Entre Armas Y Placer
Entre Armas Y Placer
Por: Melanie Fraser
Conoce a Paolo Moretti

¿Qué lleva a un hombre que pasa sus días en un constante viaje, planeando estrategias, liderando comandos armados a desafiar a su nación y a arriesgar su status y reputación? 

Quizás,  nadie pueda entenderlo pero te daré una explicación, pero primero déjame presentarme.

Yo soy Paolo Moretti, un Italiano de 32 años nacido en la hermosa Isla de Sicilia, criado entre artistas, músicos y pintores, educado para seguir esa vida y convertirme en un gran artista. Sin embargo la vida tiene sus propios caminos para cada uno y a veces no son lo que esperábamos. A mi me colocó en uno muy distinto como ya lo pudieron notar. A la edad de 17 años inicie mi entrenamiento en la CIA university, demostrando al poco tiempo un gran potencial con habilidades únicas que me permitieron escalar de posición con gran rapidez, adquiriendo no solo experiencia sino también ganándome el respeto y la admiración de importantes personalidades dentro del medio. Diez años después y con mucho esfuerzo me nombraron jefe operaciones, en donde solo estuve un par de años pues tras la muerte de nuestra jefa de cuadrilla, me volvieron a ascender y ahora tengo mi propio equipo de operaciones, jamás me ha gustado dejar el campo así que cumplo mis obligaciones y participo en las misiones.

Hoy, solo planeo las estrategias y autorizo operaciones, sin embargo mi vida esta por dar un gran giro. 

—Bien señores y señoritas,  esta es una prueba al aire libre— los miro a todos —si señores somos de la CIA, es cierto, pero no siempre estaremos en una oficina detrás de una computadora investigando y rastreando, sé que entre nosotros hay mas de 3 que solo se dedican a eso— sonrío con maldad —el caso es que en algún momento de sus miserables vidas llenas de miedo tendrán que poner sus traseros en el campo señores… si tendrán que trabajar para algún desagradable mercenario,  sicario u otro malhechor que los pondrá a hacer mas de una bajeza y para entonces tienen que estar preparados y no ser unos inútiles informáticos— veo a los que están en entrenamiento de agentes encubiertos, se están riendo con burla —si, así espero que se rían cuando tengan que estar encubiertos trabajando para un mafioso y les toque quitar vidas para darse su lugar en ese mundo— quitan sus sonrisas de inmediato. 

Cuando estemos en el corazón de la selva pongo un mapa —todos nos tendremos que reunir en este punto— lo señalo —solo tienen 24 horas, el que no esté a las 12 horas en ese punto será abandonado a su suerte...

—Pero agente Moretti no puede hacernos esto…— me interrumpe uno de los prospectos para obtener el pase a entrenamiento de agentes junior, lo miro serio para luego soltar una carcajada.

—bienvenidos a la CIA Señores yo no entreno a inútiles y si están aquí es por que son capaces de llevar a cabo el entrenamiento y trabajo que se les asigne— la realidad esto es un castigo por mi superior, ya que no seguí las reglas en una misión la cual logre capturar al gánster pero me puse en riesgo con mi equipo. Hicimos un desastre que costo millones a la agencia. Otra de los agentes me mira con una sonrisa picara.

—Agente Moretti ¿Puedo ir con usted?—le miro con la misma sonrisa pues en otras circunstancias se lo habría permitido pero hoy no es una de esas veces —señorita Douglas no se olvide que estamos en un entrenamiento para obtener su pase a la siguiente etapa de entrenamiento, si va conmigo no tendrá oportunidad de demostrar sus habilidades pues yo solo observare…— Me acerco a ella colocándome a su espalda y al oído le susurro —Además si te expulsan por conducta inapropiada, ya no nos podremos divertir— rio burlón, pues si bien no es una brillante agente tiene grandes habilidades en el combate cuerpo a cuerpo, con movimientos únicos lo cual en la cama la hace una gran amante. 

—Pero agente Moretti ¿Nos dejará solos?

—Señorita Taylor en sus misiones no temerán al Agente Moretti ni a su mamá que les cuide las espaldas y limpien sus mocos, así que es tiempo de sujetarse bien las pelotas y salir a realizar su trabajo que para eso están aquí y al que no le parezca se puede retirar en este momento. No olviden que tiene  un superior, ellos lo acompañaran solo para observar— les veo fruncir el cejo.

—Pero agente Moretti no puede irse solo debe seguir con un grupo— escuchar a uno de los instructores me hace resoplar.

—Aquí el que impone las reglas soy yo ¿Algún problema con eso agente William?— lo veo apretar los labios y desviar la mirada —ahora bien señores a demostrar de lo que son capaces, pero vamos esto será divertido ya lo verán— miro mi reloj las 11:59 horas —es hora los veo  a las 12:00 horas de mañana en el punto acordado— les doy la espalda para seguir mi camino pero me paro y les digo por encima de mi hombro —las armas que han empacado no es para cazar animales estamos en la selva sur americana hay guerrilleros— sonrío —no lo vayan a matar— les advierto y sigo mi camino disfrutando de las caras de los estudiante y ver como los agentes los instruyen —joder ponerme a mi con estos novatos el superior si que sabe joderme la vida pero bueno esto será excitante y gratificante— digo para mí. Internándome en la selva me deleitó con la adrenalina y la expectativa de poder encontrar a guerrilleros por el camino, pero corro con suerte, no hay nadie.

Son las 11:30 horas he llegado hace una hora y veo que el primero que llega es el candidato Johnson con el agente Williams.

—Vaya los primeros en llegar— digo con mi habitual seriedad y profesionalidad que demuestro en mi trabajo nada que ver con lo que soy fuera —los felicito como siempre Johnson, uno de los mejores.  Esperemos a los demás— pasados los minutos llegan uno a uno —bien veo que aun viven eso significa que están preparados— veo al agente Mackenzie y su candidata mas sucias que los demás me les paro en frente —¿problemas con la guerrilla agente Mackenzie?— ella se recuesta en un árbol.

—Si agente Moretti casi me hieren, fue gracias a la señorita Douglas y su estúpidamente forma de pelear que nos salvamos— miro a Douglas quien me mira orgullosa de su logro como si fuera una invitación para mi la cual sin duda aceptaré. 

—Bien, supongo que tendremos que agradecérselo señorita Douglas— respondo en un tono casi desconocido para el resto. En ese momento llegan Haz y Taylor, con un aspecto peor que el de Mackenzie —¿Y a ustedes que les ocurrió?— miro sus fachas.

—Unos guerrilleros intentaron secuestrarme— responde Taylor mirando a Haz quien es su instructor con resentimiento. 

—¿Y bien? ¿Como es que salieron bien librados?— enarco una ceja interrogativo.

—Use las técnicas que usted nos ha enseñado agente Moretti, estudie con calma la situación lugar de entrada y salida, personas involucradas y posibles formas de escapar, agente— si bien ella era una estratega innata, su respuesta no me daba explicación sobre esa mirada que previamente había lanzado a Haz, así que no me contengo por pedir una.

 —¿Y por qué tu descontento Taylor?— ella suspira y sin mirar a su instructor responde.

—Porque no he recibido apoyo de mi compañero señor, fue tan inútil que casi nos hieren a ambos— <<vaya, vaya, de nuevo demostrando su completa falta de interés y profesionalidad>> pienso algo decepcionado.

—Dígame, ha matado a alguien hoy?— pregunto nuevamente a la chica.

—N...  No agente solo los he dejado mal heridos por los golpes— responde algo temerosa.

—Bien, en estos casos es valido dejarlos así no es necesario matar… sin embargo si están encubiertos y sus compañeros son mafiosos no pueden dejar personas vivas no si ellos están a su lado por que eso representa debilidad y créanme estando encubierto no hay lugar para la debilidad— miro a Taylor —bien hecho señorita y descuide, cada quien será evaluado de forma justa y recibirá lo que merece— miro al agente Haz con advertencia —Bien equipo tenemos que bajar la montaña nos esperan ahí, debemos irnos ya mismo a Europa nuevamente a la base de entrenamiento— todos bajamos la montaña y subimos al helicóptero que ya nos esperaba, el camino al aeropuerto privado de la agencia que es donde nos espera el jet es rápido y para Europa es igual de rápido.

