Capítulo 6: Josh

NO SÉ EN QUE MOMENTO la conversación se ha vuelto tan intima, pero saber que hace semanas que no se acuesta con ese capullo de Freddy me hace sentir muy bien, y el cavernícola que hay en mí disfruta aún más con esa confesión.

Antes me ha dicho que soy sexi, pero lo que ella no sabe es que ella sí que lo es, es tremendamente sexi sin proponérselo. Le falta creer un poco más en ella, pero yo lo hago por los dos.

—Tienes que irte, ¿no? —me pregunta devolviéndome a la realidad. Creo que me he quedado embobado mirándola.

—Sí, es verdad.

—Vamos prepárate, ¿no querrás llegar tarde?

Lo cierto es que no quiero irme ahora, pero tengo que trabajar y no puedo fallarle a Jason, se lo he prometido.

Le doy un beso en la frente y salgo corriendo hacia la habitación, me pongo unos tejanos y una camiseta de tirantes.

—Llegaré tarde, así que duerme en mi cama. Yo dormiré en el sofá —le digo al tiempo que cojo el casco de la moto en la entrada.

—No voy a quitarte la habitación otra vez.

—No tiene sentido que duermas en el sofá, yo apenas la voy a usar peque, llegaré de madrugada. No te preocupes por eso, además, tú la necesitas más que yo.

—Pero Josh yo...

—Pero nada, nena —la interrumo y abro la puerta—. No se hable más.

Salgo antes de que diga nada más y me voy.

Llego al club media hora después y Caleb me recibe en la entrada, es el segurata y el que se encarga de que las cosas no se descontrolen. Somos amigos desde hace más de quince años, y gracias a él conseguí este trabajo.

—Qué hay tío, ¿todo bien? —me pregunta en cuanto me bajo de la moto.

—Sí, ¿que tal está el ambiente está noche?

—Bien, las tuyas están un poco revolucionadas, pero en cuanto te quites la ropa se calmarán, o ese espero.

Entro y el local está a tope, la sala donde yo haré mi número está a reventar.

Un grupo de mujeres se ha reunido para celebrar la despedida de una de ellas, y desde donde me encuentro oigo los gritos y la fiesta que tienen ahí montada, con un poco de suerte saldré de esta sin un resguño.

—Prepárate, esas tías están como locas —me dice Jonas, otro de los Strippers—. Se me ha ocurrido entrar para ver si necesitaban algo y por poco me la arrancan joder. Están desesperadas.

Me río y él no puede evitar hacerlo también.

Jonas es un tipo más grande que la puerta de entrada, y aún así puedo ver la cara de terror detrás de esa risa. Lo que me espera.

Las Luces están apagadas cuando entro, solo el escenario está iluminado por una luz central y una silla en medio de este.

La música comienza en cuanto me acerco a la silla y las chicas se acercan hasta el borde, alguna ya se está preparando para saltar en cuanto empiece mi número, por suerte tengo a Caleb y a Terry para protegerme.

—¿Cuando va a empezar esto?

—Sí eso, que empiece ya.

—Vamos quítatelo todo morenazo.

Esos son solo algunos de los comentarios que se oyen desde abajo, está claro que están dejando los mejores para más tarde.

Empieza el espectaculo.

No me he quitado todavía la camisa cuando una pelirroja se sube al escenario y se me tira al cuello, está bastante borracha y apenas se mantiene en pie, pero la tía tiene una fuerza sobrehumana. Me coge del pantalón y tira de él para bajármelo, pero en el último segundo Terry la coge por la cintura y la saca fuera.

La puerta se abre cuando este sale y veo a Patty en la puerta, tiene una sonrisa pérfida en los labios y me hace un gesto con las cejas. Se lo está pasando bomba viendo como me devoran.

Consigo terminar el número a duras penas. Ni siquiera Caleb y Terry juntos, han podido frenar a esas locas, parecía que no hubieran comido carne en años, ¡que manera de tocarme, joder!

Ha habido una que se me ha subido encima en cuanto me he quedado en bolas, sin exagerar, creía que iba a comérmela de un bocado.

—Toma Josh, esto es por lo de esta noche —me dice Jason y me entrega un sobre.

Lo abro y hay más de cuatrocientos dólares.

—¿Y esto? Ya te he dicho que no hacía falta.

—Claro que sí, no solo has entrado antes, sino que casi se te comen ahí dentro —me dice mientras se descojona de la risa.

—Ni que lo digas, pero esto es demasiado.

—Que va, piensa que es un extra por peligrosidad.

Ahora el qué se ríe soy yo. Le doy una palmada en el hombro y chocamos las manos, Jason es un jefe cojonudo.

Recojo mis cosas y me subo a la moto, pero antes de arrancarla sale Patty y me llama.

—Espera un segundo, hombre, ¿que prisa tienes? —me pregunta con esa sonrisa malvada que la caracteriza.

—¿Qué quieres Patty?

—Tranquilo tío solo quiero hablar.

—No tengo tiempo, además estoy cansado. Necesito llegar a casa —le contesto y me pongo el casco.

—¿Has pensado en la oferta que te hice?

—Ya te di mi respuesta, no sé que más quieres que te diga.

—Pues que aceptas.

No se va a dar por vencida aunque sabe lo que opino al respecto. Si acepto estaré infringiendo una de mis normas, y éstas son sagradas.

Pongo la moto en marcha y me largo de allí antes de que pierda la paciencia, en cuanto se trata de Patty es imposible decirle que no, y ella continuará insistiendo, pero no tengo toda la noche.

Llego a mi casa pasadas las cinco de la madrugada, el salón está vacío así que Meghan me ha hecho caso y está durmiendo en mi cama.

En cuanto abro la puerta de mi habitación la luz del pasillo da de lleno sobre ella, y con esta luz está preciosa. Aunque ese picardías que lleva va ser mi perdición, ya lo estoy viendo.

Sin hacer ruido entro para coger mi pijama y una almohada, me doy prisa para no despertarla y ya en la puerta oigo su voz adormilada.

—¿Josh? ¿Eres tú?

—Sí peque, sigue durmiendo —le digo y sigo caminando de puntillas hacia fuera.

—No te vayas, quédate conmigo.

«¡Dios, no me hagas esto!».

—Tranquila, el sofá es muy cómodo.

Se pone de pie y viene hacia mí rascándose los ojos, me coge de la mano y me sonríe, ¡joder, es tan bonita!

Tira de mí y me lleva hasta la cama, se tumba y se coloca a un lado para dejarme sitio.

—Vamos. Ven a la cama conmigo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo