Nuestro secreto
Nuestro secreto
Por: Buho Bander
Conociendo a Dan

Nuestro Secreto

Parte I

Conociendo a Dan.

Capítulo I

En el Instituto secundario de Hamityville.

Dan era un joven bastante educado, de tez pálida, con ojos marrones claros, su sonrisa era muy contagiosa aunque se le veía sonreír muy poco, incluso nadie del instituto podría decir que lo había visto sonreír, su mirada era fría y penetrante, su cara con un atípico lunar al lado de su ojo izquierdo, daba la impresión que siempre estaba molesto, con el ceño fruncido durante todo el día, nadie se le atrevía a acercarse, por miedo, y por ser el chico más pobre de todo el instituto, era un brillante genio, había entrado al instituto por sus calificaciones y una beca que costeaba todo el año de estudio, ya este era su último año en el instituto. 

Eran casi las dos de la tarde cuando estaban todos en el gimnasio del instituto, estaba por terminar el recreo, de repente un grito atrajo la atención de todos los presentes.

-¡Ahhhh! ¿Es en serio Sean? Te lo he dicho, no sé dónde está.-

-No me importa si no sabes dónde estás, te dije que quería que lo trajeras hasta acá, o ¿Quieres ser tú el que reciba la paliza por él?- 

-¡No! ... ¡Está bien iré a buscarlo nuevamente!- Respondió el chico todo tembloroso y con muchísimo miedo. 

Sean Walker era el tipo rudo del instituto, nadie se metía con él, pero él siempre estaba buscando peleas con cualquier persona que estuviese al frente, excepto por Dan y las chicas populares del Instituto, eran las únicas personas que se salvaban del acoso. El chico al cual estaba molestando esta vez, era Erick Blasdow un joven con mucho poder y dinero, pero cobarde, al cabo de unos diez minutos llego Eric con la persona que Sean estaba buscando, Xen Chan, hijo de un magnate poderoso pero quien, como la mayoría le tenía mucho miedo a Sean. 

-Xen. – Dijo sean alzándole los brazos en señal de darle un abrazo. Xen tuvo miedo pero sabía que si retrocedía sería peor, miró a Erick y lo fulminó lo atrajo hasta acá, diciéndole que le iba a invitar unos helados y a hablar de negocios, Xen ama los helados, y como heredero de un magnate, tiene que irse poniendo al corriente de los negocios de vez en cuando, pero al llegar lo primero que vió fue la mirada de satisfacción en la cara de Sean.

-Sean ya te he dicho que yo no dije nada.- Le dice de forma automática Xen con terror en su rostro pero firme.

-Ah tranquilo, ya me han dicho que no fuiste tú, pero igual quería hablar contigo, quería disculparme…- le dijo Sean en tono amistoso, pero con una sonrisa fría en su rostro. Sean tenía un color de piel blanco, no era pálido, pero sí, muy blanco, sus ojos eran grises y hacían un perfecto contraste con su color de cabello, su cuerpo era altamente musculoso y era alto, a simple vista se podría decir que medía alrededor de 2 metros de altura.

-¿Disculparte?- inquirió Xen con asombro en su rostro y sin notar la sonrisa fría en Sean. 

Los demás que estaban en el gimnasio, vieron el rostro de Sean, algunos no pudieron evitar reírse, y fue allí cuando Sean volteo y observó los rostros a su alrededor, supo en ese instante que algo iba mal, empezó a sudar, mientras lentamente volteo de nuevo a ver el rostro de Sean, para ese instante, Sean se había precipitado hacía él, y lo tenía a menos de 1 metro, Xen trago saliva y Sean río, tomó a Sean por la mano, y le dijo en voz alta para que todos escucharán. -Vamos Xen, te invito un helado.- Curiosamente salieron hacía la parte interna del gimnasio, ya todos sabía que Xen sería golpeado. 

Justo cuando iban saliendo, una chica rubia, de al menos unos 170 cm, con una figura muy linda, ojos verdes, y una figura elegante y sexy salió detrás de ellos a todo dar, en ese instante la presidenta de la clase 1, la señorita Ivanna Socolle, iba a impedir que Xen fuera golpeado, ya que no era la primera vez que sucedía Ivanna estaba cansada de que Sean siempre hiciera lo que quisiera, todos los demás observaron, y salió la multitud de estudiantes, para saber qué sucedería, la señorita Ivanna era la hija del hombre más poderoso en todo el país, de nada más y nada menos que el presidente Ivan Socolle, nadie se atrevía a faltarle el respeto a Ivanna, y querían ver la reacción de Sean cuando ella se le enfrentara. 

