Margaret el origen del Caos
Margaret el origen del Caos
Por: Kaluz12
El nacimiento de Margaret

   Una hermosa primavera del mes de Enero, en las hermosas tierras de Portugal, una familia humilde con varias hectáreas y varios tipos de animales y siembras de varios tipos de cultivos, dicha familia esperaba a su segunda hijo, tenían un hermoso hijo varón de 8 años y saber que su madre tendría otro bebé este estaba orgulloso, no sólo porque dejaría de ser el bebé de la casa sino porque tendría una mayor responsabilidad.

   El cual era ser el hermano mayor y su familia, la mujer estaba muy ansiosa y esperaba la llegada de dicha criatura, el joven Roberto no dejaba de dar vueltas y preguntar porqué sus padres tardaban en traer a su hermano u hermana. Su tío llamado Rubén le pedía calma con las manos y en una voz ronca pero tierna decía

   Rubén: ten calma Roberto, las ansias no llevan a nada.

   Luego de una hora donde el pequeño Roberto no aguantaba más vio a sus padres llegar y corrió a darles la bienvenida y conocer a su hermano. Este con ansias al llegar junto a sus padres pide ver a su hermano y su madre con una enorme sonrisa dice

   Amanda: mi querido hijo, no tienes un hermanito sino una hermanita… -esta agachándose para que su lindo hijo vea a su hermana dice- … Te presento a tu hermanita Margaret.

   Este con sus hermosos ojos verdes casi llorando dijo: me alegra conocer a mi hermana, pero… parece un ángel.

   Su madre una hermosa mujer de cabello rubio como el sol y ojos Azules como el cielo y una hermosa piel tan blanca como la nieve ve a su esposo y dice

   Amanda: ves Andrés, ya nuestro hijo es todo un adulto.

   Andrés que era un hombre algo más bronceado y de cabello castaño claro, con leves hilos de cabello dorado y ojos verdes, ve a su hijo igual que el cuando niño y revolviendo su cabello dice: ya eres todo un adulto.

   Este feliz asiente, y promete cuidar siempre de su hermana y no dejar que nada malo le pase; Al reunirse con su hermano este les da las felicitaciones por su hermosa bebé, y promete en ayudarles en todo lo que el pueda y más si esta al alcance de su mano.

   Sabía Rubén que ahora su hermano estaría más ocupado y con posibles trasnochadas en la madrugada, eso significaba que debía ayudarle no sólo el doble sino el triple; pero con tal de ayudar a su hermano pequeño, lo haría feliz y con orgullo. Pero, lo que no contaba Rubén era que el pequeño Roberto accediera a ayudar con todo en la casa para que su padre pudiera dormir más, y su tío no tuviera que hacer esfuerzos extras.

   La familia al oír aquello no pudieron negarse, ya que sabían que Roberto aceptaba que ya había alguien más en la familia que necesitaba de sus cuidados y atenciones.

Margaret se volvía cada vez más hermosa ya que era muy parecida a su madre, pero con el cabello de su padre y un leve bronceado en su piel, su tío Rubén bromeaba mucho con que su hermano debía estar preparado para la fila de pretendientes, y esto a la hermosa Amanda le causaba risa ya que su esposo se ponía rojo como tomate y decía

   Andrés: los alejare a todos hasta que cumpla sus 18.

   Eso causaba tanta risa para los presentes y a un guapo joven que decía

   Roberto: padre… yo te ayudo.

   Y Amanda entre risas decía: ya sabía yo que dirías eso Roberto.

   Pero como no todo podía ser risas y alegría en la familia, y más con las tremenduras de Margaret, la vez que fue de compras con su madre le hizo pasar una pena porque reviso el bolso de una señora y le sacaba las cosas, aunque a veces dijera “aún es una niña” otras ni sabía que decir, con el padre cuando hacía las entregas donde el panadero le llegó a robar dulces, y cuando ya en la casa se daban cuenta el pobre Roberto debía bajar al pueblo a devolver o pagar dicho producto.

   Para suerte de ambos el panadero llamado Tomás entendía por las travesuras de los niños, ya que tenía un hijo igual, los años pasaron y ya Roberto era un chico muy guapo de 23 años, las chicas no podían verlo porque era una persecución, con Margaret era ya más regaños ya que no era una niña, Margaret y Roberto llegaron a tener otra hermana llamada Agatha, sus padres con ella eran más relajados, no sólo porque eran más adultos y Roberto ya no era un niño, sino que Agatha era tranquila igual que Roberto.

   Era más comprensiva con sus padres ya que con 8 años de edad ayudaba más que la propia Margaret; Agatha era más parecida a su madre, sólo que tenía los ojos de su padre, pero de resto era ver a su madre en versión pequeña.

   Cada pedido o mandado que le pedían a Margaret lo hacía con desánimo y flojera, cosa que Roberto le pedía más comprensión; Roberto no mencionaba sus peleas con su hermana ya que en parte causaría dolor, siempre que podía se quejaba del olor de las verduras, de llenarse de tierra las manos, del olor de los animales y Roberto siempre le repetía lo mismo ‘debes ser agradecida con lo que tienes; las riquezas y las buenas ropas no llevan a nada bueno’.

   Era lógico que lo dijera ya que el se sentía feliz con lo que tenía, no quería lujos ni nada de eso ya que podría traerle problemas y para tener los es mejor quedarse con lo que uno tiene y ser feliz; el siempre se preguntaba de que se quejaba Margaret, la casa era humilde pero cómoda, había comida para todos y alguien más que necesitará, caballos y animales de granja, frutos del que quisiera.

   Con el único que el se desahogaba era con su tío, que este al tener hijos pequeños sólo podía decir

   Rubén: tal ves sólo es una etapa de rebeldía, aún es joven… tenle calma.

   Pero el pobre para poder tener calma necesitaba de eso y más, como su padre y el Sr. Antonio eran socios en mercancías y de años, siempre o casi siempre pasaba por la tienda a saludar y cortejar a la hermosa hija de el llamada Estrella, era una hermosa joven de 18 años, su cabello era castaño oscuro y ojos negros, su piel era blanco pálido, ella era ver a su padre pero mujer y lo que le encantaba a Roberto de ella no sólo era su físico sino su manera de pensar, y en parte entenderlo ya que su hermano Renato era igual a la hermana de el.

   Ambos se preguntaban lo mismo una y otra vez ‘¿Qué podían hacer al respecto?’ Y aunque la pregunta sonará fácil, no lo era en si.

   Idearon un pequeño plan donde tal vez las cosas podrían funcionar para ambos, a modo de lección para sus hermanos y a su vez hacerles entender que lo que soñaban a la realidad era un tramo muy grande, y no todo en la vida era fácil con sólo pedirlo o sonar los dedos. Aunque no podían evitarse preguntar el que pasaría si sólo se unen y empeoran todo, sintieron que debían consultarlo con sus padres y luego planear un plan en caso de que no funcionará la lección.

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