La nueva Anastasia Collins
La nueva Anastasia Collins
Por: May
Capítulo 1

《Anastasia, Anastasia, Anastasia, Anastasia, Anastasia, Anastasia》.

Suena tan raro ese nombre en mi. Dios, no me acostumbro.

《Anastasia Collins 》

Si, de ahora en adelante esa soy yo. Luego de vivir 18 años de mi vida siendo llamada con otro nombre, es algo complicado escuchar a tu prima segunda llamarte Anastasia.

-¿Vas a contestar o seguirás mirando a la nada? -salgo de mi transce y miro hacia Irina.

- Perdona - le digo con una pequeña sonrisa.

Desde hace 3 meses solo eso se dibuja en mis labios, un ceño fruncido o una pequeña sonrisa. O simplemente, nada, neutro, aburrido.

- Llevo cerca de 5 minutos llamándote Anastasia. - me dice con las manos en sus caderas y con una ceja arqueada.

- Sabes que... - susurro.

- Si lo se, no te acostumbras a ese nombre - pone los ojos en blanco.

-¿Puedes hablar más bajito? - la regaño.

- Tranquila Ana, estamos en Houston, aquí nadie te conoce - se ríe y voltea al frente. - ¿¿¡¡POR QUÉ SE DEMORA TANTO EN AVANZAR ESTA FILA!!?? - grita Irina, genial, ahora toda la atención de la cafetería de la Universidad está sobre nosotras.

- Tranquila Camir- le dice un chico riendo y se va acercando a nosotras -Espera tu turno y no seas escandalosa-

Cuando llega a nuestro lado el chico me da una mirada de esas, de las obvias de 《te estoy mirando estudiando el material》 uuff, que molesto.

-Y ¿Quién es esta joya de ojos azules?- le pregunta a mi prima pero viéndome a mi con cara de chulo. Estoy cansada de los chulos.

- En primer lugar Ferrer, sabes que odio que me llames por mi segundo nombre - le informa mi prima enojada - Y en segundo lugar, aleja a tus ojos pervertidos de mi prima. Conformate con las zorras a las que te follas. Ella no está en el mercado y mucho menos para ti - intuitivamente Irina se coloca delante de mi en forma de escudo.

- Me ofendes "Camir", ¿qué va a pensar la lindura de mi? -

Aaarr, odio tanto esos eufemismos ridículos que utilizan los chicos para conquistar. Ahora vuelve su atención a mi

-¿Cómo te llamas hermosa? - Irina tenía la intensión de responder por mi, pero me adelanté

-Yati - Él me ve divertido.

- ¿Eso es un nombre? ¿Yati?

- ¿Y a ti que te importa? - escupo las palabras y me encamino a salir de esa cafetería.

Puedo escuchar a mi prima con su típica risa viniendo de tras de mi. No pienso voltear. Odio a los chicos, odio a los que siempre tienen esa actitud chulesca. ¿Por qué creen que las chicas caeremos a sus pies por usar frases echas y una sonrisa torcida? Puaf, son tan predecibles. Aunque bueno, tal vez yo antes también era ese tipo de chicas que babearía por un idiota así. Pero esa no es Anastasia, ella pasa de los hombres. Son unos psicópatas.

- Espera Ana, no vayas tan rápido- me detengo a esperar a Irina. - si hubieras visto la cara de Diogo, Ja, todos en la cafetería lo miraron como si fuera un payaso - se ríe a carcajadas.

- Vamos a otro sitio a almorzar. Uno más tranquilo donde no haya mucha gente. Sabes que odio las multitudes - saco mi cabello del rostro que el viento movió y rápidamente lo acomodo. Mis manos tiemblan, no, nadie puede ver mi cuello.

No debí haberle echo caso a Irina, tenía que haber usado mi suéter de cuello alto y no este top con escote bajo. Si mi cabello se mueve y se ve ese horrible recuerdo, ¡Dios! No quiero ni pensar en eso.

- Ana, tranquila - mi prima me habla - no se vio nada. O sea, tu largo cabello lo cubre bien, y por las muñecas no te preocupes, esas guantillas que traes además de raras, son seguras - en realidad siento alivio de saber que todo está cubierto.