Al llegar a la parte trasera del gimnasio, Sean le lanzó un golpe directo al rostro de Xen, este retrocedió algunos pasos, perdió estabilidad y finalmente cayó al suelo, al momento de que Sean le iba a dar un patada en su estómago, se escuchó una voz femenina. –Sean Detente ahora mismo, o verás las consecuencias.- la señorita Ivanna había salido casi que de forma inmediata detrás de Sean y su combo de compinches, luego de unos segundos varios estudiantes se asomaron detrás de Ivanna para ver cómo se llevaban a cabo los hechos.

-Presidenta de clase no se preocupe, este es mi amigo Xen, solo estoy hablando con él.- A Sean siempre le había gustado Ivanna, pero ella nunca se había fijado en él, entonces, Sean pensó “vienes a defender a este idiota ¿Será que le gusta este idiota?” este pensamiento enfureció a Sean, volvió su mirada contra Xen, lo miró con más rabia aún y le dio una patada con todas sus fuerzas, Xen se removió en el suelo, luego Sean lo tomó por el cuello de la camisa y le propino varios golpes más, en ese momento Ivanna, sintió miedo, como la hija del presidente de un país Ivanna había crecido con muchísima protección nunca había luchado físicamente contra nadie, su mayor arma eran las palabras, pero ella sabía en el fondo que Sean no la escucharía, pensó en decirle a las autoridades escolares, pero el Padre de Sean, El señor Arthur Walker, era un mafioso de primera, incluso el padre de Ivanna lo trataba con respeto, no quería problemas con estas personas, el padre de Ivanna le había dicho, que evitará a toda costa contacto con Sean y así lo había hecho ella, además Sean era un lunático cabeza hueca, según las propias palabras de Ivanna, ella sabía que si lo denunciaba solo le daría problemas a su padre, pero no quería seguir viendo estás injusticias.

Ivanna sintió que no podía hacer más nada, miro a Xen con lágrimas en los ojos, y este siendo fuertemente golpeado por Sean le devolvió una sonrisa sincera, ella al menos había tratado de defenderlo. En ese momento, una voz fuerte y firme, hizo que Sean se detuviera en seco.

-Detente Sean Walker.- Le dijo Dan, Sean nunca había molestado a Dan, sinceramente, porque le tenía miedo, Dan daba un aire, de ser más malvado y frío que él, pero nunca se le había visto hablando con alguien que no fueran los profesores, y muy pocas veces, pero su voz era tan fuerte y firme que causaba miedo, Sean lo miró, los ojos de ambos chocaron, y empezó una batalla silenciosa, se podía sentir como un pequeño cabello podría ser cortado en el aire, Dan paso entre la multitud detrás de Ivanna, sin apartar la mirada de Sean, y este último trataba de sostener su mirada, a pesar de que cada segundo le tenía más miedo a Dan, este se detuvo al lado de Ivanna, en ese momento para Ivanna, ver a Dan era una novedad, casi nunca lo veía, sabía que Dan era el alumno número uno del instituto y que sus notas superaban por mucho a las de ella, pero a Dan raramente se le podía ver hablando, incluso sus intervenciones en clase eran contadas, Dan estaba en la clase 15, la clase que era para aquello de “menos recursos”, que curiosamente eran hijos de grandes magnates. En realidad la persona de menos recursos que había realmente en el Instituto eran Dan, ella había visto su expediente, porque cuando realizaron la reunión de presidentes de clase, la presidenta de la clase 15 Virginia Simonov, le mostro que sus notas, superaban a todas las del instituto y por mucho.

Ella miró a Dan, pero tampoco sabía cuáles eran sus intenciones, por lo cual decidió mantenerse firme, seco las lágrimas que habían caído de sus ojos, miró firmemente también a Sean, pero este no le quitaba la mirada a Dan, Sean sabía que si no hacía contacto visual, perdería mucho respeto, aunque cada vez tenía más miedo. El silencio era mortal, hasta que Dan hablo nuevamente.

