2: Nadie lo recuerda

Aquel fin de semana, temprano en la mañana, Amy, Olivia, Lucas y Steven, éste último no asistió en toda la semana a la escuela debido a que estuvo trabajando con su tío Marshall en la refacción de una antigua casa que había adquirido hacía poco; el señor Marshall era historiador e investigaba antiguas casas, así como objetos históricos, los cuales tras restaurarlos apropiadamente los vendía, con el fin de que la restauración no destruyera la historia de la casa o del objeto, él mismo se encargaba de ello.

Todos estaban reunidos y aguardaban al tío de Steven, deseaban saber qué verdad les tenía que compartir, pues hasta ese momento solamente les develó que estaba ligado fuertemente a ellos cuatro y al difunto Tyler, mientras aguardaban la llegada de éste, Lucas comenzó a manifestar su impaciencia explicando que aún debía terminar su informe sobre la fundación de Crowswood y además agregó que no le importaba lo que fuera que el señor Marshall tuviera que decir solamente estaba allí para acompañar a su hermana, y hubiera continuado protestando pero fue interrumpido al ingresar en la habitación el señor Marshall, quien con una mirada sumamente seria impuso silencio, alegando que el destino de los cuatro estaba entrelazado.

—¿A qué te refieres? —intercedió Steven— Podrías ser más claro.

—Michael J. Richard, el nombre que fue escrito una y otra vez por Tyler —continuó Marshall— era el nombre de un predicador antiguo quien pereció hace más de cien años, pero no era un hombre común, mucho menos un religioso, no en el sentido tradicional. Richard era un líder sectario, que según se sospechaba trataba de llevar a los habitantes de Crowswood hacia una nueva fe, adorando a un ser cuya forma solamente podría ser concebida por la mente de un lunático, pero eso no quiere decir que todo se tratara de un delirio, es difícil decir esto, pero el predicador Richard tan solo era una especie de intermediario, si es que puedo llamarlo así. Verán...

Antes que pudiera decir una palabra más, el señor Marshall se tomó la cabeza con ambas manos, era notorio que estaba sufriendo una terrible jaqueca, los chicos intentaron asistirlo, pero Marshall solo podía ver como ellos movían sus labios, no oía nada a excepción de un terrible zumbido persistente que lo aquejaba, generando en él un dolor de cabeza insoportable.

Los chicos llamaron a emergencias y Marshall tuvo que ser internado, el diagnóstico era estrés y permaneció en revisión durante dos días, la señora Harris, una antigua amiga de los Marshall y la encargada de la limpieza en la residencia, pidió a los chicos que fueran a sus hogares asegurando que ella los mantendría informados. 

Ellos no fueron a casa de sus padres sino en cambio se reunieron en el hogar de Steven, fue entonces que Amy decidió confesar su experiencia en su residencia tras lo cual Olivia, dudosa e insegura, les hablaría sobre las pesadillas que la perseguían, el problema de ésta radicaba en que jamás recordaba sus sueños, pero siempre despertaba de la misma manera, es decir, gritando tras lo cual en ella permanecía una sensación de angustia y desolación, esta era la primera vez que confesaban estar siendo víctimas de algo extraño, Lucas se puso en pie completamente fastidiado alegando que no quería hablar de ello así que se marchó. Steven solo observaba, pero a pesar de no haber experimentado nada similar a lo acontecido por Amy u Olivia, tampoco estaba completamente cerrado a oír como lo hizo Lucas.

En el hospital, La señora Harris permanecía junto a la cama del señor Marshall, quien yacía dormido debido a los calmantes que le fueron suministrados, pero fue entonces cuando ella pudo percibir un sonido proveniente desde los labios del señor Marshall, este era un leve susurro: ¡Irensten!

