CAPÍTULO 5 AUSENCIA + 6

Todo parecía haber vuelto a la normalidad, mis padres y los suyos ya se habían marchado, y ahora disfrutábamos de la compañía de nuestros vecinos, habíamos organizado una gran fiesta en la cena, para comunicarles a todos, la noticia, aunque por supuesto mis amigas ya lo sabían y supuse que ya habrían informado a sus maridos, pero había muchos otros, que no lo sabían.

Estábamos pasando una gran noche, cuando Carly entró en la cocina, para ayudarme a recoger los platos…

  • Me encantaron los diseños que elegiste – comenzó, refiriéndose a su boda, por supuesto – creo que después de la mía, te ayudaré a organizar la tuya.
  • No digas tonterías, no quiero que te preocupes por eso ahora – le reñí, mientras metía los platos en el lavavajillas, y admiraba, por la ventana de la cocina, como mi futuro esposo discutía acaloradamente con alguien por teléfono.
  • Parece enfadado – reconoció mi amiga.
  • Seguramente será alguien del trabajo – dije, intentando quitarle importancia al asunto, pero la verdad es que yo también estaba preocupada, él no solía ser tan borde con nadie en aquellos días.

Salimos al jardín, donde el resto de invitados se despedía de mí, decididos a marcharse a casa.

Caminé hacia mi futuro esposo, admirando como este colgaba el teléfono al verme aparecer.

  • ¿estás bien? – le pregunté, al mismo tiempo que él me cogía por la cintura y me besaba en los labios.
  • Estoy perfectamente, señora McFarrel – bromeó, mientras yo sonreía divertida hacia él, pero tan pronto escuché como su teléfono volvía a sonar perdí la sonrisa. Agarró el teléfono y colgó la llamada, sin tan siquiera contestarla, para luego volver a mirarme, intentando parecer tranquilo, pero había algo inquietante en todo aquello que no me gustaba.
  • ¿quién era? – Pregunté, mientras él negaba con la cabeza y respondía con tranquilidad, intentando quitarle importancia al asunto.
  • No era nadie… - comenzó, haciendo que yo le mirase molesta - … del trabajo. Nada importante.

Recogimos un poco aquello, para luego tumbarnos en la cama exhaustos. Nos pusimos el pijama y nos metimos en la cama.

  • Isabel – me llamó, justo antes de que apagase la luz, haciendo que mirase hacia él, para saber qué era lo que quería – tengo asuntos de trabajo que resolver en la ciudad… - comenzó, haciendo que le mirase preocupada - … estaré fuera un par de días, ¿estarás bien?
  • Claro – respondí, con una sonrisa en los labios, para luego apagar la luz, y quedarme pensando en ello, ya que era raro que él se marchase a la ciudad tan de repente. Quizás tuviese que ver con la llamada que había recibido aquella noche, pero si era por trabajo todo estaba bien, le esperaría.

CAPÍTULO 6 – DROGAS

Corría hacia el taller, de nuevo llegaba tarde, me había quedado dormida, más bien alguien había apagado el despertador y me había dejado durmiendo. ¡Maldito David! Espeté mientras entraba en el trabajo y admiraba como Marc trabajaba en una silla de colegio.

  • ¿qué tal fueron las vacaciones, señora McFarrel? – Bromeaba, dejando claro que lo sabía – este es un pueblo muy pequeño, Isa, todos lo sabemos todo sobre todos – decía divertido.- ¿por qué crees que ningún hombre se atreve a venir aquí?
  • Deja de bromar, Marc – le espeté divertida, mientras él me ponía ojitos.
  • Tienes que terminar el mantel de la señora Thomson, vendrá por él a las seis, y aún te queda colorear los pastorcillos.
  • Cierto, me pondré con ello en seguida.

Terminaba el mantel cuando Josua entró en el taller, era el hermano de mi jefe, y siempre estaba lanzándome la caña, a pesar de que sabía que era una mujer que tenía dueño.