-Xen levántate y ven hacia acá.- Sean empezó a sudar frío, pero no quería dejar ir a Xen y menos quedar mal frente a Ivanna, por fin apartó la mirada de Dan y miró nuevamente a Xen, ya este se había levantado, lo fulminó con la mirada, pero Xen apartó su vista y miró a Dan, camino en línea recta, paso por el lado de Sean y se detuvo al lado de Ivanna y se apoyó de esta, en ese momento Sean salió disparado y al estirar su mano para tomar a Xen, Dan se interpuso entre los dos, y Sean se detuvo en seco, Dan lo miró con furia, Sean se asustó mucho, había tratado con asesinos de su padre, quienes le llevaban noticias de muertes encargadas, pero nunca había sentido miedo, no de esta forma, para Sean, ver los ojos de Dan era ver la muerte misma, mientras que para Xen ver los ojos de Dan era la salvación de su vida, era contradictorio, como una simple mirada podía significar la vida y la muerte, en ese momento todos tenían miedo, excepto Ivanna, quien podía decir que Dan, no le haría daño.

Sean evitó la mirada de Dan. –Mírame nuevamente a los ojos Sean Walker.- Dijo Dan, Sean levantó la mirada de forma cautelosa y poso sus ojos sobre los de Dan. –Si vuelves a molestar a alguien, no lo dejaré pasar.- Al terminar estas palabras, Dan miró en dirección donde se encontraba Xen, poso sus ojos sobre él unos instantes, luego hacia Ivanna y finalmente paso entre la multitud para desaparecer nuevamente, Sean observo con furia la espalda de Dan y juró en algún momento vengarse de él, mientras Ivanna ayudaba a Xen, para irse rápidamente del lugar, al pasar a la multitud la cual los observó detenidamente y luego posaron su mirada sobre Sean, y finalmente todos siguieron en tropa para regresar al gimnasio. 

Sean por primera vez derrotado, esto era increíble, el alumno nuevo solo llevaba un par de semanas y fue capaz de detener a Sean con solo unas palabras, esto era una bomba en el instituto, en menos de 1 hora ya todos sabían lo sucedido, incluso las autoridades escolares, quienes estaban a gusto porque al fin alguien había detenido a Sean, pero que también tenían miedo, por las represalias del padre de Sean.

Xen fue llevado a la enfermería, mientras que Ivanna le interrogaba.

-¿Por qué Sean quería golpearte?- inquirió Ivanna.

-¿Escuchaste el rumos acerca de Sean saliendo con la señorita Di Giglio? La presidenta de la clase 5.

-No, no he escuchado nada al respecto ¿Qué sucede con eso?-

-Ella es la hija de Marco Aurelio Di Giglio, uno de los más influyentes del bajo mundo, es el número 4 en escala de los mafiosos más prominentes de Hamityville y como el sexto en todo el país, él y el padre de Sean han tenido muchos choques fuertes, pero sabes que el instituto y sus alrededores es zona neutral para las mafias, debido a que acá estudian muchos de los hijos de estos mafiosos.-

-Si todo eso lo sé de sobra.- Le respondió Ivanna. – Pero eso ¿Qué tiene que ver contigo?-

-Pues que alguien dijo que yo había visto a Sean y a Andrea Di Giglio besándose.-

-¿Qué? Pero eso es un problema muy grande, un padre de la mafia no permitiría esta unión. – Adquiere Ivanna con preocupación en su voz. – Incluso podrían matarte por esto.- 

-Sí, lo sé.- le dice Xen, con lágrimas en los ojos, Xen era una persona con facciones asiáticas, pero con un color de piel oscuro, casi morena, sonreía mucho, sus ojos eran de color oscuro, casi que eran totalmente negros, pero se podía distinguir la iris de la córnea, era alto de una 175 cm, y muy juguetón, casi siempre estaba gastando bromas y jugando con alguien más, pero siempre manteniendo el respeto necesario. Él no había dicho nada acerca de Sean y Andrea, alguien quería culparlo por algo que no había dicho.

