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Mi héroe

Después de estar durante cuatro horas en detención sin hablarnos ni vernos, aun no entiendo.

¿Porque es tan frío conmigo? .

Máximo es el chico más popular de la Secundaria, el chico más atractivo y mujeriego, pero últimamente se le ha visto con la chica más popular de la escuela.

—pueden irse. —Dice el profesor, quien se veía tan exhausto como yo al menos. —ya casi serán las seis y de mi parte necesito descansar.

Tomó mis cosas, y veo que ya esta oscureciendo, en que momento el sol se había escondido, salgo lo más de prisa de hayi para caminar a la salida, lo menos que quiero es toparme con este imbécil.

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Después de caminar algunas cuadras, la calle esta muy silenciosa, creo que es pasado de las 7, el bus que me deja serca de casa no había pasado en más de una hora y decidí caminar, pero al parecer no fue buena idea.

Habían tres chicos en una esquina, estaban fumando y se veían drogados, no podía retroceder estaba a unas cuantas cuadras más para llegar a mi destino. Solo debía caminar rápido he ignorar cualquier comentario que esos tipos me pudieran decir.

Agarro duro mi bolsa, y camino rápido, cuando uno de ellos se pone frente a mi, en ese momento el terror se apoderó de mi cuerpo.

—permiso . —digo con una voz entre cortada, temblaba de miedo.

Uno de ellos me observa de pies a cabeza y me toma fuertemente del brazo. —¿te han dicho que estas súper buena? . —me ve y me sonríe, con una de esas sonrisas asquerosas.

—Puede soltarme por favor solo quiero irme a casa.

Desde un principio supe que haber caminado sola a casa había sido una de las pésimas ideas que haya tenido.

El que me sostenía del brazo, se acerca tanto a mi que puedo sentir su respiración en mi rostro. El tercero me toma del bolso y me lo quita. —Por favor déjenme ir. —Ellos se reían y se burlaban de mi.

El que estaba enfrente se lame los labios y fuma de su cigarro de mariguana, hechandome el humo en el rostro, yo toso del maldito olor. —Te dejamos ir si nos das una probadita de ese delicioso cuerpo.

Cuando dijo esas palabras, mi cuerpo se helada y los tres me sostienen, yo me sacudo a los lados tratando de soltarme de ellos, golpeo, pateó y aruño a uno de ellos en el rostro, dejándole una marca.

El se gira hacia mi lanzandome un fuerte golpe en el rostro, caigo al suelo de lo fuerte que me dio, se coloca encima de mi. —Maldita perra, quise ser bueno pero ahora te voy a dar duro que vas a rezar cuando lo haga.

lo empujó y grito. —Ayuda, Ayuda. —pero nadie viene a ayudarme, será que perderé mi virginidad con un asqueroso drogadicto, con saber cuantas enfermedades.

Quería cerrar mis ojos, y quizás cuando fuese violada no sentiría nada, pero a quien puedo mentirle quien querría ser violada, por más que luchará con ese hombre el me superaba en fuerza y en pesó.

Escucho una voz proveniente de la oscuridad.—Sueltala...te dije que la sueltes. —Se acerca corriendo, golpeando al chico que estaba encima mía, lanzándolo a un lado, yo no podía ver bien, parece que uno de mis ojos se había cerrado del golpe, y el otro lo tenía nublado de las lágrimas.

Quería ponerme de pie, y salir corriendo, pero era evidente que algo más me pasaba, que no podía ponerme de pie, Solo veo unas siluetas,corren después que el chico los golpeo, camina hacia mi y con su voz tranquilizadora dice.—¿Te encuentras bien?.

No podía reaccionar, no podía ver nada por más que quiera limpiar mis ojos me dolía con tan solo tocarlos.—te llevaré al hospital, te pondrás bien.—escucho su voz se escucha muy, pero muy lejos y me desvanesco.

