—Fue un placer aquaman— ríe ella para el disgusto de él, caminando hacia la puerta se la abre —diría que algún día te visitaría... Pero no puedo respirar bajo el agua— su burla estaban colmando la paciencia de Paolo, realmente creía que la mataría antes del tiempo adecuado.
—Sé supone que las sirenas pueden hacerlo todo, pero claro no te culpo, hay unas que vienen defectuosas— para su asombro ella ríe como si él fuera un payaso, Paolo tremendamente ofendido y sintiéndose nada se va de aquella casa donde estaba esa insufrible.
—¿Qué te pasa?— pregunta Filipo viendo el estado en el que llegué.
—Esa tía es una maldita insufrible, su chulería no es normal— gruño de inmediato —creo que la voy a matar antes de tiempo— grito.
—Wepa macho calma— le tranquiliza William —¿Es tan sexy como se ve en las fotos?— le miro descolocado.
—No lo sé, solo fui a lo que iba y listo— frunzo el cejo sintiéndome descubierto sin saber por qué —es solo que ahora que lo tengo todo en marcha el desespero quiere poder conmigo— me echo en el sofá, debía tranquilizarme y no dejarme llevar por la adrenalina.
—Eres un agente, no es fácil que perdamos el control— Filipo me mira con seriedad —debes ser muy precavido y lo sabes— me tiende una cerveza.
—Lo sé... Debo ir con cuidado, pero debes saber que esto es personal, después de tantos años ese maldito idiota se a descuidado y solo quiero terminar con esto de una buena vez— miro a mis colegas.
—No comas ansias amigo— William se sienta a mi lado —sabes que esto hay que llevarlo muy bien, no sabemos nada de ella y hay que ir poco a poco, debes ganarte su confianza, se dice que es muy despiadada al igual que su padre ¿Cómo vas con eso?— dando un trago a mi cerveza resopla.
—La tía es dura ¿Pueden creer que su mirada hacia mi era como la de un niño para un vegetal?— mis amigos carcajean ante mi seriedad.
—Si que la tienes dura Moretti, si que la tienes dura— ríe Filipo.
—Si la tengo dura pero ya sabes que— carcajean como si estuviera bromeando, está venganza la voy a disfrutar mucho, solo siento odio por esa mujer y su maldito padre, pero está buena, carajos sus putos tatuajes la hacen ver aún más sexy, mi polla dolía por lo que trato de no pensar más en ella.
—Han tardado mucho— les gruño sentada a la mesa —un hombre vino a tocar a mi puerta —les miro con resentimiento —pudo ser un hombre que trabaja para papá y ustedes no estaban para ayudarme— les reprocho.
—Por favor...— ríe Ricardo —como si necesitaras ayuda para ocuparte de un solo hombre— le miro lo más mal que puedo.
—Jodete Ricardo— le grito.
—Paren, estamos a la mesa— se interpone Pet —coman rápido debemos irnos— sin decir más nada suspiro y sigo con mi comida.
En el circuito ilegal de carreras de coche se encontraba Paolo con su grupo de colegas y Rachel llegaba con sus amigos, los dos estaban ajenos a la presencia del otro.
—Joder hay carne fresca— grita un hombre mirando con lujuria a Rachel, ella sin prestar atención sigue su camino —no seas tímida nena— sin más le da una nalgada que hace adelantar dos pasos a Rachel por la fuerza que llevaba, ella en un solo movimiento lo tira al piso y le da un golpe certero en la garganta.
—La próxima vez que toques mi culo, será lo último que podrás sentir— ante las risas y los silbidos se levanta y mira a sus amigos —americanos idiotas— dice en español.
—Sin duda alguna vamos a ser una sensación en este lugar— sonríe Ricardo sabedor de que su amiga era un peligro y más con los hombres que se pasaban de listo.
—No será nada difícil que impongas respeto— le comenta Pet —ya te miran con admiración— Rachel recorre el lugar con la mirada y asiente.
—Una nueva figura de autoridad llegó y ellos deben tenerlo bien en claro— al llegar a la barra se dispone a disfrutar con sus amigos sin saber que un par de ojos no se le quitaban de encima. Ella lucía una peluca roja, lentes de contactos en verdes y su vestimenta de cuero negro, se veía sexy de la cabeza a los pies y eso pensaba Paolo y su dura erección que sin saber que era ella se le alzaba.