- ¿Hay algún otro sitio para comer? - pregunto para que no se de el tema que siempre evito.

- Si, vamos a Karel's, es la cafetería más cerca que tenemos del camping de la universidad. Solo que ahí solo comen policías y funcionarios. Será aburrido, pero podremos comer.

Cuando llegamos al lugar todo está tranquilo, de echo, Houston es un lugar muy tranquilo, no tiene nada que ver con Nueva York. Me siento melancólica al recordar el lugar donde crecí. Extraño tanto mi ciudad, a mis amigas, a mis padres.

Tomamos asiento en una de las pocas mesas que hay desocupadas. Realmente hay muchas personas aquí. Eso me asusta, mi mirada por intuición recorre el lugar esperando ver a ese par de ojos azules que fueron mi tormento por más de dos años.

- Tranquila - mi prima sostiene mi mano y me da una mirada cálida- está en prisión y a kilómetros de ti - aún no puedo creer que él esté en prisión, no puedo creer que tuve el valor.

-Necesito ir al baño - Irina asiente.

- Yo iré haciendo nuestro pedido -

Se pone de pie y se encamina a la barra donde una chica joven está tomando los pedidos. Un grupo de agentes de policía piropean a mi prima, ella como la sensual y hermosa chica que es, menea su coleta rubia y sonríe coquetamente, extraño los tiempos en los que ese gesto no resultaba raro para mi.

Cuando llego al baño entro. Un gran espejo está justo frente al lavado. Me miro en él. ¿Qué ha sido de mi? Esta no soy yo. Mi piel está más blanca, mis ojos azules están apagados y sin gracia, no expresan nada. Mi cabello ha perdido vida, mi cara más aburrida no puede ser, solo muestra a una chica rota. Alzo mi cabello para inspeccionar mi cicatriz cuando una de las puestras donde están los servicios se abre. Me quedo paralizada, un chico vestido de policía me ve a través del espejo. Creo que estoy hiperventilando, su mirada deja mis ojos y puedo notar que está mirando hacia ese horrible lugar, esa zona de mi cuello. Rápidamente dejo caer mi cabello.

- ¿Qué haces aquí? - pregunto con miedo.

- Es el baño de hombres - me responde como si fuera obvio y me mira raro mientras se acerca a mi lado a lavar sus mano, pero como soy una desequilibrada de m****a me alejo de un salto. - No muerdo por Dios- me mira extrañado.

- Yo... - no se que decir ¿por qué tendría que disculparme por mi actitud con un extraño? - Lo siento - y salgo corriendo del baño.

Cuando llego a donde está Irina un par de hamburguesas y un plato de patatas fritas me esperan en la mesa. Me siento de golpe y respiro pesadamente.

- ¿Qué te pasa? ¿Viste un fantasma? Espera, es que tú pareces el fantasma- me tranquilizo un poco.

-Alguien vio mi cicatriz - susurro.

- ¿Conoces a esa persona? - me susurra ella. Niego con la cabeza. Ella se relaja y se acomoda en su silla - ¿Entonces cuál es el problema Ana? - se lleva una patata a la boca.

- No sé, no se cuál es el maldito problema conmigo -

Me siento frustrada. Se supone que venir a Houston era con la idea de comenzar una nueva vida donde nadie me conoce a no ser mi prima y mis tíos, que en realidad el tíos Ronald es primo hermano de mamá, pero aún así lo llamo tío. En fin, todo parecía perfecto, nuevo nombre, nueva vida, hasta cambié de carrera, ya no seré bailarina, además, eso sería imposible, después de ese "accidente" cuando caí de las escaleras mi carrera de bailarina llegó a su fin. Ahora seré veterinaria. Fue algo difícil comenzar a estudiar otra especialidad cuando toda tu vida solo has sabido bailar, pero luego de ser admitida en la universidad aún cuando hacía casi 2 meses habían comenzado las clases y ser agregada al plan de estudios, tampoco es que pudiera exigir mucho. Solo decidí estudiar lo mismo que mi prima, así estaríamos juntas y me sentiría más a gusto y protegida.

