Capítulo 3

Luego de ir a la playa el señor Erick nos informó que a las 8:00pm teníamos una cena familiar. "cena familiar" hace tanto no había tenido una de esas, desde que mis padres murieron mi vida se habia tornado tan vacía, tan sola, no recordaba que era sentir la calidez de una familia incluso cuando Thomas apareció seguí sintiéndome así, rápidamente me deshice de ese lúgubre pensamiento y prepare el baño, la vista desde mi bañera era fabulosa no cabe duda que las Bahamas es un lugar mágico, cuando termine de bañarme me agregue crema hidratante para compensar un poco todo el sol que tome hoy y me puse un precioso vestido largo de color blanco y estilo ibicenco, con escote pronunciado y una abertura en la pierna derecha, lo acompañe con un brazalete y anillos dorados, sandalias planas marrones y ondas en mi cabello negro grisáceo.

-cielo estas listas-escuche decir a Thomas mientras tocaba la puerta.

-Sí, ¿qué tal me veo?-le pregunté y me di una vuelta para que viera mejor mi atuendo.

-solo te diré mi querida Ambar que si fuera heterosexual te cogería ahora mismo, estas de muerte cielo-respondió Thomas mientras me guiñaba su ojo y me regalaba la sonrisa más picara que tiene.

Caminamos cogidos de la mano hasta el restaurante, cualquiera que nos viera diría que somos una feliz pareja disfrutando del paisaje nocturno de las Bahamas, no cabe duda que las apariencias engañan y mucho, cuando llegamos al restaurante el mesero nos dirigió al lugar donde se encontraba el resto de la familia, el restaurante era bastante sencillo con sillas negras y mesas con manteles blancos, lo impresionante de este era la hermosa vista que brindaba a los comensales.

-hola-saludo Thomas

-Buenas noches a todos

-adelante muchachos sientense-dijo Erick respondiendo a nuestro saludo,

Así que Thomas cogió una silla y me la acerco para que me sentara, sentí un alivio inmenso cuando observé y no vi al extraño espécimen (el hermano de Thomas) sentado en la mesa.

-y donde está Axel-pregunto Thomas mientras se sentaba.

- parece que tiene problemas con dolores-respondió Caitilin

Dolores, ¿Quién será esa tal dolores? Creo que tendré que preguntarle eso a Thomas más tardes.

-perdón por llegar tarde- no tenía necesidad de mirar para reconocer el dueño de esa voz tan excitante, tenía miedo de verlo y quedarme embelesada en el cómo las dos últimas veces, no quería que la familia King se diera cuenta que la supuesta novia de Thomas babea al ver a su mellizo, pero mi misión fracaso cuando ese sensual espécimen de voz seductora se ubicó enfrente mío para rodar una silla y sentarse, parecía modelo de catálogo, aunque estaba sencillo su camisa y pantalón blanco se ajustaban perfectamente a su cuerpo, su cabello húmedo denotaba que recién se había dado una ducha y ese par de hermosos ojos no perdian su brillo aun en la noche (creo que hoy tendré sueños mojados con ese hombre)

Cuando toda la familia estaba en la mesa Erick llamo al mesero para ordenar, durante la cena hablamos de cosas banales, pero Axel parecía ajeno a todas aquellas conversaciones hasta que su hermana Able nos preguntó a Thomas y a mí que si ya habíamos fijado fecha para la boda, Axel miro Thomas expectante y como yo ni siquiera sabía que responder mire a Thomas casi suplicándole que dijera que no ya que no queria que tal engaño llegara tan lejos

-no, aun no-respondió el, agarro mi mano y me planto un pequeño beso en mis labios, creo que me pareció ver a Axel hacer un mal gesto con su boca, no estoy segura de ello ya que fue acto momentáneo.

aún no, porque? Hacen una linda pareja- insistió su hermana

-como ya saben Ámbar actualmente está culminando sus estudios universitarios y queremos tomarnos un tiempo como pareja después de eso-indico Thomas con total tranquilidad, me miro y me guiño el ojo.

Creo que su hermana y todos los demás se quedaron satisfecho con su respuesta por que no preguntaron más sobre nuestro supuesto matrimonio, cuando estábamos comiendo el postre Caitlin y Able me invitaron a ir de shopping por la ciudad mañana en la tarde

-así que nos vemos mañana cuñada- grito Abie desde lejos moviendo su mano en señal de despido para confirmar nuestra cita, creo que las margaritas la dejaron un poco chispeada, de regreso a mi cabaña camine en compañía de los mellizos King, fue un momento incomodo porque aunque ellos parecían inmerso en su conversación sobre aviación, yo me sentí un poco nerviosa la presencia de Axel, además note que en algunas ocasiones él me regalaba una mirada, tal vez eran por cortesía ya que dudo mucho que un hombre decente esté coqueteando con miraditas a la prometida de su mellizo.

