión, algo que la aleje del aburrimiento tan grande que reflejaban la gran bola de tarados de su escuela.

Su amiga Tania le susurra desde el asiento que está detrás de ella, Laura quería concentrarse con la partitura de su nueva canción, pero los sonidos irritantes que salía de los labios de Tanía era tan fastidioso que se dió vuelta para callarla. Su amiga frunció el entrecejo y gruño por la falta de atención.

Laura se concentra nuevamente en su partitura mientras ignora al profesor de biología que estaba sentado en su pupitre leyendo sobre Darwin a todo el salón. Él era bajito y barrigón con un bigote de escoba y calvo en la parte superior de su cabeza, pero con cabello alrededor de esta, su voz era grave pero baja. Él era uno de los muchos profesores que podían inducir un coma a los estudiantes por aburrimiento.

Ella suspiro mientras pasaba la página cuando sintió un gran pellizco en su espalda proporcionado por Tania que rogaba por ser escuchada.

— ¿Qué es lo que quieres? – grito en susurro siendo escuchada solo por Tanía y dos compañeros de al lado –A ver, desembucha rápido.

—Ha que no te lo imaginas – anuncio su amiga con gran entusiasmo

—No me digas que tu amado amor platónico Doren – replico Laura con cinismo.

—No, no, no. fue Charlie. ¡El más lindo de toda la escuela! – confeso con gran entusiasmo siendo escuchada por el profesor que gruñe para que hagan silencio. – estoy tan emocionada y nerviosa ¿me ayudaras a comprar el vestido verdad?

— ¿Si te acompaño me dejas concentrarme?

— ¡Lo prometo!

Laura frunció una mueca alegre y volvió a pegar la nariz en su cuaderno.

Dos horas después estaban en el descanso, Laura estaba sentada en medio del césped del jardín del campus escolar. Tenía su bolso y el estuche de la guitarra en el suelo mientras abría la bolsa de papel que le dio su padre, a dentro había un estuche trasparente en el cual se guardaba una uña para guitarra – Gracias padre – balbuceo suave mientras alzo su mano empuñando la uña rosándola contra las cuerdas de la guitarra infestando todo el lugar con el sonido de un Do mayor.

Los estudiantes a su alrededor la quedaron mirando mientras ella seguía leyendo las partituras al tiempo que las tocaba. Salía una hermosa armonía, su cabello cubría su rostro ella llevaba una camisa de cuadros azules con negro manga larga, su cabello era castaño y liso, su pierna derecha estaba extendida y apoyaba la guitarra sobre la izquierda la cual estaba cruzada formando un cuatro con las dos. Un joven de cabello rubio se acerca suavemente sin que se dé cuenta, se posó de tras de la chica y leía la letra de la canción, se asombró por la letra así que se fue agachando acercándose al cuaderno, ella se da cuenta y aparta la mirada de él.

—Con permiso – exclamo el joven. Ella paro de tocar y lo miro con fastidio

— ¡No pares! – le pide el joven a Laura, tomo en sus manos el cuaderno y empezó a cantar

Mira mis ojos… 

Eres tú el reflejo de mi alma

Te puedo escuchar en mi corazón… no dejare que caigas…

Ella lo mira nuevamente bajando la guardia y empieza a tocar la guitarra complementando el canto del joven rubio. Los estudiantes se acercan haciéndolos en un círculo aplaudiendo suavemente siguiendo la voz del chico y la melodía de ella

Vienes del fondo de mi imaginación…

Eres todo lo que deseo, te deseo a mi lado…

Laura se pone en pie y menea su cuerpo suavemente sonando los acordes más dulces, el chico se acerca a ella y la mira fijamente mientras sigue cantando la letra del cuaderno de ella.

Y si damos el siguiente paso y te abrazo por la espalda…

Si sigues mi canción …

Y bailamos sin dejar que caiga…

La voz dulce del chico cautiva el corazón de Laura dejándola indefensa en su presencia, las chicas que los rodean quedan fascinadas por el show que le están brindando. Laura se anima a preguntarle su nombre estando tan cerca frente a frente casi rosando sus narices, el chico para de cantar, pero ella sigue tocando los acordes.