- Anastasia, tranquila. Ahora come que dentro de media hora tenemos que regresar al camping. - se escuchan risas detrás de mi. Irina mira hacia el lugar de donde provienen. -Esos chicos están guapísimos- me dice mientras comienza a hacer gestos seductivos o típicos de chica guapa.

-No tienes remedio - medio río.

-Es que tengo un fetiche con los policías sabes - me susurra y ahora si, me río realmente. Se siente tan bien volver a reír con ganas. Mi prima ríe conmigo.

-Me encanta haberte echo reír. -le lanzo una patata. - Espera - se queda inmóvil, me pongo en alerta. - Uno de ellos viene hacia aquí- m****a, no. ¿Cómo escapo de esta mesa?

- Hola chicas - no volteo, pero ni falta que hace, Irina le da una cálida bienvenida.

- Hola - le dice sonriendo.

- Los chicos y yo las vimos aquí solas y pensamos que...

- Claro - mis ojos se ponen en blanco. Mi prima está loca.

- Ni siquiera ha hablado - le digo y ambos ríen.

Ahora sí volteo a ver al chico. Y si, es un policía, pero es joven igual que el otro chico que estaba en el baño. Es alto, pero no tan alto como el otro, y su cabello es divertido.

- Soy Flavio - se presenta.

- Irina y Anastasia - nos presenta mi prima. Comienza a jugar con su cabello rubio.

-Bien, mis amigos y yo nos preguntábamos si se querían unir a nosotros - señala a la mesa de atrás. Irina observa y sus ojos se abren como platos.

- Por supuesto que sí - dice aún mirando a la mesa. Se pone de pie. Yo solo la observo. Que ni se le ocurra. --Vamos Ana - me agarra del brazo y tira de él para levantarme

-Irina, creo que no es buena ide... -

Las palabras se quedan en mi garganta cuando veo al mismo par de ojos que me miraban en el baño. Trago en seco. Camino por inercia mientras mi prima me guía.

- Chicos, ellas son Irina Y Anastasia - nos presenta el chico de antes, Flavio.

-Un gusto belleza- habla un moreno.

-Sintense - nos invita uno rubio de ojos claros. Flavio abre una de las sillas para mi prima y luego una para mi. Dudo en aceptar, pero la mirada asesina que me envía Irina me lo dice todo. Me siento. Él dejó de verme, ahora come de su hamburguesa como si estuviera solo.

-Ellos son mis amigos - habla Flavio - Él es Mateo - se refiere al rubio -Oscar - ahora señala al castaño -y Dante - así que se llama Dante -Nuestro jefe - mis ojos se abren.

Parece muy joven para ser jefe. Todos saludan menos Dante.

- y digannos chicas ¿son estudiantes de la universidad del frente cierto? - mi prima asiente. -A ti ya te había visto - le dice Flavio, ella se ve sorprendida.

-¿Enserio? - está nerviosa, juega nuevamente con su coleta.

-Si, has venido antes con otras chicas, pero con esta morena nunca - medio río, hace mucho tiempo dejé de ser "morena ", ahora me pueden catalogar como chica vampiro.

- Oh, es que mi prima llegó hace poco a la ciudad - ahora la atención de Dante está en la conversación. Me muevo incómoda cuando sus ojos me encuentran. -Y, ¿eres policía tan joven? - Irina y sus preguntas imprudentes. El chico se ríe.

-Si, es que... estudié en la academia y me gradué hace un par de años. Soy el menor de todos los que estamos acá- dice con orgullo -Apenas y tengo 22 años - mi prima asiente y lo observa boba .

-El mayor es Dante- habla ahora el rubio ¿Mateo era que se llamaba? -Tiene 25 años, es agente especializado y nuestro jefe al mando - hace un saludo de respeto con una de las manos, todos se ríen, menos Dante y yo.

-Y, ¿Dante es mudo? - m****a, juro que voy a matar a Irina - todos vuelven a reír.

-¿Mudo? - ahora Flavio ríe más alto - Él solo es un serio de m****a, siempre está así, callado y analizando.

-¿Le puedes hablar así a tu jefe? -Irina come de su hamburguesa mientras lo mira.

