CAPÍTULO 3

“El Asesino Lo Hizo De Nuevo”

El asesinato no se trata de lujuria y no se trata de violencia. Se trata de posesión.

—Ted Bundy

—Ohh, estabas esperando a tu novia afuera de su casa. ¿Oíste, Chase?  Estaba esperando a su novia, por eso se ocultaba de las cámaras y huyó en cuanto vió a la policía... Ahhh —Exclamo como si hubiera recordado algo—, no, eso fue por la orden de restricción en su contra.

—Hablaron con esos metidos, ¿verdad? —espeta de mal humor el sospechoso.

Yo también estaría de mal humor si la policía me detuviera, es verdad, pero yo no estuve acosando y abusando de una jovencita. Así que no tiene derecho a enojarse, qué descarado.

—Si con “metidos” te refieres a los padres de Zenna, la respuesta es sí.

—Y de seguro les llenó la cabeza de m****a, ¿no es así?

Chase se lleva la mano a la cabeza y después le extiende la mano para decir:

—Pues la única m****a que veo está enfrente de mí.

—Escucha, eres el principal sospechoso de la muerte de Zenna Sane, serás llevado a la estación de policía para que nos des tu declaración.

—¿Qué? ¡¿Muerte?! ¡Ella no puede estar muerta! —Por más que grita no se ve desconsolado, o triste, sólo parece un ataque de furia.

—Sí, sí, sí, lo que digas. Termina tu berrinche de una vez, que estamos a media calle. —Chase lo jala sin ningún cuidado para comenzar el camino a la estación.

Ahora sí me arrepiento de no haber traído el coche.

Después de veinte minutos caminando -pudieron haber sido menos, pero Viktor se ponía rebelde por ratos y entorpecía la caminata- por fin llegamos a la estación.

—Llévalo a la sala de interrogatorios, iré a ver a la forense. —Me despido de mi compañero y me dirijo hacia el cuarto donde se encuentra Keitha.

Keitha es originaria de este pueblo, aunque su abuelo vino de Corea del Sur, y ella heredó algunos de sus rasgos.

En la estación la conocemos como la loca de los horóscopos, ya que está obsesionada con los signos zodiacales y el tarot.

Adivinó mi signo con sólo presentarme, eso es… raro..., como magia.

—¿Encontraste algo importante? —Digo en cuanto entro, la habitación está un poco oscura, ya que está pasando una lámpara de luz violeta sobre le cuerpo en busca de algo que no se pueda ver a simple vista.

—Bueno, los ojos le fueron arrancados mientras estaba viva, después le arrancó el corazón —Comienza a hablar mientras apaga la luz violeta y enciende las luces de la habitación—, hay marcas de golpes, pero son viejas, no sufrió maltrato por parte del ignoto, de hecho, su estómago estaba lleno, le dió una buena cena antes de matarla.

»Por la forma en que están hechos los bordes del corte en el pecho diría que fue hecho con una especie de daga, aunque todavía estoy buscando.

—¿Algo que me pueda ayudar en el interrogatorio del sospechoso?

—¿Ya capturaron un sospechoso? Vaya.., pues no hubo violencia ni siquiera a la hora del asesinato, no hay signos de ataduras. Así que, o el asesino era Géminis o era alguien que conocía y le tenía confianza.

—Ok… —Nunca entenderé su “don” para adivinar signos, pero si ella lo dice debe ser cierto— Entendido, mucho gracias, te dejo con tu cadáver. Y Chase tiene galletas, pídele que te invite.

Sólo hay algo que ella ama tanto como la astrología, y esas son las galletas.

Antes de irme le dejo el celular de la víctima, ella sabe mucho de tecnología, así que debe poder desbloquearlo.

Me encamino a la sala de interrogatorios que está al otro lado de la estación y al entrar veo una escena que, no debería ser cómica, pero lo es.

—Escucha, niño, podemos hacer esto por las buenas o podemos hacerlo por las malas, tú eliges, aunque yo no tengo ningún problema en usar la violencia, ¿entendiste? —Al parecer mi compañero quiere jugar al policía bueno y al policía malo, algo muy maduro de su parte, claramente. Está viendo hacia Viktor con una ceja arqueada de manera exagerada y con su dedo índice muy cerca de la cara del sospechoso en un intento de lucir intimidante.

—¿En este pueblo todos están locos o qué?

—Lo dice el que acosaba a su ex novia, eso no me parece un acto muy cuerdo de tu parte.

Decido que lo mejor es interrumpir a Chase, hay que mantener un poco la seriedad en este caso ya que necesitamos que Viktor nos tome enserio.

—Chase, ¿puedes venir un momento, por favor? —Hablo con fingida calma.

»¿Qué carajos crees que estás haciendo? —Hablo en susurros enojados cuando llega a mi lado.

—Estoy interrogando al sospechoso. ¿No estabas prestando atención?

—Sí estaba prestando atención, tanta como para saber que estabas jugando.

—Yo no estaba jugando —Reclama ofendido.

—Sí, sí lo estabas.

Esto ya parece pelea de esposos.

—Mira, necesitamos que nos tome enserio para que hable rápido y terminar este caso lo antes posible.

—Lo hice para bajar la tensión en el ambiente, si cree que no somos tan serios puede que se abra más fácil y colabore.

—Pues yo creo todo lo contrario —Refuto.

—Mmm… ¿“Piedra, papel o tijeras” para decidir? —Me lo pienso un momento.

—Acepto.

Después de tres rondas -Chase siempre sigue el mismo patrón- resulté siendo yo el ganador.

Supongamos que no lo vi venir.

—¿Entonces policías malos o policías buenos?

—Quedamos en que no vamos a jugar, Chase.

—Exacto, y el juego es un policía de cada tipo, ahora debemos ser los dos del mismo tipo para que el sospechoso vea que somos un frente unido. —Apuesto a que Viktor nos está escuchando ahora mismo, tampoco es como que nos hayamos ido muy lejos.

—Policías serios, ¿contento?

—Sí, jefe —Hace una especie de saludo militar.

Entramos de nuevo a la sala y el detenido se encuentra con las manos esposadas y la cabeza agachada, en la mesa que tiene delante sólo se encuentra un vaso de plástico con agua hasta la mitad.

La sala es un poco oscura, ya que sólo sirve el foco de en medio, Chase no ha querido reparar los demás porque dice que ayuda a que los sospechosos sientan miedo por la atmósfera de misterio.

Probablemente sólo tiene flojera de hacerlo, pero es una excusa un tanto rescatable.

—Viktor Casteli… —Pronuncia mi compañero en cuanto entra a la habitación arrastrando las palabras y un tono raro en la voz.

Lo primero que le dije “debemos ser serios”, pero claro, nunca me ha hecho caso.

Enciendo la grabadora de mi celular, para no olvidar y tener a la mano lo que sea que nos vaya a decir.

—Asumo que sabes porqué estás aquí. —Sigue hablando con ese tono de mafioso de película, y juro que si no se toma esto enserio en los próximos tres minutos lo sacaré de la sala.

—No, no me han dicho nada.

Pero qué mentiroso, como si no hubiera escuchado todo lo que hemos dicho.

—Esta mañana encontramos el cuerpo de Zenna Sane, tu ex novia, en el bosque a las afueras del pueblo. Fue asesinada al rededor de las tres de la mañana y la dejaron en el bosque a eso de las seis. Sin embargo, la última vez que la vieron con vida fue a las nueve de la noche de ayer.

»¿Dónde estabas tú a esa hora? —Inicio por fin el interrogatorio.

Viktor no muestra ninguna reacción a primera vista, su mirada se mantiene fija en la mía. Aprieta las manos y se truena los dedos.

Es un buen momento para observar sus manos, y son bastante notables las marcas rojas en sus nudillos además de que las uñas están ligeramente sucias.

—¿No piensas contestar? —Insisto.

—¿Cuándo fue la última vez que tuviste contacto con Zenna? —Habla ahora mi compañero.

—Le hablé, ¿ok? Ayer en la mañana, quería arreglar las cosas entre nosotros.

—Y quedaron para verse en la noche, ¿no es así? —Interrumpo.

—Sí, ella… al principio no quería, pero después acepto. Quedamos de vernos en la estación de autobús a la media noche.

¿Por qué siempre todo es a media noche siempre?

—Entiendo, la manipulaste para que aceptara, ¿qué pasó después? —Interviene Chase.