Lucas se encontraba en la biblioteca, finalmente concluyó el informe, estaba agotado y ya no podía continuar leyendo así que cerró su libro disponiéndose a partir, pero tras ponerse en pie notaría algo extraño, no había nadie allí, comenzó a caminar lentamente por los pasillos de la biblioteca, pero mientras más caminaba más notaba la ausencia de gente, asustado decidió irse, para ello debía recoger su mochila y su informe así que regresó en su búsqueda, pero fue en vano caminaba en círculos ya que siempre regresaba al mismo sector de la biblioteca, su desesperación iba en aumento, intentaba mantener la calma, inspiró hondo y relajó su mente tras lo cual oyó unos pasos alejándose detrás de él, volteó y pudo ver una mujer de espaldas cubierta desde los hombros hasta los pies por una especie de vestido antiguo similar a un camisón del siglo XIX, además los cabellos de ésta estaban sueltos en total esplendor dejando apreciar una larga y hermosa cabellera rubia, lo cual impedía apreciar su rostro, aun así tenía la capacidad de enamorar, Lucas sintió su corazón acelerado y su miedo fue disipado por un misterioso sentimiento que nublaba su razón y su lógica, no podía ni deseaba pensar, tan solo comenzó a caminar detrás de esa extraña dama, él no pudo notar lo que estaba haciendo y había olvidado por completo la ausencia de personas, que hasta hacía minutos lo hubo preocupado tanto, la extraña dama detuvo su caminar y ejecutó un leve pero perceptible movimiento con su cabello invitando a Lucas a acercarse a ella, Lucas detuvo su paso detrás de la misma extendiendo su mano e intentando tocar el hombro de la dama, estaba ansioso por conocer su rostro, pero cuando solo restaban centímetros para alcanzarla Lucas despertó, comprendiendo que se había quedado dormido debido al cansancio generado por la elaboración del informe, sin embargo no lograba comprender por qué había soñado con una situación tan peculiar, no dio más vueltas al asunto y decidió tomar sus cosas e irse.

Steven había terminado de ducharse así que revisó su email, todo iba normal cuando recibió un nuevo correo, el mismo no pertenecía a ninguno de sus contactos, pensando que era una promoción solamente lo borró para continuar revisando sus demás correos, tras unos minutos recibió un nuevo email, parecía ser el mismo que había desechado minutos atrás, así que lo borró de nuevo sin leerlo, pero automáticamente recibió el mismo correo así que esta vez lo abrió, no tenía asunto y al parecer no contaba con una dirección de email desde donde fuere enviado, en cuanto a su contenido tan solo era un archivo, descargó el mismo y tras asegurarse que no poseía ningún virus lo terminó abriendo, dentro solamente había una línea centrada, dictando: Irensten. Al volver a ingresar en su casilla descubrió, para su sorpresa, que el email había desaparecido como si jamás hubiera recibido nada, únicamente quedaba el archivo para comprobar su existencia.

Steven enseñó el archivo a Olivia y Amy en el bar donde solían encontrarse luego de la escuela, ambas no sabían qué significado poseía esa palabra, tampoco estaban seguros si se trataba de una palabra o de un anagrama, Amy tomó nota de la misma comprometiéndose a investigar, luego de ello y aprovechando la situación preguntó sobre el estado de salud del señor Marshall, pero antes que Steven abriera la boca, Olivia les contó que su madre fue a visitarlo. En ese momento Lucas ingresó al bar, estaba asustado, tomó asiento con ellos, tenía algo que comunicarles, contándoles que tras despertar en la biblioteca, omitió el sueño que tuvo, él decidió marchar a su casa, pero en el camino pensó revisar su informe y en la última página encontró una palabra, que supuso haber escrito mientras dormía, así que sacó su informe enseñándoles, la palabra era Irensten, por alguna razón él sintió temor al leer la misma por ello decidió buscarlos, Amy, Steven y Olivia permanecieron en silencio, pues tan solo pudieron intercambiar miradas.

