Muerto el cielo, nacida la reina

La cabeza le latía como un segundo corazón y solo podía abrir los ojos por periodos cortos de tiempo. Sus ojos bajaron a sus manos. La sangre había cubierto de negro la dorada pulsera de la Reina de Reyes. La mano derecha le ardía, estaba segura de que le dolía menos si se la hubiera amputado.

Los trapos que la cubrían estaban rígidos, el agua salina se había secado al igual que la sangre negra.

«No te torturare, pero pienso dejar marca»

Celeste tenía miedo de saber que había bajo las vendas, pero algo en el fondo le decía que se lo merecía.

«Una Elegida es una Elegida»

Celeste los escucho antes de verlos, había pasado tanto tiempo con ellos que lo supo en un instante y retuvo el impulso de llorar.

«Necesito ser fuerte»

Los gritos se prolongaron y fue como música para sus oídos.

No

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo