Capítulo 2

***

Salimos del aeropuerto para ir directo al Lamborghini de Lorenzo, él muy amable me ayuda adentrarme a su auto fino y caro, ¿por qué es tan lindo?

No me llaman las cosas caras porque a mí no me ha faltado nada y menos tengo ganas de tener nada de mi madre; estoy furiosa con ella y por lo pronto quiero pensar con la cabeza fría y no con el odio que siento en este momento.

Cualquiera pensaría que soy una chica caprichosa, pero la verdad que mi vida es una cajita controlada por mi madre, no tengo voz ni voto.

—Krystle… —pronuncia mi nombre cuando entra al auto—. Quiero que sepas que no te arrepentirás de haberme llamado.

Ah, eso espero, espero no arrepentirme de haber huido como una cobarde y haber permitido que el odio hacia mi madre me llevara a dejar a Elliott, el hombre que me enseñó como valorarme, como quererme y como ser la mujer que todo hombre puede desear.

—Gracias, Lorenzo y sé que debes querer saber el motivo de mi escape, pero creo que ahora no es el momento y menos el tiempo.

No creo poder estar preparada para hablar de lo que Hunter y mi madre me hicieron.

—Lo sé, pero quiero que sepas, que no te arrepentirás de esta bella ciudad y de una buena compañía —sonríe y yo asiento.

—No creo arrepentirme, aunque esto no es eterno, ya que aún no estoy segura si quedarme para toda la vida.

Tengo que enfrentar a mi madre, tengo que decirle que soy toda una mujer y que tengo sentimientos como los de ella. Puede que ella se comporte así porque mi padre le ha hecho mucho daño, pero eso no tiene justificación.

Ahora que estoy con Lorenzo me pregunto qué es lo que voy a hacer en un país y ciudad de la que no conozco. ¿De qué trabajaré?, ya que no pienso vivir a costillas de Lorenzo y menos aprovecharme de su hospitalidad; dicen que “la flor de lejos huele y que de cerca hiede”.

¿Puedo trabajar?, claro que puedo trabajar y de; empleada doméstica, de camarera o de vendedora, no importa si caigo bajo por lo que tengo un título, pero pienso que todo es trabajo y de ello no hay que denigrar, pero lo único que no buscaré es de cocina, eso no.

¡Quemaría todo! Ah, ya recordé que de cocina no se nada o lo esencial, eso dice mi interior.

Elliott.

(...)

—Elliott… Elliott… ábreme Elliott —dan un par de toques a la puerta—. Maldita sea Elliott, sé que estás ahí, abre la maldita puerta—gritan tras dar un par de puños sobre la puerta.

Le doy el último trago a mi whisky y agarro el móvil, nuevamente le vuelvo a marcar a Krystle y lo único que me sale es buzón y buzón. ¡Mierda!, porque no contesta el maldito teléfono, ¿por qué?

Por m****a no pude encontrarla, por m****a la dejé de ir y por m****a estoy encerrado en la oficina sin querer salir porque sé que haré una sola cosa y es matar a mi hermano y sacar a la estúpida mocosa, esa misma que provocó todo esto.

—Elliott, acabo de hablar con la madre de Krystle y viene para acá —grita Sol.

Rápidamente me levanto arrastro la silla hacia atrás y trato de acelerar mis pasos, pero mis piernas tambalean y no puedo tener un buen equilibrio. Eso es porque llevo más de veinticuatro horas tomando, la ansiedad y la preocupación es inmensa porque tengo miedo que le suceda algo a ella.

Con un poco de dificultad abro la puerta, dejando ver a mi amigo y a su novia. Paso mi mano por mi cabello alborotado, me hago a un lado y dejo pasar a ambos.

—Uuufff… aquí apesta a licor —arruga su cara tras llevar su mano para taparse la nariz.

No estoy, complemente borracho, lo único es que estoy ebrio, hay mucha diferencia en un borracho a un ebrio.

Ah, a la m****a todo el mundo, lo único que me interesa es saber dónde está mi Krystle.

—Que es lo que quieren —gruño.

—La madre de Krystle está en camino y lo único que ella desea es encontrar a su niña y a matar a tu hermano —habla entre dientes.

Muevo mis hombros y le resto importancia con lo que esa mujer quiera hacer con mi hermano, ello se lo buscaron y ahora que se atengan a las consecuencias, mientras que no se meta conmigo, todo estará bien, ya que no tengo que pagar aún más los platos rotos que ambos hacen, suficiente con el odio de Krystle.