Tess estaba corriendo en el parque, realizaba su rutina de ejercicio diario, cuando tomó un respiro apoyando sus manos sobre sus rodillas, en cuanto elevó la mirada, frente de ella se hallaba una niña vestida de manera elegante, con cabellos negros y largos los cuales permitían apreciar con facilidad sus ojos color verde esmeralda, Tess estaba asombrada pues no recordaba haber visto a esa niña antes de bajar su mirada para descansar, la niña se adelantó a la pregunta que Tess estaba por hacer.

—Hola, mi nombre es Alex ¿Y tú cómo te llamas?

Tess se presentó, tras lo cual preguntó si estaba sola, Alex contestó que en realidad su hermano mayor estaba con ella, ambos habían estado caminando por el parque, pero ella se perdió, Tess comenzó a mirar alrededor decidiendo acompañar a Alex en busca de su hermano. 

Tras caminar unos minutos un chico se acercó a Tess abrazando a Alex y tras aclarar la situación se hubo de presentar, su nombre era Troy Sullivan y le dio las gracias por haber encontrado a su pequeña hermana, explicando que acababan de mudarse al pueblo y mientras sus padres continuaban desempacando ellos decidieron caminar, Tess sintió cierta atracción por el joven ofreciendo su ayuda para enseñarles el pueblo si lo deseaban, Alex insistió a su hermano para que aceptara la oferta y así lo hicieron.

Al llegar el día lunes, el señor Marshall fue dado de alta pero debería continuar en revisión ambulatoria, ya que el extraño dolor de cabeza había provocado en él amnesia temporal, recordaba quién era, recordaba su pasado y su profesión, pero el problema se hallaba en no poder recordar de qué estaba hablando el día en que sucedió su jaqueca, todo esto empeoraba cuando trataba de hacer memoria ya que entonces su dolor comenzaba de nuevo, el doctor comunicó esto a la señora Harris y a Chloe Anderson quienes aguardaban por él, a su vez les recomendó no forzar su mente y dejar que lentamente los recuerdos volvieran solos, ya que de lo contrario aumentaría su estrés, ambas acordaron avisar sobre ello a Steven y a los conocidos de Ian Marshall.

Lucas había entregado su informe con el profesor Kemp quien lo felicitó por completar el trabajo, y terminó agregando que esa misma noche lo evaluaría.

Durante el receso Steven se cruzó con Tess quien le perdió un favor, en cuanto se encontrase con Olivia le avisara que necesitaba hablar con ella y que la llamara, Steven se comprometió a hacerlo y continuó su camino, él estaba buscando la oficina del subdirector, ya que había sido castigado debido a su ausencia en toda la semana anterior a clases sin avisar a sus profesores.

Mientras Steven esperaba fuera de la oficina del subdirector, comenzó a pensar en Miranda, deseaba tanto saber qué fue de ella o si logró hallar el camino al sitio donde debía estar, sus pensamientos fueron interrumpidos por el aviso de la secretaria del subdirector quien le informó que podía pasar; el subdirector Richard Cameron era un hombre estricto en especial con los alumnos a quienes consideraba problemáticos, y su carácter no había mejorado sino que con las nuevas obligaciones que lo atendían como director interino lo llevaron a convertirse en un hombre con quien ningún alumno deseaba tratar, el punto que más reforzó en su forma de manejar la escuela era su política de cero tolerancia, lo que dejaba en muy mala situación a Steven quien tuvo que escuchar los desplantes del subdirector debido a su inasistencia sin justificación, sin embargo en vista que esta era su primera falta, y al menos por el momento estaba cumpliendo a la perfección con sus tareas escolares, solo debería tener como castigo una hora al día durante los siguientes días de aquella semana, debiendo colaborar con la preparación del baile escolar, Steven, no queriendo más problemas de los que ya tenía, aceptó sin agregar nada al asunto. Tras salir de la oficina chocó con un chico, ambos se disculparon y se presentaron mientras levantaban los papeles que llevaba el desconocido, el chico resultó ser Troy Sullivan quien debía ir a la oficina del subdirector a presentar unos documentos que sus padres no habían podido llevar para su inscripción, Steven le deseó suerte y se marchó pues debía llegar a la clase de química.