—Me llamo Charlie, mucho gusto – él sonríe mientras no se da cuenta la cara de tragedia que pone Laura al escuchar su nombre. Mira a su alrededor y ve que su amiga está observando todo con lágrimas en los ojos.

—No, no puede estar pasando — Laura no sabía qué hacer, quedo atónica, miraba a su amiga que tenía sus brazos caídos. Tania decide abandonar el lugar caminando rápidamente hacia el bloque-c y Laura guarda su guitarra en el estuche y pone su bolso en su espalda y agarra su instrumento en su mano derecha para echar a correr tras su amiga. Charlie quedó parado en medio de toda esa gente sin explicación a lo sucedido, luego de quedar viendo a la nada por varios segundos se da cuenta que aún tiene el cuaderno en la mano y se dirige hacia una banca que está a pocos metros de él, seguido todas las personas van disolviendo el circulo quedando sin respuestas.

Laura buscaba a su amiga desesperada entre los salones del primer y segundo piso sin tener éxito, se disponía a subir al tercer piso cuando sonó el timbre de la 4 hora de clases. Seguro la vería en clases así que cambio de ruta y se dirigió al salón de matemáticas.

Cuando llego al salón ya estaban todos dentro y el profesor iba a comenzar a pasar lista, Llamo a uno por uno, pero cuando llego a Tania nadie contesto.

Pasaron las horas y se habían cumplido todas las horas de clases y no había rastro de su amiga por ningún sitio, en la entrada del instituto estaba su madre esperándola es su auto de color gris así que camino lentamente hacia el esperando poder encontrarse con su amiga, pero para su sorpresa con quien se encontró fue con ese chico el cual estaba alejándola de su amiga. Lo mira con ira y le tuerce la mirada ignorando su presencia

—Oye espera un momento – grito el joven rubio desde varios metros atrás, ella continúa caminando hasta que luego de unos segundos la alcanza.

— ¿Me podrías decir tu nombre? – pregunto el joven con voz agitada

Ella trata de evitarlo, pero se le hace muy difícil así que le responde – mi nombre es Laura Vanessa Pirx.

—Laura eh, lindo nombre – sonríe de tal forma que su rostro parece angelical. La chica disimula muy bien lo fascinada que esta con el encanto del chico, el claxon del coche de su madre suena y ella lo escucha –me salvo el timbre – piensa ella poniéndose en camino hacia el auto.

—Oye, se te olvido tu cuaderno – grito Charlie mientras el coche se ponía en marcha.

—Maldición – exclamo Laura presintiendo que tendría que volverlo a ver, su madre se asustó y le pregunto qué pasaba.

—No es nada madre, lo siento.

Era un viernes, el último día de clases, tendría que esperar al lunes para recuperar su cuaderno. Había pasado dos horas desde su encuentro con Charlie, Laura es una chica apartada de todo el resto, Tanía es su única amiga en los últimos cuatro años y no sabe que hará sin ella. Pero por otro lado ella sintió algo especial mientras compartía en el campus con Charlie, nunca se había enamorado ni tenido una relación amorosa, ella prefería pasar más tiempo con su música que con un hombre.

Su guitarra atravesaba su cuerpo que estaba tendido en la cama, se había quitado el yin ajustado para quedarse con un mocho delgado de corazones azules. Había mandado mas de 15 mensajes al W******p de Tania sin recibir respuestas ¿Cómo podría explicarle a su amiga que no tenía idea de que él era con quien ella ira al baile?

Un mensaje llego a su teléfono pensó que al fin Tania le había contestado, pero para su sorpresa era Robert un compañero de clases que le envió un enlace diciendo — ¡Tienes que ver esto!

El enlace la mando a la página de los estudiantes del instituto donde publicaban todo lo fantástico que ocurría en la escuela, desde alguien que se queda dormido hasta un gran espectáculo en la hora del descanso.

Allí encontró muchos videos de ella con Charlie cantando en jardín, se veía como una típica escena de esas películas románticas de Hollywood. El cabello de Charlie brillaba con el sol y hacia contraste con el de ella, él era de piel blanca y media alrededor de 1.68 un poco más alto que ella.

