Capítulo 6

El profesor me sonreía de manera especial hoy, eso me removía un sin fin de emociones por dentro, porque sabía que yo no era buena para él, y no sabía lo que podía resultar de tener algo con él, después del desayuno me ofrecí a lavar los platos y utensilios, él se ofreció a secarlos, en esos momentos ambos nos dedicamos miradas además de alguna que otra sonrisa.

-Gracias por el desayuno. - le sonreí

-Es lo menos que puedo hacer por mí ángel de la guarda. - me devolvió la sonrisa de una manera más amplia.

- ¿Su ángel de la guarda? - inquirí un tanto dudosa mientras arqueaba una de mis cejas.

-Si Angelique, mi ángel de la guarda, porque eso fuiste para mí, me salvaste de ser golpeado de una manera brutal sin importarte que los tipos hubieran estado ebrios, te pudieron haber hecho daño, mucho más del que me abrían hecho a mí y de formas inimaginables. - cuando dijo eso apretó los puños y tenso los labios, su mirada fue gélida al igual que en el tono en el que se refirió a los hombres sobre hacerme daño. -  me has traído sano y salvo a casa, cuidaste de mi toda la noche puede haberme ahogado con mi propio vomito, pero estuviste tan al pendiente de mí, creo que ni siquiera has dormido por velar mi sueño, fuiste mi ángel de la guarda, por ello estaré en deuda contigo.

-Me alegro de haberte salvado a ti y a M........

Las palabras salieron solas de mi boca

-Angy ¿y a quien más? dímelo Angelique. - su voz sonó más ronca de lo habitual.

- Melody, fuimos juntas, habíamos planeado nuestra noche de chicas perfecta pero en un abrir y cerrar de ojos desapareció de mi vista, de inmediato me alarme  recorrí cada espacio del lugar buscando a Melody o algún rastro de ella, pero no la encontré , era como si se la hubiera tragado la tierra, salí al callejón a buscarla y te encontré allí,  tirado después de ponerte a salvo fui a buscarla, hasta que escuche unos leves gritos que decían que no, saque el celular y comencé a grabar todo lo que sucedía, al abrir la puerta estaba Melody encima del lavamanos con un tipo entre las piernas tocándola e intentando arrancarle el vestido, no quería dejarla el tipo estaba tan aferrado a poseerla como fuera, sabía que tenía que verme firme así que lo amenace, el al final cedió y se largó del lugar, ayude a Melody a bajar de allí me dijo que él le dio a beber algo y que estaba mareada, conseguí quien pudiera subirlos a ambos al auto, llegue a mi casa, la recosté en mi cama después de asegurarme de que estuviera bien, salí de casa y lo traje a la suya, no podía meterte a mi casa porque Melody se habría dado cuenta y pensaría cosas como las que tu imaginabas

-Pobre Melody imagino lo mal que la paso, pero menos mal llegaste a tiempo antes de que ese hombre la marcará de por vida ¿y su madre no dirá nada?

-No, llame a su casa anoche hable con su madre para dejarla más tranquila, todo esto mientras esperaba en el estacionamiento, la verdad es que no me gusta conducir de noche me pone nerviosa además de algo paranoica, pero anoche con todo lo que ocurrió y con lo que tenía en mente no me importo, usted estaba demasiado ebrio e inconsciente, Melody bajo los efectos de alguna sustancia además de los tragos que había obtenido de obsequio, era un emergencia sacarlos de allí y un taxi hubiera sido complicado además del espacio reducido.

-Fantasmas del pasado me atormentaron. - Su expresión se transformo por completo, paso de tener una sonrisa pintada en el rostro a tener una mirada sombría al tiempo que su cuerpo y mandíbula se tensaban, al tiempo que mencionaba aquello su voz fue completamente severa esta vez.

-No debería de dejar que lo atormenten, al final es pasado, y jamás tendrán el mismo efecto a la primera vez que no hirieron, depende nosotros permitir que nos sigan dañando o pasar de largo. – mi tono de voz en esta ocasión fue dulce.