—Madre mía— grita Mackenzie cuando estamos por aterrizar.

Al llegar a la base todos bajan y se forman.

—Recuerden estudiantes tienen el resto del día libre y mañana al regresar tendremos el entrenamiento de búsqueda e investigación como poder rastrear y obtener información de un objetivo es decir, espionaje. Pueden ir a cambiarse señores— les doy la espalda y me retiro a mi habitación. Después de una larga ducha ordeno algo de cenar, a los pocos minutos tocan a mi puerta, de inmediato abro pues no es raro que el servicio sea tan eficiente, sin embargo no es mi cena o al menos no la que esperaba. 

Al abrir la puerta una joven pelirroja despampanante se me lanza como loba hambrienta besando mi desnudo pecho —Douglas, eres tú— le hago pasar y cierro de inmediato la puerta para evitar que alguien vea, es un piso apartado al resto pero nunca faltan los merodeadores. 

—¿Acaso esperabas a alguien mas?— pregunta con un tono celoso.

—Vamos, deja ese tono, y si, esperaba a alguien más— digo para provocarla mas, pues me resulta divertido. Ella de inmediato frena y me mira a los ojos.

—¿Así que no soy tu estudiante favorita? Dime, es la zorra de Taylor ¿Verdad? Esa…

—Basta— digo firme y en voz elevada —es la primera y ultima vez que te refieres de esa forma a tus colegas y equipo o nuestros encuentros se acabarán ¿Esta claro? Además, sabes que no hay favoritas, el que tu y yo lo pasemos bien ciertas noches no te hace mi favorita, tienes tus virtudes como todos los que están en este programa y cada uno debe mejorar por su cuenta, el que seas mi amante no te dará ningún beneficio— digo sin alterarme mas, pero ella sabe jugar y conoce sus limites, así que su actitud vuelve a ser la de siempre.

—Esta bien, como mi sexy jefe quiera, pero vamos…— se quita el batín de seda rojo que lleva dejando al descubierto su firme y curveado cuerpo, de torso y piernas largas, lo que le daba ventaja en sus combates. Caderas fuertes y un abdomen muy bien trabajado sin llegar a lo masculino y ni que decir de sus senos, grandes como dos melones muy bien formados y firmes, bastante antojables —…vine a que me agradecieras como se debe ¿Recuerdas?— se acerca a mi despertándome de inmediato con esa voz seductora tan de ella cuando quiere que la posea tan salvajemente como me es posible —aaaahhhh— le escucho gemir fuerte al sentir mi caliente boca mordiendo sus pezones duros y erectos, eso lleva a otras tantas cosas que nos hace disfrutar del placer a los dos.

Tras varias horas de un salvaje sexo estamos ambos recobrando el aliento cuando mi móvil suena.

—Qué sucede? No se supone que están de día libre?— pregunta ella media molesta.

—Estoy seguro de que esto te interesará, así que ¿Por que no te disculpas con la pelirroja y bajas al sótano?

—Bien, bajo enseguida— Cuelgo y siento la fuerte mirada de la joven en mi cama —vamos no me mires asi, querías que te agradeciera, ya lo hice, debo trabajar Douglas no por nada soy el jefe de mi propio escuadrón. Ve y sal con los chicos, diviértete— dicho esto y ya vestido salgo de la habitación, no hay nada personal ahí así que no me preocupa si curiosea por ahí.

—¿Tienes algo?— pregunto al llegar.

—Si…— en una pantalla me muestra varios videos —Creo que es la pista que necesitabas, estamos cada vez mas cerca— mi amigo me mira con una sonrisa.

—Si, pero sin el equipo listo no podemos avanzar y aun les falta, hoy perdimos a uno, debemos buscar un remplazo para Haz— mi amigo me pregunta asustado. 