-¿Qué harás? Hoy Dan logró salvarte, pero ¿Qué sucederá si no se interpone de nuevo? Y ahora hay que esperar la reacción de Andrea.- Al terminar esas palabras de los labios de Ivanna, la puerta de la enfermería se abrió de par a par con un fuerte golpe, era Andrea, seguida de algunos amigos suyos del club de lucha, Andrea era la típica niña de papi que hacía lo que quería y nadie le decía nada, ella era rubia, ojos verdes claros, piel suave y clara súper cuidada, su cabello le llegaba por debajo de su cintura, traía el uniforme de porrista del instituto, este consistía en una blusa superior que le dejaba al descubierto su ombligo y ambos brazos, y una falda muy corta que le dejaba relucir sus hermosas piernas, su voz era suave y tranquila normalmente, pero en ese momento no estaba nada calmada, le dirigió una mirada fría a Xen.

-Xen ¿Qué rayos andas diciendo por los pasillos?- cuestionó enojada Andrea.

-Yo no fui el que lo dijo, lo juro.- Respondió Xen tranquilo, conocía a Andrea, sabía que a pesar de ser hija de un mafioso, Andrea no era mala persona, no se parecía en anda a Sean, y estaba seguro que los amigos que trajo del club de lucha solo los trajo para darle miedo.

En ese momento Andrea se dirigío con prisa hacía Xen y lo miró a los ojos. – ¿De verdad no fuiste tú?- cuestionó.

-No Andrea lo juro.- le respondió Xen.

Andrea sabía que Xen no era un mentiroso y que no estaba con esas andanzas, entonces sabía que él decía la verdad. Le dijo con tono muy serio y tranquilo, cambio de forma repentina, pero con un tono de preocupación que no era normal en Andrea. -¿Entonces quién fue? Y ¿Por qué lo hizo? Esto puede tener grandes consecuencias en el país, afuera de este instituto hay más mundo y lo que hacen acá tiene repercusiones importantes.-

-No lo sé, pero debemos averiguarlo.- Intervino Ivanna en la conversación, a ella tampoco le convenía que sucedieran estas cosas, su padre se vería muy afectado si empezará una guerra entre mafias en estos momentos.

Transcurrieron las primeras horas de la mañana, y llegó la hora del almuerzo, casi todos los estudiantes estaban en el comedor, Sean estaba con sus compinches en el comedor, sentados almorzando, Sean aún estaba furioso por lo sucedido, pero igual no quería demostrarlo, por otro lado estaba Andrea, Ivanna, Xen, Augusto, Mónica, Charlie y Richard sentados mientras comían preparaban un plan para encontrar al culpable de la difamación de la relación entre Sean Walker y Andrea Di Giglio, Augusto Moretti es hijo de uno de los políticos más importantes del país, de Fausto Moretti, quien es un parlamentario en la cámara nacional, un apoyo muy grande para el papa de Ivanna, Mónica Coperfield, hija del multimillonario Tomás Coperfield, un magnate inmobiliario, Charlie Walkensson, hijo de Straust Walkensson, una mujer imponente, tanto así que no dejo que su hijo llevará como primer apellido el de su padre, sino el suyo, dueña de la boutique más famosa de todo el país, y finalmente Richard Orword, su familia siempre había estado en el negocio de los automóviles, era uno de los más ricos de todo el instituto.

-Esperemos que lleguen Andrew, Sthepania, Lucy y Esteban.- Dijo Andrea con el mismo tono de preocupación que tenía al momento de hacerle la pregunta a Xen. Ella sabía que este malentendido podría desatar una guerra entre mafias, principalmente en Hamityville, pero que podría a todo el país, ella quería evitar eso a toda costa, pero no tenía ninguna idea de que hacer. Xen estaba ayudando porque su vida dependía de un hilo, incluso la de su familia, la mafia estaba detrás de esto, Augusto ayudaba por dos razones, la primera le gustaban tanto Andrea como Ivanna, si podía lograr solucionar aunque fuera un poco el problema podría tener un romance con cualquiera, además de que podría jactarse diciendo que había detenido una guerra entre mafias, esto ayudaría a la carrera política de su padre, y suya propia en un futuro, Mónica solo estaba ayudando porque si empezaba una guerra entre mafias, el valor del terreno caería, ella desde temprana edad se había propuesto seguir los pasos de su padre, y entendía muy bien el negocio inmobiliario, por tal motivo, no quiso que se iniciara un pleito, financieramente no le convenía, igual que Charlie y Richard, ambos sabían que una guerra de mafias, sería perjudicial para los negocios de sus padres, por tal querían detenerlo lo antes posible. Ivanna por otro lado, sabía que la carrera política de su padre podría irse hacia abajo si se empezaba una guerra, las consecuencias serían bárbaras para su padre, y por lo tanto para ella, así que no podía permitirlo.