—Mira a esa pelirroja— cuchichea Paolo —creo que la he visto antes— Filipo y William miran en la misma dirección que su amigo.
—No lo creo colega, solo llevamos horas aquí y no hemos ido más allá de la agencia, un restaurante y a nuestra casa— Paolo niega, se le hacía conocida.
—Joder colega no es así, no la has visto— trata de convencerlo Filipo.
—Solo ve y háblale no seas marica— le ínsita Rose.
—Si, quiero ver eso de “ninguna se me resiste"— le reta Rudy —es nueva aquí, jamás la había visto así que debe ser presa fácil— Paolo Moretti jamás decía que no a una apuesta y menos a una de esas.
—Solo miren como se lanza a mis brazos en un minuto— le da un último trago a su cerveza y con seguridad se acerca a ella —perfecto día para correr ¿Verdad?— Rachel al escuchar ese acento italiano se voltea se inmediato ¿Qué carajos hacía ese tío en un lugar como ese?
—Tan bueno como para que me dejes en paz— le gruñe ella poniendo un acento español en su perfecto inglés, así no reconocería su voz.
—Mmmm difícil— sonríe.
—Amigo yo que tú la dejo en paz— le advierte Ricardo, Paolo que no prestaba atención solo ríe.
—Tranquilos que no provocaré algo que no quiero— Rachel casi perdiendo su paciencia se gira y mira a ese moreno súper alto y sexy que estaba frente a ella.
—No quiero hablar contigo, no me interesa si es una perfecta noche, no me interesa tener una conversación dónde nos conozcamos más, así pues a dar por culo y déjame en paz— a Paolo se le sacudía todo el cuerpo por como esa mujer le había hablado, jamás en su vida una fémina se le había resistido y mucho menos dado calabazas sin antes usar su encanto que le hacía tener poder sobre ellas. Poniendo una sonrisa de gilipollas le recorre su cuerpo, no había duda ella iba a sufrir y mucho, de eso se encargaría él.
—No te lo creas tanto preciosa, solo fue una observación— se encoje de hombros —y para ser sincero me gustan las de menos kilómetros— guiñándole se aleja de ella. Mirando como se aleja siente como las palabras de aquel maldito hombre surtieron un efecto en ella, si eso pensaba sin conocerla ¿Qué hubiera pensado si supiera de ese pasado que es el suyo?
—Si quieres voy y le rompo la cara— se ofrece Ricardo.
—No, déjalo no pasa nada, es un auténtico idiota— resopla y dejando todo de lado se centra en sus amigos y su diversión esa noche prometía y la iba a disfrutar a lo grande.
Las horas pasaban y a Paolo no se le metía en la cabeza que aquella mujer la conocía, esa manera de ser y actuar se le hacían muy interesantes, por su lado Rachel se esforzaba por pasar de él, tener su constante mirada sobre ella le hacían sentir incómoda, nunca nadie desde que era la temida “tormenta" ningún hombre la miraba más de dos segundos sin temer por su vida.La hora de la carrera llega y por supuesto Rachel participaría, lista en la pista y con la confianza por las nubes sonríe, ella jamás perdía una carrera era muy buena.—Ya saben pequeños amores— dice la chica encargada de dar la salida —estamos en el norte y aquí todo se vale, esto es ganar y no perder— dando una última sonrisa grita el go, solo escuchar el disparo acelera a fondo, todo marchaba bien, las curvas era un poco peligrosas, pero nada de lo que debí
La noche para Rachel no fue tan agradable, los golpes en su pierna y cuerpo le hicieron la vida imposible. Al despertar mira la enorme habitación ¿Dónde se había metido aquel idiota que no le dio nada para aliviar el dolor?—Aquaman...— le llama en grito, ese idiota se había burlado de ella la noche anterior y lo pagaría una vez pudiera patearle el culo —joder tío, quiero irme ahora— grita más alto, quería ir a su casa y él se negó a llevarla. Paolo la escucha desde su habitación, se burlaba de aquella chiquilla caprichosa, sin comprender por qué la soportaba, pues sin duda alguna si esas escenas se las hiciera Douglas, desde hace mucho la habría mandado a freír espárragos.—Quieres dejar ya de gritar como si te estuvieran haciendo algo— dice en tono seco y casi irritado al llegar a la habitación donde estaba esa muj
