El mundo de los Demonios

   Margaret intento preguntar por el nombre de el pero este sólo la ignoraba y seguía hasta un gran trono real, donde saluda a un monje y este al ver el libro de el hace una leve reverencia y agradecimiento por buscar el libro Codex Rohonczi o como lo llamaban ellos código Gaztsuru donde sólo ellos podían entender el lenguaje e utilizarlo para magia negra y poder elevar el poder al máximo.

   Al notar una joven detrás de el, la señaló y pregunto quien era, este sólo le explica que es una mujer humana y futura discípula para ellos, al notar como ella sostiene el libro de los muertos sólo puede exclamar algo incómodo

   Monje demoníaco: como es esto posible, una maldita humana es aceptada por el sagrado libro de los muertos, no puedo tolerar esto mi Rey, es sólo una maldita humana débil y frágil para dicho libro que sólo un demonio y otras razas pueden soportar -emojado-.

   Margaret enojada por tal insolencia y en tono enojado dice: cierra tu maldita boca, maldito demonio, este libro me acepto y punto, lo usaré a mi manera y ya, no me importa si te agrada la idea o no.

   Hombre misterioso: ya basta los dos, tu ve a hacer tu rito y tu vete a dar un baño que apestas; estar peor que un perro que ni se ha bañado en semanas.

   Margaret del enojo se quitó la ropa y le reclamó que no olía mal, sólo que por culpa de el ella no pudo limpiarse bien.

   Este al ver como lo reta y le habla como igual, chasquea los dedos y dos mujeres más altas que Margaret y de piel blanco algo grisáceo y hermosos ojos color lila con cabellos largos, una de cabello color marrón muy claro casi naranja y otra un marron suave, se presentaron ante el rey y la miraron atentas sin decir nada, el les indicó que fueran sus sirvientas y le enseñarán todo del castillo e incluso la magia, ya que el libro la había aceptado por un motivo y si ella quería vivir allí debía aprender ello.

   Las chicas se acercaron a Margaret e hicieron una reverencia ante ella, se presentaron como Constans y Fiore, ambas eran gemelas y por eso lo único que las diferenciaba era el tono de cabello, Constans era la hermana mayor y mientras alzaba la ropa de ella Fiore hacía magia y la cubría con partículas de color lila, la guiaron hasta su cuarto y le prepararon el baño donde con pétalos de rosas y jabones aromatizantes lavaron su cuerpo, Constans le prestó una de sus ropas, aunque a Margaret le quedaba un poco larga debido a la estatura.

   Constans: mi señora, puedo ajustarlo a su cuerpo si así lo desea, de igual manera cuando aprenda la magia su cuerpo cambiará en muchos aspectos.

   Margaret: ¿Cómo mi tomo de piel?

   Fiore: no mi señora, su piel mantendrá su hermoso color natural, acá la magia es negra, así que podrá extender su magia a su gusto, el cambio va a ser drástico pero vera que la hará más fuerte.

   Margaret pensó por un rato y accedió en que temporalmente Constans acomodada la ropa, la pasearon por los jardines, le aclararon todas las dudas del libro que la había escogido a ella como su dueña, el libro aunque fuera escrito en idioma de otras razas, su dueña podía entenderlo a la perfección e incluso el libro de ayudaría con el habla de lenguas muertas.

   Podría acceder al mundo de los muertos y buscar el cuerpo que deseaba reutilizar como defensor o atacante para cuidarla, el único requisito era hacer rezos y sacrificios.

   También le indicaron del caso que no cumpliera con esas normas, el mismo libro se revelaría ante su señor y la llevaría al mundo de los muertos para matarla. Esto no asombró a Margaret y entendió que se podía llamar esto “pacto con el diablo”.

   Fiore quién era más callada, le pregunta sobre los gustos de ella, también de como es el mundo de dónde ella venía, Margaret al verla curiosa pero por su tono de voz dulce accedió a contarle y le dijo

   Margaret: el mundo de dónde vengo está dominado por hombres estúpidos, y de poco cerebro que solo quieren sexo duro y placer para si mismos, no piensan en nadie más.

   Ambas se disculpan y Fiore con timidez le explica a su señora que solo oír eso imagino como un hombre le hacía sexo salvaje a un punto que eso le exitaba, Contans también se sentía igual, pero explicó que para elles que eran súcubos eso le era normal y por eso se habían exitado.

   Fiore quién ve a su señora pensativa se piensa disculpar, pero pregunta curiosa si dijo algo malo.

Margaret pensativa y en voz baja dice: 'quisiera ir a buscar esa ropa que el me regalo, pero ni se con ir'.

   Constans le cuenta que ellas pueden hacer lo que ella ordene, pero hay ciertas cosas que deben consultar con su rey, pero si es algo pequeño pueden hacerlo sin problema.

   Margaret al saber eso sonríe con leve malicia y le dice: necesito que busques una ropa en específico, si quieres has un leve desastre pero se delicada con la ropa.

   Fiore quién entendió dicha petición accedió en ir, mientras Constans aún le mostraba el resto de las áreas y luego la guiaba a su recámara para darle un masaje.

   Mientras Constans le daba un masaje de hombros un olor llamo su atención, y mientras acercaba su rostro a sus pechos lo olió y beso con ternura sobre la ropa, Margaret al sentir aquello la miro y pidió una explicación, pero sin incomodarle por aquel beso.

   Esta le comenta que la disculpe pero tiene un olor curioso que le llama la atención y mucha curiosidad, Margaret por un momento duda y llega a creer que es debido a aquel imbécil que la penetró de manera ruda y la lastimó, pero al ver que Constans miraba su rostro enojado decidió contarle que tal ves era el olor de su vagina que había sido forzada.

   Constans con calma pidió permiso y subió el vestido de su ama para oler su ropa íntima, luego de bajar dicha prenda admiro la vagina de su ama y con cuidado la beso, Margaret no sabia que decir o hacer, así que optó por solo observar y ver que hacía, Constans tocó con cuidado los labios vaginales de su ama hasta oír un jadeo de leve dolor, se detuvo en seco y con sumo cuidado abrió sus labios vaginales y los empezó a lamer.

   Margaret no la detuvo ya que la hizo sentir leve placer, dichas lamidas en su vagina le recordaba a Hidar, así que cerró sus ojos y pensó que quien lamía y estimulaba su vagina era el y no Constans.

   Constans seguía lamiendola con deseo y ganas de más, dejándose llevar por los jadeos de su señora, Margaret llego a exitarse tanto que cuando iba a soltar sus jugos dijo entre jadeos

   Margaret: es tu recompensa, bebela toda.

   Como buena chica la bebió toda y luego miro a su ama sonreír, luego la escuchar susurrar el nombre de un hombre y aunque en parte la había desanimado, supo que aquel deseo y su vaginal era exclusivo para ella, está subió con cuidado su ropa íntima y bajo su vestido para luego abrigarla y dormir con su ama.

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