Heron
Heron
Por: Adri
Tu futuro príncipe.

Hela Hanks. 

Odio el instituto. Y creo que si mi mejor amiga no está en ese lugar del infierno iba a faltar cuatro de los cincos días designados a ir.

Me preparo para irme al instituto de mala gana, cuando estoy lista bajo a desayunar como de costumbre Cristhian, mi hermano mayor ya tiene el desayuno listo y con una sonrisa que me da a entender que está de buen humor. Siempre fuimos él y yo, nuestros padres normalmente estaban ausente por los viajes de negocios que tienen y no me molesta, cuando tenía 15 sí me molestaba su ausencia pero ahora ya nos acostumbramos a esto y estoy bien. 

—Hela, tienes 20 minutos para desayunar y bajar todo lo que sea necesario para tu instituto si quieres que te lleve. 

— ¡Que caballerosidad! Seguro más de una persona está intentando conseguir una oportunidad de conocerte —me le burlo, sabiendo que esto me puede costar la invitación a llegar a mi destino en auto, —no me apures, sabes que nunca tardo mas de 15 minutos. 

El solo asiente prestando de nuevo atención a su teléfono, tecleando y sonriendo de vez en cuando pensando que no me doy cuenta. Hermanito. Hermanito «¿Quién es esa persona que te tiene con esa sonrisa enamoradiza? ¿A quién tengo que asustar esta vez?» 

No tardo nada en desayunar, traer mis cosas y lavarme los dientes. Aunque Cristhian me esté jodiendo diciendo que va a llegar tarde a su universidad cuando ambos sabemos que no es así por eso lo pico un poco tardando más para llegar al auto. 

—No te subes en el auto en 10 segundos y me voy sin ti —grita desde el asiento del conductor y me dedica una mirada de advertencia haciéndome saber que no miente. 

—Sabes que tardamos como máximo veinte minutos en llegar ambos a nuestro destino, ¿No?— lo digo mientras subo al auto y beso su mejilla. 

—Tengo cosas que hacer y no puedo perder el tiempo peleando por todo, chica. 

El transcurso en el auto es más tranquilo, solo escuchamos música hasta llegar al instituto. Me despido con un beso en su cachete y me bajo del coche. 

En la entrada puedo ver algunas caras conocidas, pero solo me concentro en buscar a una chica baja, rellenita con unas curvas sexy, pelo negro y ojos claros. Claramente fracaso en mi misión porque ella va tarde o yo llegué muy temprano. 

Me dirijo a el salón donde voy a tener la materia con la cual siempre tuve una relación amor-odio y es química, no sé si me molesta la materia, la profesora o el grupo con el que me toca. 

Al entrar me encuentro con Cameron el chico más reservado que conozco, nunca tuve la oportunidad de acercarme a él. Las vibras que me generaban no siempre eran las más amigables, él es de tez clara, cabello negro, mandíbula marcada, ojos oscuros que puede pasar desapercibido. Da un asentimiento en mi dirección y una sonrisa discreta que devuelvo de la misma manera y me dirijo en el último asiento hacia la ventana y reservando el lugar a mi lado para Kathe que probablemente llegue para la hora o tarde. 

Luego de ese momento entre Cameron y yo, solo me concentré en mi teléfono hasta que sonó el timbre y empezaron a entrar todos al curso. 

—¡Te estuve buscando por todo el instituto! —grita Kathe ni bien me ve.— pensé que te ibas a inventar alguna excusa tonta para faltar el primer día. 

— ¡Yo nunca voy a faltar al este lugar del infierno! —el sarcasmo se apodera de mí.

—Eso no te lo crees ni tú nene. —responde de forma automática. 

— Fue sarcasmo, tonta —La noto ansiosa, mirando a cada nada la puerta—  Kat, ¿Sabes que me puedes contar todo, no? —le digo por lo bajo para que nadie más escuche nuestra conversación. 

Entre nosotras nunca hubo secretos y no quiero que empezemos ahora. 

—Dices esto ¿Por? —se hace la loca mientras sigue mirando la puerta, esperando por alguien o algo, — nene vamos a hablar luego de esto. Solo que ahora estoy un poco ansiosa. 

No le presiono más porque cuando se sienta cómoda me lo va a decir, me concentro en mi teléfono de nuevo. 

Pasaron algunos minutos donde empiezan a entrar más alumnos esperando la llegada de la profesora. 

Siento miradas en mí, al alzar la mirada noto que uno de los que me observa es Nick. El típico fuckboy, cabellos dorado, ojos verdes, tatuajes en todo el brazo izquierdo, alto, musculoso con esa mirada coqueta que siempre carga y es la persona al que todos intentan caerle bien. Obviamente yo no encajo en sus estándares de chica y tampoco nunca intenté encajar en ella, al notar que le estoy devolviendo la mirada me regala una sonrisa ladina que devuelvo con un asentimiento. 