Casi todos los presentes que estaban en la mesa, querían evitar la guerra por sus propios contras, es decir, por las consecuencias que les podía ocasionar de manera personal, Andrea era la única de la mesa que no quería un derramamiento injusto de sangre. De repente sonó su teléfono, ella puso una cara fría al ver la pantalla del teléfono era su padre, al momento en que volteo a ver a Sean por alguna extraña razón, quien la veía también con su teléfono en la mano, la noticia ya se había extendido fuera del instituto y no siquiera se habían acabo las clases. 

-Hola papi.-Contestó Andrea sonando lo más suave y dulce posible, pero la respuesta fue brusca y aterradora.

-¿Cómo que estás saliendo con el hijo de Arthur Walker?- Habló el papá de Andrea con una rudeza que ella jamás había escuchado en la voz de su padre. 

-Padre todo es una equivocación, un chisme. – Respondió Andrea con voz dulce.

-Me estás diciendo que los que me llamaron me mintieron, y ¿Por qué alguien inventaría semejante cosa? ¿No saben de quienes son hijos ustedes dos? En fin, hoy no vendrás a casa, te quedarás en el Instituto, ya hable con el director, las cosas se pondrán feas, en las calles por culpa de ustedes dos, y les sugiero que solucionen eso, si no quieren muertes innecesarias, encuentra a la escoria humana que inventó semejante patraña.- Al terminar estas palabras su padre colgó.

Mientras Sean también hablaba con su padre. –Hola papá.- Dijo Sean al contestar la llamada.

-¿Qué sucedió entre tú y Andrea Di Giglio? – Dijo enseguida la voz del padre de Sean de forma serena pero muy seria.

-Nada papá todo es un malentendido.- Respondió Sean muy nervioso, y empezando a sudar frío. 

-Bien pues fíjate, hoy por tu malentendido no saldrás del instituto, ya hablé con el director y está de acuerdo, además quiero hacerte otra pregunta.- en ese momento se pegó más al teléfono y su voz se podía oír de forma más fuerte y clara. -¿Qué sucedió con ese chico Dan?- Los ojos de Sean dieron vueltas, había sido intimidado por primera por un chico de su misma edad, por alguna razón Sean le tenía miedo a la mirada de Dan, había algo en ella que le causaba mucho impacto, se quedó en silencio, pensando que podía responder, cuando su padre hablo nuevamente. 

-Ese chico firmo su sentencia de muerte, de hoy no pasa vivo, al igual que algunos hombres de Di Giglio, gracias a tu malentendido.- El padre de Sean le hablo con una rudeza y de forma muy imponente.

-Está bien papá.- Respondió Sean con sentimientos encontrados, por un lado si quería vengarse de Dan, pero no quería matarlo, y por el otro, no quería derramar sangre de su familia, él sabía que se iba a empezar una disputa por territorio, ya que todo el problema que tenían era la zona de crímenes, si Sean y Andrea empezará a salir, las familias tendrían que compartir territorio, y para una familia de mafia eso es perdidas, no querían que eso sucediera, las cosas ya estaban tensan entre las mafias esos días, y esto estalló en una guerra por el territorio de Hamityville y sus alrededores. Sean ya sabía que su padre había hablado, y en la familia Walker, la palabra de Arthur Walker era la ley, también sabía que el padre de Andrea a pesar de ser un mafioso reconocido no tenía tanta influencia como su padre, lo más probable es que matarán al padre de Andrea, y que esperaran que ella colocará un pie fuera de la zona neutral, para matarla también, así eran las cosas en la mafia. La llamada se cortó, Sean miró nuevamente a Andrea, la expresión de ambos era de tristeza. Andrew, Sthepania, Lucy y Esteban no llegaron a la reunión con los demás, enviaron mensajes de texto que estaban ocupados, mientras los chicos terminaban su almuerzo, siguieron tratando de indagar quien había sido el responsable, pero no habían tenido buenos resultados, la verdad ninguna tenía idea, de quién o por qué hacían esto.