Esa noche en la residencia Anderson, Olivia, Lucas y su madre Chloe estaban cenando, como era costumbre no charlaban sobre cómo estuvo su día y no emitían palabra alguna, quizás la familia continuaba unida pero su relación resultaba distante, más aún desde que los hermanos comenzaron a notar el interés creciente en su madre por Ian Marshall, aunque ella negaba tal interés alegando que solo eran amigos, lo cual no convencía a los hermanos; tras acabar la cena, Lucas ayudó a lavar los platos mientras su madre los secaba, en cuanto a Olivia ella fue directo a su habitación, donde permaneció sentada sobre su cama, tomó la fotografía que poseía en su mesita, en esta se hallaban ella, su hermano, su madre y su padre, Olivia no pudo contener la angustia, las lágrimas comenzaron a caer mientras rememoraba ese día, día en el que eran felices en el que todo era distinto y en el cual ella jamás supo sobre la malicia que la rodeaba, luego comenzó a pensar en Tyler en ese joven en quien confió tanto, en quien descargó sus miedos, quien la abrazó y la besó compartiendo su amor pensando que era el hombre perfecto, pero le sobrevino el odio al pensar que fue una tonta al confiar en Tyler sin dudar ni un segundo de éste, en ese momento alguien tocó a su puerta, ella secó rápidamente sus lágrimas y colocó la fotografía en su lugar antes de permitir el paso, era su hermano quien al ingresar en la habitación supo lo que sucedía, tomó asiento al lado de su hermana abrazándola sin decir nada, ya que no importaba cuanto pensara no lograría encontrar palabras de consuelo que pudieran acabar con esa sensación de soledad y vacío, ya que él también sentía eso, lo había sentido tantas veces, pero jamás dijo nada siempre callaba todo aquello que sentía aislando sus sentimientos, incluso de sus amigos, de su madre y de su hermana, así que solamente decidió permanecer allí sin decir nada, tan solo abrazando a su hermana.

En el bar se hallaba Steven sentado a una mesa, sin compañía, bebía un café mientras leía un libro antiguo, que había encontrado escondido en una pared a medio derruir de la casa adquirida por su tío, hasta ese momento no había tenido el tiempo necesario para leerlo con calma, en una exploración simple notó que estaba escrito a mano y poseía varios bocetos de Crowswood, sus calles sus casas y sus negocios, pero nada coincidía con el pueblo tal como era en la actualidad, continuaba observando muy superficialmente para al fin cerrar el libro y dejarlo sobre la mesa mientras bebía un poco de café, comenzó a pensar si había sido un error permanecer en Crowswood, si debía de marcharse como en tantas ocasiones lo había pensado, no estaba seguro y no quería continuar debatiendo consigo mismo así que tomó el libro nuevamente, pero por accidente este cayó al suelo permaneciendo abierto en una página que previamente había escapado a su vista, levantó el mismo procurando mantenerlo así, lo apoyó sobre la mesa, leyendo el título de la página: 

Mi juramento a Irensten

Mi viaje por los misterios de Irensten ha comenzado, aún recuerdo todo lo que perdí, aún recuerdo lo que una vez fui y permanezco fuera de mí pensando en lo que sentí.

Steven no lograba comprender qué significado poseían estos escritos, pero estaba seguro que tras leer la palabra Irensten no dejaría de leer, así que cambió a la siguiente página leyendo.

