SOFIA 

Es lunes y estoy lista para dirigirme a la facultad a estudiar. Mientras bajo la escalera, veo parado a este ser indeseable, enfundado en un traje negro y camisa blanca ¡Wow! pero así con semejante hombre, no voy a poder pasar desapercibida, como un día de lo más normal. Llego al final de la escalera y le digo

–¡buenos días! mole. Hoy iré a la fácu y vendre directo a casa, así que no hace falta que me acompañes.

Intento seguir caminando hacia la salida y este me detiene del brazo, para sisear entre dientes.

–Mira mocosa, yo no te agrado y tu a mí tampoco. Pero, tu padre me contrato para que te proteja y eso es lo que haré, hasta que el lo disponga. No te dejare sola ni para ir al baño, antes que yo, verifique que estás a salvo. Así que tu decides si quieres llevarnos por las malas o poner de tu voluntad.

Me libero de su brazo y le respondo indignada.

– ¡¿mocosa?! ¿y tu cuántos años tienes cuarenta? Seguro que en comparación a ti, si, soy una niña.

El gruñe–entonces.. comportate como una mujer de tu edad, deja los berrinches y los caprichos.

Sin respuesta, me encamino a la salida de la casa. Mis padres están de viaje de negocios y me dejaron a cargo de este pesado, para colmo de males, vive en mí misma casa, y se aloja en la habitación justo a mí lado. Estoy afuera y veo a mí escarabajo azul metalizado, cuando estoy por subir, la mole me detiene, diciendo.

–Ah, no muñeca, iremos en mí bebe por hoy. Mañana traeré mí todoterreno.

Lo sigo a donde, me señala y cuando veo la moto, horrorizada, grito

–¡ni loca, creas que me voy a montar a esa cosa!.

Señaló mí pollera blanca tableada, con mí top negro y mis zapatos de tacón encharolados, prada. También llevo mí bolsa gucci con mis apuntes.

Me examina por un segundo y dice.

–Eso no será problema.

Se dirige a mí, me levanta de la cintura, sin delicadeza. Doy un alarido por la impresión cuando me sienta de costado, bien adelante, cerca del manubrio, se saca el saco del traje y me lo pone cubriendo mis piernas. Le espeto

–¡¿pero que haces?! ¡ánimal!.

El, se sube a su moto, sin mirarme ni contestarme y me aprisiona entre su cuerpo y la moto. Jadeo y me apretó más contra el manubrio. La bestia, arranca con potencia y advierte

–Agarrate bien, no va a ser cosa que te rompas, muñeca de porcelana.

Cuando acelera sin saber de dónde agarrarme, inconscientemente lo abrazo por la cintura, pegando mí mejilla a su pecho, todo su cuerpo se siente tan cálido y reconfortante al abrazarlo, es toda una masa de músculos, no esperaba menos de está mole. Estamos yendo por la ruta, camino a la facu y después de veinte minutos llegamos al estacionamiento. Me desprendo molesta y me bajo tirándole su saco en la cara, me acomodo mí ropa y mí maraña de cabello revuelto por el viento, en su lugar, caminando rápidamente a mí salón. Escucho por mí espalda, como el habla con tono irónico

–Estare aqui, esperándote hasta que termine tu clase.

Cuando entro al salón donde se impartiran mis clases, todas las chicas del salón ¡literal! están pegadas al ventanal enorme que da al patio del predio y al estaciónamiento. Una compañera me llama con la mano y cuando me acerco, me señala afuera. Veo la causa de tanto alborotamiento y risas. Ahi, está afuera de la ventana mí guardaespaldas, se ah arremangado las mangas de la camisa blanca hasta sus antebrazos, dejando a la vista sus fuertes brazos, llenos de tatuajes de ambos lados. Desprendió dos botones de su camisa, para que se aprecie el inicio de sus fabulosos y marcados pectorales. En un movimiento, la mole, se quita los lentes de sol y las chicas dan alaridos emocionadas, silban y le gritan obsenidades. Revoleo los ojos y niego con la cabeza, volviendo a sentarme en mí lugar, pegada a mí mejor amigo, Jack. Le hablo, molesta

–Tanto alboroto por mí odioso guardaespaldas

«para que dije eso, las chicas me escuchan y todas se acercan a mí, rodeandome. empiezan a hacerme preguntas, mí amigo, parece divertido de la situación. Ya que el único amigo, que tengo es varón, por que con ninguna chica me llevo bien, ni me habló, por mí caracter de niña rica y mimada ¡según ellas! pero yo creo que deben tener envidia de mí belleza y estatus»

De repente la chica más perra y escandalosa del salón "Sharon" se acerca a mí y me revela.

–este sabado organizaré una fiesta por mí cumpleaños, en mí mansión, estás invitada y trae a tu sexi guardaespaldas.

«en su vida está perra me habló» se de sus famosas fiestas ilícitas, donde todo está permitido. Las fiestas que ella organiza, donde todos quieren ir y se que solo me invitó... por la mole, pero... yo no estoy interesada en mezclarme con esta gente de baja calaña y mancharme de sus vicios. Prefiero un finde en un spa, de compras y ver maratón de pelis en casa, atendida como una reina con mí mejor amigo.

La miro y le agradezco

–Gracias, pero estaré ocupada.

Ella me mira desconcertada y cuando está por responderme, entra la profesora aplaudiendo para que cada uno vuelva a su lugar, mientras saluda

–¡buenos días! Alumnos, comencemos con la clase. 

Toda la tarde estuve en clases con un humor de perros. Mí amigo, que intento de entablar una charla, dejo de intentarlo, debido a que casi le ladró. La causa, afuera de mí salón tiene nombre y apellido ¡Artur donatelo! Alias: la mole. No soporto ver cómo todas las estúpidas de mí curso ¡Literal! babean en la ventana por el, si supieran qué su belleza es solo un envase, por qué con su temperamento horrible, y su personalidad es .. un bruto, insensible y poco caballero. Si lo conocieran mas fondo, se les esfumaria el encanto que sostienen por el.