Las cosas estaban muy tensas en el instituto al terminar el almuerzo, en ese momento se esparció la noticia de que las mafias habían tenido el primer enfrentamiento, afortunadamente nadie salió muerto, no hubo siquiera heridos, pero era cuestión de tiempo, el director dio la orden que ese día nadie iría a su casa, todos se quedarían en el instituto por seguridad, al ser el instituto más grande e importante de Hamityville y de todo el país, contaba con una residencia para estudiantes exclusiva que podían utilizar a voluntad, por tal motivo, todos los alumnos tendrían que quedarse hoy a dormir, si las cosas mejoraban al día siguiente podrían ir a casa.

Todos regresaron a clases, pero la tensión era más que evidente, luego de la primera clase que duraba dos horas, se esparció la noticia de un nuevo enfrentamiento entre mafias, pero esta vez, ya habían más de doce muertos, y algunos heridos, los daños materiales era altos, y de las doce personas fallecidas, dos eran civiles, la atmosfera era más que opresiva.

Después de algunas clases más llegó la hora del segundo receso, todos estaban en el comedor, por seguridad no podían salir del edificio, Dan salió de la nada y se acercó a la mesa en donde estaban Sean y sus compinches, Sean lo miró de reojo, no se había percatado que era Dan.

-¿Qué quieres?- Le dijo Sean a la figura que tenía detrás, no sabía quién era, pero no tenía ánimos de darle lata a nadie, y menos después de la discusión con Dan.

-Dile la verdad ahora.- Dijo Dan, por su voz Sean se percató que era él, rápidamente volteo, pero para su sorpresa Dan no lo estaba viendo a él, estaba viendo en dirección de uno de sus amigos, Nick Conelli, era hijo de un mafioso no muy importante asociado con su padre, Sean se extrañó y volvió su mirada hacia Dan.

-¿De qué hablas? – Cuestionó Nick, con una sonrisa que no disimulaba para nada sus nervios, Sean se extrañó y miraba a ambos con una mirada de duda ante las palabras de ambos, “¿Qué rayos sucede aquí?” se preguntó Sean. En un momento todas las miradas estaban posadas sobre la mesa de Sean, Andrea que estaba muy curiosa y cuidadosa ante los movimientos de Sean, se sorprendió al ver la escena, el chico nuevo que nunca habla, le está diciendo algo a Nick ¿Qué rayos sucede?

Ivanna quien ya había visto un poco la actitud de Dan durante la mañana, se hizo la misma pregunta que Sean y Andrea. La atención estaba totalmente sobre la mesa de Sean. Habían pasado unos cuantos minutos entre Dan y Nick viéndose fijamente, pero Nick no tenía tanta fuerza de voluntad interior y de firmeza como Sean, le quito la mirada a Dan.

-No sé de qué hablas.- Le respondió finalmente Nick a Dan, y en ese mismo instante, Dan se apresuró y se colocó en frente de Nick, este empezó a temblar, la mirada de Dan, era despiadada y dura, ya sabía porque Sean le había tenido miedo, cualquiera con al menos una neurona en su cabeza le tendría miedo, Dan le miró con más firmeza aún, todos observaban inéditos la escena.

-Dilo ahora, quiero que salga de tu propia boca y el porqué, de todo lo que hiciste, cada segundo que tardes tendrá una consecuencia sobre ti.- le dijo Dan, con una voz que retumbo por toda la cafetería, el director del instituto Morgan Schelles, pudo sentir la mirada fría de Dan, en ese momento incluso él tuvo miedo, pero sabía que si Dan estaba haciendo eso era por una razón significativa ¿Cuál sería? Morgan estaba ansioso por saber el porqué de la actitud de Dan.

-No diré nada, cualquier cosa que diga puede costarme la vida, e incluso la tuya así que calla.- Respondió Nick, con voz temblorosa, pero fuerte, se pudo escuchar en todo el lugar, además que nadie se atrevía ni a respirar.

-Bien, te lo advertí, ni siquiera Arthur Walker haría caso omiso a mis palabras.- Dijo Dan, esta oración hizo que los pelos de Sean se pusieran de punto, miró nuevamente a Dan con más miedo, pero con admiración también en sus ojos, se atrevió a usar el nombre del mafioso más importante e influyente de todo el país frente a su hijo y su pandilla, este tipo estaba loco, los demás pensaron lo mismo, pero en ese momento, Dan le propino un golpe a Nick que hizo volar algunos de sus dientes, la cara de todos fue de sorpresa, los profesores iban a intervenir, pero el director Morgan los detuvo, él sabía que Dan no iba a actuar sin que fuera algo extremadamente grave.

