CAPÍTULO VII

En el año 2099 se registró la primera aparición de los vampiros de forma oficial como una especie establecida en el planeta tierra desde hacía milenios. Ellos surgieron con soluciones médicas, tecnológicas, científicas y económicas para evitar la completa debacle humana.

Al principio, los poquísimos asentamientos humanos accedieron de forma docil a su introducción en un nuevo orden mundial. Sobre todo, porque los linajes arcanos estaban compuestos de unos miles de miembros, incluidas familias humanas, que eran reconocidas como parte fundamental de estas, y se les llamaba Benefactores de sangre.

La tradición de los Benefactores era pasada de generación en generación, y cada familia arcana trataba a sus benefactores como mejor le pareciese. En algunos casos eran miembros con plenos derechos, en otros, eran apenas un poco más que sirvientes.

Esta relación estrecha entre humanos y vampiros sirvió como piedra angular para las negociaciones. Los vampiros jamás serían tan numerosos como los humanos, apenas un par de miles habían sobrevivido. Y aunque en contraposición con la devastación humana, era un número muy pequeño, debido a que los vampiros no tenían la misma capacidad para reproducirse.

Los humanos solo tenían dos opciones, la definitiva extinción de la raza, o el progreso y el futuro en convivencia armónica con los vampiros.

Todos los humanos supervivientes que quedaban sobre la faz de la tierra fueron trasladados hasta el último reducto vivo del mundo, una ciudad amurallada y protegida por un domo que se conoció en ese entonces como un Arca contenedora de vida. Los vampiros la llamaban Tevah-Ajat.

Para el año 2578 se había repoblado el suelo terrestre y se habían construido cinco ciudades-arcas adicionales, una de ellas en medio del océano atlántico. Gracias a los avances médicos y científicos de los vampiros, el promedio de vida humana saltó de cien años (que se había alcanzado nuevamente en el año 2470) a doscientos cincuenta, dejando un margen de aproximadamente doscientos veinticinco años de vida plena y joven, para todos los seres humanos.

Los estudios genéticos realizados para determinar y detener la causa del envejecimiento celular, demostraron que determinados humanos eran capaces de ser convertidos a vampiros por medio de una enzima que se produce en la sangre de los vampiros de raza pura. Cuando se hizo de conocimiento público semejante descubrimiento, los humanos exigieron una rápida conversión para estar en igualdad de condiciones en cuanto a longevidad, fuerza y habilidades; pero los vampiros se negaron. Solo los humanos que cumplieran con ciertas condiciones genéticas y de utilidad serían considerados para la conversión. Así que los vampiros conversos de manera accidental antes de 2578 eran responsabilidad de sus amos, y cualquier delito o logro, era directa competencia de la familia arcana del miembro que había convertido al humano en vampiro.

Hoy por hoy, es un delito punible, la conversión no controlada está penada con mil años de prisión para el converso y dos mil para el amo vampiro.

Todos los conversos deben conocer las consecuencias de dicho acto.

Una vez convertido en vampiro, el converso tiene que abandonar a su familia humana. También servirá a la familia arcana durante quinientos años consecutivos, después de los cuales, será reconocido como miembro en pleno derecho de llevar incluso el apellido original, si la familia arcana lo decide, o alguno de los apellidos del árbol familiar. El vampiro converso tiene derecho a rechazar el honor de ser miembro de la familia, renunciando a su vez a los derechos de la misma y ser un miembro útil e independiente para la sociedad.

El proceso de conversión no es sencillo, es en extremo doloroso, lento y no siempre es exitoso. Muchos de los conversos pueden terminar padeciendo de locura, o cualquier enfermedad propia de la raza. Por estas razones, solo los hombres y mujeres mayores de cincuenta años pueden volverse candidatos para la conversión.

Con la aceptación de los derechos básicos de los conversos, explotó un problema mucho mayor: los mestizos.

Los seres descendientes de las relaciones sexuales entre humanos y vampiros exigieron igualdad de derechos a sus pares. Como individuos nacidos dentro de familias arcanas, debían disfrutar de los mismos beneficios que los hijos engendrados dentro del seno de familias de raza pura; del mismo modo que deberían acceder a los derechos plenos que los humanos gozaban.