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—Dr. Maxwell presentarse a la sala 3...Dr.Maxwell presentarse a la Sala de emergencia número 3.

Lo primero que escucho al despertar es a una mujer llamar a un tal Maxwell, al abrir uno de mis ojos veo a mi lado a mi madre que estaba rezando.

Que m****a había sucedido.

Con todas mis fuerzas trato de sentarme pero estaba más que claro que me dolía mi cuerpo y no podría hacerlo.

Veo a mi madre aún rezando, me aclaro la garganta, la tenía muy seca. —Mamá!. —ella deja de rezar y toma mi mano con mucha delicadeza, podía ver en sus ojos la preocupación y lo inchados que estaban de llorar.

—hija mía, gracias a Dios ya despertaste. —acaricia mi cabello con su mano.

Intento sentarme pero ella no me lo permite.

Tenía un fuerte dolor de cabeza, no recordaba mucho de lo que habia sucedido—¿Mamá que me sucedió?. —no recuerdo más hasta el momento que el chico me rescató.

Mi mamá empieza a llorar aquellas lágrimas de alegría y de preocupación. —¡Hay hija! Sentí tanto miedo cuando.... Cuando me llamaron para decirme que estabas en el hospital con una fuerte lesion en la cabeza.

Sobo un poco mi cabeza adolorida—¿Mama pero como llegue aquí?.

Se lame los labios—Si no fuese por un joven que te trajo hasta aquí y dijo lo que te había sucedido, quizás  hoy no estarías bien...

—¿De que chico hablas mamá?. —pregunto.

Mi madre solo niega saber algo de aquel chico misterioso que me a rescatado.

Después de un rato de silenció, tocó mi rostro y noto que solo veo con un ojo, y mi rostro está cubierto de vendas—mamá ¿que me sucede en el rostro?. -ella se acerca a verme con un rostro aterrorizado.

—hija te golpearon fuerte en medio de tu nariz inflamando uno de tus ojos y la mitad del rostro, con una leve cortadura arriba de la ceja.

Dejó salir un largo suspiro tratando de recordar lo que había sucedido anoche, hasta que un recuerdo leve vino a mi mente.

Soba mi cabello,estoy en un auto, solo escucho que me habla. —Estarás bien si...no te duerma.

No puedo ver al joven, no entiendo porque mi cuerpo no hace lo que le pido, y me vuelvo a desmayar.

Escucho ruidos, veo luces blancas, y a mi alrededor muchas voces. —Joven ¿que es usted de ella?.

El toma un momento de silencio y dice. —Es alguien muy importante para mi.—y me vuelvo a desmayar, sin saber quién era ese joven.

En uno de los recuerdos pude lograr ver al chico que me salvó era... Máximo, me salvó, en que momento el me encontro, en que momento apareció en el lugar indicado, bueno basta de rodeos debo agradecérselo.

Escucho unas voces que vienen del pasillo, abren la puerta, y es Angela y heily, mi padre y mis dos hermanos Daniel y Gabriel, todos corren a abrazarme.

Esos abrazos son los que calientan el corazón cuando hace frío, ellos son los que me alegran el día cuando el cielo esta gris, aunque amo la lluvia pero ellos son mi arcoiris.

—Te vez del asco amiga. —Dice Angela y todos la miramos con cara de pocos amigos. —Que? Alguien tenía que decirlo¿no?.

Todos la miramos y empezamos a reír. Esa tarde pasamos hablando, riendo hasta llorando de tanto reír, aunque esperaba que Máximo llegará pero sabía que el no vendría, recordé que Heily siempre decía que Máximo odioaba las cursi y menos que lo viesen como un héroe.

Ese cubo de hielo no le gusta ser el héroe de nadie. Pero pensarlo me saco una sonrisa, lo más extraño es ¿Que hacia el en ese momento que fui atacada?¿quizas no fue casualidad?.

Era totalmente extraño...

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