Todos se quedaron atónitos, especialmente Sean, quien se alegró de no haber luchado con él temprano, Sean sabía que era fuerte, pero colar varios dientes de un solo golpe, no era tarea fácil, pero ¿a qué venía todo esto? Sean aún estaba confundido. La voz de Dan resonó nuevamente.

-Diles a todos ahora, además ustedes tres vengan acá ahora.- Dan estaba señalando a Amanda Fonk, Lucía Rodríguez y a la hermana de Nick, Valery Conelli. Estás chicas no dudaron un segundo para caminar al lado de Dan.

-Ahora digan todo.- Agredo Dan nuevamente, con un tono mucho más serio, fuerte y firme.

-La verdad… es que nosotras… fuimos quienes…- Respondió la hermana Nick con una voz temblorosa y casi en lágrimas.

-Nosotras fuimos ¿qué?- Cuestionó con firmeza Sean que estaba ansioso por el suspenso de la trama.

-Nosotros fuimos las que dijimos que tú y Andrea estaban saliendo.- Respondió Lucía.

Al terminar estás palabras el aura completa cambió, todos estaban en estado de shock, primero como que la hermana de uno de los mejores amigos de Sean haya inventado semejante calumnia, y luego, como era posible que Dan lo supiera, y más aún que interviniera siendo un asunto de mafiosos de alto rango en todo el país. Resulta que tanto Amanda como Lucía también eran hijas de mafiosos asociados a los Walker. 

-No fue culpa nuestra.- Adquirió Valery de inmediato. Sean estaba furioso y Andrea estaba acercándose a ellas con un rostro poco común en ella, su corazón latía a una velocidad realmente muy alta, y la furia se notaba en cada paso que daba.

-Es cierto, pero que Nick explique el resto de la situación.- Intervino Dan, con la fuerza en sus palabras que le caracterizaba, Andrea se detuvo en seco al escuchar a Dan.

-Mi padre nos hizo hacer todo esto, esta hartó de ser tan inferior en la mafia que planeaba utilizar la situación para hacerse con el poder en algunas zonas del país.- Dijo como pudo Nick, con su boca ensangrentada por sus dientes faltantes y por las roturas que tenía en el interior de su boca, “vaya un solo golpe y estoy así, si llegase a luchar contra él, no duraría ni un minuto de pie” pensó Nick.

Al oír esas palabras Sean abrió su boca de par en par, y Andrea se precipitó a tomar su teléfono celular, no iba a esperar para contarle a su padre acerca de la situación. Pero al momento de marcar Dan le arrebató el teléfono de las manos. 

-Espera Andrea, no quiero que muera más nadie, el padre de Nick obro mal, pero ese error puede costarle la vida a él, y a sus hijos, y no pienso permitir una muerte más…- Le dijo Dan. Ella solo asintió.

Ivanna que observaba la situación con entusiasmo, estaba atónita de que esas fueran las palabras de Dan “no quiero que muera más nadie”, usualmente las palabras de alguien del instituto, serían que no le beneficiaría en algo a él, a sus padres, o los negocios de sus padres, incluyéndola, “vaya este Dan sí que es diferente”, pensó Ivanna, al volver al escenario se dio cuenta de que Dan se dirigía hacia ella, mientras Sean le hablaba.

-¿Qué piensas hacer niño bonito?- Cuestionó Sean, Dan ni se molestó en mirarle, él mantenía la mirada fija en los ojos de Ivanna, Dan tenía un plan, él tenía una sonrisa indescriptible en su rostro. El director Morgan también, solo él conocía más o menos las habilidades de Dan, pero debía aceptar que incluso para él, Dan era un gran misterio. Morgan era el único del instituto que había leído el expediente de Dan completo, ni siquiera el subdirector, o los miembros del consejo, lo podían leer completo, solo Morgan, y es que este muchacho, era todo un enigma, pero era increíblemente bueno en millones de cosas. Morgan se preguntaba de donde había sacado tanta experiencia a pesar de ser tan pobre.

-Tu padre es el presidente ¿no?- Se dirigió Dan a Ivanna.

-Sí, lo es.-

-Bien.- Adquirió Dan, se froto la barbilla, todos estaban expectantes a lo que diría, o su proposición.