—Nunca llegó —Casteli gira su cabeza sólo un poco y nos voltea a ver con aire inocente.

Creí que sería mejor actor.

Ambos lo vemos con cara de “no te creemos ni una m****a”

—Lo juro, la esperé por horas y nunca apareció. Por eso estaba afuera de su casa, estaba esperando a ver si estaba bien o si simplemente no la habían dejado ir.

—¿Cómo explicas las marcas en tus manos? —Lo acuso.

—¿Ah?

—Tus nudillos tienen marcas de haber golpeado algo y tienes tierra en las uñas. Apuesto a que si analizo tus manos encontraré sangre.

—No sé de qué me estás hablando.

—Chase, trae lo necesario, por favor.

—Oigan, estoy diciendo la verdad, soy inocente, yo no le hice nada.

—¿Es enserio? ¿Entonces porqué hay una orden de restricción en tu contra?

—Ok, lo admito, sí llegué a lastimarla, pero eso es ¡pasado! —Se está desesperando, está alterado y comienza a hablar rápido.

Está casi donde lo queremos.

—¿Por qué la mataste?

—Yo no la maté.

—¿Ah, no? ¿Entonces quién lo hizo? ¿Quién le sacó los ojos y el corazón?

—¡Yo no hice nada! ¡NADA! —Está comenzando a hiperventilar.

Está a punto de confesarlo.

—¿Seguro? ¿Cuántas veces te suplico porque te detuvieras, eh? ¿Lloró?

—No, no, no, ¡NO! ¡Basta!

—Si no vas a decir nada que nos sea de ayuda será mejor que te calles.

—¡NO! No me voy a callar, ¡yo no hice nada, ¿me oyes?! ¡NADA!

¿Necesita un estímulo más para confesar?

—¡¿Dónde estabas en la madrugada?! ¡¿Por qué le hablaste aún cuando sabías que no podías?! —Sigo presionándolo.

—¡No sé! ¡No sé! ¡No sé! ¡Entiéndelo! —Y justo en este momento se rompe, y suelta a llorar.

»¡Yo la amaba! ¡Nunca la quise lastimar!

En fin, el descaro.

—¿Entonces porqué la golpeabas?

—Escucha, te diré todo, ¿contento? Sólo…, dame un respiro.

—No pienso darte tiempo para inventar una historia, habla ahora.

—Yo-  esto es duro para mí, ¿puedes entenderlo?

—¿Qué es lo que debo entender? Dime algo que sea lo suficientemente bueno como para sacarte de este problema y probablemente entienda.

Chase decide por fin entrar a la sala junto con el equipo necesario para detectar sangre.

—Vamos, amigo, extiende esas manos. —Dice mientras jala bruscamente las esposas de Viktor.

Toma un hisopo, lo pasa por los nudillos del sospechoso y después lo rocía con un atomizador que, en su interior, contiene un líquido que nos dirá si hay sangre o no.

Y pasa lo que nadie nunca su imagino —sí, eso fue un sarcasmo— la punta del hisopo se pinta de un tono morado-azul.

—Me parece que debes empezar a hablar si todavía quieres intentar salvar tu culo de la prisión.

—La conocí hace tres años —Se sorbe la nariz entre lágrimas. “A mi no me cuentes tu vida”, tengo ganas de decir, pero si eso hará que nos cuente la verdad no me queda de otra más que disfrutar del chisme.

»Desde que la vi me enamoré, me sentí atraído inevitablemente hacia ella —blah, blah, blah—... Al poco tiempo aceptó salir conmigo—No me estás diciendo nada útil, amigo—... Pero, ella siempre estaba ahí para mí. Yo he sufrido de ataques de ira desde que tengo memoria, y ella no se alejó cuando lo supo —Creo que por fin va a comenzar la parte que me importa.

»Entonces yo, la golpeé sin querer una vez en un ataque de celos. Juro que yo nunca quise hacerle daño, yo... sólo, sabía que ella se quedaría conmigo sin importar qué. Así que dejé de esforzarme por tratarla bien, por contener mi ira. Porque, hiciera lo que hiciera, al final del día siempre estaría ella abrazándome mientras me decía que no tenía porqué pedirle perdón.

Buenas tardes, señor Chernobyl.

—Eres peor que b****a, que lo sepas bien. —Espeta Chase con ¿lágrimas en los ojos?

