Capitulo 4: El caso importante (un cambió drástico) parte 1

 Había tardado mucho en acomodar todo lo que tenía planeado. Me acuerdo perfectamente que había comprado un viejo local que estaba ubicado a las afueras de la línea uno del metro de la ciudad. Al igual que en donde se encontraba la central de autobuses (esos los utilizan para los que quieren hacer cierto tipo de viajes a todas partes en México). Era la oportunidad perfecta para ganar más dinero de varios clientes que fueran a mi oficina a saber de un caso de tal persona en especial.

En ese entonces me dedicaba en hacer los anuncios en una laptop (ahora contrato a alguien que los haga). La laptop la había comprado en una pútrida casa de empeño de mala calidad con un precio algo razonable y de que no afectará drásticamente a mis bolsillos. En eso hacía en diferentes programas de Internet que se podían hacer gratis y sin ningunas interrupciones ni nada por el estilo. Es una maldita molestia que algunas páginas se tengan que dar una cantidad exacta de dinero para poder trabajar en ellas. Sin duda ese tipo de situaciones me dolían gravemente la puta cabeza como ustedes se lo han de estar imaginando.

Al terminar de hacer los anuncios perdía el tiempo viendo videos para adultos. Me hacía el gran acto impuro dentro de mis pantalones y de mis largos calzoncillos. Siempre se dice que es un acto de lo más asqueroso la masturbación, pero a mi me valía un completo carajo de lo que diga la gente. Esto me ayudaba en aumentar más la inspiración en los diferentes modelos de anuncios que yo hacía.

Muy pocas veces me conectaba de las redes sociales. En esto yo pienso que no había nada interesante en que ver. Solo vez a un montón de pendejos compartiendo noticias o eventos que a nadie le interesa. Pero una de las ventajas que uno como emprendedor tiene al estar ahí era de anunciar cualquier m****a para así atraer a más gente.

La publicidad y el negocio estaban funcionando perfectamente a partir de que había inaugurado mi gran negocio. Los casos era tan estúpidos y muy ridículos de hacer, pero me las ingeniaba de todas formas. Entre esos casos hubo uno que en realidad me llamó mucho la atención y que hasta el día de hoy lo guardo como anécdota personal. Esté asunto me generó mucha curiosidad y algo de enfermedad social de lo que pasa comúnmente en nuestra sociedad.

Nombre del caso:

“La esposa de willy “

El sujeto se acercó a mi despacho. Era muy delgado con pinta de ser albañil y de tez morena. Al siguiente de entrar a mi oficina (era completamente chica el espacio en donde tenía las cosas a mi alrededor) me hace una meticulosa pregunta.

— Hola, ¿es usted él detective del anunció?

Lo mire irónicamente y después le argumente.

— Si aparece mi nombre afuera de la calle y de la puerta en si pues claro, ese es mi nombre.

El hombre se quita su gorra y empieza a rascarse todo su corto pelo de color negro.

— Pues si verdad, que güey. — piensa unos segundos y aclara lo que ha venido. — es que e venido a que me resuelva un caso.

Su maldita voz era muy chillona y era muy difícil de procesar. Tardaba en minutos en responder y al siguiente paso accedí a preguntar.

— ¿Y que tipo de caso quiere que le resuelva? Mi estimado caballero.

— Es sobre mi esposa— en eso saca varias fotografías de su esposa y de su familia.

— ¿Qué es lo que ocurre con ella?— me intrigaba mucho el momento que pasaba con él.

— Bueno, creo que de que ella me está…

— ¿Engañando?

Pensaba las millones de posibilidades de lo que podía pasar pero al final me suelta una santa m****a de las m****as más feas.

— No claro que no— en eso se encoje de brazos y prosigue con lo que va a decir— trata de hacerme pendejo con la comida que hace ella. Pero en realidad tengo la sospecha de que no es del todo cierto.

Quería soltar una puta carcajada tan fuerte que haría destrozar todo el espacio y tiempo que hay en la realidad. Pero en realidad me aguante mucho y seguí con todas las indagatorias algo aclaradas.

— Haber si entendí a la perfección. — aclaro mis ideas y intento sonar muy serio después de la menuda tontería— ¿quiere que investigue a su esposa por qué usted tiene la sospecha de que ella consigue o compra la comida en otra parte?

El sujeto le da muchas vueltas a su cabeza y solamente me ve de arriba abajo.

— Así es, me da ligeros dolores de estómago en tan solo pensarlo.

Respiro unos segundos y vuelvo a poner orden en el trabajo.

— De acuerdo, pero el costo va a ser muy elevado mi amigo.

Saca de su cartera una cantidad tan pobre pero algo muy considerable.

— Solo tengo conmigo 1000 pesos. Y después le daré el resto si logra saber más de esto. ¿Si quede claro?

Pensaba y analizaba muy bien su pregunta. Al siguiente paso le volví a preguntar.

— ¿ Y cual es su nombre?

— Luis Alberto pero todos me llaman “willy”.

No tenía ni puta idea del por qué le llamaban willy pero no era de mi importancia en saberlo. Tenía todas las intenciones en resolver este caso en cuanto sería lo posible. Al finalizar nos dimos la mano y hicimos un trato muy respetable.

El tiempo se ponía en marcha. Agarre las fotos y las vi una por una hasta ver la dirección de su casa. Era muy alejado de la ciudad.

Tenía que tomar un camión de inmediato.

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