Su vista se encontraba perdida en algún punto de la cocina, sus manos extendidas sobre la encimera, junto a su entrecejo fruncido, sin medir mis actos, en un impulso coloque mi mano sobre la suya propinándole un leve apretón de mano, podía sentir como los latidos de mi corazón aumentaban su ritmo, una tonta sonrisa se formo en mi rostro, el salió del trance en el que se encontraba para mirarme justo a los ojos, sus labios entre abiertos, se acercó un poco más a mí, mi respiración cambio su ritmo a uno más acelerado, casi podía percibir sus labios sobre los míos, sonó una especie de alarma ocasionando que nos separáramos de manera abrupta rompiendo el hechizo bajo el que nos encontrábamos.

Ambos ignoramos lo sucedido hacia apenas unos segundos, fue como si no hubiese ocurrido absolutamente nada.

-Vamos, llevare a casa, supongo que desearas cambiarte de ropa y descansar. – tomo aun mas distancia de mi cuerpo, comenzó a andar unos cuantos pasos más lejos de mí.

En verdad me sentía como una estúpida y me recriminaba mentalmente por hacerme ideas que no eran, no quería resultar herida por el ni por ninguna otra persona.

-Si por favor, necesito despejarme además de saber como se encuentra Melody, supongo que habrá despertado ya y se asustará un poco al no verme en casa. – dije mientras alzaba los hombros dejando ver que era mi prioridad por el momento.

-Entonces sígueme, llegaremos lo más rápido posible. –  menciono al tiempo que comenzó a desplazarse por los pasillos. Lo seguí, pude ver cuando cogió las llaves que deje en la entrada, tome mi bolso, no creo que pudiera llevarme mis zapatillas en el estado en el que se encontraban, salí dando de pequeños saltitos de puntillas por el suelo había comenzado a calentarse debido al sol, me sentía como en uno de esos videos donde personas caminan descalzas sobre brasas ardiente, el me abrió la puerta extendiéndome una mano invitándome a ingresar, cerró la puerta como todo un caballero, observe como rodeaba el auto para colocarse como piloto, al poco tiempo de encenderlo puso en marcha el coche.

Parte del trayecto se veía muy inmerso en su mente, logre ver como cambiaba su expresión de una a otra como si se disputara sobre algo, después de unos instantes más el giro su rostro hacia mí, me observo fijamente un poco más, me sentía aún más confundida por su actitud, pero entonces soltó su pregunta y comprendí el por que su cambio de expresiones.

- ¿Y dime Angelique tienes novio?

-No profesor, no tengo novio ¿y usted? – en verdad que deseaba saber y este era el momento preciso para desilusionarme por completo o sentirme aun mas tentada, era todo un debate interno y eso que este era mi segundo día de conocerlo, anhelaba de sobre manera que todo esto fuera “ la emoción del momento” esperando así despertar un día y ya no sentir absolutamente nada por él, porque de otro modo me encontraría completamente perdida, me faltaba todo un año escolar, y sabia que si estos sensaciones no pasaban, seria un completo tormento para mi existencia.

-Sin novia, sin esposa. – No sabia si acaso mi imaginación y deseo me estaban jugando una mala jugada o el en verdad fue un tanto coqueto algo decir aquello, mas que nada como insinuación, sus ojos desprendieron una sensualidad que no había percibido con anterioridad.

De pronto comenzó a resonar en el auto Lacrimosa de Mozart, en mi rostro se plasmó una expresión de sorpresa al tiempo que sonreía, el soltó una pequeña carcajada al ver mi rostro.

- ¿Te sucede algo Angelique o por qué gestos? – no perdió su perfecta sonrisa mientras continuaba con el trayecto.

