Cuidala

Sentí el pánico fluir a través de mí como agua, respiré ... y me ahogué.

Blake caminaba con una mirada sombría en su rostro, sus palabras aún estaban frescas en mi mente. A la m****a la falta de optimismo.

Necesito escapar pero no se como. Siento que estoy cerca de mi muerte y en un impulso de locura me safe de Blake y sali corriendo como si mi vida dependiera de ello

En realidad lo hacia, pero me atraparon ni siquiera puedo subir las escaleras sin caerme de culo, ¿cómo pensé que podría salir de una casa de la mafia? Mi inteligencia era nula, estaba atrapada hace poco por el agarre de Blake, era una presa en un nido de leones y por estar tentando la suerte, me choque con una de las moles infernales. Uno de ellos me levantó y me golpeó contra la pared.

Estaba viendo pequeñas luces en mi visión producidas por el golpe y escuchaba lejano el sonido.

-¿Qué tenemos aquí?- Sentí que su mano libre se deslizaba por debajo de la falda y subía por mi muslo.

-¿Una perra sexy?- Su amigo dijo mientras se apretujaba contra mí.

Me volví loca.

Mis brazos se agitaron y comencé a gritar histéricamente. Mis piernas patearon y se sacudieron mientras trataba de liberarme de esos pervertidos. Fue cuando me di cuenta que el tipo se empezó a desabrochar los pantalones.

Me negué a llorar, pero eso no detuvo mis gritos.

-Cállate.

Una mano golpeó mi boca y tragué el dolor punzante que me marcaba la cara.

Su amigo agarró mi trasero mientras comenzaba a besar mi cuello.

Justo cuando comenzó a deslizar mis bragas por mis piernas, un fuerte golpe lo interrumpió y sonaron tiros.

Ambos me dejaron caer inmediatamente al suelo en un montón de vergüenza y humillación. Miré hacia arriba, esperando ver a Blake, pero mis ojos miraron al mismísimo Hades.

Mi rostro ardió cuando me miró, pero su mirada se posó en el primer hombre que me tocó

-Maurizio, explica que carajos esta pasando aqui- Su voz era calculada, fría. prometía sangre.

-Solo íbamos a divertirnos un poco con ella

Bang

Las lágrimas fluyeron libremente por mis mejillas cuando vi el cuerpo caer al suelo. El olor metálico de la sangre me picaba en la nariz y hundí la cara en mis brazos.

Soy debil, no se como espero soportar este mundo si nisiquiera puedo manejar las emociones o el shock que me produce observar como matan a alguien como si fuera la cosa mas facil y basica del mundo.

-Sabes que no tolero productos usados. Vete a la m****a antes de que te mate, pedazo de b****a.

-Sí señor

La atención del Diablo luego se centró en mí. Sus ojos helados miraban los míos, sin emociones. Miró a mi lado y vi a Blake parado allí.

-Haz que se encarguen de esta m****a, límpiala y llévala con los demás- Su voz era como un cuchillo que me atravesaba. Su acento era suave como la seda.

-Cuidala idiota, esto es un encargo personal, mas te vale cumplir tu trabajo, no tolero mas estupideces como esta- Gruño antes de irse furioso a otra habitación

Sentí las manos de Blake agarrar mi cintura mientras me levantaba. Mis piernas y manos temblaron cuando comenzamos a caminar.

-Llevas aquí una hora y ya has matado a uno de nuestros hombres

-Debería haber dejado que me violaran, lo siento- dije sarcasticamente

-No, el Don pagó mucho dinero, si no es él quien usa el producto nadie mas lo hará. Fuiste su inversión niña debes estar clara que solo él podrá hacer uso de ti cuando le venga en gana.

Soy solo un objeto, no tiene sentido tratar de demostrar que no soy una  puta que recogieron al azar, esa es la imagen que ellos quieren ver y no vale la pena centrarme en intentar cambiarla

Mi nombre es Sasha Salvattore, y mi vida está más jodida que cualquier estrella de cine caida en desgracia.

Supongo que realmente soy solo una prostituta y debo apegarme al papel que tengo que desempeñar para que todo salga bien.

XXX

Blake me arrastró por el pasillo, dos hombres caminaban a nuestro lado.

Aparentemente no se podía confiar en mí. Tragué un gemido cuando nos detuvimos frente a una puerta, mi pecho se agitaba y temblaba.

Los guardaespaldas estaban fuera de la puerta. Eran enormes. Sus rostros parecían muertos cuando nos abrieron la puerta.

La habitación era enorme y oscura, hombres se apiñaban en la habitación, sus rostros eran sombríos y aterradores. Muchos parecían estar fumando marihuana, el olor consumía y dominaba mis fosas nasales, haciéndome girar la cabeza.

Era una multitud de tatuajes, armas y drogas.

Tragué otro jadeo de terror y vi sus ojos en mí.

Una docena de rostros mirándome. Jadeé cuando Blake me acompañó hasta un grupo de chicas. Sus rostros estaban cubiertos de maquillaje, sus cuerpos metidos en una tela endeble. Dejé caer todas mis lágrimas y miedos mientras me empujaba junto a la fila de mujeres.

-Comportate es lo mejor que puedes hacer- susurro en mi oido antes de alejarse de mi

Me paré junto a una chica rubia, sus ojos estaban cristalinos, era bastante joven. Y sentí que mi corazón se rompía cuando me miró.

Sus ojos estaban muertos. Parecían desesperados y destrozados. Como si hubiera perdido todo lo que alguna vez le importó en su vida.

.

-¿Cuál es tu nombre?- Pregunté suavemente mientras miraba alrededor de la habitación.

-L-linda- Tartamudeó

-Sasha- Dije suavemente.

Ella se estremeció. Su cuerpo se movió ligeramente hacia mí y sentí que quería consolarla. Estaba tan perdida y no podía hacer nada al respecto... Al menos no todavia. Miré alrededor de su cuerpo tembloroso, había otras siete chicas que estaban de pie. Todas parecían asustadas, sus ojos brillaban con lágrimas. 

 -¿Cuanto tiempo llevas aqui?

-Un par de días ... 

-Acabo de llegar. ¿Cuánto pagó por ti?

Sé que estaba interrogando a la pobre chica, pero necesitaba saber algo, cualquier cosa. Necesitaba saber por qué estaba aquí, por qué me compraron. Tenia que estudiar al enemigo y cualquier respuesta seria la diferencia

-¿Quien?

-El Don 

Ella se puso rígida a mi lado. Sus ojos se agrandaron.

-E-Él no compra a nadie- Ella miró a su alrededor de nuevo-Me tomaron, y ahora estoy aquí ... no muchas chicas van a las subastas

El terror me invadió.

-¿Te compró?- Su voz tenía un toque de preocupación.

Asenti. Estaba a punto de decir algo más cuando las puertas de la habitación se abrieron de golpe y el diablo en persona entró.

Su postura era confiada, sus ojos eran de acero, su postura gritaba poder, sus ojos pedian sangre.

Estaba asustada de aqui hasta el infinito

Los hombres se enderezaron mientras pasaba, mostraban respeto. Se sentó en su asiento en la parte delantera y el tiempo pareció congelarse.

Blake entró en la habitación, seguido de otros dos hombres. Caminaron hasta donde estaba sentado y se pararon a su lado. Hablaron en voz baja y yo me encogí al lado de Linda.

-Alessio- la voz del diablo de repente retumbó.

Me estremecí ante su tono y miré como un hombre se acercaba al frente de la habitación.

Parecía joven, tenía una cara bonita, bronceada con ligeros rizos en el pelo.

Sus ojos miraron nerviosamente a su alrededor mientras se acercaba al centro.

-Rompiste la omertà- Él afirmó.

Todos guardaron silencio.

Los ojos del joven se agrandaron y dio un pequeño paso hacia atrás

-No, señor... Yo no lo hice

—Entonces, ¿por qué tu esposa le dice a sus amigos que su marido está en la mafia?

El hombre levantó las manos y sacudió la cabeza vigorosamente

-No, ella no sabe de lo que está hablando ...

Una sonrisa divertida pasó por los labios del Diablo. Pero esa sonrisa no tenía humor. Fue cruel y despiadada.

-Rompiste la Omertà y tu esposa se unirá a ti pronto.

Se oyó el ruido de un arma y el hombre cayó al suelo, un solo disparo se incrustó en su cabeza, matándolo instantáneamente.

Los ojos de satanás permanecieron fríos e indiferentes, su cruel sonrisa todavía estaba plasmada en su rostro mientras bajaba su arma.

Linda se movió a mi lado mientras se alejaba.

-Me pongo enferma al ver sangre- Dijo temblorosa.

Dejó la pistola en su regazo y se volvió hacia Blake y los otros dos hombres.

Antes de comenzar la conversación, miró hacia donde yo estaba, sus ojos ni siquiera me miraban.

Se decidieron por Linda.

-Limpia esto. Ahora.

La sentí congelarse a mi lado.

Vi su cabeza sacudirse lentamente y las lágrimas corrían libremente por sus mejillas.

-No puedo

Miré su rostro aburrido y mi corazón se aceleró cuando lo vi alcanzar su pistola.

A la m****a no puedo dejar que le pase algo, si ya estoy aqui voy a protegerla junto con las otras chicas, al menos hare lo que pueda.

Salté frente a ella justo cuando él levantaba el arma.

-¡No!- Grité mientras me ponía de pie, bloqueándola de la vista.

Me temblaban las manos, pero sentí el miedo salir de mí cuando me miró.

Un destello de sorpresa cruzó por sus ojos, pero desapareció en segundos. No rompí el contacto visual, su arma todavía estaba en alto.

Podría matarme, si quisiera. Nunca me había sentido más inútil e indefensa, pero me sentía extrañamente fuerte.

Nunca me había sentido más vulnerable y en control en toda mi vida.

una mirada malvada cruzó su rostro y mientras decía esas dos palabras, supe que mi destino estaba sellado.

-Ven aquí.

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