Cuando llegue a la habitación me desvestí y quite mi maquillaje, agarre mi cabello con una cola y me puse un camisón fresco de flores rosas, como aun no tenía sueño me acomode en el sillón que estaba en la terraza de mi cabaña, a esta hora las olas del mar emiten un sonido relajante, como si cada preocupación del mundo se extinguiera al escucharlo, pero gracias al frio y a mi miedo por resfriarme entre en busca de una cobija, cuando Salí nuevamente me di cuento que la cabaña del perfecto espécimen se encontraba enfrente de la mía, ya que él también había salido a tomar un poco de aire, por Dios que se veía sensual bajo la luz de la luna, como no tenía camisa sus rayos reflejaban sus marcados músculos, una vez más pensé que el paisaje de la isla no podía competir con el de este hombre, su cuerpo era perfecto parecía una obra de arte tallada por los mejores escultores, tarde mirándolo el tiempo que el duro mirando la noche, cuando el entro a su cuarto yo también lo hice y me dormi pensando en sus ojos, en su penetrante mirada, en su voz y tacto, quería esos ojos me miraran a mí, aun cuando él era el hermano de Thomas deseaba fervientemente sentir su tacto, nunca ningún hombre había liberado mis impulsos femeninos de misma forma en la que Axel King lo hacía, por primera vez en mi vida sentí la necesidad de tocarme para saciar mi sed por él.

Cuando me desperté eran un poco más de las doce de la tarde, como quería disfrutar un poco de mi asombrosa vista solicite el servicio a mi habitación y desayune en la terraza de mi habitación, la curiosidad que sentia me hizo mirar hacia la habitación de mi sensual vecino, pero al parecer ya no estaba allí, después de desayunar me recosté unos minutos para tomar un poco el sol, cuando de repente escuche un fuerte portazo proveniente de la habitación vecina y lo vi estaba vestido con ropa deportiva y hablaba por teléfono, sospeche que estaba discutiendo con su receptor ya que el daba manotazos al aire, me dio mucha vergüenza cuando miro hacia mi cabaña y se dio cuenta que lo estaba viendo así que entre casi corriendo a mi cuarto, como una niña que se esconde cuando la descubren portándose mal me acurruque en mi cama y minutos después recibí una llamada interna por el teléfono de la habitación

-Hola

-Hola cuñada, te llamo para recordarte nuestra cita de hoy en la tarde te recogeré dentro de una hora, nos vemos- dijo Abie al otro lado del teléfono -me arreglare entonces, adiós Abie. Colgué el teléfono y me dispuse a arreglarme un poco, después de bañarme recibí una llamada de Thomas.

-Hola cielo, ¿Cómo estás hoy?-saludo con un tono bastante alegre

-Bien, ¿vendrás al shopping?

-no, querida aunque sabes que me gusta mucho ir de compras mi papa insiste con que vayamos a montar caballo juntos- respondió con un suspiro- nos vemos en la cena por la noche, te quiero

-ok y yo a ti Thomas, nos vemos.

Después de colgar me coloque mi vestido de baño de dos piezas de color rojo y encima me puse un overol corto de mezclilla, lo acompañe con unos vans negros, un par de lentes de sol y me solté el cabello, cuando estuve lista me dirigi al cuarto de Able, llegue a su habitación pero antes de tocar escuche detrás de mí aquella voz ronca y varonil que tanto me comenzaba a gustar.

-Qué bonito color es el rojo-le escuche decir al espécimen de sensual voz.