—Eso se lo puedes decir a Hunter porque en este momento lo último que quiero es escuchar son los gritos de ella o las súplicas de mi hermano.

—Este no eres tú Elliott —se acerca mi amigo y posa su mano en mi brazo—. Vamos, tienes que darte un baño.

No necesito la lástima de nadie, no quiero a nadie cerca. ¡Es que nadie entiende que solo la quiero a ella!

—Nooo… ¡Te he dicho que no!

—Deja de comportarte como un imbécil Elliott, y mejor regresa hacer el mismo porque así no podremos encontrar a Krystle —grita.

—Ja, ja, ja... Eso díselo a tu novio porque fue él quien se encargó que viajara a un país del que no sabemos.

Edgar no suelta mi brazo y me dice que él puede encontrarla, pero no me ayudará si no vuelvo hacer el mismo de antes, ya que no quiere a un hombre ebrio y un hombre del que no resolverá nada tomando.

Sí, el licor hace que olvide todo el dolor que mi corazón siente, nadie me puede decir que me entiende, ya que eso es una patraña, nadie en este puto mundo entiende lo que siento.

—Lo único que hizo Edgar fue dejarla ir porque ella necesita pensar y no pensara si ustedes están acosándola —no le quito la mirada a mi amigo mientras escucho las palabras de Sol—. Es mi amiga y me duele que me haya dejado, entiende que no eres el único que está preocupado.

—Sol tiene razón y por ello debes acompañarme para que te des un baño de agua fría.

—Él no va a ningún lado porque primero me tiene que decir dónde está mi niña —taran... ran... ra… y ahí está la mujer que todos estábamos esperando.

La mujer esta furiosa y puedo ver como salen de su cabeza sapos y culebra. Ella debe estar preocupada y a la vez con mucho miedo porque Krystle la odiará, ya que ahora pasan mil cosas por su cabeza y puedo asegurar que no muy buenas.

—No lo sé y no creo que ella nos quiera ver, ya que por su culpa ella piensa que todos somos culpable del soborno que usted hace para protegerla —ella comenzó y yo terminare.

—Lo sé, pero eso no justifica que te haya dejado cargo del tesoro que más quiero y tengo, como pudiste permitir que ese mocoso de m****a dijera todo lo que a mí me correspondía decir.

—Todo se salió de las manos, ella no es una niña de la que uno debe controlar y menos ordenarle —miento, Krystle era una buena sumisa, ¡era mi sumisa!

La madre de Krystle tiene que asumir lo que ha hecho, ¡le ha dado una suma alta de dinero a mi hermano con el único propósito de que él se aleje de ella!, pero lo más gracioso es que mi hermano sin pensarlo agarró ese dinero, no la dejó, pero si le hizo mucho daño acostándose con un sinnúmero de mujeres.

Lo malo que hice yo es no decirle a Krystle lo que su madre y mi hermano hicieron, mi justificación es que no es a mí al que le correspondía decir semejante noticia, ahora lo malo que yo agarré barco y ahora ella me odia, me ha dejado, se ha ido.

(...)

Me harté completamente de toda esta m****a y lo último que quiero es discutir y menos en esta circunstancia, estoy ebrio y no es recomendable decirles sus verdades, aunque se los puedo decir bueno y sano.

Intenté irme a mi habitación para recostarme en mi cama y sentir el aroma impregnado que Krystle dejo en ella, pero la señora está insoportable, hasta se posó frente a mí impidiéndome el paso. ¿Qué le puedo decir?

Qué más quisiera haber detenido a Krystle o secuestrarla para impedir todo lo que está sucediendo, pero si lo hubiese hecho todo hubiese sido peor porque ella me hubiese odiado más de lo que me odia, pero eso no lo sé porque no lo intenté. M****a y más m****a me suceden.

¿Por qué mi vida se ha convertido es una vida tan complicada?

Como deseo regresar el tiempo, quiero tener un reloj e impedir que mi hermano se quedara en el mismo lugar en el que mi diosa estaba o me la hubiese llevado lejos de toda esta m****a, es injusto todo lo que está sucediendo.

Kystle no escapo porque le pedí que fuese mi sumisa, ella se fue por lo que su madre y Hunter hicieron.

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