Un sentimiento secreto

Los invitados comenzaron a llegar uno a uno a la gran casa de la familia De La Rosa en una puerta formada por un arco de flores se encontraba el anfitrión don Alexandro De La Rosa junto a su bella esposa Diana Montiel dando la bienvenida a todos los invitados, la fiesta apenas empezaba su apogeo, siendo amenizada por un cuarteto de cuerdas, las personas disfrutaban, se podía ver a los meseros yendo y viniendo con charolas en mano; unas vacías otras con copas llenas; por el lugar hombres y mujeres tomando fotos del evento social, todos quería ver Álvaro De La Rosa, algunas mujeres estaban ahí para ver si conseguían conquistar al joven millonario De La Rosa…

Álvaro podía escuchar todo desde su habitación, no tenía intención de bajar, no estaba de humor de fiestas y menos en una de su padre de negocios, dónde solo presumía sus logros de gran empresario, dejando de lado a su familia además estaba muy cansado,  se tapo con la almohada, lo único que quería era que terminara ese maldito día, primero la traición de la supuesta mujer que amaba y después la tontería de su papá; que más faltaba, de pronto comenzó a sonar su puerta, unos toques suaves. 

-No quiero ver a nadie váyanse- grito, la verdad no quería que fuera su padre, aún no pasaba el trago amargo que le causó su propuesta, además que se metía en su vida privada, se volvieron a escuchar otra vez unos golpes- ya dije que no quiero ver a nadie!- grito con desesperación

-Ni a tu hermanita fastidiosa,- su hermana Blanca asomaba la cabeza con una enorme sonrisa, se veía radiante, no había pisca de tristeza,- de verdad no me quieres ver hermanito después de tanto años, no me extrañaste nada…

-Claro que no chaparra, a ti siempre te quiero ver, ven dame un abrazo- se levantó de la cama para poder abrazar con fuerza a la pequeña mujer que entraba a su habitación- te ves hermosa hoy, no sabes cuánto te extrañaba- se separó un poco viendo su vestido de noche color azul cielo- ¿a poco vas a la fiesta?

-Claro como tú también vas a ir- lo miro de arriba a bajo con sus ropas deportiva- ya ponte este traje que escogí especialmente para ti- fue al closet de dónde saco un traje negro- cambiante todos te esperan abajo, apúrate Álvaro- Blanca lo empujó al baño- aquí te espero porque no pienso aceptar un no vamos a cambiarte…

-Pero chaparra yo no estoy de humor, no quiero bajar…- Blanca se cruzó de brazos, eso era señal que nadie la sacaría de su habitación hasta que hiciera lo que ella quisiera

-Anda vamos te quiero presentar a una amiga mía, anda cambiante no le hagas ningún desaire a mi papá que organizo todo vamos- Álvaro ya no tuvo más argumentos, si no salía de esa habitación Blanca lo molestaría toda la noche- y yo también te extrañe- Álvaro sonrió, su hermana era experta en hacerlo olvidar,

-Esta bien espérame afuera, en cinco estoy listo- Blanca sonrió y aplaudió feliz lo había conseguido, por lo poco que vio su hermano estaba mal, pero como siempre se encerraba en su mundo y a nadie le contaría de su vida. 

****

Natalia veía el jardín iluminado por los faroles, realmente se sentía satisfecha por la decoración del lugar, ya había escuchado a mucho alabando su buen gusto, observaba que todo estuviera a la perfección, lo único que hacía que no lo fuera era que Álvaro aún no bajaba, él festejado parecía que se estaba haciéndose desear, cerro los ojos un momento, aún tenía muy viva su imagen cuando lo vio, acercarse aquella tarde con paso firme y decidido, casi podía ver que salía humo por sus fosas nasales, su rostro estaba rojo, bajo un poco la vista hasta notar su cuerpo, debajo de aquella playera Polo verde notó que ya no era aquel hombre flaco, pudo ver su pecho que estaba trabajado, sus brazos ya no eran unos popotes, estaban más fuertes, movió la cabeza no podía pensar en Álvaro, no de la manera que lo hacía, era un joven que siempre había tenido todo, y como todos los de su clase era un hombre que siempre se fijaba en la apariencia, pronto tenía que hablar de nuevo con don Alexandro, aunque se molestará tenía que decirle que era un tontería que Álvaro y ella se casarán, eran dos personas totalmente diferente que siempre estarían en lucha uno contra el otro,

-Señorita tenemos un problema en la cocina puede venir- un mesero la había sacado de sus pensamientos