- Bueno, justo ahora no es nuestro jefe, es nuestro amigo que almuerza junto a nosotros - mi prima asiente enseguida, señal de que está entendiendo todo.

Dante me sigue viendo. ¿Por qué tiene que analizarme a mi? Joder, y pensar que sabe de mi cicatriz, eso me deja aún más nerviosa.

-¿No te molestan esas guantillas linda? - me habla Mateo. Rompo el contacto visual con Dante y lo miro a él.

-No, ya estoy acostumbrada- contesto.

-Ah, pero si habla - se burla Óscar. Pongo los ojos en blanco.

-Irina, ya vamos, tenemos clase de anatomía en unos minutos - ahí salió la Aihn... joder, Anastasia, mi nombre es Anastasia.

-¿Estudian medicina? - pregunta Flavio.

-Si, pero en animales - responde mi prima.

-No te mueves como veterinaria - todas las miradas se dirigen a esa profunda e intimidante voz. Mis ojos y los de Dante se encuentran, se que se está refiriendo a mi porque me esta mirando fijamente.

-¿Ah no? - le pregunta su amigo Óscar. -¿Y cómo se mueve? - se que su pregunta venía con doble sentido, pero también se que Dante no paró en ello.

-Como bailarina - mi respiración se atasca. De repente me siento mal.

¿Cómo lo sabe? ¿De dónde me conoce? ¿El padre del innombrable movió sus contactos y ya saben que estoy en Houston?

- Es que ella era bai...

-Vámonos ya - alzo mi voz para callar a Irina, le lanzo dagas con la mirada. A veces mi prima enserio puede llegar a hablar de más.

-¿Estás huyendo de algo Ansatasia? - mi corazón está a mil.

En realidad estaba prestando atención a la conversación y si sabe mi nombre, ¿conocerá el verdadero?

-No tengo necesidad de huir de nada - mi voz no salió tan segura como lo tenía planeado.

Él sigue mirándome, me siento intimidada pero a la vez un sentimiento raro y desconocido cosquillea en mi. Es una sensación desconocida. No es miedo, el miedo lo conozco demasiado bien, me siento asustada, si, pero no por él, no entiendo por qué no me atemoriza. Estamos en una guerra de miradas cuando su cell suena. Él rompe el contacto, y se levanta a contestar, todo el aire que contenía lo expulso.

-Tú y yo nos vamos ya - estoy enojada con mi prima. No puedo creer que fuera a dar información sobre mi a unos desconocidos.

-Bueno chicos, un gusto conocerlos- habla Irina - Nos llamamos entonces- se dirige a Flavio ¿en qué momento intercambiaron números?

-Adiós Anastasia.

Grita Mateo cuando ya voy caminando con mi prima. Hago un gesto de despido con la mano y salimos de la cafetería, aunque impacto contra un pecho duro al salir por la puerta.

Cuando miro hacia arriba para ver de quién se trataba vuelve la sensación desconocida. Es él, Dante. No me dice nada, solo me ve, luego se mueve del lugar y puedo pasar. Camino como una flecha, Irina se queja pero me sigue el paso. Entonces, no se por qué, quiero voltear, y lo hago, y él sigue ahí, parado en la puerta de Karel's con su intimidante mirada consumiéndome.

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-¿Vas a seguir enojada conmigo? - llevo cerca de dos horas sin hablarle a mi prima. Vamos en su auto camino a casa. - Vanga ya Ana, habla conmigo - la sigo ignorando. Prende la radio del auto y la canción Dynamite de Bts está sonando. -¡Aaahh! -Grita -Amo esa canción- me río a sabiendas.

Recuerdo en todos los grupos de W******p en los que estábamos de Armys, realmente extraño hablar con ellas. Pero perdí todos mis contactos cuando mi cell fue lanzado del auto donde me llevaban en contra de mi voluntad hace unos meses. Además, no puedo usar mis cuentas. Y el otro cell que conseguí después se quedó con mis padres.

-Vamos cantala- me anima, y decido dejar de ser la aburrida Anastasia Collins y volver a ser la alegre y atrevida Aihnoa Welles. Bts, como en los viejos tiempos.

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