—Soy todo lo que quieran, pero no asesino. Sí, la golpeé, insulté e hice cosas que no me atrevo a siquiera pensar, pero ¡yo no la maté!

—Demuéstralo —Digo entre dientes, cansado ya de todo este drama.

—Quiero hablar con mi abogado.

Se había tardado el maldito.

—Y yo quiero que me digas dónde mataste a tu ex novia.

—¡Que yo no la mate! Y no diré nada más sin la presencia de mi abogado, tengo derecho a una llamada.

Dejo que Chase lo lleve al teléfono de la estación para que pida su maldito abogado.

El abogado tarda sólo dos horas en llegar al pueblo y viene acompañado del padre de Viktor: el señor Vent Casteli. El padre de Viktor.

Viéndolos en lo único que se parecen es en la altura y el tipo de cuerpo, sin embargo, en cuanto abren la boca te das cuenta de que tienen el mismo carácter arrogante.

—Quiero que saques a mi hijo de aquí ya mismo. —Intenta susurrarle al abogado pero todos escuchamos.

—Su hijo es el principal sospechoso en el asesinato de su ex novia. —Refuto.

—Y no tiene las pruebas suficientes, de lo contrario ya estaría camino a prisión. Así que quiero a mi hijo fuera de este pueblo cuanto antes. —Exclama con prepotencia.

Sí, ¿no se le ofrece algo más? —Pienso con sarcasmo.

Ya tenemos su declaración, si no hablo sin su abogado no lo hará con él presente.

—Lo dejo libre con la condición de que no abandone el pueblo hasta que se termine la investigación.

Después estar peleando una hora con los Casteli y su abogado finalmente aceptaron mi trato.

Tampoco es como que este caso vaya a tardar en resolverse, es más que obvio quien es el culpable.

Revisamos la sangre que obtuvimos de sus nudillos y no coincidía con la de Zenna, pero eso es sólo un simple obstáculo.

15 de septiembre

Bueno, un error lo comete cualquiera, ¿no?

El maldito tiene todo planeado y no hemos podido declararlo culpable aún.

Estoy en mi escritorio analizando a profundidad todas las pruebas que tenemos cuando suena mi teléfono y veo una llamada de un número que no tengo registrado.

En cuanto habla la persona al otro lado de la línea dejo caer mi celular al suelo.

Esto no puede estar pasando.

Tiro con violencia todos los papeles que hay sobre mi escritorio y en ese momento entra Chase.

—¿Qué pasó? —Pregunta con preocupación.

—¡Ese maldito lo hizo de nuevo!

—¿Perdona, de qué es-?

—¡Encontraron muerta a otra chica con las mismas características de Zenna! A las afueras del pueblo, en un vestido blanco sin ojos y sin corazón, ¿quién más pudo haber sido?

—Mierda.

Es lo último que alcanza a decir antes de que salgamos hacia la escena del crimen, todo lo hago en automático, la rabia me ciega.

Investigamos los alrededores y todo está prácticamente igual que cuando iniciamos el asesinato de Zenna, sólo que ahora es en la frontera este del pueblo.

Después de una hora tratando de encontrar evidencia y fallar en el intento decidimos que es hora de ir a la casa de los familiares.

La familia Croen vive en el centro del pueblo, es una de las más conocidas y sé que si no atrapo pronto al responsable harán que pierda mi trabajo lo más rápido posible.

Con ese pensamiento en mente toco el timbre y toda la visita es prácticamente igual que con los Sane: llanto, lágrimas y correr al cuarto de su hija.

Anoto todo lo que me dicen sin siquiera detenerme a analizar demasiado, era una joven como cualquier otra, hasta que capto algo bastante interesante.

—¿Su hija salía con alguien? —Pregunto curioso.

—Sí, lo conoció hace poco, es nuevo en el pueblo.

Oh, m****a.

—¿Me puede decir quién es?

—No recuerdo bien su nombre, era algo con “V” y el apellido parecía... ¿Castillo?

Ohh, m****a.

—¿Viktor Casteli?

—Sí, sí..., él. Ay, Dios, estará devastado cuando se entere.

Hay dos opciones:

O el tipo tiene mala suerte.

O el tipo es un asesino.

Yo apuesto a que es la segunda opción.

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