-Claro dígame ¿qué pasa?- el mesero se puso nervioso, el hombre se fue explicando lo sucedido, ella sonrió claro que tenía solución, solo era cambiar un poco el menú, al regresar para supervisar al jardín por el pasillo pudo ver qué su jefe entraba al estudio de su casa era el momento preciso para hablar y dejarle claro las cosas, tocó una vez esperando que don Alexandro le diera el paso

-Adelante- se escuchó la voz ronca del hombre mayor- a eres tú Natalia adelante ¿sucede algo malo?- la vio con una sonrisa, soltó un poco el aire; parecía que acaba de tomar una pastilla, tenía un vaso de agua en la mano

-No señor todo está bien en la fiesta, lo que me trae hasta aquí es que me enteré- se puso nerviosa, no quería ofender a su jefe rechazando que él la quisiera como nuera- me enteré que le dijo a Álvaro sobre esa absurda idea, perdóname pero yo…

-Natalia escucha, mi idea no es absurda, se que tu eres lo mejor para mí hijo, y se que pronto ustedes podrán llevar la empresa a la perfección, por favor no cierres la puerta de tu corazón- la tomo por los brazos- tú serás la mejor nuera que yo pueda tener, eres bella, inteligente y sobretodo fuerte, tú serás una excelente señora De La Rosa, y no creas que quiero imponer mi voluntad pero esto lo hago por…

-Porque lo hace, yo no soy nadie, no tengo nada, vengo del lado pobre de los Vidal,- aun cuando ella pertenecía a una conocida familia del norte por sus negocios de autotransporte no tenía ningún peso- además no creo que Álvaro y yo podamos estar juntos, y por último en mis planes de vida no está el matrimonio

-Eso dices ahora pero más adelante verás que el amor es necesario en la vida, por eso te repito no te cierres al amor- tomo su rostro- eres una flor que merece ser amada- beso su frente- ahora ve a la fiesta y disfruta tu trabajo- Natalia ya no tuvo más argumentos que decir, tendría que seguir dándole largas al asunto hasta que su jefe se olvidará. Álvaro nunca se fijaría en ella de eso estaba segura.

****

Al bajar las escaleras notó como Natalia salía del estudio después de ella salió su padre pero que descaro, en su propia casa tenía amoríos con su  amante, no podía respetar el hogar, el techo donde vivía su mamá, el tenía que hacer algo para quitar esa idea a su papá, además tenía que hacer que Natalia se alejará de sus vidas para siempre así no haría ningún dañó a su mamá, camino hasta la puerta de cristal ahí estaba su papá hablando con uno de sus socios al verlo venir ataviado con su traje de noche, su padre sonrió, tomo la copa y con delicadeza la hizo sonar para llamar la atención de los asistentes, bling, bling, el ruido cesó, el silencio fue uniforme ya cuando su hijo estaba a su lado todos los veían, su madre se acercó hasta su marido al igual que su hermana sonriendo, parecían la familia feliz;

-Es un gusto tenerlos a todos aquí reunidos, quisimos celebrar con todos ustedes el regreso de nuestro hijo Álvaro- todos comenzaron aplaudir, Álvaro lo vio era extraño saber que todo esto era para celebrar su llegada, desde que era un niño que no se hacía fiesta para él- y también quiero que sean testigos de lo orgulloso que estoy porque se graduó de su maestría con honores- se volvieron avivar los aplausos, llegó un mesero con cuatro copas de vino, cada uno tomo una copa- este brindis es en tu honor hijo mío- Alexandro levanto la copa a su hijo que la chocó después su esposa que lo tenía del brazo y antes de seguir con el brindis se dieron un pequeño beso, su hijo los observó por largo tiempo, parecían la familia del año- muchas felicidades hijo, salud- todos los presentes levantaron la copa que traían en su mano, se comenzó a escuchar el choque de los cristales…

-Muchas gracias papá, mamá, hermana y amigos que aquí nos acompañan, nunca me espere que todo esto fuera por mi llegada, de nuevo muchas gracias, por este cálido recibimiento- espero de nuevo que terminara la oleada de aplausos- les invito a continuar con la fiesta que disfruten está noche,- dejo de lado el micrófono, Natalia hizo una señal al cuarteto de cuerdas para que volviera a sonar, los murmullo no se hicieron esperar- de corazón gracias papá no pensé que todo esto era para mí, me ha agradado todo;