Mientras que la otra persona que me mira es Cameron, él me mira de forma distinta, más discreta como si estuviera intentando ver a través de mí o le pareciera alguien interesante de conocer y él no dedica ninguna sonrisa, ningún asentimiento, algún tipo de vergüenza por pillarlo mirándome solo se encoge de los hombros y vuelve a mirar su teléfono. 

Las reglas de los 15 minutos pasaron, por lo tanto la mayoría de los alumnos empiezan a salir del salón. Estaba a punto de decirle a Kathe para irnos al patio cerca de la cancha cuando veo que Nick y su mejor amigo Harry, que por cierto es medio hermano de Cameron se acercan a donde nosotras nos encontrábamos, no se me pasa desapercibido la mirada intensa que se dan Harry y Kathe pero hago como si no me diera cuenta para no incomodar a mi amiga. 

—Hela, ¿Podemos hablar pequeña?— me pregunta Nick con esa voz, esa mirada y esa sonrisa descarada que me regala hace que me cueste aclarar mis pensamientos, —a solas si se puede. Claro. 

—No se preocupen por mí  que yo ya me iba— Kathe se levanta del asiento un poco nerviosa, —¿Nos vamos juntas a tu casa hoy, no? 

—Espérame en la cafetería a la hora del almuerzo, en el lugar de siempre. 

Veo como se marcha y Harry empieza a poner alguna excusa que no presto atención para salir del salón, le atribuyo a que es porque quiere dejarnos solos y no le doy tanta importancia. 

—Como te decía ¿Quieres a ir la fiesta que va a organizar Harry hoy? Vamos a aprovechar que sus padres no están para hacer la fiesta de bienvenida en una de las casas cerca de acá — habla rápido, un poco nervioso y nada típico de él. Me parece incluso sospechoso su actitud. —si me dice que sí, te voy a pasar a recoger la hora que me digas. 

—¿Puedo llevar a un acompañante? —se tensa un poco, como si la idea le molestara, —quiero llevar a Kathe o no me voy a sentir cómoda. 

—Ah. Katherine, claro que puede ir, — dice volviendo a esa actitud de niño bueno, mientras teclea algo y sonríe — ¿Entonces vas a ir? 

—Claro, pero voy a ir con Kathe no puedo dejar que vaya sola. 

—No tengo problema en llevarla también. Entonces ¿Me das tu número? Para estar en contacto. 

Escribo mi número en un papel mientras me levanto de mi asiento para irme a mi siguiente clase y se lo doy. Me dedica una sonrisa ladina y sale del salón antes que yo. 

Al darme vuelva me encuentro con la mirada de algunas chicas, que no me miran precisamente de una manera amistosa y estoy segura que es porque me vieron hablar con Nick pero sinceramente no me importa si me miran o no de alguna manera.

Estoy que punto de salir del salón cuando noto que Cameron me mira, suelta un bufido y tieme una sonrisa que se me antoja falsa y sale del salón sin decir nada. 

Ok. Esto es mucho que procesar en poco tiempo, están pasando cosas raras, muy raras en mi vida. 

Las siguientes clases pasa muy rápido, no me puedo concentrar, lo que pasó en el salón de química me dejó confundida. Nick, el chico más popular del instituto me invitó a una fiesta y estaba nervioso por hablar conmigo una simple mortal a su lado porque definitivamente no era una chica popular o muy conocida en el instituto, tampoco encajaba con las chicas que acostumbraba mostrarle o presumir antes sus amigos, ese acercamiento tan repentino me hacía dudar un poco. También estaba esos raros momentos que tuve con Cameron, esa mirada que me dedicó antes de salir del salón es como si de repente volviera a ser una persona básica, estaba esperando otra reacción en mí, algo más y supe a la vez que ese chico callado que nunca participó en algún debate, compartió comentarios con los demás de nuestros compañeros o hablado más de lo necesario tenía mil palabras por decir o tal vez todo esto era alucinaciones mías. 

Suena el timbre que anuncia el almuerzo así que la mayoría de los que están en el salón salen rápido de la clase de matemática y no los culpo, aunque para mí matemática es la mejor materia, así qué calmadamente agarro todo lo que había utilizado y meto en mi bolso. 

Salgo del salón y me dirijo a la cafetería, busco con la mirada a mi mejor amiga, no la encuentro en ninguna parte de la cafetería así que me dirijo a comprar alguna comida chatarra y esperarla en la mesa donde siempre nos sentamos, mientras espero por ella empiezo a usar mi teléfono, me meto tanto en mi lectura que no noto cuando se sienta a mi lado. 

—¿Ya leíste el libro de Damián que te recomendé?— medio grita, mientras se acomoda a mi lado.— muero por hacerte un spoiler "pequeñito". 

—Me haces algún spoiler por más mínimo que sea te voy a matar y quitar el título de mejor amiga. —le digo horrorizada, mientras exagero mis expresiones. 

—Ok. Ok. Nada de spoiler si quiero seguir siendo tu amiga. —se ríe mientras come un poco de las papas frita que estaban en mi plato. 

