Capítulo 4

-Tranquila lindura él está bien, solo algunos golpes en el labio y cayó al suelo por el alcohol, unas cuantas patadas en las costillas, nada de qué preocuparse, espero que eso le enseñe no a no meterse con quienes no debe, ¿ahora lindura vamos por las copas?

¿Olvidé mencionar la parte en la que les ofrecí tragos para compensar los daños? Bueno se los digo ahora, me encontraba pensando como deshacerme de ellos para buscar a Melody, y cuidar de que el profesor no se meta en mas líos por esta noche.

-Claro que si caballeros, mi oferta sigue en pie, pero como verán no puedo levantarlo, es demasiado pesado, mis zapatos de tacón alto no favorecen en nada, podría ayudarme a ingresarlo dentro por favor, se los agradecería en verdad. – dije poniendo mi gesto más tierno.

Ellos me examinaron de arriba abajo, de manera minuciosa.

Después de que lo levantaron con algo de dificultad, lo condujeron dentro del lugar, yo caminaba detrás de ellos hasta acercarnos a la barra.

-Pidan lo que gusten caballeros. – dije mientras me acercaba más a el profesor.

Ellos ordenaron tres wiskys en las rocas, el profesor se encontraba sentado en otra silla y empezaba a despertar, Le pedí a un mesero un vaso con agua, él lo trajo de inmediato y me acerqué a el profesor, antes de que fuera a decir algo que nos pusiera a ambos en evidencia, tuve que mentir porque no podía llegar diciendo suelten a mi profesor de literatura, lo acabo de conocer hoy, ah por cierto tengo 17 años.

- ¿Amor estas bien? – pregunte con evidente preocupación mientras situaba mi mano en su espalda alta.

Lo dije para que los tipos creyeran más en mi mentira, este abrió los ojos un poco, mientras posaba sus manos sobre la barra con total intención de continuar bebiendo.

-Un trago más. - Dijo con dificultad en el habla, le di el vaso con agua comenzó a beberlo, pero al darse que era agua comenzó a escupirlo como si le hubiese dado veneno, comenzó a pedir a gritos un trago más, el mesero me observo y yo negué con la cabeza, el solo asintió y continúo atendiendo a las demás personas, comenzó a resignarse al ver que no le servían el trago, poco a poco el sueño lo fue venciendo hasta quedar dormido sobre la barra,

-Se los puedo encargar un momento por favor no tardare, solo iré en busca de mi hermana si gustan pidan otro trago con total libertad. - ellos asistieron

-Te cuidas dulzura. – dijo el pelinegro.

Le dedique un sonrisa, tenia que continuar con la farsa hasta el final, comencé a avanzar a paso rápido en busca de Melody, en la pista de baile no estaba, arriba tampoco, así que fui a los baños , esta era mi última opción para encontrarla, en verdad estaba demasiado alarmada, había pensado ya en llamar a su madre para ver si por alguna cuestión remotamente imposible había ido junto a su familia, pero eso sería mi último recurso, ellos creían que nos encontrábamos estudiando en una pijamada, al acercarme escucho que alguien de manera desesperada y frenética la palabra ´´no´´, los gritos son mas alterados cada vez, sabia que era ella, su voz no la confundiría con nada.

Ingreso al lugar abriendo la puerta del baño de manera sigilosa y allí esta Melody arriba de los lavabos con un tipo entre las piernas, él se encuentra forcejeando con ella, intentando llegar aún más lejos, saque el celular de mi bolso y comenzó a grabar todo.

-Suéltala imbécil. – grite en un tono demandante y excesivamente molesto, el tipo se separo del cuerpo de Melody, se encontraba en mal estado pues solo dejo ir su cuerpo sobre los espejos.

- ¿Quién coño eres tú? . - el tipo era algo mayor aproximadamente unos 27 años, tez aperlada, rasgos perfilados, cuerpo atlético, cabello negro, me recordaba a Tyler Lockwood de esa serie de vampiros, por el aspecto físico.

-Soy la persona que te va a denunciar por abuso sexual saluda a la cámara. - Dije mientras acercaba mi celular a su rostro y a mi amiga en estado casi inconsciente.

-Ella me provoco. – trato de excusarse rápidamente, pero quien creería semejante mentira.

-A mí eso no me importa, así que tú sabes déjala en paz o atente a las consecuencias, sabes muy bien que este video se volverá viral y quedarías arruinado.

El tipo salió furioso murmurando insultos, mientras golpeaba la puerta al salir por ella.

-Melody ¿dime te hizo algo? ¿estás bien?

-Si, estoy bien, ayúdame el me dio a beber algo, no recuerdo que era, pero comenzó a hacerme sentir mal y me duele la cabeza todo, me da vueltas, me siento débil.

-Ven te ayudare a bajar, y te llevare a la barra por algo para beber. – dije al tiempo que la tomaba del brazo para que no fuera a caer.

Camine con ella apoyada en mí, es por eso que jamás acepto bebidas de personas desconocidas, fuimos abriéndonos paso entre las personas que bailaban de manera desenfrenada, al llegar la senté junto al profesor ambos estaban inconscientes prácticamente, aun me faltaba deshacerme de estos tipos de manera amable, no quería armar un escandalo y que terminaran trayendo a la policía consigo, no tenía ninguna identificación, además tenia 2 personas en mal estado de las cuales preocuparme.