-Quería que fuera sorpresa, ahora ve y disfruta- Alexandro miró un momento a Natalia que se veía hermosa en ese vestido color rojo, hacía que su color de piel resaltará- hazme un favor hijo saca a bailar a Natalia, ella hizo todo esto y se merece disfrutar la noche- Natalia alcanzó a escuchar, que no pudo evitar esconder su sorpresa, su jefe no estaba diciendo lo que estaba diciendo, ella no podía bailar con su hijo, miro a Álvaro con sus ojos que mostraban que estaba molesto, la miraba de una manera, le quitó la vista para ver a su padre

-Pero padre…

-No seas necio anda solo será un baile- su padre le dio un pequeño empujón hacía Natalia, no tuvo más remedio que ofrecer la mano, ella dudó no tenía pensado bailar, más bien no quería bailar y menos con él, miro una y otra vez la gran mano, eran una mano fuertes, miro a su jefe que le sonreía, no tenía más remedio que aceptar, dejo de lado la Tablet que traía y poso su mano en la de Álvaro, el la guio hasta la pista siempre mirando al frente con una mirada dura, ella lo veía de reojo, de verdad se había puesto apuesto estoy años que estuvo fuera. Llegaron a la pista se miraron un instante, Álvaro con su brazo izquierdo la tomo por la cintura, y con el derecho sostuvo su mano izquierda, ella su mano derecha la puso sobre el lado izquierdo de su cuerpo, comenzaron a bailar, ella mirando un punto “x” del lugar, él olía tan bien, un perfume masculino, un aroma que era todo de él, cerro un momento los ojos, 

-Te lo advierto, no conseguirás que me casé contigo- eso hizo que la burbuja que había se rompiera con esas simples palabras, lo miró de arriba a bajo- no sé que busca mi padre o si tú le sugeriste que yo fuera tu esposo para meterte en su cama todas noches mientras nosotros dormimos pero no te resultó- Natalia se llenó de coraje, al verlo ahí solo observándola con ese aire de superioridad pensó “es un imbécil, será una tortura, tengo que encontrar una forma de desalentar a don Alexandro”. Álvaro no dejaba de mirarla, aún cuando no decía nada su rostro demostraba altivo, de pronto salió una sonrisa burlona

-Cabeza de alcornoque no te creas tan afortunado, ya le he dicho a tu padre que no te quiero de esposo a ti, sabes eres lo que pienso, un niño caprichoso, que siempre hace berrinche cuando no hacen lo que tú quieres- eso hizo molestar más a Álvaro, ella realmente no lo conocía ni tampoco lo llegaría hacer, la apretó con más fuerza a su cuerpo

-Entonces ¿Por qué mi padre me quiere casar contigo?- le pregunto sin apartar los ojos de ella.

-No lo sé, hoy hace unos minutos le he dicho que yo nunca me casaré- su mirada se torno triste- y menos con una hombre que no demuestra un poco de cariño como tú- Álvaro siguió bailando, pero lo que realmente quería era dejarla ahí en medio pero no podía ser descortés- así que despreocúpate que no me casaré contigo- ni con nadie, desvío la mirada, no quería que notará su tristeza en los ojos…

-¿Qué vas hacer Natalia Vidal?- Álvaro quiso entender, realmente ella parecía que no había presionado a su padre para imponerle ese matrimonio, entonces tenía que haber algo más, algo que su padre no le había dicho 

-Lo que este a mi alcance, pero tú nunca serás el elegido- termino el vals, entre más lejos estuviera de Álvaro mejor, dio media vuelta

-Espera Natalia- Álvaro tomó su brazo- yo volveré hablar con mi papá, y te prometo que dejara el asunto por la paz- Natalia miro su brazo y con un leve movimiento hizo que la soltará, lo miro de nuevo a los ojos

-Me lo prometes Álvaro

-Si,- ya no se dijo más, cada uno tomo su lado en la fiesta, Natalia viendo que los De La Rosa se lucían en su fiesta una frase se retumbaba una y otra vez en su cabeza “No me casaré contigo" y ella estaba de acuerdo aunque dentro de su corazón se alegro, desde que había conocido a Álvaro tenía sentimientos hacia él pero nunca aspiró a ser su esposa, su secreto pesaba mucho y ponía en riesgo su futuro, como podría arrastrar a Álvaro a ese futuro inserto, a su amor secreto tal vez al dolor, no podía ser egoísta, Natalia cerro un momento los ojos, estar en sus brazos bailando había sido lo mejor, que lo guardaría como un recuerdo. Desde que lo vio por primera vez entrando a la empresa no pudo evitar que su corazón adolescente comenzará a brincar de emoción, lo amaba pero sabía que merecía una mujer de su clase, una mujer que lo amará por todas sus cualidades, sin darse cuenta camino hasta el estanque dónde había pocos invitados, escucho como uno decía que este lugar era de los deseos, vio al hombre sacar una moneda y dársela a su acompañante “pide un deseo” ella obedeció cerrando los ojos y después lanzo la moneda, “dime que pediste” la abrazo “no te diré” los dos enamorados se fueron corriendo, Natalia soltó un suspiro mirando el estanque, no podía creer esa tontería pero porque no intentarlo, cerro los ojos saco una moneda y si más la lanzo, miro a todos lados viendo que nadie la viera- esto es una estupidez- y sin más volvió a la fiesta.

