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Después de eso estuve todas las otras clases en silencio, tal vez exageramos los dos, creo que el un poco más, entiendo que no quiera hablarme, pero creo que su reacción no fue la mejor, tal vez lo mejor se alejarme de él, si no me quiere hablar debería de respetar su decisión.

Nos quedamos de ver en la biblioteca después de clases, así que salí, me despedí de los chicos y caminé hacia la biblioteca.

Al entrar lo vi... estaba en una de las mesas leyendo un libro, se veía tan lindo, estaba muy concentrado.

—Perdón por llegar un poco tarde, perdón ¿Puedo hablar? —Dije con un tono molesto.

No habíamos hablado desdé lo que paso en el salón de clases.

—Lo siento, sé que no lo hiciste de mala intención y que mi reacción no fue la mejor.

—Si creo que tu reacción estuvo mal porque no hice nada malo.

—Lo sé, por eso te ofrezco una disculpa, fui grosero y no merecías eso.

—Está bien acepto tus disculpas, ¿Empezamos? —Dije sentándome en la silla de frente a él.

—Sí, vamos a empezar.

Empezamos a investigar un poco sobre el tema que nos tocaba y nos dividimos algunas partes para leer libros sobre el tema.

Avanzamos un poco la investigación, claro no terminamos, pero si vamos a terminar a tiempo.

Después de eso me fui a mi casa y el a las suya, intento acompañarme, pero creo que lo mejor es que no me encariñe tanto con él, a pesar de que me emocione mucho se ve que yo a él no  le intereso en lo absoluto y no está mal, ni yo estoy mal, no a todo el mundo le agradas, claro que es triste porque es el chico que me gusta, pero no puedo hacer cambiar sus sentimientos, pensamientos ni nada.

Al llegar a mi casa veo que está mi madre.

—Hola mamá —Digo saludándole de beso en la mejilla.

—¿Cómo te fue hija?

—Bien ¿Ya te vas?

—Sí, tu hermano está dormido, te deje comida preparada ya —Dijo tomando su bolsa.

—Está bien, gracias.

—No te desveles, adiós te amo —Dijo dándome un abrazo.

—No, cuídate, te amo más.

Mi madre y yo tenemos buena relación, no pasamos tanto tiempo juntas como quisiera, pero entiendo su trabajo, al igual que el de mi padre, pero a él casi no lo veo, ahora está en un viaje por trabajo, pero me divierto en compañía de mi hermano menor...Alan.

Fui a la cocina a comer, todo paso tranquiló hice mis tareas y tiempo después mi hermano se despertó.

Le ayude a hacer sus tareas y después vimos una película.

—¿Podemos ir al parque? —Me pregunta Alan.

—No creo que sea buena idea, debimos de haber pedido permiso antes.

—Y si le mandas un mensaje.

—Sabes que no contestará.

—Porfa Sam, solo vamos un momento y vamos por un helado.

—Está bien, vamos, solo voy por mi cartera.

Salimos de casa rumbo al parque, el camino era corto, al llegar Alan se fue a los juegos y yo me senté en una banca que estaba al frente mientras observaba como jugaba con otros niños.

Pasaron unos diez minutos, estaba en mis pensamientos, cuando una voz familiar me saca de ellos.

—Hola —Dijo Said.

—Oh, hola —Dije un poco sorprendida.

No esperaba verlo aquí.

—¿Me puedo sentar?

—Sí, claro.

Se sentó a mi lado y nos quedamos un momento en silencio.

—¿Es la primera vez que vienes? —Me pregunta Said.

—No, pero no vengo tan seguido.

—Oh ya.

—¿Tu vienes seguido?

—Sí, casi todos los días por las tardes.

—Que bien, está muy tranquilo todo.

—Sí, de hecho, es uno de mis lugares favoritos, me gusta venir a leer o dibujar.

—No sabía que dibujabas.

—Bueno... no es algo que ande diciendo por todos lados, no me gusta mostrar lo que dibujo.

—Entiendo, estoy segura de dibujas genial.

—¿De verdad piensas eso?, no has visto ninguno.

—Pero se ve que tienes muchos talentos, si te gusta dibujar es por algo, a mí en cambio no se me da eso así que no me gusta, admiro lo que hacen los dibujantes porque nunca podría hacer algo así.

—Te podría ayudar con eso, bueno si quieres.

—Sí, sería divertido.

—¿Te puedo dibujar? —Dijo mirándome directamente.

—¿A mí? —Dije un poco sorprendida.

—Sí, bueno no hay problema si no quieres.

—No, claro que me gustaría nunca nadie me ha dibujado así que sería interesante.

—Entonces cuando tú quieras podemos hacerlo.

—Está bien.

—¿Trato hecho? —Dijo extendiendo su mano hacia mí.

—Trato hecho —Dije agitando su mano.

En cuento nuestras manos se tocaron sentí una electricidad, mi cuerpo se estremeció y nos quedamos unos segundos así, mirándonos a los ojos, estoy segura de que él también sintió esa electricidad. Separamos nuestras manos y mi mirada volvió nuevamente a mi hermano. El cual se acercó minutos después.

—¿Podemos ir ya por el helado?

—Sí, Alan él es Said un amigo, Said él es Alan mi hermano.

—Hola campeón.

—Hola ¿Tu eres su novio?.

—¡No! —Contesté rápidamente.

—Solo soy su amigo.

—Qué bueno, porque tiene un hermano que la va defender de cualquier tonto —Dijo cruzándose de brazos.

—¡Alan!.

—Lo entiendo, está muy bien que defiendas a tu hermana de los patanes.

—Mejor vamos por el helado.

—¿Puede ir él?

—Sí, porque no, bueno si él quiere.

—Pues vamos por ese helado.

Era tan diferente fuera de la escuela, es divertido y se ve muy feliz a comparación de serio que es en la escuela. Tomé a mi hermano de la mano y Said iba del otro lado, solo vi cómo le tomo de la mano y se voltearon a ver y sonrieron.


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