-Le gusta Mozart? – Inquirí al tiempo que arqueaba mi ceja, en verdad esto me había tomado por autentica sorpresa, no esperaba que el escuchara aquella música, creí ser la única joven con gustos extraños, en sus labios se curvo esa sensual y provocativa sonrisa de medio lado.

-Si Angelique, tengo tendencia por todo clásico, desde muy joven le tome una gran devoción, sé que pensaras que soy como un viejo, pero en realidad una vez que le encuentras el sentido todo cambia. – explicaba con gran fascinación podía observarlo en el brillo de su mirada, hablaba con gran pasión de ello.

- Solo me tomo por sorpresa, soy fan de las obras musicales de Mozart, Bach, Beethoven, entre algunos otros, no había conocido a alguien quien compartiera mis gustos musicales.

-Creo que compartimos más cosas en común de lo que imaginamos, ¿puedo hacerte una pregunta?, desde hace unos momentos no deja de rondarme la misma pregunta en mi mente.

Trague en seco de manera abrupta, por un segundo creí que hablaría sobre mi pasado, pero no hay manera de que él lo sepa, además pocas personas conocen de él, es una mancha que eh deseado borrar por mucho tiempo.

-Si, por supuesto. – mencione en un leve susurro.

- ¿Tu ayer bebiste? – inquirió con evidente preocupación, hasta su sonrisa había desaparecido por completo.

-No, sabía que tendría que cuidar de Mel, ella es como una hermana para mí, a veces sus ideas o planes son algo dementes, no piensa las cosas con claridad, su razón puede nublarse por completo con la emoción del momento, tampoco bebi debido a que podrían aprovecharse de mí, en ese estado, aunque debo confesarle algo.

- ¿De qué se trata?, sabes que me encuentro en deuda contigo y que no dudaría en hacer lo que fuese necesario para garantizar tu seguridad.

-No se trata de eso, si no que de vez en cuando me gusta beber una copa de vino mientras me relajo, es algo que me gusta hacer de vez en cuando, claramente sin abusar de ello.

-Yo tampoco acostumbro a beber, es solo que la situación de ayer me sobre paso, no tengo amigos en esta ciudad y necesitaba desahogarme, me resulto sencillo beber una copa y después otra, no creí que llegaría hasta ese punto. – Su voz sonó totalmente apagada, podía ver el dolor que llevaba dentro, del tipo que te va consumiendo de manera lenta y agonizante, no sabia cual era la causa de su dolor, pero comprendía la sensación, la había experimentado tantas veces en silencio, mientras el llanto me inundaba, podía recordar aun la sensación de ahogarme en mis propias lagrimas hasta sofocarme sin importar cuanto gritara, pateara, la sensación me acompañaba.

- ¿Podríamos ser amigos? – su mirada detonaba curiosidad y asombro por mi propuesta, a lo que de inmediato agregue. -  fuera del instituto claro, mi única amiga es Mel y no siempre es la mejor compañía del mundo ¿le gustaría ser mi amigo? – mi tono de voz sonó mas cantarín de lo que esperaba, rápidamente saque una sonrisa natural.

-Dalo por hecho, me vendría bien tener una amiga con quien contar, eso si debo advertirte que las carcajadas y sonrisas vienen incluidas. – menciono al tiempo que alzo ambas cejas y de nuevo me dedico esa sonrisa amplia.

ambos comenzamos a reír, el auto se inundó de alegría total.

A los pocos minutos estaciono fuera de mi casa.

-Entonces amigos. -  mi voz tuvo un tono seductor de manera involuntaria.

 le tendí la mano y nos despedimos con un beso en la mejilla, ese beso me robo el aire, pude sentir su aliento en mi mejilla, logrando así que eso me alterara el pulso a la vez que entrecortaba mi respiración, Baje del coche descalza pero feliz, sin importar cuan caliente se encontrara suelo a mis pies, eso no borro de mi la sonrisa que llevaba plasmada en el rostro,  abrí mi bolso para sacar mis llaves, al abrir la puerta todo se encontraba normal no había nada fuera de lugar, llegue a mi habitación y Mel estaba dormida todavía, algo de maquillaje se había escurrido por su rostro pero su respiración era normal, teníamos dos horas para llegar a su casa o su madre nos mataría por no ir al instituto además de cuestionarnos sobre realmente donde estuvimos, su madre siempre terminaba obteniendo de Melody la verdad, teníamos que conseguir un justificante para ella, de este modo no llamarían a su casa para notificar su ausencia.