-Ya hay doce muertos, los Walker y los Di Giglio no dejarán pasar esto, pero si tu padre se entrega y confiesa algunos de sus crímenes, pueden perdonarle la vida ya que estará en prisión, pero sería muy necesario colocarlo en un lugar bajo una estricta vigilancia, allí entra tu padre Ivanna, El señor Socolle, pondrá a el padre de Nick, de Lucía y Amanda en una celda aparte ¿Puede hacer eso verdad?- Dijo Dan mientras miraba la cara de todos en el lugar, y finalmente poso su mirada en los ojos de Ivanna, ella no sabía que decir, la situación era complicada, los padres de Sean y de Andrea no dejaría que los demás se salieran con la suya, por ese motivo, ella no podía hacer comentario alguno, Dan pudo ver a través de su mirada, y pudo descifrarla para llegar a sus pensamientos.

-No te preocupes Ivanna, yo hablaré con tu padre.- Acotó Dan con una sonrisa amistosa que hizo que toda la cafetería entrará en un aura de armonía completa, todos estaban asombrados, pero en ese momento Clark Olwen, niño de papi y mami, no pudo soportar que Ivanna y Andrea miraran a Dan de una forma tan amistosa y dulce, e intervino.

-Dan no seas ingenuo, no es como si llamarás al vecino, es el presidente del país por dios, no te va contestar.- Dijo Clark secamente, Clark era nieto de Ardol Olwen, quien tenía el negocio más grande de supermercado en todo el país, a él siempre le había gustado Ivanna, pensaba en pedirle a su abuelo, un compromiso arreglado para que ella tuviera que casarse con él.

-No es necesario que hable directamente con él.- respondió Dan aún más sonriente. –No quiero que nadie moleste a los chicos por lo que hicieron, ellos cometieron errores, pero sus padres fueron quienes cometieron más, además ya les hice pagar lo suficiente.- y volvió la mirada a Nick, Lucía, Amanda y Valery, luego poso su mirada en Sean y Andrea, y les preguntó. -¿Entendido?- Andrea y Sean se miraron el uno al otro, para luego asentir al unísono devolviéndole la mirada a Dan, este último se fue sin decir más palabras, desapareció entre la multitud, todos se miraron los rostros, y volvieron a sus actividades.

El director Morgan estaba muy curioso por lo que haría Dan, pero debía esperar, no se arrepentía de haberle dado la beca a Dan. “Con este muchacho por acá, las cosas se calmarán un poco” pensó Morgan, y era verdad, debido a la cualidad de millonarios de los alumnos del instituto, todos se creían algo así como dioses, y por ese motivo todos creían estar sobre el resto, esto hacía que cada al menos una vez por semana se presentarán circunstancias como las de hoy o incluso peores, Dan solo tenía un mes en el instituto, pero conocía a cada estudiante mejor que ellos mismos, el hecho de que le hiciera la pregunta a Ivanna, le generaba cierta incertidumbre a Morgan, él sabía que a Dan, no se le escapa ningún detalle, de absolutamente nada.

Ya casi estaba terminando el día, después de lo de la cafetería, todos estaban más calmados, aunque todos estaban curiosos de acerca que haría Dan, era un problema muy gordo, meterse en una lucha de mafiosos teniendo una edad tan baja, y sin tener nada que ver con ese mundo, era prácticamente una sentencia de muerte para Dan. 

Andrea estaba buscando a Dan, en la cafetería él le había quitado su celular y aún no se lo había devuelto, pero no lo encontró en ningún lugar, decidió irse a dormir, las noticias acerca de enfrentamiento entre mafias, se habían detenido, todos estaban extrañados, e incluso, algunos pensaron que Dan ya estaba actuando. Sin embargo al entrar la noche, todos decidieron irse a dormir, había sido un día complicado y difícil, además estaban preparándose para el concurso de matemáticas que llegaría en dos días, elegirían a aquellos quienes se dirigirían al campeonato internacional de matemáticas, por ser el instituto más importante, casi todos los participantes del país, emergían de él. 

Finalmente a la media noche, se durmieron todos, o bueno casi todos, Sean estaba preocupado por lo que le sucedería a Dan, y Dan aún no aparecía, pero finalmente le venció el sueño después de pensar por un par de horas.

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