Paso alrededor de 20 minutos viendo el mismo video grabado desde otro teléfono, de pronto el video se detiene cuando ella está de frente con el joven y él le canta con su hermosa voz, a lo lejos entre el público alcanzo a ver a su amiga que la miraba con tristeza mientras ella se quedaba con su chico.

Se sintió terrible al recordar las lágrimas de su amiga. Se desplazó hasta los comentarios donde leyó cientos de ellos y muchos refiriéndose a la misma pregunta ¿Son novios? Parece que su espectáculo fue tan grande que no le prestaron atención a la chica que salió llorando por verlos juntos.

Llega un mensaje nuevo, es de Charlie, ella lo abre y no puede evitar sentirse bien por sus palabras

—Hola, como estas hermosa?

Fue el mensaje que puso a latir su corazón.

—Un poco cansada ¿Y tú? — Respondió haciéndose la difícil

—Deseando que pase el fin de semana rápido para verte en la escuela

—Sí, ¡Yo quiero mi cuaderno de vuelta! – se sentó en su cama y puso su guitarra a un lado.

— ¿Por qué no te había visto antes?

—Tal vez no frecuentas los mismos lugares

—Supongo que tienes razón, ¡Aunque el instituto no es que sea muy amplio!

—Entiendo que una chica tan linda no frecuente lugares comunes como los míos. ¡Me gustaría conocer más de ti!

— ¿Qué quieres conocer de mí?

—Cuéntame de tu relación con la música ¿Desde cuándo tocas tan bien la guitarra?

—Desde que tengo 10 años mis padres me llevaron a una escuela de música, han pasado 7 años desde entonces, se convirtió en mi pasión tanto hasta el punto de alejarme de todos.

—Que profundo, me cuesta sorprender que seas antisocial

—No soy antisocial, solo no quiero que personas malas entren a mi vida – se deja caer en la cama soltando el teléfono.

El techo estaba un poco sucio por las telarañas, su celular suena varias veces, pero ella hace caso omiso su atención fue desviada por la voz de su madre. El tiempo paso muy rápido y ya era momento de la cena, ató su cabellera y bajo las escaleras dirigiéndose a la cocina donde su madre serbia la comida.

— ¿Hiciste tus deberes?

Ella tomo asiento en un banco de la cocina y apoyo sus codos en la mesa de mármol – ¡Si madre! No eran muchos en realidad.

—Bueno cariño, tu padre y yo estamos planeando tu fiesta de graduación y no puede haber fiesta si no hay una graduada.

Ella baja su cabeza apoyándola con la palma de su mano derecha mientras rasguña el mármol con su dedo.

—Cariño Roberto vendrá hoy a cenar con nosotros, por favor pórtate bien.

Laura suelta un suspiro de insatisfacción y dirige su mirada al lado opuesto de su madre –Comeré en mi cuarto – replico ella fríamente tomando el plato de comida que recién había puesto su madre en la mesa dirigiéndose a las escaleras. El timbre sonó e hizo eco por toda la casa

—Un momento – grito su madre desde la cocina quitándose el delantal y arreglándose el cabello

Un minuto después Laura estaba subiendo las escaleras y su mamá abrió la puerta. Los ojos de Laura se cruzaron con los del hombre mientras subía las escaleras.

Su madre atendió a Roberto y se quedaron en el comedor cenando mientras ella se encerraba en su cuarto tratando de ignorar al nuevo novio de su madre. Su celular volvió a sonar ¡Era un mensaje de Tania! Decía que se vieran en el centro comercial “El Gran Tronco” su corazón se ajito al pensar lo furiosa que estará su amiga y lo complicado que sería explicarle que ella no lo conocía. Paseando por su W******p encontró nueve mensajes de Charlie y en el último le decía que la estaría esperando en el parque botánico cercano al instituto.

Sus ojos se pusieron como platos al ver que era la misma hora en la que vería a su amiga “sábado a las 4 pm” su decisión se hacía difícil, aunque era más importante aclarar las cosas con su amiga tenía un peculiar interés en recuperar su cuaderno de las garras de ese hermoso chico.

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