Tome la nota que estaba allí para proceder guardarla, comencé a mover su cuerpo de manera suave, pero al ver que no tenía resultado opte por hacerlo de manera un tanto fuerte.

- ¿Que ocurre mama, cinco minutos más por favor? – su voz totalmente adormilada sin si quiera abrir los ojos, intento zafarse de mi agarre con tan solo empujarme un poco con uno de sus brazos.

En otras circunstancias no habría parado de reír a carcajadas por haberme llamado mama, pero ahora ambas nos encontrábamos en peligro de ser descubiertas por su madre, y sabia muy bien que a mí también me tocaría un buen sermón además de castigo como ya no dejar salir a Melody conmigo.

-Pasa que faltan dos horas para ir con tu madre y conseguir justificante para el Instituto y tu esta dormida, necesitas una ducha urgente.

Melody abrió los ojos como platos salto de la cama para introducirse a la ducha de inmediato diez minutos después se encontraba como loca buscando el uniforme.

Deje a mel arreglarse, decidí tomar una buena ducha, me relaje por completo, salí envuelta en una toalla, comencé a dirigirme a mi armario, saque unos jeans de mezclilla Clara con un pequeño desgarre en mi pierna izquierda, mis botas de combate negras, una linda blusa blanca de tirantes, me hice una coleta alta, estaba lista para salir, tome mi bolsa con algo más de dinero, Melody ya estaba lista y tenía una receta médica que yo guarde, para justificar su falta mañana sin pretexto alguno.

-Melody quiero hablar contigo sobre un asunto bastante delicado, llama a tu madre y dile que iremos a la cafetería por algún antojo que tuvimos.

Ella asintió y lo hizo, su madre accedió después de que le imploro un poco, caminamos hasta allí ordenamos dos rebanadas de pastel de limón, nos sentamos a comer con total agrado.

-Mel ¿recuerdas lo que paso anoche? Inquirí sin despegar la vista de la mesa mientras el viento soplaba de manera suave.

-No recuerdo casi nada, solo cuando ingresamos al lugar, ¿paso algo de lo que deba preocuparme?

-Anoche desapareciste de la pista, te busqué como loca hasta que fui a los baños. - saque el celular para mostrarle el video, pude ver como sus ojos se cristalizaron, de inmediato llevo su mano a su boca reprimiendo el llanto, sin poder creer lo que veía, sin dudarlo me levante para situarme a su lado para abrazarla en total silencio.

-Gracias por salvarme de algo tan horrible Angy, no puedo imaginar la sensación que experimentaría si ese hombre hubiera llevado a cabo su acto por completo, eres mi hermana, aunque no llevemos la misma sangre gracias por nunca abandonarme y preocuparte tanto por mí.

-Yo también te consideró mi hermana. mel prométeme algo ¿sí?

-Lo que quieras, lo que sea por ti.

-No aceptes ninguna bebida de ningún extraño, te lo digo por tu bien, ayer tu dijiste que él te había dado de beber algo que no recordabas.

-Te lo prometo hermana, nunca imagine que fuera pasar eso, creo que ya no debo de confiar con tanta facilidad.

Después de aquella charla Mel intento disimular el tono rojo de sus ojos al llorar, la acompañe hasta su casa donde observe como su madre la abrazaba apretándola contra su pecho, no podía evitar pensar en mi mama, me hacia tanta falta, camine a paso rápido hasta llegar a mi casa, rápidamente me tire sobre el sofá hasta perderme en un profundo sueño.

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