****

Álvaro quiero presentarte a mi amiga Azucena Morán- no podía creer que tuviera cara para presentarse ahí, más sonriendo con mucho cinismo, pensaba que ya se le había pasado el enojo pues no y eso tenía que dejarle claro y que no volviera a su vida, 

-Mucho gusto- le extendió la mano, ella le sonrió coquetamente, Álvaro miro su mano que no tocaría de nuevo,  

-Chaparra, te recomiendo otro tipo de amistades- tomo a su hermana de la mano- mujeres como- le devolvió una mirada despectiva- “tu amiga” no pueden estar cerca porque saben dar puñaladas por la espalda- Azucena vio que no la tenía fácil con Álvaro, tal vez tenía razón Luis, debió dejar pasar el tiempo pero si lo hacía y el no volvía, no podía arriesgarse, así que se arregló con un vestido negro de noche que tenía una abertura hasta medio muslo, se arregló con esmeró hasta quedar satisfecha en frente del espejo. Al llegar a la casa De La Rosa busco a Blanca meses antes la había conocido, ya tenía trazado el plan, cuando regresará Álvaro le insinuaría lo de la boda, así que quería a la hermana pequeña de Álvaro a su lado. Con lo que no contaba era que él ya venía con el anillo, y que la encontrará en la cama con otro, su plan se estaba yendo de sus manos.

-No puedes decir eso, deja que te dé una explicación- Blanca veía a su hermano y a su amiga sin entender nada- escúchame y si después de escuchar no me quieres me voy

-¿Ustedes se conocen?- Álvaro tomó el rostro confundido de su hermana, le dio un beso en la frente

-Si, chaparra por eso te pido que no tengas nada que ver con esta mujer- bajo su manos tenía que dejar todo claro- si me permites me gustaría dejarle claro unos puntos ve a bailar- su hermana obedeció, Azucena espero para estar solos

-Álvaro por favor entiende, ese hombre me obligó si no…

-Pues no te veías obligada, se notaba que lo estabas disfrutando- Azucena levanto la mano para darle una cachetada, pero Álvaro la detuvo

-Tu no me tocas, lárgate de aquí, entiéndelo muy bien no te quiero ver nunca más, yo no perdonó ninguna traición, lárgate- Azucena vio en sus ojos desprecio, odio, su brazo le dolía por el agarre tan fuerte de Álvaro, al soltarla se fue dejándola ahí tendría que hacer algo, pero dejaría que pasará una semana como había dicho en un principio Luis.

***

Ahora dime ¿qué pasó?- su hermana se había acercado a él estaba en la barra tomando un tequila, aún no podía dejar de pensar en Natalia, verla con ese vestido rojo, sentir ese pequeño cuerpo, tenía cinco años sin verla, sin ver su transformación, ya no parecía aquella niña, ahora era una mujer con espectaculares curvas, al ver a su hermana venir dio gracias no podía pensar en Natalia, ya había prometido que buscaría qué su padre dejará esa absurda idea y lo haría…

-Pues que ella es mi ex novia, hoy al llegar le quise dar un sorpresa y el sorprendido fui yo- tomo el pequeño vaso- así que no quiero que la vuelvas a ver chaparra, mejor dime de ti

-¿Por qué nunca me dijiste de ella?- Álvaro quería cambiar de tema, siempre había sido muy reservado con sus asuntos, no dejaba que nadie lo viera llorar, nadie podía verlo débil

-Por que pensé que no iría enserio con ella, pero con el tiempo creí que me enamore de ella de hecho…- soltó una risita de vuelta iba a decir eso, no era mejor quedarse callado- ahora dime de ti chaparra

-Pues mi vida es aburrida, dime ¿cómo viste a Natalia?- Álvaro no había podido evitar volver a verla con ese vestido, si fuera otra mujer tal vez si aceptaría la absurda idea de su padre

-Normal, no hay nada diferente- mentía, algo de ella llamo su atención pero no pensaba decirle a nadie...

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