-Te has demorado una eternidad dulzura, creí que ya no volverías, pero decidí esperarte. – decía al tiempo que se relamía los labios de forma descarada.

-lo siento, a mi hermana se le pasaron las copas ¿y tus amigos?

-Fueron a bailar y yo preferí el trago esperando por tu compañía. – comenzó a estirar por la barra su mano con total intención de tocarme, a lo cual me aleje de inmediato.

-Deberías ir a disfrutar de la noche. – mencione un tanto neutral, estos zapatos me estaban matando y aun tenia que lidiar con tanto.

-Quería esperarte para pedirte tu número de teléfono. – no me despegaba la mirada en lo absoluto.

Accedí y se lo di, este se retiró rápido a reunirse con sus acompañantes, busque en los bolsillo del profesor encontré su cartera y saque la identificación, También encontré unas llaves de casa, unas de coche, bien por transporte ya no tenia de que preocuparme sabia conducir, pero no tenía el permiso ni auto, le pregunte al de la barra que cuanto le debía de los tragos pague y busque a un mesero el más fuerte que encontré, acomode mi cabello y use mis encantos una vez más por esta noche, sabía lo que provocaba en los hombres y tenía que usarlo a mi favor , y sin olvidar el dinero para conseguir que me ayudara a cargar al profesor y a Melody, saque las llaves y busque en el estacionamiento presione un botón , un hermoso auto deportivo color vino, le parpadearon las luces, me acerque, e introduje la llave, si este era su auto sin duda alguna,  metí a Melody en la parte trasera quien dormía profundamente, a mi lado a mi querido profesor ebrio y golpeado, a Melody no podía llevarla así a su casa, así que saque mi celular antes de encender el auto y le pedí permiso a su madre para que pasara toda la noche conmigo,  Melody y yo asistíriamos en la mañana también en el instituto, le prometí llevarla por la tarde a su casa.

-Claro querida son tan buenas niñas ambas, las espero aquí cuando salga del Instituto buenas noches que descansen. – dijo de lo más alegre.

-Gracias mañana allí tendrá a Melody, le doy mi palabra.

Dicho esto colgué y guarde el celular daba gracias a todos los santos que conocía porque si su madre me hubiese pedido hablar con ella, no habría podido sostener la mentira por mucho tiempo y en el estado de Melody era de alarmarse, metí la llave y encendí el auto comencé a avanzar hasta salir del estacionamiento, comencé a conducir con un poco más de velocidad mientras pensaba en que haría, Melody no podría enterarse del asunto del profesor, serian fuertes problemas entre ella y yo si lo supiera, prefería dejarlo como uno más de mis oscuros secretos, a un que este no tendría nada de perverso, así que 25 minutos después me encontraba fuera de mi casa estacionando el coche, baje del auto y abrí la puerta de Melody, prácticamente tuve que cargarla, llegamos a mi cuarto deje mi celular en la mesita y deje una nota para Melody junto con un zumo de naranja, le quite los zapatos y la deje continuar durmiendo, baje los escalones lo más aprisa que mis piernas me permitieron, en verdad ya estaba algo cansada, cerré la puerta cuidando de no hacer mucho ruido, guarde las llaves de mi casa con más alivio de que Melody no se hubiera dado cuenta de que tenía a mi cargo al profesor, saque las llaves del auto y entre en él, allí estaba el, en un profundo sueño, mi querido profesor, busque en mi bolso donde tenía su billetera extraje su identificación para ver donde vivía, está a media hora de mi casa según G****e maps, siendo honesta siempre terminaba perdida cuando me guiaba por la aplicación, deseaba que fuera diferente esta vez, así que conduje sobre las calles con plena tranquilidad, estaban desiertas eran las 4 am estacione afuera de su casa ,era magnifica , grande con toques modernos y sobre todo se podría decir que respiraba el lujo allí, pero todo se encontraba sumergido en la penumbra, ni una sola luz , después comencé a pensar que podría estar casado y su esposa me mataría, bueno, no si se lo explicó antes, tal vez podría creerme, busque en sus manos algún anillo y no había sortija alguna, pero podría tener alguna novia viviendo aquí con él , así que ingrese con total cautela, abrí la puerta, baje del auto, comencé a emprender mi paso hasta llegar a su puerta, la abrí busque en sus bolsillos las llaves de casa, me acerque a la entrada de la casa rápidamente metí llave por llave hasta que encontré la llave correcta, abrí la puerta a la vez que empuje con facilidad.

-¿Hola? ¿hay alguien aquí? necesito ayuda. – dije prácticamente entre gritos, en verdad estaba desesperada por acabar con aquello, además de mi notable cansancio.

Nadie respondió a mi llamado de urgencia, busque el apagador, para poder encender las luces, todo era en tonos cremas subí las escaleras y encendí todos las luces, arriba había un pasillo con varias habitaciones abrí puerta por puerta y todas las recamaras sin habitantes, ni señales de que hubo alguno en poco tiempo, en la última habitación era más grande que el resto de las otras, estaba el jersey azul extendido sobre la cama, era con el que lo había visto esta mañana,  era su habitación sin duda alguna, encendí la luz y baje corriendo de inmediato, estos zapatos de tacón me están matando en verdad, no acostumbro a usarlos.

Al parecer este hombre habitaba solo en esta casa, al igual que yo, ambos teníamos algo más en común además de los gustos por la literatura.

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