Capítulo 4. Modestia

La mañana siguiente resultó ser igual a todas las demás. Un suave despertar en sábanas cómodas que adoraban mi piel. Sabía que esas deliciosas sábanas  no me querían dejar ir, y yo tampoco tenía la intención de olvidarlas tan pronto. Sin embargo...

“Señorita Edén, es hora de levantarse,” Lina llegó a la habitación, otra vez, a la misma hora. 

Debería mandarla de vacaciones algunas semanas. Tal vez, de esa manera, yo y mis sábanas pasaríamos más tiempo juntas. 

“Es un día hermoso, y…” ella me miró con una ceja levantada. “Los resultados de los exámenes aparecen hoy.”

¿Debería estar feliz? 

No lo creo, sin embargo, no podía dejar que mi expresión le quitara el brillo a la pareja que estaba esperando en la sala con el sobre sellado en la mesa. 

Se veían nerviosos, mi papá no dejaba de pasear en círculos, mientras mi hermano no dejaba de ver el sobre con una mirada fija. Parecía querer ver a través del sobre. También estaban las otras dos mujeres, mi tía y su hija. Las dos vestidas con los mejores atuendos que podían lucir. Se veían nerviosas. 

“Ábrelo,” mi tía se acercó a mí y me tomó del brazo.

“Auch…” 

No me había tomado con fuerza, pero no quería dejar pasar la oportunidad de hacerla ver mal, otra vez, en frente de mis padres. Sinceramente, ya tenía suficiente con ellas en la casa, esperaba que en algún momento,  mi madre abriera los ojos y las echara muy lejos. 

“¡Edén! ¿Estás bien?”

Mi madre se acercó a mí y revisó mi brazo, la marca de la mano de mi tía seguía visible. Un rojo sobresaliente en un lienzo blanco. No dolía, pero mi piel era tan delicada, casi transparente, que se podía ver cualquier marca con un simple vistazo. Daba la sensación de fragilidad.  

“Yo… yo lo siento,” la mujer comenzó a decir, “perdona Edén, es solo que estaba muy emocionada, no controlé mi fuerza.”

“Está bien tía, ya me he acostumbrado,” mis palabras parecían sinceras y con un tono de despreocupación, pero mis padres fruncieron el ceño. Mi hermano miró con más frialdad a aquellas dos y yo no pude más que sonreír y gozar en mi interior.

“Yo…” la mujer trató de defenderse, pero mi madre la cortó en seco.  

“Edén, cariño, ven y siéntate junto a mí,” mi madre tomó mi mano con calidez y me llevó a la sala. No parecía temer los resultados de aquel sobre, no tenía por qué. Estoy segura de que ella sabía que no importaba la calificación, lo que importaba es que ellos podían darme la suficiente seguridad para toda una vida. 

No importa, sinceramente me hubiera parecido mejor idea irme de este país a otro lugar, viajar perezosamente por este mundo y gozar de las novedades y placeres de una vida lujosa. 

Por otra parte, esos ojos expectantes no me dejaban tirar la toalla tan pronto. 

“Edén, no te pongas nerviosa, yo creo que obtendrás buenos resultados,” Vanesa continuó de nuevo con su cara de fingida amabilidad y modestia. Como si fuera superior a mí en todo sentido. 

No… no lo era. Tal vez Edén era inocente y frágil, pero no era simple. Aunque sus calificaciones no eran suficientemente buenas comparadas con las de Vanesa, no era porque no quisiera obtener buenos resultados, sino porque no le veía sentido. Las otras jóvenes ya la adulaban con esmero. No quería darles otra razón para acercarse a ella. 

De hecho, prefería que molestaran a Vanesa, y esa muchacha arrogante las recibía con brazos abiertos. Incluso en las invitaciones a eventos y fiestas, las cartas estaban dirigidas a Edén, pero ella no solía ir si no fuera por la insistencia de Vanesa. Sabía que ella no podría entrar a los mejores eventos sin la compañía de Edén y eso, seguramente, la hacía enfurecer. 

Edén se aburría con facilidad en esas fiestas sin sentido, y Vanesa terminaba siendo el centro de atención y eso le encantaba. Aunque… solo hubo una ocasión en que la situación se revirtió. 

La noche en que murió Edén… todo es muy borroso de recordar aún, y no he hecho el mínimo esfuerzo en traer esas memorias. Tal vez, las necesite o mi vida también estará en peligro… 

“¿Edén?”

Oh sí, estaba abriendo el sobre, ¿verdad?

“¿Qué dice?”

Vanesa había querido sentarse a mi lado, pero mi querido hermano lo evitó. Su mirada fría y penetrante la tenía puesta en su lugar. Podía ver esto todo el día, jajaja. 

“Esto…” miré a mi mamá con una ceja arriba. Ella también estaba mirando la misma hoja que yo y parecía incrédula. Después miró a mi padre que tenía el ceño fruncido. “Obtuve la mejor calificación en el examen de admisión.”

Mi hermano y mi padre soltaron un respiro de alivio. Mi mamá me tomó en sus brazos con fuerza y me susurró que estaba muy orgullosa. 

No sé por qué, pero una calma invadió mi corazón. Tal vez nunca tuve una familia que fuera tan afectuosa conmigo, y no me sentía preparada, pero esto… no se sentía tan mal. 

“Edén, estoy muy orgulloso,” mi padre se acercó y también me dio un suave abrazo.  “Muy orgulloso, mi querida niña.”

“Edén, sabía que lo lograrías,” Jason se acercó y acarició mi cabeza. “Solo si dejaras de jugar tanto…”

“¿A qué te refieres, Jason?”

Mi mamá lo interrumpió. 

“Edén siempre ha sido brillante, aunque demasiado modesta y generosa. No le gusta presumir de sus éxitos y alcance, en cambio, le deja esa pequeña felicidad a otras personas,” las dos mujeres en frente de mí estaban perplejas y un poco enfurecidas, no lo podían ocultar.

Adoro a mi hermano, siempre tan oportuno con sus comentarios.

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