Los humanos se quejaban de las diferencias evidentes que surgían entre los mestizos y ellos, acusándolos de desigualdad a la hora de acceder a empleos y beneficios que los vampiros gozaban y los humanos no. En caso de algunas familias arcanas, los mestizos eran considerados seres inferiores y estaban destinados al servicio y protección de vampiros puros.

Los humanos consideraban a los mestizos una abominación de la naturaleza.

Los vampiros consideraban a los mestizos una degradación de su legado genético.

Debido a la facilidad con que hombres y mujeres podían procrear con vampiros, la tasa de natalidad de mestizos compitió con el crecimiento de natalidad humano. Grupos de derechos humanos comenzaron a exigir leyes de apartheid[1] para evitar que vampiros y humanos se aparearan y tuvieran descendencia. Aquellas parejas que se habían creado antes de dicha solicitud, solo tenían derecho a procrear un solo hijo y se solicitaba la esterilización de ambas partes una vez naciera el bebé y aquellas parejas que no acataran serían obligadas a abortar.

Mientras tanto, los vampiros establecieron una ley en su Cámara de Lores, una entidad interna que se encargaba de impartir orden y justicia en la comunidad vampírica. La Ley Pureza de Sangre fue emitida en el año 2582 y los humanos radicales, se sumaron con su propia ley homologa dos años después, donde suscribían, más o menos, los mismos principios: proteger el legado genético humano, evitar la propagación de enfermedades propias de la raza, evitar la degradación del alma humana (en caso de los vampiros, las habilidades innatas), etcétera.

Durante los siguientes treinta años, se debatieron las desventajas y debilidades de establecer una separación en las razas, y se estableció que no podía negarse el derecho de reproducción y convivencia de humanos y vampiros.

Se proclamó la Ley de Libre Legado Genético en 2612.

La proclamación de dicha ley generó revueltas y manifestaciones, la Cámara de Lores estableció la demanda de que mientras la ley estuviese vigente, la mayoría de los vampiros miembros de la Cámara no continuarían contribuyendo con el progreso de la sociedad.

En 2622 sucedió la primera gran masacre de mestizos. Un incendio que arrasó con la vida de casi dos mil estudiantes universitarios. El mensaje fue claro: había comenzado La Purga.

Los hijos nacidos de la unión vampiro-humano fueron perseguidos y exterminados durante ciento cincuenta años. Fue un periodo oscuro y sangriento de la historia, en el que se diezmó casi el sesenta por ciento de la población, los sucesos ocurridos durante ese siglo y medio son conocidos como Las Revueltas de Sangre.

Vampiros, conversos, mestizos y humanos, fueron masacrados en sus casas, atacados en las calles por turbas enardecidas, execrados de puestos de trabajos, educación y beneficios sociales. Solo Ajat, la Primera Arca, se mantuvo neutral, ofreciendo refugio a las víctimas y sobrevivientes de las demás arcas.

Las Revueltas de Sangre aún están presentes en la memoria colectiva del mundo a pesar de que el proceso de “purga” solo duró ciento cincuenta años. Vampiros y humanos finalmente llegaron a un acuerdo y aquellas familias humanas que querían vivir en ambientes libres de mestizos y vampiros se aislaron en sus dos ciudades: Arba y Jamesh.

Los Vampiros ortodoxos asentaron su centro de poder en Shtay-in.

Ajat, Shalosh, Shesh y Sheva se convirtieron en Arcas mixtas, donde humanos, vampiros y mestizos conviven como iguales, con los mismos derechos y responsabilidades.

El comercio y relaciones políticas entre todas las arcas se mantiene, aunque hay estrictas prohibiciones de entrada en las ciudades libres de humanos o vampiros.

Solo las Fuerzas Especiales tiene derecho de libre tránsito en ellas, pero ninguna de las ciudades puras da cabida a una base mixta de operaciones para La Fuerza.

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[1] Fue el sistema de segregación racial en Sudáfrica y Namibia (mientras este último era territorio sudafricano) en vigor hasta 1992. Básicamente, este sistema de segregación racial consistía en la creación de lugares separados, tanto habitacionales como de estudio o de recreo, para los diferentes grupos raciales, en el poder exclusivo de la raza blanca para ejercer el voto y en la prohibición de matrimonios o incluso relaciones sexuales entre blancos y negros.

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