CAPITULO 7 UNA COPA CONMIGO

Las chicas regresaron a la mesa. “Aly que aburrida, ¿Porque no bailas con los chicos que te invitan?”. Le decía Valeria quien seguía bailando al ritmo de la música.

Diana la miro. “Vamos Aly, es noche de diversión, disfruta con nosotras”.

Alba se rio y apunto a Diana. “Tu deberías de tranquilizarte, Mario es tan celoso que lo creo capaz de estar por aquí escondido vigilándote, mientras tú bailas con esos chicos”.

Diana rodo los ojos. “Déjame disfrutar esta noche, que hace tanto que no me divertía”.

Valeria negó con la cabeza. “Alba no seas aguafiestas recordando al susodicho”. Giro para ver la pista y un chico la miraba sonriéndole, era alto y fornido lleno de tatuajes, se mordió el labio y le sonrió coquetamente.

Alba y Diana la miraban riéndose de ella. Valeria era la típica chica que le gustaba salir con muchos, ella siempre decía -Soy un alma libre y merezco disfrutar-.

El chico caminó hacia ellas junto con otro hombre.

“Hola”. Ellos saludaron

Y ellas riéndose contestaron “Hola”.

Valeria miro al chico tatuado y le dijo. “¿Bailamos?”.

El asintió y se fueron juntos a la pista.

Diana miraba Alba mientras el otro chico platicaba con Diana, la invito a bailar y acepto dejando a Alba sola.

Alba movía su trago observando la pista y a sus amigas. Valeria se besaba con el chico tatuado y Diana penosamente disfrutaba conversando al odio con el otro chico.

Alba negó con la cabeza, pero dejo que ellas disfrutaran. Ya estaba un poco mareada necesitaba aire camino hacia los baños y entro lavándose la cara con agua, retoco su maquillaje y salió, caminaba por el pasillo cuando se topó con alguien.

Ella miro a la persona, hizo una mueca y trato de alejarse, pero el hombre la detuvo del brazo.

“Alba, tanto tiempo sin verte”. El hombre era alto y guapo, se le formo una sonrisa al verla.

Ella volvió hacer una mueca. “No el necesario” Ella quería caminar, pero él no la soltaba. “Puedes soltarme”.

El la soltó, pero no se alejó. “¿Podemos hablar?”.

“Que yo recuerde no tenemos que hablar todo quedo dicho aquel día que te encontré con esa mujer”.

El sonrío. “Vamos Alba, esa solo es del montón, sabes que tú eres importante para mí”.

Ella lo observo. “Humberto, escuche que le decías que solo estabas conmigo por el dinero de mi familia, o me vas a negar lo que dijiste”.

El la volvió a tomar de la mano. “Se que me quieres Alba y voy a volver a conquistarte”.

Ella sonrió. “Sabes en verdad ni siquiera me dolió tu engaño, solo me arrepiento de haber perdido tanto tiempo con un hombre como tú”.

“Alba”. El tomo su barbilla tratando de besarla. Pero ella se negaba forcejeando con él. De repente no sintió su peso y miro a otro hombre que lo jalaba hacia atrás golpeándolo en el rostro.

Una mujer se acercó gritando. “Humberto mi amor”. Lo ayudo a levantarse mientras él se tapaba el rostro donde lo habían golpeado.

Cuando estuvo de pie miro a Alba con odio, pero mucho más al hombre que estaba detrás de Alba, sin decir nada salió del lugar junto a la mujer.

Alba suspiro y giro para ver a el hombre que la ayudo. “Gracias”.

Damián observó sus ojos la luz era tenue, pero se podían apreciar sus ojos, eran hermosos. “No hay problema, ¿Estas bien?”.

Ella afirmo y se despidió, pero Damián la detuvo. “Te gustaría tomar una copa conmigo”.

Ella lo examino, era alto y tenía buen cuerpo al parecer hacia ejercicio, era muy guapo llevaba una camisa casual en color azul rey, con sus mangas arremangadas, pantalones negros y zapatos casuales, le sonreía de una forma tan sexy y Alba se perdía en su sonrisa.

“Ok”.

Conversaron durante un rato, la música no dejaba escuchar mucho y ambos se acercaban uno al otro para conversar, cada vez que hacían esto ella disfrutaba su perfume varonil, él miraba su rostro detenidamente.

Sus rostros estaban tan cerca y el lugar estaba obscuro solo se veían las luces neón que se movían aluzando todo el lugar, Damián se acercó y la beso.

Alba siguió el beso, se le producían cosquillas en el estómago, sentía el aliento a menta de él.

Se separaron y sonrieron, Alba ya estaba un poco nerviosa, tenía algunas copas de más y se sentía caliente y agitada.

Las chicas volvieron a la mesa buscándola, ella las observo y le dijo a Damián. “Tengo que irme, me dio gusto conocerte”. Alba se levantó de la mesa VIP y camino hacia las escaleras.

Damián la detuvo. “¿Podemos vernos otro día? sin tanto ruido, dame tu número”.

Ella lo miro y le dicto su número, se despidió y se fue. Las chicas la esperaban, ella les contó lo que paso y voltearon a ver a Damián que estaba en la segunda planta, él solo sonrió y saludo a Alba, las amigas chillaron y Alba trato de que se calmaran.

Salieron del bar minutos después. “Bueno chicas las dejo, ha sido una noche super agradable pero mi chico tatuado me espera”. Se despidió de sus amigas y camino hacia el chico que la esperaba en su moto.

Diana estaba impresionada. “¿No le da miedo irse así con un desconocido?”.

Alba sonrió. “Ya la conoces dice que es un alma libre”.

Ellas pidieron un taxi y se fueron a sus casas.

En la segunda planta, Damián observaba a las chicas ya afuera del bar, no quitaba la mirada de Alba, Benjamín entro abrazando a dos chicas rubias. “Oye amigo, nos vamos, ¿Nos acompañas?”.

Damián miraba a las chicas que acompañaban a Benjamín, una de ellas soltó a Benjamín y se acerco a Damián, era linda y sexy. “Hola, tu amigo quiere seguir la fiesta en otro lado, ¿Te quieres divertir?”.

Damián la tomó de la cintura diciendo. “Vámonos”.

Pasaron algunas semanas y Alba se acostumbraba a su trabajo como presidenta, tenía tiempo trabajando en la empresa, pero solo como aprendiz y conociendo cada departamento y a sus empleados, quería saber las necesidades de la gente que trabajaría para ella y que cosas se tendrían que cambiar para mejorar el rendimiento de la fábrica.

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