—¿Murió en la prueba?— niego.

—No— respondo con total indiferencia —pero es irresponsable, desobligado y cínico, no me funciona, así que iniciaré a buscar entre los expedientes de nuevo.

—Quieres perfección y eso será imposible de encontrar, no todos son tú…— alterado respondo 

—Por eso estamos buscando a los más experimentados, para que sean tan buenos como yo, te recuerdo que no hay cabida a fallas en esta operación Filipo— Filipo Francescoli es mi amigo de la infancia, el único que ha permanecido a mi lado en cada momento de mi vida, el único que conoce mi pasado y mi motivo del por que estoy hoy aquí. Entró junto conmigo a la CIA pues el había jurado apoyarme en todo y aun que el tenia sus propios motivos para estar aquí, nunca podre agradecerle lo suficiente por su ayuda. 

—Lo sé hermano, mas que nadie te entiendo, pero también tienes que pensar con la cabeza fría, visualizar todas las posibilidades y darte cuenta que tu aventura con esa chica puede estropearlo todo— Él tenía razón, yo sabia que era un error, pero el deseo por ella era a veces incontenible, era exquisita y muy buena satisfaciéndome, mientras nadie supiera nada, no habría riesgo. 

—Nadie tiene por que enterarse de eso, además es algo sin importancia, por favor hermano, es solo sexo, hasta tú has tenido la necesidad— le miro a los ojos.

—Si, la he tenido, pero a diferencia de ti la calmo con mujeres que no afecten nuestros planes— me dice en tono de reclamo.

—Bueno, eso ahora no es importante, ya veré la forma de terminar eso, tengo mejores cosas en que pensar ahora, avísame cualquier cosa— dicho esto salgo de ahí en dirección a mi habitación pero Douglas ya no esta ahí, quizás sea extraño llamarla por su apellido y no por su nombre, pero justo eso hacia que la delgada línea entre jefe y subordinada no se rompiera. 

La puerta en menos de nada suena nuevamente <¿Me habrá estado siguiendo?>> Frunzo el cejo, si es Douglas tendré que terminar esto aquí y ahora, al abrirla es el agente William.

—Agente Moretti, el superior lo espera en su oficina— resoplando asiento.

Llegamos a la oficina del superior, al igual que a mí citó a William, el forma parte de mi escuadrón y me ayudó en el entrenamiento de los novatos. Tocamos la puerta y nos hace pasar a los 2.

—Buenas tardes señor— saludo al entrar.

—Moretti, William— dice nuestros nombres en modo saludo —me han notificado que los estudiantes están teniendo un excelente desempeño y es de felicitarlos buen trabajo a todo su equipo por el trabajo realizado.

—Gracias señor— sonríe William.

—Solo espero no me castigue con eso nuevamente, me gusta estar en el campo jefe no estar practicando a principiantes— mi voz es de resentimiento.

—Le recuerdo que hizo todo  un desastre en su ultima misión y se puso en riesgo junto a tu equipo Moretti...

—Pero debíamos actuar— le interrumpo —si no se hubieran escapado y usted lo sabe solo hacia mi trabajo— le miro con total seriedad.

—Lo sé, pero cada vez te vuelves mas imposible Moretti y es por eso que te enviaremos a la agencia de Norte América te necesitan con urgencia— le miro incrédulo.

—¿Qué? ¿Pero por qué yo? Pensé que ya había pagado mi castigo superior... 

—Esto no es por castigo Moretti es el mejor agente que tengo y debo dar el apoyo— no aparta su mirada de mi, mi cuerpo se tensa, se supone que la persona que más odio en este mundo y por el que voy a poner mi trabajo en riesgo para vengarme vive en España, debo quedarme aquí.

—Justo por eso no debe enviarme ahí, no puede enviarme... 

