Un Ángel Corrompido

Fecha: 26 de setiembre de 2019

Lugar: Casa Howard

Nicolle

Terminó la cena y Emma fue la primera que se retiró dando pequeños saltos, ella también iba descalza. Jason se ofreció a mostrarme el camino hacia mi cuarto y ahora nos encontrábamos caminando en los pasillos, yo detrás de él.

-Me gustaría que te comportaras para que puedas moverte con libertad por la casa.-, dijo él, pero me parecía absurdo... no planeaba quedarme.

-Mhm, que edad tiene Sof...Emma?

-Tiene 20, Alec 23 y yo 27. Se que lo del engaño no fue de tu agrado, pero créeme, todo tiene un por que.

-La verdad es que no, echaron a perder mi carrera.

-Y tú a mis hombres.

Mire a mi alrededor, estábamos solos por primera vez. Era momento de atacar por lo que seguí distrayéndolo, -no me arrepiento... mataría a cada ser humano que haga algo horrible.

Se detuvo, por instinto saque mi arma de mi escote y lo lleve rápidamente a ese cuello tentador. Cuando estuve a unos centímetros, dio un paso largo a la derecha y mi ataque siguió de largo haciéndome estallar con el suelo y volando mi filoso pincho. Ya estaba cansada y ridiculizada, me encontraba en cuatro en el suelo con mi única arma a un metro y ya dudaba si podría salir viva de acá.

Me levanté y su mirada me observaba, -¿Qué quieres? ¿Por qué no me matas de una vez? ¿Por qué como con tu familia?-, dije, pero no me contesto. Ahora dándole empujones en su pecho le gritaba, -déjame en paz, no es mi culpa, solo hago mi maldito trabajo... ¿QUÉ QUIERES DE Mí?

Me sujeto de las muñecas frenando mis ataques, -Nicolle, no te voy a matar si no es necesario. Eras un problema allá afuera, aquí solo estorbas, pero no me perjudicas. Emma necesita compañía, es la única chica de la casa y nuestros padres viajan frecuentemente, solo por eso no te maté... porque ella no me lo permitió-.

Mirándolo a los ojos, fuerte por fuera, pero destrozada por dentro... me había molestado lo que dijo, en mi vida había tenido todo lo que quería y siempre recibía cumplidos, por primera vez me sentí insignificante y sentía vacío en mi interior.

Se separó unos entimetros de mí y dictaminó, -ahora apártate y no vuelvas a intentar otra estupidez.

Lo seguí hasta el cuarto, cuando entré ni se despidió y cerro la puerta. Otra vez, estaba sola, pero con la diferencia de qué ahora quería estarlo. Me tiré a la cama y abrazada de una almohada en silencio, empecé a llorar. En resumen, era la mascota nueva de Emma.

***

Eran al rededor de las dos de la mañana cuando en la puerta escuche golpes bajos. Me levanté y abrí, la farsante con una sonrisa estaba parada ahí. -¿Qué carajos quieres?-, pregunté.

-Nicolle, solo quiero hablar. ¿Puedo pasar?-, dijo con una voz inocente que ya me empezaba a  fastidiar.

-¿A esta hora? ¿No te parece una falta de respeto?

-Por favor.

Me aparté de la puerta y ella ingresó. Seguía media dormida por lo que, aunque quisiera matarla, no podría en este estado. Me senté a su lado en mi cama. Ella me observo y luego hablo, -sé que no te caigo bien.

Le confirmé para qué no hubiese dudas, -No.

Bajo la mirada y prosiguió, -la víctima de tu último caso me... Ha hecho algo horrible,- su voz se le rompió por un momento, pero luego continuó, -mi hermano solo se vengó. Creo que cualquiera lo hubiera hecho, mis hermanos son muy protectores cuando aman a alguien... A veces dudas de si es algo bueno, o malo que un Howard te ame. Pero tuve que investigarte para ayudar a Jason y eres una persona admirable Nicolle...

-Gracias, creo...- aunque desconfiaba seguí hablando, -Tus hermanos te adoran.

-Su adoración puede llegar a matarte, ten cuidado.- Nos quedamos en silencio, su mirada por primera vez dejaba transmitir ese cansancio ajeno de ella, -te dejaré seguir durmiendo, adiós.

Como me quede en el mismo lugar pensando, ella se abrió y cerro la puerta. Yo estaba demasiado cansada para entender, pero tenía que averiguar más. Me puse una bata blanca que había colgado y salí hacia el pasillo. Estaba todo oscuro y en silencio, gracias a los ventanales y la luz de la noche pude acabar en una especie de balcón amplio.

Salí por un poco de aire, la noche estaba refrescante, me sentía relajada saliendo de esa casa, era todo muy abrumador ahí dentro. La noche estaba estrellada y la luna completa y bella, admirable. Estábamos rodeados de campo, aunque no lo quisiera admitir era hermoso.

-¿Qué haces?

Carajo, un segundo solo de paz y aparecen...

Me di media vuelta y me encontré con Alec en solamente pantalones holgados y con un cigarro en la mano, -Tomo aire si es que se me permite- le contesté.

Se acercó hasta quedar a mi lado y observo el cielo, -es lo único bueno que se puede hacer aquí.

Aunque era al que menos quería preguntarle sobre esto, no tenía opción -¿Te molesta si te pregunto algo?

-Hay cosas que no te puedo decir, pero dispara.

Respire profundo antes de hacerlo, sentí su mirada en mí, -¿Qué fue lo que le hizo el fallecido de mi caso a Emma?

Había tocado un punto sensible y corrió la mirada hacia el horizonte, pensando, -Emma es... la única chispa de paz y tranquilidad aquí, pero cuando me enteré... de que ese animal, ese hijo de puta... La corrompió, la hizo m****a-.

Seguía con sueño y lenta, pero podía entender la gravedad de la situación y aunque quisiera que confirmara la acción que le hicieron a Emma, no quería detalles. Ya con lo que sabía me sentía mal por haber tratado a Emma de esa forma, sentía mucha tristeza y continuó, -Pero lo hecho, hecho esta... Ahora miro a mi hermosa niña y solo pienso en como la debió de tocar y lastimar mientras ella gritaba por mí... o por Jason.

Tanto su voz masculina cortada y ahogada, como sus ojos llorosos exponiendo su estado. Yo soy madura y fría, pero cuando mis actitudes tienen que ver con mis sentimientos, actuó por puro impulso. Levanté mis manos a su rostro lentamente para que le diera el tiempo de rechazar mi afecto, una vez que toque sus mejillas suaves y planas me dedique a mirarlo, -no fue tu culpa, el culpable ya no esta...- sus ojos encontraron los míos y eran hermosos. Me sentía hechizada por ese gris tan misterioso y frío de su iris. No iba a resistir en esta posición por lo que lo abracé evitando su mirada y el acepto el abrazo.

Se separó unos segundos después y siguió minando al horizonte, -Yo maté a Joaquín y Jason se encargó de la escena. No somos los buenos, si quieres odiarnos hazlo... pero Emma, Emma es un ángel.

Había sido una completa idiota toda la cena, -Lo sé, no la trataré de la misma forma que hoy.

Silencio. Mirábamos al cielo a unos centímetros de separación hasta que se acabó su cigarrillo y el resto lo tiro.

-Buenas noches- y se volteó y se fue, sentí vacío cuando se fue y esa sensacion aumentó con el fresco aire de la noche. 

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