Mientras tanto Rachel después de las horas en el baño de cera decide salir de la bañera, rompe la cera y sale bastante recuperada, debía investigar a ese tipo, no es normal que una persona sepa lo que hace la cera, para tenerla debes meterte en muchos problemas, eso debía investigarse.—Maldito idiota— gruñe al saber que no había nada para envolverse, recordando que su ventana quedaba junto a la de él sale del baño y mira que no esté, no se quedaría ahí. Al salir al porch mira que nadie esté y desnuda salta la banda para llegar al porch de su habitación, por el agua se resbala pero logra sujetarse —maldito Aquaman de mierda, me la vas a pagar por idiota, esa mirada que hoy demostraste voy a averiguar qué es eso que te atormenta— cuando entra
—No me digas... ¿Paga? ¿De un favor? —sonríe y escucha sin quitarle los ojos de los de ella, sin dejarla terminar se lanza a besarla apasionadamente, pero sin ser agresivo ni brusco, sus manos recorren su cuerpo y entre besos responde —si quieres que te trate como una mujer comportarte como una— su beso la toma desprevenida, pero era algo que en el fondo deseaba, no era la primera vez que tenía sexo sin compromiso, así que decide disfrutar, ya le dejaría las cosas claras después, le corresponde ese beso con la misma intensidad, pero escuchar eso que le dice le molesta —¿Que quieres decir?— pregunta en un gruñido, pero sus besos la dominaban —hablas como si me comportara como una niña y no es así— sus manos van a su cuello y le abraza para intensificar el beso, el calor estaba subiendo por su cuerpo y el deseo se estaba abriendo paso con más rapidez.
Tras esa deliciosa experiencia que tanto había deseado desde el momento en que esa chiquilla se paró frente a él, vuelve a su casa recordando que ese par seguía ahí por lo cual debía encontrar una excusa para disculparse...—Les pido mis disculpas, pero al parecer su tulipán ha desaparecido...— sonrío al llegar, los chicos que la estaban pasándola fenomenal con mis colegas me miran.—¿De qué hablas?— se levanta el más alto, su preocupación llama fuertemente mi atención —¿No está contigo?— mira a su amigo.—No creo que lo haya hecho— dice el rubio mirando a su amigo con el cejo fruncid
—Como no piensas presentarme a tus amigos me presentaré yo, soy Cassy un placer— sonríe mirando a los dos hombres que acompañaban a aquel que la ponía loca por su estúpida manera de ser. Paolo al escucharla solo sonríe.—Bueno, tu tampoco nos presentaste a los tuyos— enarca una ceja apreciando a esa mujer frente a él, ella le ignora al centrarse en quien habla después.—Soy Fabricio, un placer señorita— se presenta Filipo.—Y yo soy Kowalsky— sonríe Williams —lo sé, no tengo ni acento ni cara de ruso, soy una mezcla— dice mientras le da la mano. Rachel sonríe al escuchar esos nombres que
—Solo admiraba la magnífica belleza que está frente a mí— nota como una muy ligera sonrisa se dibuja en el rostro de ella y entonces continúa —sí, es una excelente construcción sin duda una casa hermosa, lastima de los modales de la dueña— sin poder contenerlo Rachel ríe como si fuera un chiste, Pet tenía razón él era distinto.—Eres un idiota ¿Lo sabías?— aun riendo muerde su labio, debía hacer las cosas bien, así que mirándole suspira —¿Me invitas a la tuya?— señala el jacuzzi ya preparado. Ahora el que ríe era él.—Me insultas y acusas de torturarte ¿Y ahora pretendes que te invite a mi casa? ¿Por qué haría eso? —dice esta vez ignorándola. Ella se encoje de hombros.—No tengo vergüenza, se puede decir así&mdash
Hoy es la cena con el bomboncito que vive a mi lado, nuestros encuentros sexuales en estos días no se han detenido, es muy placentero estar con él y no me voy a negar ese gusto, no hasta que lo tenga en la palma de mi mano, cosa que se me da difícil, no cae completamente ante mí y cada vez que está cerca mi cuerpo reacciona por completo a su presencia ¡Me pone de los nervios.—Chicos... Vamos a la playa— grito para que mis amigos se apresuren.—Aquí estás— escuchar esa voz provoca un escalofrío en todo mi cuerpo —¿No pensabas ir a visitar a tu padre? Ya has estado aquí por más de 2 semanas— me giro para mirarle.—Hola