Me quede petrificada y me voltee por inercia propia de mis pies, cuando lo mire por poco se me sale la baba, estaba de muerte lenta tenía una camisa blanca con los botones de arriba entre abiertos que dejaban ver un poco de su musculoso cuerpo, una bermuda del mismo color y una par de gafas de sol, estaba apoyado en una baranda con las manos metidas en los bolsillos, se veía tan sereno y relajado, totalmente diferente al hombre que vi hace una hora dando portazos y manoteando con su teléfono

-buenas tardes- le respondí casi como un susurro

Su miraba repasaba mi cuerpo sin perderse ni un detalle de él, pero en lugar de incomoda me senti un poco sofocada, mi respiración poco a poco se aceleraba y la piel se me erizo por la intensidad de su mirada, durante el tiempo que duramos alli el no dijo nada, pero me pareció que su mirada lo decía todo, mis nervios aumentaron cuando lo vi caminando en mi dirección, temía a su tacto y al mismo tiempo lo deseaba solo Dios sabe cuánto, pero cuando pensé que iba a tocarme la puerta de la habitación de Abye se abrió, mostrando a mi sonriente y linda "cuñada

-oh, hola ¿tenían mucho tiempo esperando?- inquirió Able mientras cerraba la puerta, ¿tenían? ¿Acaso el también ira?, la idea me parecía asombrosa e incomoda a la vez

-No hermana apenas llegamos, ¿Dónde está mamá?

- dijo que nos esperaba en el auto, vamos cuñada exploremos las Bahamas- dijo Abie mientras me tomaba del brazo.

La tarde básicamente fueron compras y más compras, salíamos y entrabamos de una tienda a otra, el ejemplar espécimen nos acompañó en todo nuestro recorrido y a diferencia de Thomas se le notaba a leguas que no le importaban para nada las compras, unas que otra asesoras de venta intentaron coquetear con él, pero este no mostraba ningún tipo de interés en ninguna, ni siquiera en la rubia de senos grandes de la tienda de vestidos de baños, y a mí me resultaba fascinante observarlo, era algo así como emplear el método científico con este hombre.

Cuando estuvimos satisfechas por nuestras compras fuimos a una heladería en el centro de la isla, yo pedí una paleta de frutos rojos, Abye y su madre pidieron malteadas y Axel solo quiso agua.

Esperábamos nuestros pedidos, cuando Able comenzó a revolver su bolso-por Dios mamá, creo que olvide mi tarjeta de crédito en la tienda de sombreros- expresó Abie muy preocupada

-¿ya buscaste bien?- le preguntó su madre.

-sí, y no está por ningún lado

- por Dios Abie en donde tienes la cabeza-intervino Axel

-si quieres puedo acompañarte por ella- le dije ofreciendo mi ayuda

Pero cuando me disponia a ir con ella llego la mesera con mi pedido, así que la mire tratando de disculparme

-ve tú con ella mamá, Ámbar y yo las esperamos acá haré un par de llamadas mientras- indico Axel mientras sacaba su móvil.

La idea de quedarnos a solas me tentó, así que no dije nada recibi mi paleta y comencé a lamerla, él se puso a teclear su teléfono sin decir nada, tal parece que el hermoso espécimen es de pocas palabras, así que agarre mi teléfono y me entretuve en mis redes sociales.

-si, sigues chupando de esa manera me olvidare que estamos en una heladería y te tumbare aqui mismo- le escuche decir con un tono de voz sensual y descardo.

-disculpa, ¿qué dijiste?

-lo que escuchaste pequeña, tu lengua me está provocando- dijo con una mirada prometedora y audaz

Mordi mis labios hinchados por el frio y enrojecidos por la paleta, notando su mirada en mi boca, me miraba como un depredador mira a su presa, la idea de que me tumbe y me haga suya me resultaba tan excitante que sentí como la parte inferior de mi bikini se mojaba y mis pechos endurecerse, la atracción sexual que había en nuestra mesa era palpable, su mirada me incitaba, me provocaba, creo que estaba a punto de decirme algo cuando llegaron su hermana y su madre.

Cuando regresamos ya estaba oscuro, durante el resto del día Axel no dijo más nada, yo tampoco hable mucho ya que mi cabeza era un torbellino de emociones, este raro espécimen era muy extraño, como carajos le va a decir a su cuñada que la quiere tumbar en la mesa de una heladería, estaba tan confundida que me excuse con todos diciendo que estaba algo cansada y que prefería cenar en mi habitación, cuando me fui a despedir de Thomas me abrazo, cuando mire por encima de su hombro vi a un enojado Axel observándonos.

Cuando llegué a mi habitación me di una muy buen merecida ducha, pero la idea de quedarme un rato en la tina me tentó, así que preparé un relajante baño con algunas sales que encontré.

Cuando estuvo listo me sumergí en la bañera y creo que me quede dormida, desperté de sobresalto cuando escuche la puerta del baño abrirse, pensé que era Thomas pero cuando abrí mis ojos me lleve una gran sorpresa al darme cuenta que era AXEL KING.

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