Recuerdo que caminaba en una especie de recámara, por primera vez pude sentir nervios, me sentía tan asustada, no estaba segura de qué sucedería, dudaba de qué hacer. Pero entonces sentí esa sensación inequívoca de mantener la firmeza, esa sensación de haber hallado aquello que siempre había querido, fue entonces que la sensación de estar perdida se había desvanecido y el sentimiento de estar en casa pronto sustituyó todas mis dudas y miedos. Entonces tuve que deshacerme de las mentiras que han sido alimentadas en mí durante toda mi vida y dispuesta a cambiar mi visión de la realidad, para ver las cosas como son y no como la limitada mente humana cree que son. Tuve que despojarme de las creencias que una vez tuve. Tuve que aprender a confiar en mí misma, y estar dispuesta a cambiar los malos hábitos y cambiar mi manera de vivir. Tuve que estar dispuesta a crecer.

Tuve que vaciar mi copa para que sea llenada.

Empecé a ver por mi misma la verdad mientras miraba a la gente caminar, mientras los escuchaba realizar excusas por sus errores, caminando alrededor de ellos viendo como miserablemente exigían al universo lo que les debe, pero sin tratar de cambiar o mejorar sus vidas. Ellos están condenados desde el principio ya que nunca verán aquello que está más allá de su vista.

Empecé a ver lo único que verdaderamente somos.

Una a una comenzaron a romperse las cadenas emocionales que me mantuvieron prisionera, pude ver a través de las mentiras: que yo soy mis acciones y mis fracasos, que soy lo que hago, y comencé a ver lo que realmente soy, lo que siempre fui y lo que siempre seré.

Luego de esto el libro permitía ver unas cuantas páginas que fueron arrancadas, tras las cuales el resto continuaba describiendo la ciudad y mencionaba la existencia de un pueblo de nombre Goldwood, al final del libro, este estaba firmado por una tal Elizabeth Brown.

Steven cerró el libro pensando en esas palabras tan extrañas, no sabía de qué se trataba, pero si tenía algo que ver con aquello que su tío Marshall trató de compartir, entonces tendría que averiguarlo.

Mientras Steven permanecía perdido en sus pensamientos pudo oír una voz llamándolo por su nombre, al voltear la mirada divisó a Troy quien con un café en mano preguntó si podía acompañarlo a lo que Steven accedió amablemente, ya que en verdad necesitaba despejar su mente luego de haber leído aquellas palabras, Troy le preguntó si hacía mucho que vivía allí, Steven contestó que había llegado cuando tenía diez años, tras el fallecimiento de su padre, su único pariente con vida se hizo cargo de él, siendo su tío paterno Ian Marshall. A sabiendas que lo declarado podría ser un punto final en una conversación Steven preguntó a Troy por su arribamiento a Crowswood, y éste compartió el motivo de la mudanza mismo que estaba vinculado a la falta de empleo y la decadencia económica del pueblo donde vivían, la suerte les proporcionó un nuevo empleo a sus padres en Crowswood y por bien mayor deberían ir allí llevando con ellos a su hermana menor quien pasaría a estudiar en un colegio religioso debiendo vivir en él, solo los fines de semana la verían. Luego de ello Troy pidió disculpas a Steven ya que no deseaba importunar con su historia personal, a lo cual Steven respondió aclarando que no debía preocuparse puesto no le molestaba escuchar y de hecho le agradaba tener alguien con quien charlar esa noche, luego preguntó a Troy qué pensaba acerca del pueblo, éste no tenía mucho que decir ya que en efecto era la primera vez que pisaba dicho lugar, pero debía admitir que había oído algunas historias acerca de Crowswood las mismas hablaban de fantasmas, desapariciones en casas abandonadas y criaturas que solo podían ser vistas por la noche, pero agregaría que después de todo, todos los pueblos y ciudades tenían sus leyendas urbanas, Steven solo asintió sin agregar nada a la charla. Troy no pudo evitar notar el libro que poseía Steven preguntando de qué trataba ya que le fascinaba la literatura fantástica, Steven guardó el mismo alegando que era un libro de arquitectura que le regaló su tío.

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