—Es una orden— me habla firme —Moretti, hoy mismo viajas el jet ya esta listo ahora salga de aquí y vaya a tomar ese vuelo o lo destituyo y lo echo a la calle y créame, no podrá volver jamás a nuestro servicios— eso me detiene a protestar, si me sacan de la agencia no podré hacer nada, este es el único apoyo que tengo —y como el agente William y Francescoli estaban con usted deben ir también— miro a William quien pasa saliva con dificultad. No me gusta en nada esta puta idea, mi vida está en Europa, aquí debía permanecer para vengarme <<¿Qué iba yo hacer rodeada de esos malditos gringos con el puto ego por las nubes y su coeficiente  intelectual por el piso?>>

—Bien superior acatare ordenes— digo finalmente, no puedo dejar la agencia, es mi vida y la única oportunidad que tengo para buscar a ese bastardo que tanto daño me provocó.

—Agente Moretti...  Lo extrañaremos, de lo mejor de usted y por favor no sea tan rebelde, toda la información esta en el jet, cuídese— mirando a él hombre frente a mi asiento, él a pesar de mis desastre siempre confía en mí potencial.

—Y yo a ustedes, dele un buen jefe a mi escuadrón— salgo del lugar y junto a William vamos a por Filipo, tenemos un estúpido viaje que nos arruinará todo.

—Lo lamento hermano— mi mejor amigo se sienta a mi lado, estamos solos —¿Por qué no puedo olvidarlo? ¿Por qué cada vez que cierro los ojos veo a Isabella reclamándome el por que no la salve? ¿Por qué no estuvimos mi padre y yo ahí para ayudarles? Pudimos haber evitado todo, ella estaría aquí con nosotros, aun recuerdo cuando entre a la casa y vi los cuerpos de tus padres, torturados y llenos de sangre, pero no ver a Isabella me lleno de terror, ¿Por qué se la habían llevado? ¿Qué querrían con su cadáver? Ella no merecía esto, yo debí haber estado ahí para protegerla te falle hermano y a tus papas también— sin decir nada abrazo a mi amigo, no fue culpa de él, así se dieron las cosas.

                                      Flashback

Hace 15 años, mi padre, mi madre y mi hermana Isabella, habían viajado a Alemania, para una presentación de arte que haría mi padre, él era el invitado de honor, estaban todos muy emocionados, sin embargo yo había decidido no ir, pues acababa de graduarme y quería pasar el verano con Nikki mi novia en ese entonces, así que nosotros y varios amigos mas nos fuimos a Ibiza, regalo de mi padre sin duda, aun recuerdo ese día, llegamos al hotel y quería llamar a papá, ver como estaba saliendo todo, pero no lo hice, Nikki me persuadió de ir a la playa, yo estaba tan eufórico que acepte, quería estar con ella, hacerla mía en la arena con el ambiente desenfrenado. Al día siguiente me llamó mi hermana, mi peque, estaba muy nerviosa pues había decidido hablar con papá para decirle que no quería seguir con su carrera de cantante por que se había enamorado, había encontrado al hombre de su vida y quería estar con él.

—Vamos peque, si es lo que quieres yo te apoyo, además no podría estar mas feliz, él es un buen hombre, lo se bien  nadie te cuidará y amará como Filipo— trataba de tranquilizarla, su suspiro resuena en la bocina del móvil.

—Vamos hermano, que eso lo sabemos tú y yo, pero papá el no permitirá que su princesa deje todo por el hijo de un mayordomo, además hay algo mas… yo… estoy embarazada— un profundo silencio se hizo entre ambos, no podía procesarlo, mi hermanita, embarazada y dispuesta a todo por su amor —peque ¿Es enserio lo que dices?— no podía creerlo.

—Si Paolo, llevo en mi vientre al hijo de Filipo, el producto del amor que nos tenemos ¿Estas enojado? porque si lo estas entonces que sea con los dos, porque yo me entregue a él amándolo y no como tú que te tiras a una distinta cada semana y…

—Peque, peque, peque— la interrumpo, sabía por dónde venía —oye no estoy enojado es solo que no lo esperaba ¡Mi hermanita pequeña embarazada¡ Te admiro peque, tienes el valor que yo no he tenido en toda mi vida, mira que enfrentarte a papá y con la bomba que le soltaras eres mi heroína— escucho a mi hermana reír nerviosa pero aliviada.

