CAPITULO 5 NUERA PERFECTA

Sentados todos en la gran sala de la casa, conversaban tranquilamente de noticas del negocio y la sociedad, Mariana se rasco sus ojitos y bostezó. 

“Llevare a esta princesa a la cama”. Damián se levantó y la cargo caminando hacia las escaleras.

“¿Puedo acompañarte?” Brenda se levantó preguntando.

Mariana tembló abrazando más fuerte a su padre con miedo. Damián asintió y ella junto a Camila lo siguieron.

Cuando llegaron a la habitación sonó el teléfono de Damián, era una llamada importante se disculpó, colocando a Mariana en la cama y salió de la habitación.

Brenda se acercó a la niña comportándose amablemente. “Te ayudare a ponerte tu pijama”.

Mariana negó con su cabecita y Camila se acercó. “Yo lo hago, es mi obligación señorita Brenda”.

Subió el tono de su voz amenazando. “¡Dije que lo hare yo!, no escuchas estúpida”.

Camila camino hacia atrás viendo a la pequeña asustada. Le dolía en el alma como esta mujer trataba a la niña, nadie en la casa sospechaba que Brenda no era una buena mujer, solo la señora Alba fue testigo de cómo las trataba y las defendía.

Alba le prohibió volver a acercarse a Mariana y a Camila si no estaba alguien presente, no podía hacer más porque Brenda era muy querida por Margarita su suegra que desgraciadamente no tenían buena relación por las mentiras que Brenda le decía, Camila estimaba mucho a Alba, era una buena mujer y sabía que era inocente.

Damián perdió la llamada y regreso a la habitación, alcanzo a escuchar a Brenda y un pequeño sollozo de su hija, apretó los puños y recordó lo que una vez Alba le dijo –Nunca dejes a Mariana a solas con Brenda- él entro en la habitación y sus ojos se posaron en su hija.

Brenda se recompuso, le regalo una sonrisa a Damián y le dijo. “Tiene un poco de miedo de dormir por la noche, le dije que le contare un cuento y dormirá tranquila, ¿Verdad Cariño?”. Brenda miraba a Mariana y ella asintió con miedo.

Damián volteo con Camila y ella solo bajo su mirada también asustada y preocupada.

“Es tarde, déjame llevarte a tu casa, Camila le contara un cuento”.

Brenda asintió y le dio un beso a la niña, Mariana se estremeció de nuevo, salieron de la habitación y Camila cerró la puerta. La pequeña corrió a los brazos de su nana sollozando bajito. “Camila ¿Dónde está mamá Aly? ¿Ya no me quiere? ¿Porque se fue?”.

“Mi niña ya no llores por favor, ella tuvo que irse, algún día regresará y estará con nosotras”. Camila la arrullo hasta que se quedó dormida.

Damián llevo a Brenda a su casa, era un departamento de lujo que la familia Alcántara les prestó a ella y a su madre Martina Rodríguez para vivir.

La madre de Damián la señora Margarita y Martina  madre de Brenda, eran amigas desde la adolescencia, Margarita estimaba mucho a Martina, cuando quedo embarazada de Brenda y el novio la abandono, Margarita la apoyo apadrinando a Brenda todos estos años, siempre deseo tener una hija, pero solo pudo dar a luz a dos varones, Damián y Álvaro.

Llegaron a la puerta del edifico. “Gracias Damián, sigues siendo todo un caballero”. Beso la mejilla de Damián, pero el solo hizo una mueca.

Brenda lo vio, pero aguanto el enfado. “Iré a verte mañana a la oficina para almorzar”.

Él contestó serio. “No es necesario, debes acompañar a Martina ahora que mi madre no está”.

Ella asintió no muy convencida. “Solo quiero hacerte compañía, tu sabes lo importante que eres para mí...”

El frunció el ceño. “Ya hemos hablado de esto, yo te veo como mi hermana y siempre será así”.

Brenda lo observo. “Lo sé, pero me gustaría que con el tiempo puedas verme de otra manera”.

El ya no le contestó, esta charla ya la habían tenido antes en varias ocasiones.

Brenda observo como el carro se aleja, entró al departamento y su madre la esperaba.

“¿Niña dónde estabas? La señora Ruiz me habló sobre su sobrino, acaba de llegar del extranjero y busca una esposa”.

Brenda molesta se dejo caer en el sillón. “Martina, ya no busques, voy a conquistar a Damián ahora que la odiosa de Alba no está”.

Martina negaba. “Eres tan terca, ese hombre nunca te ha visto como mujer”.

Ella le gritó enojada. “Cállate Martina, maldita sea, hare que Damián se arrodille ante mí, ya lo veras”. Se levantó y entró a su cuarto azotando la puerta.

Martina negaba tristemente. Brenda había crecido junto a ella y Margarita, pero su amiga siempre la consintió mucho al grado de que ya ni siquiera la respetaba, se avergonzaba de tenerla como madre, solo fingía quererla en público.

Brenda creía que pertenecía a la alta sociedad, era soberbia y malvada, pero fingía ser buena con la familia Alcántara en especial con Margarita la difunta.

Ya en su habitación maldecía a su madre tirando las cosas de la habitación también estaba molesta por que Damián no la queria cerca.

Tantas veces trató de  conquistarlo, se metió en su cama desnuda y él la rechazo, Brenda alejaba de distintas formas a las mujeres con las que Damián salía.

Hasta que Damián conoció a su primera esposa, con ella le fue imposible separarlos, cuando se entero de que se casarían, estaba muy molesta, los dejo ser felices durante un año.

Mariana quedo embarazada y Brenda no podía permitir que ella llevara un hijo de Damián, creía que solo ella era digna, por todo el amor que le tenía, después de que naciera la pequeña Mariana que fue nombrada como su madre, Brenda arreglo los frenos de la mujer, causando el accidente donde murió, dejando a la pequeña Mariana de meses de nacida.

Brenda era una mujer fría y calculadora, soberbia, pero todo esto también fue culpa de la señora Margarita, quien le decía constantemente que desearía que ella fuera la esposa de Damián, que ella era la nuera perfecta, Brenda creció con esa idea desde que tiene memoria.

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