  • Volviste – dijo al verme en mi puesto - ¿vendrá esta noche? – Preguntó hacia su hermano, haciendo que este se encogiese de hombros.
  • Cariño – dijo hacia mí, ya que siempre me trataba con mucha familiaridad, como su fuésemos amigos – hoy es mi cumpleaños, habíamos pensado ir a cenar algo después, nosotros y los chicos, ¿vienes? – Preguntó, mientras yo asentía, ya que suponía que David no estaría y no me apetecía nada quedarme en casa.
  • Estupendo – celebró Josua, mientras yo seguía con lo mío.
  • ¿Van a venir todos? – Pregunté hacia Marc, admirando como él asentía.
  • Si, tú, Josua, Maik, Rosmualdo y yo.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Llevaba puesto un vestido verde precioso, mi cabello suelto, y unos altos tacones de diseño. Acabábamos de salir del restaurante donde habíamos cenado y ahora querían ir a tomar algo. Estaba bastante cansada, pero Josua y Maik no paraban de insistir.

Marcus me cogió de la mano y tiró de mí hacia el coche, para alejarme de aquellos dos, que a su parecer tan sólo querían llevarme al huerto.

  • Vente a tomar una copa – insistía – pero no te fíes de ellos, no son trigo limpio – me rogaba, mientras el resto entraba en el auto y continuábamos nuestra marcha.
  • He traigo un poco – comenzaba Maik hacia Josua entre susurros, haciendo que su amigo riese, divertido. - vamos a divertirnos mucho esta noche, lo presiento.

Llegamos al club, era espectacular, uno de esos locales de tres plantas y reservados. En la primera planta se encontraba el guardarropa y los reservados, formados por distintos habitáculos abiertos, formados por una mesa y un sofá, o incluso con camas. Me pareció una exageración, una invitación a la degradación, inmensa. En la segunda planta había sillas y mesas, donde la gente podía sentarse a hablar, una barra donde servían las copas y algunos lugares, en vez de sillas tenían sofás, pero eran mucho más sutiles que los de la planta inferior. Y en la tercera planta era sólo para bailar. Me encantó el lugar, jamás pensé que podía encontrarse un lugar así en el pueblo. Aunque más tarde me enteré de que no estábamos en el pueblo, si no en otro lugar.

Me senté sobre el sofá, de las mesas más alejadas de la barra, mientras Maik y Josua iban a por las bebidas, al mismo tiempo que observaba como Marc tonteaba descaradamente con Romualdo. Sonreí divertida, pensando en lo que pasaría entre ellos al día siguiente si terminaban acostándose aquella noche.

  • Isa – comenzó Josua – tu copa.

Me la bebí de un sorbo, pues tenía bastante sed, y tan pronto como lo hice, Maik ya me tenía preparada otra, miré hacia el centro de la mesa, habían traído una botella, aunque no me había dado cuenta de en qué momento había sido, fue entonces cuando me percaté de que algo no iba bien, pues no podía encontrar a Marc y a Romualdo por ninguna parte, y apenas habían pasado unos minutos desde que los había visto a mi lado.

Me toqué la cabeza confundida, percatándome de que estaba algo mareada. Mientras notaba como Josua se sentaba en la mesa, frente a mí, no entendía que era lo que pretendía, pero una parte de mí temía lo peor, mientras la otra se relajaba, no entendía que me estaba sucediendo, pues no había bebido tanto como para…. Oh dios mío y si me habían echado algo en la bebida…

  • Hola Isa – comenzó Josua junto a mi oído, haciendo que me percatase entonces de que me ponía más de lo que me hubiese puesto en otras condiciones, escucharle sobre mi oreja. Algo dentro de mí estaba horrorizado por lo que estaba sucediendo, mientras otra parte que parecía ser mucho más grande que la primera se moría de ganas de ser acariciada por aquel tipo. – estás muy sexy esta noche – aseguraba mientras me mordía la oreja, haciendo que gimiese al sentir el contacto de su lengua en mi piel. Las sensaciones que me provocaba ser tocada en aquel momento parecían estar en incremento, con tan sólo una caricia sentía que podría mojarme entera en aquel momento. Algo dentro de mí intentaba hacerme volver a la cordura.
  • Josua – rogué entre gemidos, mientras sentía como Maik se sentaba a mi lado y me acariciaba el brazo con dulzura, haciendo que me mordiese el labio para no volver a gemir – por favor – supliqué, mientras él acariciaba en aquel momento mis piernas, subiendo hasta mis muslos. Le miré con una mezcla de deseo y miedo – para – rogué, mientras sentía cómo él llegaba hasta mi sexo y lo acariciaba despacio, al mismo tiempo que su compañero me acariciaba el pecho izquierdo por encima del vestido – estoy prometida – informé, mientras volvía a gemir, al sentir el contacto de sus dedos en mí.
  • Deberíamos de echar un poco más – comenzó Maik, mientras sacaba una botellita y echaba un poco sobre la copa en la que había bebido – con esto bastará.