Como lectora no puedo obviar dos cosas. Una mi mejor amiga parece un tomate andante ahora mismo y dos está un poco despeinada y con la ropa arrugada en ciertas partes pero no la quiero incomodar con preguntas innecesarias entonces me hago la loca. 

—Kathe, ¿qué materia tienes luego de que termine nuestro almuerzo? 

—Ninguna. De echo hoy solo tuve 2 clases creo que hoy no debimos haber venido. 

—Entre nosotras yo soy la que odia estar en ese infierno y tú la que me motivas a venir. 

—Lo sé, nene, lo sé. Solo que últimamente el instituto y yo no nos llevamos bien. 

—Más bien la gente dentro del instituto y tú. ¿Va a llegar el momento que me digas que es lo que te tiene así? 

—Vamos a hablar de esto en tu casa ¿Sí? 

—Hablando de casa. Y sé que no tiene nada que ver pero vamos a ir a una fiesta donde me invitó Nick. —trato de sonar casual para no desatar su emoción y que empiece a ver cosas donde aún no las hay. 

—¿¡CÓMO!?— grita, —Cómo no me vas a decir este tipo de cosas antes, Nick, el chico más cotizado por la población femenina de este lugar te invitó a salir y tu lo dices tan casual. — Noto la emoción en su voz, estoy segura esta maquinando algo que seguro no me va a gustar y yo solo estoy esperando esa sonrisa maliciosa. 

—No te crees historias en la cabeza que como bien lo dijiste sigue siendo un fuckboy con letras mayúsculas, —ahí aparece esa sonrisa maliciosa que estaba esperando. —y no me digas que yo lo puedo hacer cambiar que todavía no sabemos sus intenciones ¿Entendido, Katherine McCall? 

—Positivo, mi sargento, —hace un intento de saludo militar, —pero eso no resta el hecho de que el chico más popular del colegio tenga un ojo puesto en ti. 

De verdad que intento razonar con esta chica pero simplemente no puedo. 

—Por cierto ¿Nos vamos a preparar juntas, no? Porque tienes que ponerte un vestido y zapatos, no me vengas con ninguna excusa luego. 

—Sabes que no me voy a poner vestido. Y sí nos vamos a preparar juntas y creo que Nick nos lleva. 

Suena el timbre que nos notifica que la hora de almuerzo terminó y como ninguna tiene ninguna materia nos dirigimos a casa. 

Mientras estamos caminando hacia la salida siento como alguien me jala hacia él y me abraza por detrás, me asusto porque no tengo ese nivel de confianza con nadie que no sea mi hermano y Kathe. 

Me giro y me relajo cuando noto que se trata de Nick. 

—Hola de nuevo pequeña. —dice mientras me da un pequeño beso en la mano. 

—Hola, Nick ¿Se puede saber por qué tan cariñoso? 

—¿No te gusta? Porque si es así me lo dices y tomo un poco de distancia, lo que menos deseo ahora mismo es hacerte sentir incómoda o algo por el estilo. 

—No, no es eso, solo se me hace demasiado raro ese comportamiento tuyo tan repentino. Aunque tengo que admitir que me gusta que algunas chicas me sientan envidia solo por hablar contigo. —digo bromeando, pero el parece que no lo nota ya que me mira de una forma intensa que a la vez me hace sentir un poco incómoda y gustosa a la vez. 

Aún no tengo claro el sentimiento que se instala en mí cuando está cerca. 

—Cuando quieras todo el instituto nos puede tener envidia, pequeña. Yo estaría gustoso de presumir semejante mujer. 

Yo solo río y me vuelvo a acercar a mi amiga que se alejó un poco en el momento que Nick se acercó a mí. 

—Y luego me dices que él solo quiere ser tu amigo. Empiezo a creer que todos los del instituto piensan lo contrario, había varios grupos de mujeres mirándote con odio y algunas con admiración. 

—No puedes determinar algo cuando apenas empezamos a hablar hoy, veremos que pasa más adelante. 

Nos dirigimos a mi casa juntas cuando decidimos que nos íbamos a preparar para la fiesta ahí, de camino a casa empecé a revisar mi teléfono y me encontré con dos mensajes de W******p de un número que no tenía registrado.

Yo me tenso un poco pensando que puede ser él de nuevo. 

Número desconocido:

>Estoy rezando para que sea la fiesta ya. Necesito que me mandes la ubicación de tu casa para pasar a recogerte ¿me lo manda, pequeña? 

>Por cierto, soy Nick, tu futuro príncipe. 

Frunzo un poco las cejas por lo que me acaba de decir, que va a ser mi futuro príncipe y tampoco pasó por alto que es la cuarta o quinta vez que me llama pequeña en todo el transcurso del día  y definitivamente no soy de esas personas que les gusta los apodos cariñosos y mucho menos me va ese rollo de príncipe y princesa. 

Yo necesito más que eso. Ya me bajaron el cielo una vez, ahora necesito que alguien me lleve hasta el, si es que así lo deseo. 

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