"Samantha Sánchez"

Es Ethan alias el iceberg quien tenía posada su mano en mi espalda baja, lo miré con el ceño fruncido para darme cuenta de que no me miraba a i sino hacia un señor al cual me miraba demasiado, si no fuera por mi Jefe no me habría dado cuenta de que el señor me miraba con descaro, solo atine a rodar los ojos y seguir avanzando.

Él se percata de que ya no estoy a su lado asiendo que se asuste un poco, pero al verme sentada en la mesa y tratando de reprimir una sonrisa divertida por la forma en la que me busco desesperado, se acerca con rapidez a la mesa, sentándose en el transcurso.

Después de unos minutos llega el mesero y pedimos, cuando ya tiene anotado lo que pedimos se va el mesero a buscar nuestra comida en eso el iceberg me mira buscando una explicación a mi comportamiento hacia él, pero yo trato de no prestarle atención, pero es imposible por cómo me mira, es una mirada tan penetrante que no puedo resistir darle algunas cuantas miraditas.

Ya cansada de las miradas que me lanza y las miradas que doy lo volteo a ver con una ceja alzada y una mirada que dice ¿qué quieres?

-Quería saber ¿qué te pasa? ¿Porque te pones así? -dijo confundido sin saber nada, pero que le pasa a este hombre.

- ¿Quieres saber que me pasa? –pregunte con ironía

- ¡Si! Quiero saber que pasa contigo ¿Por qué estás tan seria? Y ¿Por qué no me miras a los ojos? -dijo aún más confundido

-Pues te aré la misma pregunta a ti ¿Qué le pasa? ¿Por qué me mira tanto? -dije con la mirada más seria que tenia

-Sabes que es de mala educación responder una pregunta con otra ¿verdad?  -dijo aun con confusión

- Oh claro que lo sé, pero debería de ser yo la que le pregunte eso a usted, ha estado con sus cambios de humor constante hasta para mi parecer se ve como una chica con cambios de humor constantes-dije cruzándome de brazos

- ¿Yo? ¿con mis cambios de humor? y ¿qué me parezco a una mujer con cambios de humor constante? -dijo riendo y después me mira fríamente y habla- no me hagas reír, que la única con problemas de humor eres ¡tú! ¡Y no me hables así que soy ¡Tu Jefe! – dice ya algo enojando y alzado la voz a lo ultimo

- Muy bien me largo de aquí no quiero seguir con este jueguito-dije levantándome de mi puesto y yéndome del lugar

Cuando salgo me voy caminando y busco un Starbucks, cuando lo encuentro entro, pido un café con un brownie y me siento a esperar mi pedido, me llaman para darme lo que pedí y después de unos minutos antes de terminar mi comida y bebida siento una mirada penetrante, por favor que no se quien estoy pensando que es, alzó la cabeza y me encuentro en vivo y directo a mi querida "madre".

Me tenso en ese momento cuando veo que avanza hacia mí con su típica sonrisa arrogante y se detiene al frente de mi mesa para después verme de arriba hacia abajo, hago lo mismo, pero con frialdad.

- ¿Que se le desea señora? -dije fría y seca sin levantar mi mirada de lo que como.

- ¡¿Así le hablas tu madre?!-dijo con una sorpresa tan fingida como sus tetas.

- ¡Tú ya no eres mi madre! ¡¿Qué es lo que quieres?! –dije más enojada que antes ya que ella me saca de quicio más rápido que el iceberg ese.

-Pues después de todo sigo siendo tu madre, aunque no lo quieras, además quise acércame a saludar -dijo con sarcasmo y una sonrisa fingida.

-No me cambies el tema ¿qué quieres? -dije ya con estrés

-Pues estaba caminando por ahí, hasta que te vi por el ventanal de este Starbucks, pensé en tal vez pedirte un poco de dinero y saber si ya conseguiste a un nuevo hombre a quien le quitante a una pobre mujer, además tienes un buen gusta para eso después de ese bombón de Tomas y también esa es una de las razones por la cual no te considero como mi hija, además te pude reconocer ya que no cambiaste nada ni siquiera un pequeño cambio de look, que lastima querida -dijo sin dejar de lado su sonrisa falsa

-Pues ¡adivina que! no te voy a dar nada de lo que quieras de mi para eso está mi padre a quien por desgracia lo dejaste casi en banca rota de no ser gracias por las acciones de las otras empresas que están aliadas con él, además me pregunto qué haces pidiéndome dinero todavía sabiendo que mi padre te da de todo aunque le pasara eso o quiere decir que ¿ya mi padre descubrió lo que haces? -dije con ironía y con una sonrisa de superioridad, que la hizo enojar-Y a ti que te importa si tengo novio o esposo o si se lo quite a alguien, no debería de importarte mi vida personal pero para que estés satisfecha y te quedes con la boca abierta si tengo un novio y era felizmente soltero cuando lo conocí, además ya no soy esa chica de antes, que te quede claro.

Para que estén un poquito más en contexto, tengo dos hermanas una es la mayor y la otra es la más pequeña, si se puede decir que yo soy la del medio y antes de que me fuera del país descubrí que mi madre engañaba a mi padre con el vecino, ya que los i en la cocina de la isla haciéndolo sin saber que yo estaba ahí. Bueno ya no sé si lo sigue haciendo, pero nunca se lo dije a mi padre por miedo a que no me creyera.

-Mira niñata a ti no te interesa lo que hizo tu padre o lo que paso conmigo, me vas a dar lo que me pertenece o... -dijo enojada, mira quien habla la que quiso meterse en mi vida personal sin permiso.

- ¿O qué? ya no me puede hacer nada ya soy mayor de edad y no me puedes controlar como antes, además no te he hecho nada para que me salgas con que me vas a acusar con la policía-dije con aburrimiento, ella me mira con frustración y enojo, logrando que sonría internamente.

-Bueno pues si tienes novio, quiero verlo este jueves, vamos hacer una celebración por los 20 años de la compañía de tu padre-dijo seria y mirándome fijamente-Pero si no me traes a tu supuesto novio, voy a ir al jurado y dire que no eres apta para valerte por ti misma, no me retes queriada-dijo con suficiencia y burla apuntándome con el dedo índice.

-Aceptó el trato, aunque no sé porque me amenazas con denunciarme, pero bueno será una cena en tu casa, solo tú, mi hermana y mi padre si es que puede, nada de empresa o que tenga que ver con ella-dije apartando su mano que estaba cerca de mi cara y sonriéndole con malicia.