CAPITULO 2

blanco y este rey le pregunto acerca si ellos eran los dioses del mundo, a lo que el dragón soltó una risa y le dijo; que ni ellos o las 4 bestias eran dioses, había un ser superior a ellos llamado Dios, que los había creado como seres para el cuidado de toda la creación. Con eso joven resuelvo tu pregunta,” el joven “si, pero ha creado más,” el anciano “me alegro, mañana por la noche estaré de nuevo, si asistes con gusto te resolveré las demás preguntas,” el joven y las demás personas se empezaron a retirar, el anciano ayudo a su hija a recoger todo lo de la cena, la niña era nieta del anciano. Todos los de la villa se retiraron, solo quedo el viajero quien coloco mas leña en la fogata, el anciano por una ventana vio al viajero, tomo de su casa una manta y fue a llevársela, “tenga, señor, por las noches hace demasiado frio, tome esta manta para calentarse,” el viajero la tomo, el anciano se quedo un tiempo para hacerle compañía, “disculpe, hacia donde se dirige,” el viajero “voy hacia el oeste,” anciano “pero… pronto llegara a la costa, si no me equivoco son 2 días de camino,” el viajero “si, pasare una temporada en la costa, para luego viajar al reino de Altea,” el anciano se sorprendió “se dirige entonces al reino mas rico y poderoso que hay en este mundo, verdad,” el viajero “no, si usted recuerda, hay un muro de roca gigante” el anciano sorprendido “entonces usted ya llego a los bordes,” el viajero “si, vengo del este,” el anciano “me sorprende mucho, entonces tienes más de 1 mes viajando, verdad,” el viajero “si, mañana se cumple el mes,” el anciano “entonces pasaste por los 3 reinos,” el viajero “si, aunque en varios estuve a punto de ser vendido como esclavo,” el anciano “lo sé, cada reino tiene políticas diferentes, este es el reino mas pacífico, de entre todos los de este lado de la muralla,” el viajero “si, es el mas pacifico, por eso llegando al puerto, buscare trabajo y ahorrare dinero,” el anciano “fue un placer, pero es demasiado noche, tenga cuidado con los asaltantes, gracias a ellos, nuestras ventas han decaído,” el viajero “no se preocupe sé cuidarme solo,” el anciano se retiro a su casa, el viajero se acomodo en el suelo y se puso a descansar.

Los rayos del sol tocaron la cara del viajero, ocasionado que este se despertara, aún no había gente en las calles. El viajero dejo sus pertenencias y fue en busca de un poso de agua; cuando lo encontró, saco un poco de agua y se lavó la cara, cuando regreso a la fogata, había un plato con avena, a parte la manta no estaba, el viajero comió la avena y fue a la puerta de la casa y dejo 5 monedas de cobre, la pequeña niña se asomo por la ventana, el anciano al ver a su neta asomándose, fue a abrir la puerta, cuando la abre solo vio al viajero agachado colocando la ultima moneda, el anciano “si gusta darse un baño, hay un rio pasando esos sembradíos,” el viajero “si, gracias,” el viajero coloco dos monedas más y se retiró, el anciano las recogió, el dinero por esos lados de la villa eran muy escasos.

El viajero recogió sus pertenencias que no eran mas que una mochila de lona en la que llevaba poca ropa, algunas personas que estuvieron en la fogata de historias lo reconocieron y de camino al rio lo saludaron, el viajero les contesto el saludo, cuando él llego al rio coloco en una roca alta su mochila, sin antes sacar una teja blanca, se ducho en el rio; para enjuagarse se fue a lo mas profundo del rio, para su sorpresa y gracias que el agua era cristalina vio como unos jóvenes se llevaban su mochila. Salió del fondo y para su suerte la mochila y sus cambios de ropa, los habían dejado en la roca, solo se habían llevado el dinero, el viajero “bueno, no hay problema, solo eran monedas de cobre, las de ese saco de dinero,” el viajero se cambio y recogió la ropa que estaba regada por todos lados. Mientras metía la

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