Capitulo 6:

Los tres días que faltaban para la llegada del sábado, se perdieron en el horizonte como una delicada pluma se pierde atrapada por un torrentoso viento de tormenta.

Freyha no podía mentir diciendo que no estaba ansiosa por su paseo con Zeth, después de todo él era muy atractivo y aquella sería la primera cita de ella.

La loba gris no tenía la menor idea de qué hacer en una o cómo prepararse para la ocasión.

Por este motivo estaba Franchesca en su habitación escogiendo entre unos hermosos vestidos.

Habría deseado que Rohan también la acompañará y ayudará en aquel momento, después de todo tenía más conocimientos de citas, modas o maquillajes que ella. Sin embargo su mejor amigo tenía asuntos más importantes que atender, los cuales involucraban a cierto chico de la cafetería con quién solían verse a escondidas.

Esto último no era por deseo de Rohan, todos en aquel pueblo sabían acerca de su orientación sexual, y gracias al inmenso apoyo de sus padres había logrado enfrentarse a los comentarios de las personas de aquel lugar.

Después de todo y tal como reza el dicho, cuando el pueblo es pequeño, su infierno es grande.

—Creo que el vestido amarillo pastel te quedaría genial. Si en definitiva el amarillo—dijo con decisión su amiga extendiendo el vestido hacia ella.

—Gracias Fran… no sé qué haría sin ti—respondió Freyha tomando el vestido mientras comenzaba a caminar hacia el "probador" que habían improvisado con unas sillas y la colcha de su cama.

—Yo sé perfectamente que harías sin mí… irías utilizando jeans sucios, un buzo y con el cabello como si fueras una amazonas—ronroneó su amiga tomando asiento en la cama al tiempo que comenzaba a ojear una revista para decidir el maquillaje.

Freyha soltó una risa baja mientras comenzaba a vestirse; su amiga no podía estar más en lo cierto, por esa misma razón estaba agradecida por su compañía y consejos.

Pocos eran capaces de ayudar a otros sin querer cambiar su forma de ser, como lo hacía Franchesca.

—¿Tus hermanos están en casa?—preguntó preguntó casi en un susurró la chica de cabello como vino.

—¿Mis hermanos o Hat?—ronroneó Freyha saliendo del improvisado vestidor.

Franchesca enrojeció al punto de adquirir un color similar al de su pelo, mientras desviaba su mirada azul cielo, siendo incapaz de enfrentarse a su amiga temiendo que ésta viera una verdad que era evidente.

—¿Pero qué dices? Solo preguntaba para ver si había alguna mirada masculina para dar el visto bueno a mí obra—se defendió ella, disfrazando una verdad que latía en su corazón humano.

Su amiga era hermosa, inteligente, demasiado tímida y reservada.

A lo largo de sus años de amistad, la loba gris había aprendido a leer entre líneas las emociones y pensamientos de su amiga.

Por este motivo, Franchesca jamás se animaría a admitir que llevaba años enamorada de Hat. Y para desgracia de ella, el lobo negro era demasiado tonto como para notar los sentimientos hacia él de la hermosa chica.

Luego de dos años viendo cómo la relación entre ambos no avanzaba, Freyha tomó la decisión de presionarlos levemente a ambos en un intento por hacerlos reaccionar.

Después de todo ¿Qué podría salir mal?.

—Están en el patio con Fenryr… pareciera que vive aquí por la cantidad de tiempo que pasa—respondió Freyha acercándose a su amiga.

Franchesca se incorporó y tomó el cepillo que reposaba tranquilo sobre un pequeño mueble.

Sin demorar comenzó a cepillar su cabellera color castaño, separando pequeños mechones del resto para luego armar su peinado.

—Creo que tienes suerte, Fenryr es muy atractivo y agradable—susurró la chica de cabello color vino, sacando ligeramente la lengua para apresarla entre sus labios.

—Es un idiota, arrogante y engreído—respondió con brusquedad la loba.

La chica de ojos color cielo esbozó una pequeña sonrisa, colocando el listón amarillo en el cabello de su amiga formando una media cola de caballo con pequeñas ondas.

—Bueno, ya tienen tres cosas en común—ronroneó Franchesca aproximándose a la pila de maquillaje sobre el mismo mueble dónde minutos atrás reposaba el cepillo.

De pie frente al maquillaje que ella misma había llevado, la chica de cabello como vino y ojos color cielo giró levemente su rostro hacia ella, obsequiandole una sonrisa, la cual Freyha devolvió.

La loba gris estaba nerviosa y su amiga intentaba molestarla para distraerla de su propia mente.

Con un dedo, le indicó a la chica de ojos color sol que tomara asiento en la cama, algo que la loba obedeció sin miramientos.

Segundos después comenzó a trazar un maquillaje sutil sobre su suave piel tenuemente bronceada.

—¿Crees que este interesado en mí o solo busca algún tipo de distribución?—susurró la loba de ojos color sol al cabo de unos minutos.

—¿Hablas de Zeth o te refieres a ti misma?—ronroneó la chica de cabello como vino.

Freyha no respondió y permaneció en silencio hasta que su amiga terminase de realizar el sutil maquillaje.

Franchesca podía ser tímida y poco conversadora, sin embargo tenía una habilidad especial para entender las palabras que no eran dichas y mirar más allá de lo que sus ojos veían.

—Bueno, creo que ya estás lista—dijo en un tono cansino.

Al oír aquellas palabras, la loba se incorporó de su lugar con media sonrisa nerviosa tirando de sus labios, y acortó la distancia hasta llegar al enorme espejo de pie en un rincón del cuarto.

Fue entonces cuando su respiración se interrumpió y su corazón se saltó un latido; al otro lado del espejo una hermosa chica de aspecto dulce y delicado la observaba.

«Que cruel mentira» susurró una voz dentro de su mente, haciendo erizar el vello de su nuca.

—¿No te agrada?—preguntó con duda Franchesca al notar la extraña expresión en el rostro de su amiga.

—No, es perfecto—respondió la loba, dándose media vuelta para esquivar el reflejo.

Al parecer su respuesta complació a la chica de cabello como vino, quien expuso una hermosa sonrisa segundos antes de tomarla por la muñeca y sacarla a toda velocidad de la habitación.

—¡Dios Franchesca detente!—gritó Freyha con una sonrisa de confusión en sus rasgos.

—No. Vamos a que nos den el visto bueno—respondió entre risas la muchacha, jalando de su brazo escaleras abajo.

Cuando llegaron al pie de la escalera, Franchesca comenzó a jalar nuevamente de su brazo, sin darle tiempo a la loba para recuperar el aliento.

«¿Acaso no tiene pulmones?» pensó ella, intentando mantener el ritmo.

—¿Qué ocurre?—preguntó la grave voz de Skol, atravesando la puerta del comedor a toda velocidad.

Hat y Fenryr siguiendo sus pasos de cerca.

Una clara preocupación brillaba en los ojos de los tres chicos frente a ellas, quienes las recorrieron con la mirada en busca de señales de daño.

—Los buscábamos para que nos den su opinión… ¿No está bella?—dijo Franchesca a modo de explicación y pedido, con notable nerviosismo ante la mirada de Hat.

Los tres lobos dirigieron sus rostros hacia Freyha, quien los obsequió con algo similar a una sonrisa.

Como si fueran uno solo, los tres expandieron sus ojos y entreabrieron sus bocas.

—¿Qué hiciste tú y dónde está mi hermana?—se burló en respuesta Hat.

—Te ves muy linda Freyha—agregó Skol con una sonrisa amable en sus labios.

Fue entonces cuando todos los presentes voltearon hacia Fenryr, a la espera de su cumplido.

Sin embargo, los ojos oscuros del lobo no brillaban de asombro o fascinación, todo lo contrario.

—No eres tú—se limitó a escupir antes de darse media vuelta y marcharse por el mismo lugar que había entrado.

Los gemelos intercambiaron una mirada antes de excusarse y salir tras el chico de cabello dorado, dejando a las dos amigas solas al pie de la escalera.

—No le hagas caso, estás hermosa—objetó Franchesca intentando elevar el autoestima de su amiga—Esta eres tú… una parte de tí.

Freyha le obsequió una media sonrisa mientras salía por la puerta principal con un nudo en el corazón,y comenzaba a caminar en dirección a la escuela, preparándose para su encuentro con Zeth.

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