—Gracias, pero no soy una peque ya, así que ¡Deja de llamarme así!— protesta.

—Para mi siempre serás mi peque— pero en ese momento su voz cambia, ahora sonaba sobresaltada —¿Qué pasa peque? ¿Qué? Papá ya te cacho antes de tiempo?— rio burlón.

—Cállate, hay alguien abajo, oigo ruidos y gritos, son… son hombres… están golpeando a papá y a mamá la tienen atada, los veo a través de la ventana…— escuchar eso me aterroriza en el acto —¿Qué? ¿En… en donde esta Filipo y Pietro?

—Fueron a recoger unas pinturas que papá encargo de Italia...— responde ella pero esta vez su voz tiembla.

—Ok tranquila peque, quiero que te escondas y no cuelgues estaré contigo en todo momento, no hagas ruido ok— me sentía impotente, enojado y lleno de terror ¿Qué sucedía? ¿Quién querría hacerle daño a mi familia? Pero poco después escucho a un hombre gritar, había encontrado a Isabella…

—Ahí estas maldita zorra, veremos si el infeliz de tu padre no quiere cooperar ahora—escuche a mi hermana gritar desesperada pidiendo ayuda, pidiendo que la soltaran, después a mi padre, rogando que la dejaran en paz a ella, que no se atrevieran a tocarla pero parecía que les decía lo contrario, ellos la golpeaban, podía oír como se quejaba por los golpes que le daban, yo solo pensaba en ella y su bebe, me lleno de rabia pues no podía hacer nada.

—¡Cállate maldita puta!— suena un golpe, estoy seguro de que fue una bofetada, hace que mi hermana se desmaye, lo sé porque poco después escucho al tipo gritarle que no se atreviera a quedar inconsciente, su papito debía ver como disfrutaba de ella, ella lloraba, esta vez el terror se escuchaba en su llanto, sabía lo que le esperaba mientras. Mi corazón no dejaba de pedir que Pietro y Filipo llegaran pronto. 

—Por favor no me hagas nada…— mi hermana le rogaba que la dejara, casi sin poder hablar, pero el maldito solo se reía.

—Vamos patita ¿Quieres que yo te deje? Acaso no quieres saber lo que un verdadero hombre te posea, no me digas que prefieres al miserable ese... el hijo de tu mayordomo, a él si lo quieres complacer ¿no? El engendro es de el ¿Cierto? ¿Que no lo sabia?, la puta de su princesa esta embarazada o bueno, estaba por que a juzgar por esa sangre, creo que ya no— escuchar a ese maldito hablar solo me llenaba de más dolor, yo estaba lejos, no estaba ahí para ayudarla y eso me dejaba más impotente.

—No por favor, ya déjala ¡Deja a mi hija maldito!— escucho la voz de mi madre rogarle.

—Ah... ya veo tu también quieres ¿Verdad? — le suelta un golpe con gran fuerza, se podía percibir en como se escuchó el impacto —primero verás como disfruto a tu princesa infeliz y luego a tu esposa mientras mis hombres te obligan a ver como las obligo— Seguido a eso solo escuchaba gritos de dolor, terror y desesperación de mi hermanita, estaba siendo maltratada por cada hombre en esa sala, mi padre llorando y siendo golpeado, viendo como lastimaban a su hija y mi madre, mi pobre madre se que ella fue la mas afortunada dentro de esa tortura pues después de un rato ya no la escuche, ella sufría del corazón y es evidente que no pudo con todo eso, lo confirme después cuando el malnacido lo grito burlándose.

Nunca supe que querían o por que lo habían hecho, pero no olvidaré su amenaza, una voz tan asquerosa que jamás olvidaré, cuando terminó de lastimar a mi hermana y mató a mi padre, tomo el teléfono y me hablo, el maldito supo todo el tiempo que le escuchaba

—Apenas iniciamos— eso fue lo último que escuche aquel día.

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