Millonario

-Y el era como un padre, el que siempre quise tener- era la verdad, realmente nunca había conocido a su padre biológico, siempre que le pregunto a su madre le había dicho que ella no tenía padre, que nunca volviera a preguntar por ese bastardo, que en cuanto supo de ella se fue dejándolo sola, pero ella no se quedó con eso, tenía que saber de dónde había venido, si tenía medios hermanos, tíos, primos algo o realmente estaba sola en la vida como su mamá le dijo, indagó hasta donde más pudo pero nunca encontró nada. Al llegar a trabajar a la empresa automotriz conoció a don Alexandro un jefe hábil, muy perspicaz y calculador, era muy buen con los trabajadores, a las personas que le demostraban lealtad le correspondía con gratitud y siempre mantenía su palabra, al conocerla le apoyo para que estudiará la preparatoria, al terminar le dio como regalo el ascenso a secretaría, en esos días ingreso a la universidad, con un aumento de salario la ayudo a completar para la universidad, los meses siguientes hizo un concurso para el puesto de asistente, eran muchas las que buscaban el puesto pero gracias a Dios ella lo había conocido, Natalia había aprendido muchísimo de don Alexandro, por ejemplo el ensamble de un motor, como identificar una buena inversión ella había aprendido todo de él, que podía llevar la empresa igual que Álvaro, pero ella no aspiraba a eso, solo quería un lugar ahí. Como los dos pasaban tanto tiempo juntos una secretaria que había competido por el puesto de asistente por envidia comenzó dispersar el rumor que ella era amante del jefe pero con su trabajo demostró que no era así- yo nunca hice nada…

-Shh lo sé Natalia, yo conocía muy bien a mi esposo que sé que nunca me llegó a ser infiel, yo realmente nunca creí en esos rumores tranquila- le hizo un espacio en el sofá negro- ven acompáñanos aquí por favor

-Lo siento señorita De La Rosa- miro a Blanca que le hacía un lugar- comparto con ustedes su dolor

-Gracias Nat,- se limpio una lágrima- tu eres como una hermana- las tres mujeres se sentaron compartiendo el dolor.

Álvaro veía todo, realmente Natalia estaba afectada, parecía una hija más, su madre en vez de despreciarla acepto que se sentará con ella, pero entonces ¿los rumores?, tal vez su madre sabía y aceptaba su desliz con una mujer más joven o tal vez Natalia Vidal nunca fue amante de su padre por ella le gustaba otro tipo…

-Mi más sentido pésame Álvaro- Álvaro miro a la mujer que lo había sacado de sus pensamientos, pero que hacía ella aquí- lo siento mucho cariño- Álvaro la miro como tenía la desfachatez de presentarse ahí, con disimuló la tomo del brazo para sacarla

-Lárgate no quiero verte nunca más que no entiendes- Azucena se soltó del agarre para querer tomar su rostro, pero Álvaro dio un paso atrás- ya te dije que no me toques, vete ahora mismo- trataba de ser discreto era el funeral de su papá y no podía dar ese espectáculo

-Pero cariño yo solo vine para estar contigo y apoyarte, ser tu sostén en estos momentos- de nuevo intento acercarse- anda perdóname, estoy muy arrepentida te juro que no lo vuelvo hacer- Álvaro sonrió burlón al escucharla, creía que sería tan fácil que él volviera con ella pero de una vez por todas tenía que dejarle las cosas claras, nunca más volverían a estar juntos- dime algo cariño

-Te voy a pedir que te vallas, que no me busque y que respetes mi dolor- se acercó al oído, parecía que le daría un beso- lárgate- le susurro- lárgate de aquí Azucena- detrás de ellos de dónde estaban la puerta, venía personas que al reconocerlo se acercaron

-Mi más sentido pésame joven Álvaro, fue una perdida muy repentina- un hombre de estatura alta, de la edad de su padre, se había acercado, miró a la joven que estaba junto a él- usted tiene una bella novia joven- Azucena se sonrojo, sonriendo- no nos va a presentar

-Lo siento no puedo porque no tengo el gusto, ella solo se acercado a darme el pésame como usted señor Rinaldi- el hombre sonrió, Azucena lo voltio a ver con lágrimas en los ojos, sabía que tenía un gran problema, tenía que buscar la manera de volver tenerlo en sus manos, porque la fortuna De La Rosa no la dejaría pasar quería que fuera suya…

-Bueno voy a presentar mis respetos a su madre y hermana joven De La Rosa- el señor Rinaldi dejo a la pareja sola, Álvaro dio media vuelta ya había dicho todo

-Álvaro cariño perdóname- pero el muchacho no voltio, ya había dado una oportunidad y lo había defraudado, el nunca daba segundas oportunidades, si lo traicionaban y mentían una vez no volvía a poner su confianza en el, Azucena se retiró sabía que no lograría nada ahí, ya lo buscaría en otro lado pero que sería la esposa De La Rosa lo sería.

***

-Mi mas sentido pésame señora De La Rosa- Rinaldi tomo la mano de Diana que la llevo hasta sus labios, ella lo vio con desprecio, 

-¿Qué haces aquí?- dijo bajito para que nadie los escuchará

-Pues vine a darte mi pésame querida, aún sigues igual de guapa

-Respétame y respeta a mi esposo que está ahí, vete de aquí- miro a todos y con gran disimuló hablo con respecto- muchas gracias señor Rinaldi si me permite voy a saludar a una persona

-Te lo juro Diana que un día tu y tus bastigos vendrán a mi por ayuda- le dijo mientras pasaba a su lado Diana no se molestó en voltear a verlo

-Eso no pasará…

*****

-Lo siento amiga- una joven de cabello negro se acercó a Blanca

-Gracias Julia, gracias por estar aquí- la abrazo con fuerza, desde cuatro años que eran amigas cuando comenzaron juntas la preparatoria, después siguieron la universidad estudiando administración de empresas- ven con nosotras- la hizo acompañarla al sofá dónde estaba su mamá, Natalia y Álvaro junto a su mamá

-Lo siento mucho señora Diana- la mujer se levantó, conocía muy bien a la amiga de su hija

-Gracias hija- Diana la abrazo- ¿tu mamá vino?

-No señora ya sabe que su trabajo es muy absorbente, pero le manda un abrazo y que en la distancia comparte su dolor- Julia era hija de madre soltera su padre nunca había querido reconocerla como su hija, miro a Álvaro- lo siento mucho Álvaro- él frunció el ceño ¿Cómo lo conocía?, no la había visto en la fiesta así que nunca la había visto

-Lo siento hermano ella es Julia Montero, mi amiga de la universidad- Julia extendió la mano, Álvaro no tardó en tomar la mano

-Mucho gusto, gracias por acompañarnos- Julia le sonrió discretamente de un modo coqueto. El señor Rinaldi veía a Álvaro, estaba seguro que pronto lo tendría a él y  a su empresa por qué en la ciudad solo debía haber una sola empresa…

Los funerales de don Alexandro fueron sencillamente discretos, Natalia se había separado de la familia De La Rosa por los fotógrafos que querían tener la primicia de las fotos de la familia doliente, Álvaro busco a Natalia quería que pidiera a la prensa que se retira, pero no la vio por ningún lado, así que camino hasta las personas

-Les agradezco que estén aquí pero por favor respeten nuestro dolor, si son tan amables de retirarse- todos los medios comenzaron a guardar sus cámaras, y equipo para irse, ya tenían fotos suficientes para publicar. Julia no sé había separado de la familia, y particularmente se mantenía cerca de Álvaro, algo que Natalia no le gusto. Desde que llegó no había podido apartar los ojos de él, durante la noche no había soltado ninguna lagrima, siempre con sus lentes negros cubriendo sus ojos, sabía bien que no era bueno no llorar, pero él era así, ella hubiera querido acercarse a abrazarlo, decirle que llorara, que sacará su dolor, que no era malo, pero no podía, eso le correspondía a alguien más y cuando vio entrar a Azucena le doy celos ella no lo merecía, lo podía ver en sus ojos, solo quería su dinero, los siguió con la vista cuando Álvaro la saco, era un tonto por estar con ella, le dolió el pecho cuando el se acercó a darle un pequeño beso, mejor era irse, y no ver más, no ver qué sus labios nunca la tocarían. Volvió a su lugar, cuando lo vio regresar respiro tranquila la tal Azucena no se quedó, aunque se llenó de coraje, ella como su novia tenía que estar ahí, no solo ir un momento, miro a la amiga de Blanca, le había coqueteado, la observó durante el funeral ella se había interesado en Álvaro, la miro de arriba a bajo tal vez con ella si pudiera ser feliz y ella haría de todo para que así fuera, porque ella nunca se casaría y menos con Álvaro…

****

Los días siguientes habían querido desconectarse del mundo pero había sido imposible, en los medios se decía que Álvaro se había convertido en el millonario más guapo del país “ahora quien se quedaría con ese bombón” una tarde anterior el abogado había llamado para decir la hora que iría a leer el testamento al día siguiente. Muy temprano por la mañana con un gran dolor por la perdida de su padre Álvaro De La Rosa entró a la sala tomando del brazo a su mamá que se veía un poco demacrada, la perdida de su esposo había sido muy fuerte, detrás Blanca que trataba de ser fuerte para su mamá, el abogado tenía en sus manos el portafolio listo para dar a conocer la última voluntad del señor De La Rosa, tomaron asiento Álvaro miro al hombre un momento

-Ya puede comenzar- Vicente miro a Álvaro con pena

-Aun no muchacho falta alguien más- miro con nerviosismo ¿quien más podría ser beneficiario?, los minutos pasaron y entro la persona que faltaba…

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