Negué con la cabeza, mientras Josua dejaba de acariciarme e intentaba darme de beber de aquella copa. Ahora lo sabía, me estaban envenenando.

  • Bebe un poco más – rogó – te prometo que en cuanto bebas disfrutarás como nunca te ha hecho disfrutar ese novio tuyo – aseguraba mientras yo volvía a negar con la cabeza. Pero al sentir los dedos de Josua en mi sexo de nuevo abrí la boca para gemir de nuevo, momento que Maik aprovechó para hacerme tragar aquel mejunje. - Eso es, Isa. Ahora voy a follarte, dime que me dejarás hacerlo.
  • Te dejaré hacerlo – repetí, mientras mi mente se ponía en blanco, no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien o estaba mal, tan sólo quería ser tomada por aquel hombre, ni siquiera sabía quién era yo o quien era él, pero sentía que el deseo me quemaba.
  • Tenemos que bajar – comenzaba Maik – la gente de aquí nos está mirando.
  • Déjalos que miren – aseguró Josua, mientras me acariciaba un poco más – sólo vamos a darle placer un rato más, hasta que nos ruegue que nos la tiremos.
  • ¿vas a tirártela primero? – Preguntaba, mientras Josua apartaba mis bragas y metía su mano en mi sexo, haciendo que gimiese de nuevo.
  • ¿no lo entiendes Maik? – Preguntó hacia él, dejando de acariciarme durante un momento, haciendo que esos minutos se me hiciesen eternos, quería que siguiese, que no parase jamás – Puedes hacerle todo lo que quieras, ella no va a decir que no a nada.
  • Aun así, deberíamos ir a los reservados, si tu hermano vuelve…
  • Tienes razón – reconoció, mientras dejaba de tocarme, me agarraba de la mano y tiraba de mi hacia arriba – vamos a ir a otra parte.
  • Vale – respondí alegremente, mientras era llevada hacia la planta de abajo.

Estábamos en la planta de abajo, el reservado era un lugar bastante a la vista, pero parecía que la gente no miraba demasiado a los demás, tan sólo se metían mano y dejaban que el resto hiciese lo que quisiese hacer.

Josua me besaba en los labios, mientras Maik me acariciaba el pezón metiendo la mano por el lado del vestido, haciendo que gimiese entre cortadamente.

  • ¿se puede saber que cojones estáis haciendo? – Preguntó una voz tras ellos, haciendo que la tranquilidad que se respiraba en aquel lugar se viese rota, algunos le rogaron que se callara y que se marchara, y otros simplemente se quedaron de piedra – Isabel – me rogaba, pero yo no tenía ni idea de quien era aquel tipo, estaba demasiado drogada como para reconocer a nadie en realidad.
  • A ella le gusta, Marc – empezó su hermano, mientras me acariciaba las piernas hacia arriba y yo gemía muerta de placer, haciendo que mi jefe me mirase sin comprender - ¿ves? Ella se muere de ganas de que me la tire esta noche, ¿verdad Isa? Dime que sí – rogó – dime que quieres que te lo haga despacio.
  • Si – afirmé, mientras mi jefe me miraba con ojos como platos – quiero que me lo hagas despacio.
  • Isabel – me llamó mi jefe de nuevo - ¿de verdad quieres acostarte con estos dos? – Preguntó, mientras yo le miraba sin comprender que era lo que quería. Yo no tenía ni idea de dónde estaba. – Hazme caso y vámonos.

Me levanté del sofá, haciendo que tanto Maik como Josua me miraran sin comprender que ocurría, y me acerqué a Marc.

  • Te hago caso y nos vamos – aclaré, haciendo que mi jefe me mirase sin comprender que era lo que estaba sucediendo.
  • Isabel – me llamaba Josua – vuelve aquí.
  • Vuelvo – comencé, mientras caminaba hacia él de nuevo, haciendo que mi jefe comprendiese que era lo que estaba sucediendo.
  • ¡Qué hijos de puta! ¡depravados! – espetaba asombrado mi jefe - ¡la habéis drogado! – adivinó, mientras agarraba mi mano y tiraba de mí hacia el exterior del club.- maldito cabrón, no voy a perdonarlo jamás.- decía enfadado, mientras abría la puerta del coche – sube.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo